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Los obispos de Kerala repiten sus críticas a la premiada película india LGBTQ+

Martes, 29 de octubre de 2024

IMG_1828IMG_1829En India, el Consejo de Obispos Católicos de Kerala (KCBC) ha reafirmado su oposición a las relaciones entre personas del mismo sexo después de que una película que el Consejo había criticado anteriormente ganara un importante premio.

El KCBC ya había criticado la homosexualidad en diciembre de 2023, después de que se estrenara una película india LGBTQ+, Kaathal (Core). La película, que retrata a un sacerdote católico gay, se opone a valores “fuertemente defendidos por la Iglesia“, dijo entonces el padre Michael Pulickal, secretario de la Comisión de Armonía Social y Vigilancia del KCBC. “No estamos en contra de ninguna película, pero cuando ataca deliberadamente nuestra fe bajo el disfraz de la libertad de expresión, nos oponemos“, añadió.

En su última declaración, el KCBC dijo que las campañas que promueven las relaciones entre personas del mismo sexo son “propaganda engañosa de intereses creados“. Los obispos creen que “un sector de la gente que decía ser progresista está difundiendo en la sociedad un malentendido generalizado de que la Iglesia Católica y el Papa Francisco aprueban la homosexualidad”.

Cuando se estrenó la película originalmente, el padre Pulickal señaló que, a pesar de su oposición a las relaciones entre personas del mismo sexo, el KCBC afirmó que la iglesia no aísla a las personas en función de su sexualidad y las trata con compasión.

La última declaración del KCBC tras el premio de Kaathal está muy en línea con las acciones y declaraciones anteriores del Consejo, que también elogió una sentencia contra la igualdad matrimonial del Tribunal Supremo de la India. En ese caso, un portavoz del KCBC dijo: “la unión del matrimonio, según las enseñanzas de la Iglesia Católica, es entre un hombre y una mujer con el propósito de procrear y ese no es el caso del matrimonio entre personas del mismo sexo”.

Hay un contraste en Kerala, donde la población es casi un 20% cristiana, entre los obispos y otros ministros católicos que han tomado medidas hacia una compasión genuina hacia la comunidad LGBTQ+. Como informó Bondings 2.0, el clero y los laicos del estado establecieron recientementeuno de los pocos programas de extensión para la comunidad transgénero por parte de la iglesia institucional en la India”. Los indios transgénero tienen muchas más probabilidades de abandonar la escuela secundaria debido a la discriminación, ya que el 57% de las personas transgénero en Kerala no completan su educación secundaria.

Los católicos en la India en general han apoyado a la comunidad LGBTQ+ de otras maneras. El cardenal Oswald Gracias de Bombay se opuso públicamente a la criminalización de las personas homosexuales en dos ocasiones diferentes. En una entrevista exclusiva con Bondings 2.0, Gracias enfatizó que la iglesia da la bienvenida y acepta a las personas LGBTQ+. Virginia Saldanha, una laica india y ex directora de la Oficina de Laicos de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia, pidió que el Sínodo sobre la Familia de 2015 incluya a las personas LGBTQ como una forma de sacarlas del frío.

Pero la retórica de KCBC de describir la mera representación de un sacerdote gay como “propaganda”, así como sus declaraciones anteriores condenando la película por retratar las relaciones homosexuales como “naturales”, está fundamentalmente en desacuerdo con la compasión amorosa que se debe a cada persona.

—Elsie Carson-Holt (ella), 3 de octubre de 2024

Fuente New Ways Ministry

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La Federación Estatal LGTBI+ denuncia que negar el delito de odio en el juicio de Samuel Luiz invisibiliza la violencia contra el colectivo

Martes, 29 de octubre de 2024

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El asesinato de Samuel Luiz a grito de “maricón” no puede ni debe desvincularse del odio hacia su orientación sexual

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) expresa su profunda preocupación y rechazo ante la estrategia de la defensa de los acusados por el asesinato de Samuel Luiz, que intenta desvincular el crimen de su motivación LGTBIfóbica al negar que se trató de un delito de odio basado en su orientación sexual.

El asesinato de Samuel Luiz, quien fue brutalmente agredido mientras sus atacantes le insultaban con gritos homófobos como «maricón de mierda», no puede ser considerado un simple acto de violencia desvinculado de la discriminación que sufre el colectivo LGTBI+. En este sentido, Paula Iglesias, presidenta de la Federación Estatal LGTBI+, señala que “negar la motivación de odio que impulsó el ataque supone invisibilizar la realidad de la violencia sistemática a la que se enfrenta este colectivo”.

Además, la entidad federada Alas A Coruña, en representación del colectivo, actúa como acusación popular en el juicio, reforzando así el compromiso del movimiento LGTBI+ en la lucha por la justicia para Samuel Luiz y todas las víctimas de la violencia LGTBIfóbica.

La violencia LGTBIfóbica: una realidad silenciada

Según la encuesta Estado LGTBI+ 2023, elaborada por 40db para la Federación Estatal LGTBI+, más de 280.000 personas LGTBI+ han sufrido agresiones en los últimos cinco años. Ángeles Blanco, vocal de delitos de odio de la FELGTBI+, destaca que “estas cifras alarmantes evidencian la gravedad de la situación. Negar el odio que promueve crímenes como el de Samuel Luiz no solo minimiza el dolor de las víctimas, sino que perpetúa los discursos de odio que desprotegen a quienes viven en situación de vulnerabilidad”.

Según explica Blanco, “el Código Penal español establece que un delito se considera de odio cuando está motivado por prejuicios hacia la orientación sexual, identidad de género, etnia u otras características protegidas. En este caso, la LGTBIfobia fue, sin duda, uno de los motores de la agresión contra Samuel, y debe ser reconocida como tal”.

Un llamado a la justicia

Paula Iglesias subraya la importancia de reconocer estos crímenes por lo que realmente son: actos de odio. El intento de obviar la orientación sexual de Samuel no solo es legalmente inaceptable, sino que representa un retroceso en el reconocimiento de los derechos y la dignidad de las personas LGTBI+. La justicia debe actuar en consecuencia y no permitir que este tipo de estrategias judiciales minimicen la gravedad del delito.

Para la Federación, la lucha contra los delitos de odio debe ser una prioridad en cualquier Estado de Derecho. “No podemos permitir que estos crímenes queden impunes o que su verdadera naturaleza sea desvirtuada por maniobras judiciales que intentan desviar el foco. Exigimos que se haga justicia para Samuel Luiz y que se reconozca la motivación LGTBIfóbica de su asesinato”, concluye Iglesias.

NOTA. Juicio Samuel Luiz – octubre 2024

Fuente FELGTBI+

General, Homofobia/ Transfobia. , , , , , , ,

Ojos nuevos

Lunes, 28 de octubre de 2024

 

 

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Hoy más que nunca, Señor,
necesito unos ojos nuevos
para ver la vida tal cual Tú la ves
y no perderme entre sus luces y oscuridades.

Quiero unos ojos vivos y profundos,
limpios y despiertos como los tuyos,
nobles y tiernos, alegres y llorosos
porque éstos están doloridos y secos.

Quiero unos ojos serenos y grandes
para otear el horizonte y sus brotes,
y pequeños, vivos y luminosos
para dar claridad a todos los rincones.

Quiero unos ojos que sepan mirar de frente,
y vean de día y de noche tus preocupaciones;
unos ojos que no engañen a nadie
y que sean trampolín de emociones.

Quiero unos ojos que reflejen
lo que soy y tengo interiormente,
que enamoren y se den gratis
y que sepan enamorarse.

¿Quién me dará unos ojos así,
en estos tiempos pobres y de crisis,
si no eres Tú, que sabes y quieres
y tienes un taller esperando mis necesidades?

*

Florentino Ulibarri
Fuente Fe Adulta

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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , ,

Extractos del documento final del Sínodo que ofrecen esperanza para la inclusión LGBTQ+

Lunes, 28 de octubre de 2024

IMG_7706ROMA – El Documento Final de la Asamblea General del Sínodo, publicado el sábado, marcó el final del Sínodo sobre la Sinodalidad, que duró tres años. El Papa Francisco optó por no escribir una exhortación apostólica en respuesta, como se hace habitualmente, sino que aceptó este documento como parte de la enseñanza magisterial.

El Documento Final no mencionó a las personas LGBTQ+ por su nombre ni incluyó mucho sobre cuestiones de género y sexualidad. Sin embargo, hay varias secciones que pueden ser útiles para informar al ministerio católico LGBTQ+, incluido el énfasis en el cuidado de las personas marginadas, la ayuda para formar y respetar las conciencias, la promoción de la justicia social y la creación de una iglesia acogedora. A continuación, se incluyen algunos extractos del Documento Final con subtítulos en negrita agregados por Bondings 2.0 para demarcar el tema de un extracto determinado.

Para leer la respuesta de New Ways Ministry al Sínodo sobre la sinodalidad y este Documento final, haga clic aquí. Bondings 2.0 proporcionará más comentarios y reacciones a la conclusión del Sínodo en los próximos días. Para ver toda la cobertura previa de la Asamblea Sinodal, haga clic aquí.

Opción preferencial por los marginados: “El corazón de Dios tiene un lugar especial para los pobres” (EG 197), los marginados y excluidos. Por eso, están en el corazón de la Iglesia. Toda la comunidad cristiana está llamada a reconocer en los pobres el rostro y la carne de Cristo, que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, para que nosotros fuéramos ricos por su pobreza (cf. 2 Co 8,9). La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica. (párrafo 19)

El don de la diversidad/tristeza por su ausencia: El proceso sinodal ha mostrado que el Espíritu Santo suscita constantemente en el Pueblo de Dios una gran variedad de carismas y ministerios… Igualmente, surgió el deseo de ampliar las posibilidades de participación y de ejercicio de corresponsabilidad diferenciada por parte de todos los bautizados, hombres y mujeres. En este sentido, sin embargo, la falta de participación de tantos miembros del Pueblo de Dios en este camino de renovación eclesial fue una fuente de tristeza. Se expresó también un sentido de tristeza por la dificultad generalizada dentro de la Iglesia de vivir plenamente relaciones florecientes entre hombres y mujeres, entre diferentes generaciones y entre individuos y grupos con identidades culturales y condiciones sociales diversas. De particular preocupación a este respecto deben ser las personas empobrecidas y excluidas. (párrafo 36)

Desaprender los prejuicios y apreciar la diversidad: La pluralidad de religiones y culturas, la diversidad de tradiciones espirituales y teológicas, la variedad de los dones del Espíritu y de las tareas de la comunidad, así como la diversidad de edad, sexo y afiliación social dentro de la Iglesia, son una invitación a cada persona a confrontar sus propios prejuicios inconscientes, resistir la tentación de estar en el centro y abrirse a la aceptación de otras perspectivas… La Iglesia sinodal puede ser descrita con la imagen de la orquesta: la variedad de instrumentos es necesaria para dar vida a la belleza y la armonía de la música, en la que la voz de cada uno conserva sus propias características distintivas al servicio de la misión común. (párrafo 42)

La reconciliación en la Iglesia como camino de justicia: La necesidad de sanación, reconciliación y reconstrucción de la confianza en la Iglesia ha resonado en cada etapa del proceso sinodal, particularmente a la luz de tantos escándalos relacionados con diferentes tipos de abusos. También resonó ante abusos similares en la sociedad. La Iglesia está llamada a poner en el centro de su vida y acción el hecho de que en Cristo, a través del Bautismo, estamos confiados unos a otros. El reconocimiento de esta profunda realidad se convierte en un deber sagrado que nos permite reconocer los errores y reconstruir la confianza… Recorrer este camino es también un acto de justicia. (párrafo 46)

Reconocer el dolor de la exclusión basada en la identidad: Lo que emergió a lo largo de todo el camino sinodal, y en cada lugar y contexto, fue el llamado a una Iglesia con una mayor capacidad de cultivar relaciones: con el Señor, entre hombres y mujeres, en la familia, en la comunidad local, entre grupos sociales y religiones, con la tierra misma. Muchos participantes se sintieron encantados y sorprendidos cuando se les pidió que se unieran a este camino y se les dio la oportunidad de hacer oír su voz en la comunidad. Lamentablemente, otros continuaron experimentando el dolor de sentirse excluidos o juzgados debido a su situación matrimonial, identidad o sexualidad. El deseo de relaciones más reales y significativas no es solo un anhelo auténtico de pertenecer a un grupo unido, sino que también puede reflejar un profundo sentido de fe. (párrafo 50)

[Nota de los editores: La referencia en la tercera oración de este párrafo a aquellos excluidos debido a su “situación marital, identidad o sexualidad” puede ser lo más cerca que la asamblea sinodal llegó a referirse a las personas LGBTQ+. La ausencia de términos más completos como “identidad de género” u “orientación sexual” puede verse como una inclusión de otros fuera de la comunidad LGBTQ+, pero estas omisiones también contribuyen a mantener a las personas LGBTQ+ invisibles en este documento.]

Condenar la discriminación y la violencia: Los males que plagan nuestro mundo, incluidas las guerras y los conflictos armados y la ilusión de que la paz justa se puede lograr por la fuerza, tienen su raíz en estas dinámicas. Igual de destructiva es la creencia de que toda la creación, y esto incluye a los propios humanos, puede ser explotada a voluntad para obtener ganancias. Una consecuencia de esta realidad es la creación de barreras que dividen, incluso a las comunidades cristianas, lo que resulta en desigualdades por las cuales algunos tienen posibilidades que se les niegan a otros. Se trata de desigualdades como las que se dan entre hombres y mujeres, prejuicios raciales, divisiones de castas, discriminación contra personas con discapacidad, violación de los derechos de minorías de todo tipo y reticencia a acoger a migrantes. Incluso nuestra relación con nuestra madre y hermana Tierra (cf. LS 1), lleva la marca de una fractura que pone en peligro la vida de innumerables comunidades, particularmente entre los más pobres, si no de pueblos enteros y tal vez de toda la humanidad… (párrafo 54)

Escuchar las voces de los marginados: Escuchar a quienes sufren exclusión y marginación fortalece la conciencia de la Iglesia de que hacerse cargo del peso de las relaciones heridas es parte de su misión… Al mismo tiempo, estar abiertos al mundo permite descubrir que el Espíritu ha sembrado las semillas del Evangelio en cada rincón del planeta, en cada cultura y en cada grupo humano. Estas semillas dan fruto en la capacidad de vivir relaciones sanas, cultivar la confianza mutua y el perdón y superar el miedo a la diversidad. Los jóvenes también dan vida a comunidades acogedoras, promueven una economía respetuosa de las personas y del planeta y propician la reconciliación después de los conflictos. La historia nos deja un legado de conflictos motivados a veces en nombre de la religión, socavando la credibilidad de las mismas religiones… (párrafo 56)

El deseo de justicia y acogida de los jóvenes: Los jóvenes también dan una contribución a la renovación sinodal de la Iglesia. Son profundamente conscientes de los valores de la fraternidad y del compartir, al tiempo que rechazan el paternalismo o las actitudes autoritarias. A veces, su actitud hacia la Iglesia puede parecer crítica, pero a menudo se manifiesta positivamente como un compromiso personal en la creación de una comunidad acogedora dedicada a luchar contra la injusticia social y al cuidado de nuestra casa común. La petición que hicieron en el Sínodo de los Jóvenes de 2018 de “caminar juntos en la vida cotidiana” corresponde exactamente a la visión de una Iglesia sinodal. Por eso, es fundamental que les aseguremos un acompañamiento atento y paciente; En particular, la propuesta de “una experiencia de acompañamiento en vista del discernimiento”, surgida gracias a su contribución, merece ser revisada y retomada nuevamente… (párrafo 60)

[Nota de los editores: En una reunión preparatoria para el Sínodo de los Jóvenes de 2018, los jóvenes participantes dejaron en claro que la inclusión LGBTQ+ era una preocupación particular para ellos. Por lo tanto, el documento de trabajo de ese Sínodo incluyó “LGBT”, la primera vez que se incluyó ese término en un documento. Sin embargo, el informe final de ese Sínodo no incluyó el término.]

La necesidad de sacerdotes acogedores y que escuchen: En una Iglesia sinodal, los sacerdotes están llamados a vivir su servicio en un espíritu de proximidad a su pueblo, a ser acogedores y estar dispuestos a escuchar a todos, abriéndose a un estilo sinodal. Los presbíteros “constituyen con su obispo un solo presbiterio” (LG 28) y colaboran con él en el discernimiento de los carismas y en el acompañamiento y guía de la Iglesia local, con especial atención a la cuestión de la salvaguardia de la unidad… (párrafo 72)

Mayor participación de los laicos y respeto a los trabajadores de la Iglesia: Los fieles laicos, tanto hombres como mujeres, deben tener mayores oportunidades de participación, explorando también nuevas formas de servicio y ministerio en respuesta a las necesidades pastorales de nuestro tiempo en un espíritu de colaboración y corresponsabilidad diferenciada. En particular, del proceso sinodal han surgido algunas necesidades concretas. [Una de las cinco recomendaciones sobre los trabajadores de la Iglesia fue:] el reconocimiento efectivo de la dignidad y el respeto de los derechos de quienes están empleados en la Iglesia y sus instituciones. (párrafo 77)

Un nuevo ministerio de escucha y acompañamiento: El proceso sinodal ha renovado la conciencia de que la escucha es un componente esencial de todos los aspectos de la vida de la Iglesia: la administración de los sacramentos, en particular el de la Reconciliación, la catequesis, la formación y el acompañamiento pastoral. En esta perspectiva, la Asamblea también se centró en la propuesta de establecer un ministerio de escucha y acompañamiento, mostrando una variedad de perspectivas. Algunos se mostraron a favor de esta propuesta, porque este ministerio representaría una manera profética de enfatizar la importancia de la escucha y el acompañamiento en la comunidad. Otros dijeron que la escucha y el acompañamiento son tarea de todos los bautizados, sin que sea necesario un ministerio específico. Otros aún subrayaron la necesidad de profundizar, por ejemplo, la relación entre este ministerio de escucha y acompañamiento y el acompañamiento espiritual, el asesoramiento pastoral y la celebración del sacramento de la Reconciliación. Se ha propuesto también que un posible «ministerio de escucha y acompañamiento» se dirija especialmente a acoger a los que están al margen de la comunidad eclesial, a los que vuelven después de haberse alejado, a los que buscan la verdad y desean ser ayudados a encontrarse con el Señor. Por tanto, en este sentido, el discernimiento debe continuar. Los contextos locales donde esta necesidad se siente más fuertemente pueden intentar explorar posibles enfoques sobre los que basar un discernimiento. (párrafo 78)

Respeto y formación de la conciencia: El discernimiento eclesial no es una técnica organizativa, sino más bien una práctica espiritual fundada en una fe viva. Requiere libertad interior, humildad, oración, confianza mutua, apertura a lo nuevo y abandono a la voluntad de Dios. Nunca es una mera exposición del propio punto de vista personal o de grupo o una síntesis de opiniones individuales diferentes. Cada persona, hablando según su conciencia, está llamada a abrirse al otro que comparte según su conciencia. En este compartir, buscan reconocer juntos «lo que el Espíritu dice a las Iglesias» (Ap 2,7)… Cuanto más se escucha a todos, mayor es el discernimiento. Por eso, es esencial que promovamos la participación más amplia posible en el proceso de discernimiento, involucrando particularmente a quienes están en los márgenes de la comunidad cristiana y de la sociedad. (párrafo 82)

Dios habla a través de las conciencias: La escucha de la Palabra de Dios es el punto de partida y el criterio de todo discernimiento eclesial. Las Escrituras dan testimonio de que Dios ha hablado a su Pueblo hasta darnos en Jesús la plenitud de toda la Revelación (DV 2). Indican los lugares donde podemos escuchar su voz. Dios se comunica con nosotros en primer lugar en la liturgia porque es Cristo mismo quien habla «cuando se lee la Sagrada Escritura en la Iglesia» (SC 7). Dios habla a través de la Tradición viva de la Iglesia, el Magisterio, la meditación personal y comunitaria de las Escrituras y las prácticas de piedad popular. Dios sigue manifestándose a través del grito de los pobres y en los acontecimientos de la historia humana. Dios también se comunica con su pueblo a través de los elementos del cosmos, cuya existencia misma indica la acción del Creador y que está llena de la presencia del Espíritu vivificante. Finalmente, Dios también habla a través de la conciencia personal de cada persona, que es “el centro más íntimo y el santuario de la persona, en el que está a solas con Dios y cuya voz resuena en ella (GS 16). El discernimiento eclesial exige el cuidado y la formación continuos de las conciencias y la maduración del sensus fidei, para no descuidar ninguno de los lugares donde Dios habla y sale al encuentro de su pueblo. (párrafo 83) [N. de la R.: énfasis añadido; no está en el original.]

Los líderes de la Iglesia deben ser consultivos: Las autoridades están obligadas, en varios casos, por la ley actual a realizar una consulta antes de tomar una decisión. Quienes tienen autoridad pastoral tienen la obligación de escuchar a quienes participan en la consulta y no pueden actuar como si la consulta no hubiera tenido lugar. Por tanto, quienes tienen autoridad no se apartarán de los frutos de la consulta que produzcan un acuerdo sin una razón imperiosa que debe ser oportunamente explicada (cf. CIC, can. 127, § 2, 2°; CCEO can. 934, § 2, 3°). Como en cualquier comunidad que vive según la justicia, el ejercicio de la autoridad en la Iglesia no consiste en una imposición arbitraria de la voluntad, sino que debe ejercerse siempre al servicio de la comunión y de la recepción de Cristo, que es la verdad hacia la que el Espíritu Santo nos guía en los diversos momentos y contextos (cf. Jn 14,16). (párrafo 91)

El clericalismo y la vida de la Iglesia, incluidas las prácticas laborales: El clericalismo se basa en el supuesto implícito de que quienes tienen autoridad en la Iglesia no deben rendir cuentas de sus acciones y decisiones como si estuvieran aislados o por encima del resto del Pueblo de Dios. La transparencia y la rendición de cuentas no sólo deben invocarse cuando se trata de abusos sexuales, financieros y de otras formas. Estas prácticas también afectan al estilo de vida de los pastores, la planificación pastoral, los métodos de evangelización y la forma en que la Iglesia respeta la dignidad humana, por ejemplo, en lo que respecta a las condiciones de trabajo dentro de sus instituciones. (párrafo 98)

[Nota de los editores: Los párrafos 103-105 ofrecen algunas reformas de gobierno de la iglesia que ofrecen esperanza para renovar la iglesia para que sea más participativa. Más adelante esta semana se publicará un artículo separado que explica estos párrafos.]

Fomentar una Iglesia de encuentro: … La conversión sinodal llama a cada persona a ampliar el espacio de su corazón, siendo el corazón el primer lugar donde resuenan todas nuestras relaciones, fundadas en la relación personal de cada uno con Jesucristo y su Iglesia. Este es el punto de partida y la condición de cualquier reforma sinodal de los vínculos de nuestra comunión y de los espacios donde somos Iglesia. La acción pastoral no puede limitarse a cuidar las relaciones entre personas que ya se sienten en sintonía entre sí, sino que debe favorecer el encuentro entre todos los hombres y mujeres. (párrafo 110)

La Iglesia como intercambio de dones de todos: La Iglesia, tanto a nivel local como en virtud de su unidad católica, aspira a ser una red de relaciones que proféticamente propague y promueva una cultura del encuentro, de la justicia social, de la inclusión de los marginados, de la comunión entre los pueblos y del cuidado de la tierra, nuestra casa común. La realización concreta de esto requiere que cada Iglesia comparta sus propios recursos en un espíritu de solidaridad, sin paternalismo ni subordinación, con respeto a la diversidad y promoviendo una sana reciprocidad. Esto incluye, cuando sea necesario, el compromiso de sanar las heridas de la memoria y de recorrer el camino de la reconciliación. (párrafo 121)

Iglesias locales que avanzan a ritmos diferentes: Un estilo sinodal permite a las Iglesias locales avanzar a ritmos diferentes. Las diferencias de ritmo pueden ser valoradas como expresión de una diversidad legítima y como una oportunidad para compartir dones y enriquecimiento mutuo. Este horizonte común requiere discernir, identificar y promover prácticas concretas que nos permitan ser una Iglesia sinodal en misión. (párrafo 124)

Participación diversa en las Asambleas Eclesiales: En las asambleas eclesiales (regionales, nacionales, continentales) los miembros que expresan y representan la diversidad del Pueblo de Dios (incluidos los obispos) participan en el discernimiento que permitirá a los obispos, colegialmente, llegar a las decisiones que les corresponde tomar en razón de su ministerio. Esta experiencia demuestra cómo la sinodalidad permite concretamente la implicación de todos (el santo Pueblo de Dios) y el ministerio de algunos (el Colegio de Obispos) en el proceso de toma de decisiones sobre la misión de la Iglesia. (párrafo 127)

Formación integral y permanente para todos: Una de las peticiones que ha surgido con más fuerza y desde todos los contextos durante el proceso sinodal es que la formación que imparte la comunidad cristiana sea integral y continua. Dicha formación debe apuntar no sólo a la adquisición de conocimientos teóricos, sino también a promover la capacidad de apertura y encuentro, de compartir y colaborar, de reflexión y discernimiento en común. La formación debe, por tanto, involucrar todas las dimensiones de la persona humana (intelectual, afectiva, relacional y espiritual) e incluir experiencias concretas adecuadamente acompañadas. También se ha insistido mucho a lo largo del proceso sinodal en la necesidad de una formación común y compartida, en la que participen juntos hombres y mujeres, laicos, personas consagradas, ministros ordenados y candidatos al ministerio ordenado, para que puedan crecer juntos en el conocimiento y la estima mutua y en la capacidad de colaborar. Esto requiere la presencia de educadores idóneos y competentes, capaces de demostrar con su vida lo que transmiten con sus palabras. Sólo así la formación será verdaderamente generadora y transformadora. Tampoco debemos pasar por alto la contribución que las disciplinas pedagógicas pueden hacer para proporcionar una formación bien enfocada, métodos de aprendizaje y enseñanza para adultos y el acompañamiento de personas y comunidades. Por lo tanto, debemos invertir en la formación de formadores. (párrafo 143)

La importancia de la enseñanza social católica: Los temas de la doctrina social de la Iglesia, como el compromiso por la paz y la justicia, el cuidado de nuestra casa común y el diálogo intercultural e interreligioso, también deben compartirse más ampliamente entre el Pueblo de Dios para que la acción de los discípulos misioneros pueda influir en la construcción de un mundo más justo y compasivo. El compromiso con la defensa de la vida y los derechos humanos, por el ordenamiento adecuado de la sociedad, por la dignidad del trabajo, por una economía justa y solidaria y una ecología integral es parte de la misión evangelizadora que la Iglesia está llamada a vivir y encarnar en la historia. (párrafo 151)

—Robert Shine (él), New Ways Ministry, 28 de octubre de 2024

Fuente New Ways Ministry

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New Ways Ministry: Informe del Sínodo ignora cuestiones LGBTQ+ y ofrece fundamentos para cambios futuros

Lunes, 28 de octubre de 2024

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Documento final del Sínodo de la Sinodalidad

Documento sinodal: Sabor agridulce

Qué episcopado para la recepción del Sínodo de la sinodalidad, por Joseba Kamiruaga, cmf

El Sínodo se compromete a “hacer de las comunidades lugares cada vez más seguros para los menores”


La Asamblea General del Sínodo sobre la Sinodalidad publicó anoche (sábado 26) su Documento Final, con lo que no solo concluye la reunión de este mes, sino también el proceso más amplio de tres años iniciado por el Papa Francisco en 2021. El Papa ha aclarado que no emitirá una exhortación apostólica, como había sido habitual en los sínodos anteriores, por lo que este Documento Final es, de hecho, la última palabra por ahora.

A continuación, se incluye una declaración de Francis DeBernardo, Director Ejecutivo de New Ways Ministry, sobre el documento y la conclusión de este Sínodo. Bondings 2.0 brindará más cobertura a lo largo de esta semana.

ROMA—Por segunda vez, la Asamblea General del Sínodo no incluyó las cuestiones LGBTQ+ en su Documento Final, a pesar de que los fieles católicos insistieron en nombrarlas como una prioridad máxima. Tal omisión sin duda decepcionará a muchos católicos pro-LGBTQ+ que esperaban un cambio positivo a través de este proceso sinodal. Pero si bien el Documento Final se queda corto, el proceso sinodal ha preparado un terreno fértil para el cambio. El New Ways Ministry insta a los católicos a no desesperarse, sino a continuar su trabajo por la justicia y la igualdad.

Los laicos de la Iglesia deben ahora alzar la voz y ser más vigorosos que nunca en la defensa de la reforma. El mejor resultado del proceso sinodal es la reafirmación del firme llamado del Vaticano II a que todo el pueblo de Dios sea corresponsable de la Iglesia y participe en todos los niveles de la toma de decisiones. Los defensores católicos de los derechos LGBTQ+ no deben permitir que las esperanzas frustradas de una mayor reforma a través del Sínodo les impidan participar más en el gobierno eclesial.

Independientemente de este Documento Final, queda trabajo por hacer del catolicismo “un hogar para todos”, como lo ha imaginado el Papa Francisco.

Los papas autoritarios de 1978 a 2013 sofocaron cualquier discusión real sobre las cuestiones LGBTQ+ en la Iglesia, incluso en los niveles más altos. Ahora, llevará tiempo que el catolicismo crezca hasta convertirse en un modo sinodal. Este desafío se hace más difícil porque muchos obispos, particularmente en los Estados Unidos, fueron nombrados por los dos papas anteriores y comparten sus tendencias autocráticas incluso ahora. El derecho canónico debe revisarse lo suficiente para que la participación de los laicos y la consulta amplia sean obligatorias o esos obispos y líderes de la Iglesia intransigentes no cambiarán.

Cuando se les preguntó en las conferencias de prensa del Sínodo de este mes sobre la posibilidad de tal obstrucción, orador tras orador alentó a los laicos a tomar iniciativas sinodales incluso si no se presenta ninguna de los líderes de sus diócesis o parroquias. Estos últimos tres años han demostrado que la sinodalidad es el camino a seguir para la Iglesia, y no se le negará.

El Sínodo sobre la sinodalidad en su conjunto sigue siendo un momento histórico en la historia de la Iglesia para los católicos LGBTQ+. Por primera vez a nivel mundial, las preocupaciones y los deseos de las personas LGTBIQ+ y sus aliados no solo fueron expresados, sino que fueron escuchados atentamente por los líderes del Vaticano. El proceso sinodal dejó en claro que la inclusión LGBTQ+ es una preocupación clave para los fieles. Durante más de dos años de consultas en todos los continentes y en todos los niveles, los católicos hicieron saber a sus líderes que ha llegado el momento de poner fin a la discriminación y la exclusión.

Nunca más se puede decir que la inclusión LGBTQ+ en la iglesia es un tema de nicho o descartado como una simple preocupación occidental. Nunca más la Iglesia institucional puede pretender no saber el daño que se ha hecho o los caminos que se ofrecen para avanzar. Este viaje sinodal dejó en claro que el pueblo de Dios anhela una iglesia que acoja a todas las personas, que incluya todas las identidades sexuales y de género.

Junto con muchas otras preocupaciones urgentes expresadas por los fieles, la Asamblea General de este mes no respondió adecuadamente a los católicos LGBTQ+ y sus aliados. Debido a que la Asamblea careció de transparencia sobre sus procedimientos y rendición de cuentas a la Iglesia en general, no sabemos cómo ni por qué sucedió esto. Sabemos que algunos delegados LGBTQ+ se esforzaron por plantear estas cuestiones, pero las respuestas de otros delegados siguen siendo un misterio. Claramente, se vieron obstaculizados por la decisión preventiva del Papa Francisco y los líderes del Sínodo de eliminar la inclusión LGBTQ+ y otros temas considerados demasiado controvertidos de la agenda de la Asamblea. En resumen, la Asamblea General del Sínodo no logró ser sinodal.

El ministerio católico LGBTQ+ se ha llevado a cabo de manera sinodal mucho antes de que la Iglesia en general comprendiera el valor de la sinodalidad. Durante décadas, el ministerio LGBTQ+ se ha basado en el encuentro, la escucha, la educación recíproca y la toma de decisiones colaborativa. Los defensores católicos LGBTQ+ conocen bien estos métodos y conocen bien sus frutos.

El trabajo del diálogo sinodal permitirá que la iglesia se convierta aún más a partir de las experiencias vividas por los católicos LGBTQ+. La Asamblea Sinodal de este mes, y de hecho los tres años de este Sínodo sobre la sinodalidad, son solo el comienzo de un proceso más largo, y por eso los católicos deben asegurarse de que la implementación de las reformas estructurales se realice de manera sólida, transparente e íntegra.

—Francis DeBernardo, New Ways Ministry, 27 de octubre de 2024

Para ver la cobertura completa de Bondings 2.0 sobre el Sínodo sobre la sinodalidad, haga clic aquí. Además, todos los recursos de New Ways Ministry sobre la sinodalidad (seminarios web, resúmenes de conversaciones espirituales LGBTQ+, registros de los participantes sobre temas LGBTQ+ y más) están disponibles haciendo clic aquí. (En los dos primeros enlaces – cobertura y Sínodo sobre la sinodalidad -, puede verse casi toda la información en español)

Fuente New Ways Ministry

En palabras del director de Religión Digital José Manuel Vidal, “Si, como decía el profético cardenal Martini, llevamos doscientos años de retraso, la verdad es que el documento final del Sínodo no parece colmarlos. Es evidente que el documento trasluce un nuevo comienzo, un reinicio, un reset de la Iglesia en clave sinodal. ¿Es suficiente este nuevo comienzo? El proceso sinodal es un proceso, pero, a fuer de quedarse en mera palabrería, debería aterrizar en lo concreto y dar pasos sinodales desde el principio.”

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James Martin: “En cuestiones LGBTQ+, definitivamente Francisco ha hecho grandes avances”

Lunes, 28 de octubre de 2024

IMG_8072Si él lo dice…

Explica su compromiso con este colectivo: “Los jesuitas tenemos que caminar con los excluidos”

“Yo trabajo con los católicos LGBTQ+ porque soy sacerdote jesuita. Como dice la Compañía de Jesús, estamos llamados a ‘caminar con los excluidos’. ¿Y quién se siente más excluido que ellos mismos de la Iglesia?”

“Definitivamente creo que el Papa Francisco, que tiene que equilibrar la profecía con la unidad, está haciendo lo mejor que puede. Sé que las personas LGBTQ+ tienen un amigo en Francisco”

“Tal vez lo que estamos viendo es que el propio Papa está llegando a nuevas comprensiones de esas cuestiones, a medida que escucha, reza, sopesa y discierne lo que ve, lee y oye”

Yo trabajo con los católicos LGBTQ+ porque soy sacerdote jesuita. Como dice la Compañía de Jesús, estamos llamados a ‘caminar con los excluidos’. ¿Y quién se siente más excluido que ellos mismos de la Iglesia? Básicamente, trabajo con ellos porque Jesús siempre se acercó a quienes se sentían marginados. Y definitivamente creo que el Papa Francisco, que tiene que equilibrar la profecía con la unidad, está haciendo lo mejor que puede. Sé que las personas LGBTQ+ tienen un amigo en Francisco”.

Tras algunas críticas vertidas porque las cuestiones sobre este colectivo habían desaparecido de la segunda fase del Sínodo de la Sinodalidad que se está celebrando en Roma, el religioso y pionero en la pastoral con estas personas, James Martin, lo tiene muy claro: “En cuestiones LGBTQ+, creo que definitivamente [el papa Francisco] ha hecho grandes avances”.

Así lo asegura el también padre sinodal -en la sesión del año pasado vio cómo otro de los padres sinodales se levantaba de su lado en la mesa en la que le había tocado al percatarse de su presencia- en una entrevista con NCR, en donde pasa revista a las expectativas levantadas sobre la segunda parte de esta histórica asamblea sinodal.

Enfriar las expectativas

Sobre por qué razones Francisco se muestra más comprensivo con la cuestión LGTBI+ o el papel de la mujer en la Iglesia que sus predecesores, pero luego enfría las expectativas y elimina ambos focos de la reflexión sinodal, Martin señala que “tal vez lo que estamos viendo es que el propio Papa está llegando a nuevas comprensiones de esas cuestiones, a medida que escucha, reza, sopesa y discierne lo que ve, lee y oye.

También tenemos que recordar que está equilibrando los deseos de varios grupos en la Iglesia, varias diócesis, varias culturas, etc. Así que lo que puede parecer tibio en Occidente es candente en otras partes del mundo”, asegura el jesuita.

En cuanto a si, finalmente, tras las expectativas levantadas en torno a este Sínodo, que comenzó a trabajarse ya en 2021, pueden cumplirse o la decepción prenderá en no pocos, Martin muestra su confianza en los avances: Estoy seguro de que se logrará algo, pero sólo el Espíritu Santo sabe en qué consiste”.

El progreso del año pasado fue, como mínimo, una profundización de las amistades que comenzaron el pasado mes de octubre. Ahora bien, como dijo el padre Radcliffe el año pasado, la gente podría decir: ‘¡Qué desperdicio! ¡Hacer todo ese camino sólo para hacer amigos!’. Pero este es un paso esencial en el proceso. Como dijo san Juan Pablo II: ‘La colegialidad afectiva precede a la colegialidad efectiva’. En otras palabras, la amistad precede al diálogo. No se puede hablar de cosas difíciles a menos que se conozca a la otra persona como un amigo”.

En este sentido sí que destaca que el ambiente ha mejorado con respecto al año pasado: “Este año el ambiente es más festivo, la gente no saluda a extraños, sino a amigos. Eso debería facilitar, como dije, la construcción de puentes y la solución de cualquier problema difícil que pueda surgir”.

Fuente Religión Digital

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Soy una mujer cristiana gay: no creo que haya géneros después de la muerte

Lunes, 28 de octubre de 2024

IMG_7300Betty Harper es una cristiana homosexual que ha luchado para sentirse bienvenida en una iglesia, por lo que se propuso como misión encontrar un lugar de culto donde todos sean aceptados.

Harper, de Llanddulas, en Conwy, Gales del Norte, dijo a PinkNews que se crió en un hogar donde las personas homosexuales estaban “muy mal vistas”, y cuando le reveló su sexualidad a su padre, él se negó a aceptarla.

“Cuando llegué a la edad en la que me di cuenta de que no sentía lo mismo que la mayoría de las otras chicas de mi año (no me gustan los chicos), decidí decírselo a mi padre”, recordó, y agregó que comenzaron a gritarse y ella insistió en que era gay y que no era una fase.

Era pastor de una capilla. Se ponía a despotricar sobre cómo (ser LGBTQ+) era una abominación, obra del diablo.

“Me di cuenta de lo grave que era la discriminación contra las personas LGBTQ+ en una iglesia”.

Harper “nunca se sintió cómodo en un ambiente de iglesia” y siente que es “mucho más importante tener un lugar donde puedas sentirte amado y aceptado y donde no te digan que vas a ir al infierno”, y esa es “la razón principal por la que comencé este esfuerzo”.

Y ella no cree que haya géneros después de la muerte.

“Cuando vas al cielo, no vas en tu cuerpo, sino en tu alma”, dijo. “Tu cuerpo es la cáscara en la que vive tu alma. Todo lo que se necesita para ir al cielo es creer que Jesús murió en la cruz por ti”.

Fuente PinkNews

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Los obispos noruegos y más de 30 comunidades cristianas rechazan la inexistente “ideología de género” y abogan por su interpretación sobre la “verdad bíblica”

Lunes, 28 de octubre de 2024

IMG_8124Erick Varden, presidente de la Conferencia Episcopal Nórdica

Recurren a la biología cuando les interesa vomitar LGTBIQ+ fobia

Los obispos católicos de Noruega, junto a más de 30 comunidades cristianas, han firmado una enésima declaración en la que se posicionan en defensa de lo que ellos entienden como «realidad biológica» frente a la inexistente ideología de género y la teoría queer. En el documento, los firmantes subrayan la necesidad de respetar las verdades bíblicas y biológicas, y alertan, como si ellos no estuvieran haciendo eso constantemente, sobre las consecuencias de imponer ideas ideológicas en la sociedad, especialmente entre los jóvenes.

En un gesto sin precedentes en Noruega, los obispos católicos del país, acompañados por más de 30 comunidades cristianas, han firmado la «Declaración ecuménica sobre la diversidad de género y sexualidad», un documento que pretende ofrecer «un aporte constructivo» a la sociedad sobre cuestiones que consideran fundamentales para el bienestar y la dignidad humana. Esta declaración, publicada recientemente, reafirma el compromiso de las iglesias firmantes con la visión cristiana de la persona humana, basada tanto en la Biblia como en los datos biológicos, en un contexto donde la creciente promoción de la ideología de género ha generado polémica.

La declaración ecuménica parte de una afirmación discutida: «Existen solo dos sexos biológicos: masculino y femenino». Según el texto, el sexo de una persona es determinado en el momento de la concepción, y cualquier teoría que sugiera que el género puede ser elegido o definido subjetivamente carece de fundamento en la biología y la ciencia natural. Para los firmantes, la idea de que una persona puede tener una identidad de género distinta a su sexo biológico es un concepto basado en ideologías, más que en evidencias científicas.

Este pronunciamiento se presenta como una respuesta directa a lo que los obispos y las comunidades firmantes consideran una creciente presión en muchos países, incluida Noruega, para que las instituciones y las escuelas promuevan ideas sobre el género que difieren de las creencias tradicionales. En particular, expresan su preocupación por la enseñanza en las escuelas de que, además de los géneros masculino y femenino, existen otros géneros o identidades, lo cual califican de «extremadamente problemático» para los niños y adolescentes.

Una de las principales preocupaciones expresadas en la declaración es el impacto que la ideología de género podría tener en los niños y jóvenes, especialmente en entornos educativos. Según los firmantes, enfrentar a los menores con conceptos como la fluidez de género o la multiplicidad de identidades puede llevar a «confusión, inseguridad y decisiones de vida destructivas». Los obispos y las comunidades cristianas argumentan que la introducción de estas ideas en las aulas no solo desafía la realidad biológica, sino que también infringe los derechos de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus valores y creencias.

El obispo Erik Varden, presidente de la Conferencia Episcopal Nórdica, explicó en una entrevista que la declaración ecuménica surge como una continuación de un documento similar firmado en 2016 sobre el matrimonio, en el cual ya se afirmaba la importancia de proteger la institución matrimonial tal como está definida en la Biblia. Según Varden, el creciente debate sobre la diversidad de género y sexualidad en la sociedad contemporánea hizo que muchas comunidades cristianas se sintieran obligadas a posicionarse públicamente, reafirmando que la visión antropológica cristiana es «consistente con los datos empíricos» y que una comprensión cristiana de la vida «es eminentemente concreta».

El documento también critica lo que los firmantes describen como un abuso de poder por parte de las autoridades gubernamentales y las instituciones públicas, que estarían ejerciendo presión sobre los ciudadanos y las organizaciones para que adopten la teoría queer en sus visiones sobre el género, la sexualidad y el matrimonio. Los obispos y las comunidades cristianas ven esta tendencia como una imposición de normas políticas que chocan con las verdades bíblicas y biológicas que defienden.

Además de su rechazo a la “ideología de género”, la declaración aborda temas como la inseminación artificial y la maternidad subrogada, a las que consideran contrarias a la voluntad creadora de Dios y a los derechos del niño. Para los firmantes, el hecho de que un niño sea privado deliberadamente del conocimiento de sus padres biológicos, o de la presencia de ambos en su vida, es una violación de sus derechos fundamentales. Citando la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, insisten en que cada niño tiene el derecho humano de conocer a sus padres y, en la medida de lo posible, ser cuidado por ellos.

Uno de los ejemplos más destacados en el que se apoyan para ilustrar los daños potenciales de la ideología de género es el caso de la clínica Tavistock en Inglaterra. Durante años, esta clínica trató a niños que experimentaban disforia de género con bloqueadores de la pubertad y tratamientos hormonales, algunos tan jóvenes como de 10 años. En 2022, la clínica fue cerrada tras una revisión independiente que señaló fallos críticos en su enfoque de tratamiento. Para el obispo Varden, este caso es una advertencia sobre las posibles consecuencias de permitir que las ideologías influyan en decisiones médicas y personales tan delicadas.

Según el prelado, «el coro de voces que quieren ser escuchadas está creciendo», en referencia a las personas que han sido afectadas negativamente por la inexistente “ideología de género” y que ahora están hablando públicamente sobre sus experiencias. Varden subraya que la declaración no está motivada por ira, sino por un deseo sincero de contribuir constructivamente a la sociedad noruega y de ofrecer acompañamiento a las personas en situaciones complejas, siempre desde una perspectiva cristiana.

A lo largo de la declaración, los firmantes reiteran su compromiso con el respeto y la dignidad de todas las personas, independientemente de sus circunstancias personales. Rechazan la discriminación, el acoso y la violencia en todas sus formas, pero insisten en que no harán concesiones en lo que consideran verdades bíblicas fundamentales. Según el texto, la verdadera compasión no implica aceptar todas las ideologías o cambios sociales sin discernimiento, sino acompañar a las personas en su camino hacia la plenitud, tal como lo enseña la fe cristiana.

El documento concluye reafirmando que, aunque las iglesias firmantes desean ser una voz de esperanza y acompañamiento, no pueden comprometer su restrictiva enseñanza basada en el Evangelio de Cristo y la tradición de la Iglesia. «Nuestra declaración surge de la oración y de nuestro compromiso con la nación», afirma Varden, quien subraya la necesidad de que la sociedad reconozca el valor inherente de cada persona, «como hermana, hermano o amigo potencial, viéndolos como Dios los ve, con una esperanza inmensa».

Finalmente, los firmantes insisten en que la Iglesia tiene un papel fundamental en la orientación de las personas hacia la verdad y el bien común, incluso cuando sus enseñanzas puedan estar en desacuerdo con las tendencias sociales o las políticas gubernamentales. En un momento de cambio y confusión para muchas personas, los obispos noruegos y las comunidades cristianas ven su misión como una guía espiritual y moral, que ayuda a las personas a encontrar su lugar en el mundo basándose en principios firmes y verdades inmutables.

En este sentido, el mensaje que los obispos y las comunidades cristianas quieren transmitir es claro: el respeto por la dignidad humana y la defensa de la verdad biológica y bíblica no son posiciones excluyentes, sino complementarias. En su declaración, se comprometen a seguir siendo una voz en defensa de la vida, la familia y la verdad, y a no ceder ante presiones externas que intenten desvirtuar estos valores esenciales.

Fuente Agencias

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Una epidemia de odio y asesinatos amenaza el progreso de Sudáfrica hacia la igualdad LGBTQ+

Lunes, 28 de octubre de 2024

Una-epidemia-de-odio-amenaza-el-progreso-de-Sudafrica-haciaUn aumento de los crímenes de odio muestra que los países africanos más amigables con LGBTQ+ están sucumbiendo a la influencia de las naciones vecinas.

Comentario de Daniel Anthony jueves 17 de octubre de 2024

En las primeras horas del 10 de agosto, la policía respondió a un tiroteo en Malvern, Johannesburgo, donde encontraron el cuerpo sin vida de una mujer trans de 22 años con múltiples heridas de bala. Le dispararon nueve veces mientras caminaba a casa después de una noche de fiesta con amigos.

La víctima, Clement Hadebe, había comenzado recientemente su transición y acababa de mudarse de su ciudad natal de Newcastle en KwaZulu-Natal a Malvern, donde vivía con su novio antes de su muerte.

Después del asesinato de Hadebe, se convirtió en blanco de intolerancia y culpabilización de las víctimas en las redes sociales. Los medios locales habían publicado historias falsas sobre las circunstancias que rodearon su muerte. Varios artículos informaron que fue asesinada después de intentar ligar con un hombre sin revelarle su “verdadero” género.

Un usuario de Facebook escribió: “El asesino hizo lo correcto… No puedes quedarme en ridículo y pensar que simplemente lo aceptaré”. Los blogs locales alimentaron aún más el odio con tabloides como “Hombre gay asesinado por engañar a un hombre que pensaba que era mujer” y “Asesinado por no ser mujer”.

Sibonelo Ncanana, responsable de participación de la sociedad civil de OUT LGBT Wellbeing, un grupo de defensa de la comunidad LGBTQ+, expresó su profunda preocupación por la tragedia y la posterior culpa transfóbica a las víctimas.

Culpar a las víctimas nunca es aceptable”, dijo Ncanana en un comunicado. “La noción de que las personas LGBTIQ+ ocultan quiénes son cuando simplemente son ellos mismos es profundamente preocupante. Nuestra identidad no es algo que requiera divulgación. En el caso de Clement, mucho de lo que se ha informado es especulativo. Pero incluso si el sospechoso inicialmente no sabía que Clement era LGBTIQ+, nunca puede haber ninguna justificación para la violencia. Clement no hizo nada malo al ser ella misma”.

El aumento global de las ideologías de derecha, junto con el aumento de las leyes anti-LGBTQ+ en África, plantea una amenaza continua a la seguridad y la dignidad de las personas queer en Sudáfrica y en todo el continente.

Varios países africanos, entre ellos Uganda, Kenia, Tanzania, Burkina Faso, Nigeria y Ghana, han promulgado o propuesto recientemente leyes draconianas anti-LGBTQ+ que no sólo criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo sino que también reprimen la defensa y el apoyo a LGBTQ+.

La legislación ha colocado a Sudáfrica –un país a menudo elogiado por su constitución progresista y protecciones legales para los derechos LGBTQ+, incluido ser el único país de África con matrimonio igualitario– en una posición precaria.

El país se encuentra cada vez más aislado en el continente, lo que dificulta mantener su postura progresista. Como era de esperar, la nación está lidiando con un aumento preocupante de la violencia brutal y los crímenes de odio.

Una epidemia de odio

Un mes después del asesinato de Hadebe, cinco sudafricanos LGBTQ+ más fueron asesinados en presuntos crímenes de odio.

Xolani Xaka, un hombre gay de 32 años de Gqeberha, fue asesinado a puñaladas repetidas veces el 18 de agosto. Había ido a investigar un ruido que escuchó fuera de la casa que compartía con su tío cuando fue atacado por tres hombres.

El 27 de agosto, la pareja de lesbianas Nombulelo Thandathina Bhixa y Minenhle Ngcobo, a quienes sus amigos describieron como “muy enamoradas”, fueron asesinadas a tiros mientras abordaban un taxi en Edendale, Pietermaritzburg. Los informes de las noticias locales indican que el sospechoso es el exnovio de Ngcobo con quien comparte un hijo. Según los informes, no estaba contento con que ella tuviera una relación con una mujer. Investigaciones adicionales revelaron evidencia de violencia hacia Ngcobo, lo que llevó a que se presentara una orden de protección contra el sospechoso por acoso constante hacia la pareja.

Y, según los informes, Lazarus Ikaneng Thomas, un hombre gay de 50 años de Galeshewe, fue estrangulado hasta la muerte y le arrojaron ácido por todas partes. Las autoridades descubrieron el cuerpo en descomposición de Thomas el 7 de septiembre después de que los vecinos se quejaran de un olor desagradable que emanaba de su casa.

Y en febrero, Diego Jacobs, de 21 años, fue apuñalado fatalmente en el cuello mientras caminaba a casa con amigos. El asesino era un antiguo vecino que lo había acosado y atacado varias veces por ser gay.

Las leyes no pueden cambiar la cultura

A pesar de los importantes avances globales hacia la aceptación y la igualdad, la mayoría de las sociedades sudafricanas todavía mantienen valores conservadores que estigmatizan y marginan a las personas queer. En mayo, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, firmó el proyecto de ley sobre prevención y lucha contra los delitos de odio y el discurso de odio para promover la igualdad. Sin embargo, su practicidad y eficacia están siendo cuestionadas debido al aumento de los ataques contra personas LGBTQ+.

El aumento de la violencia puede atribuirse a una combinación de prejuicios sociales y un creciente resurgimiento del sentimiento anti-LGBTQ+ en todo el continente. La reintroducción de leyes draconianas anti-LGBTQ+ en Uganda desencadenó un efecto dominó, lo que llevó a otros países a adoptar políticas similares, intensificando los sentimientos homofóbicos existentes y creando factores que contribuyeron al aumento de la violencia mucho más allá de sus fronteras.

La Ley Antihomosexualidad de 2023 de Uganda impone la pena de muerte por “homosexualidad agravada”, lo que contribuye a un entorno regional donde la homofobia es ampliamente aceptada. Esto socava el sistema legal progresista de Sudáfrica y al mismo tiempo alienta a personas con opiniones anti-LGBTQ+ a dañar a las personas queer y sentirse justificadas por la tendencia más amplia de represión en todo el continente.

Los políticos africanos también utilizan sentimientos anti-LGBTQ+ para desviar la atención de los fracasos económicos o de gobierno. Se presentan como defensores de los “valores africanos” contra la influencia occidental percibida, obteniendo el apoyo de electores conservadores mientras convierten a la comunidad LGBTQ+ en chivo expiatorio.

En Sudáfrica, algunos líderes políticos han hecho declaraciones que alientan la violencia contra la comunidad LGBTQ+.

En febrero de 2024, por ejemplo, el expresidente Jacob Zuma expresó una fuerte oposición al reconocimiento legal de las relaciones entre personas del mismo sexo, calificándolo de “desgracia”. Prometió que si su partido fuera elegido, trabajaría para anular estos derechos en favor de lo que llamó “ley africana” en lugar de “leyes holandesas”. Antes de asumir la presidencia en 2006, hizo una declaración muy controvertida en un evento del Día del Patrimonio que provocó indignación y empeoró el ambiente ya hostil hacia las personas queer. Cuando era niño, un ungqingili (término despectivo para referirse a los hombres homosexuales) no se habría parado frente a mí. Lo noquearía”, afirmó Zuma.

Si bien el Congreso Nacional Africano (ANC), el partido gobernante del país, generalmente apoya los derechos LGBTQ+, hay facciones dentro del partido, además de las de los partidos de oposición, que utilizan la homofobia para obtener beneficios políticos.

Muchos activistas también creen que las creencias religiosas y culturales están contribuyendo a los continuos ataques contra los sudafricanos LGBTQ+.

“La religión sigue siendo una fuerza poderosa que moldea las actitudes hacia las personas LGBTQ en Sudáfrica y en toda África”, dijo el activista Bandile Mokoena a LGBTQNation. La alineación de las creencias religiosas con los valores tradicionales crea desafíos para la aceptación LGBTQ, que impactan la seguridad y el bienestar de las personas queer en el país. Los movimientos cristianos evangélicos, a menudo respaldados por organizaciones conservadoras extranjeras, han adquirido una influencia considerable en Sudáfrica. Han estado difundiendo ideologías anti-LGBTQ, enmarcando las identidades LGBTQ como fracasos morales y amenazas a los valores familiares. Esto ha contribuido al arraigo de la homofobia en el discurso religioso y cultural del país”. añadió.

Si bien el gobierno sudafricano ha reconocido el aumento de los delitos contra personas LGBTQ+, los esfuerzos para combatirlos siguen siendo inadecuados. Las fuerzas del orden frecuentemente no dan prioridad a estos crímenes de odio, lo que ha dado lugar a múltiples informes de acoso e indiferencia hacia las víctimas LGBTQ+.

Los medios de comunicación también tienen una influencia significativa en la configuración de las percepciones sobre los africanos LGBTQ+. Los medios locales a menudo son sensacionalistas y muestran prejuicios, retratando a las personas LGBTQ+ como agitadores desviados, depredadores o extranjeros que corrompen la cultura africana. Estas representaciones incitan al pánico moral y alientan a individuos y grupos a tomar medidas contra quienes consideran amenazas. Aunque ha habido cierta mejora en la representación de las personas LGBTQ+ en los principales medios de comunicación sudafricanos, los estereotipos negativos y las narrativas dañinas continúan persistiendo.

Las sociedades patriarcales sudafricanas también imponen normas de género rígidas que discriminan a las personas queer que no se ajustan a las expectativas heterosexuales tradicionales. Los hombres que suscriben estos valores patriarcales ven a las mujeres lesbianas como una afrenta a su masculinidad y sus derechos heterosexuales, mientras que las mujeres transgénero y los hombres homosexuales a menudo son atacados por violar estas rígidas expectativas masculinas.

Abordar la creciente violencia contra las personas LGBTQ+ en Sudáfrica requiere algo más que una simple reforma legal. Los esfuerzos también deberían centrarse en cambiar las actitudes públicas, mejorar las respuestas institucionales y proteger a las comunidades vulnerables.

Fuente LGTBQNation

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Que pueda ver.

Domingo, 27 de octubre de 2024

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Oasis de Jericó
en la vega del Jordán;
todo luz, todo verdor,
todo rumores de aguas,
todo un regalo de Dios.

¡Y tú, ciego Bartimeo,
de oscura y seca pupila,
sin poder captar el vuelo
de aquella luz tamizada
de un limpio sol mañanero!

Si una vez dijo un poeta
que no hay en el mundo nada,
tan inhumano y cruel,
como ser ciego en Granada,
habrá que añadir también
que ser ciego en Jericó
es ser ciego en un Edén.

¡Pobre ciego Bartimeo,
pidiendo junto al camino,
limosna a los pasajeros!
¡Qué suerte aquella mañana,
cuando al pasar el Señor,
algo se encendió en tu alma
para poderle gritar:
Jesús, quiero ver el sol,
y, sobre todo, tu cara!

Era tu fe quien gritaba,
ya no te importaba ver
la luz y el correr del agua,
sólo gritabas muy fuerte:
¡Jesús, hijo de David,
que pueda yo ver tu cara!

Y cuando oiste su voz
y oiste que te llamaba,
allí tu manto voló
sobre el polvo del camino,
para así correr mejor.

La luz se posó en tus ojos,
de oscura y seca pupila,
y pudiste ver el rostro
del que es la Luz que ilumina
al hombre que al mundo llega.
Y te lanzaste al camino…
¡Camino que guía y lleva!

 *

José Luis Martínez SM

El ciego Bartimeo (Mc 10. 46-52)

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ciego

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En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:

“Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.”

Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más:

“Hijo de David, ten compasión de mí.”

Jesús se detuvo y dijo:

– “Llamadlo.”

Llamaron al ciego, diciéndole:

“Ánimo, levántate, que te llama.”

Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo:

– “¿Qué quieres que haga por ti?”

El ciego le contestó:

“Maestro, que pueda ver.”

Jesús le dijo:

“Anda, tu fe te ha curado.”

Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

*

Marcos 10, 46-52

***

En este episodio sobresale de modo evidente la lógica del amor. Cristo llega y manda llamar a Bartimeo. El ciego, que todavía lo era, abandona su manto – o sea, todo lo que tenía- y dando «un salto» se dirige hacia el «hijo de David». El ciego, que cuando gritaba antes era reprendido por los discípulos y por las personas que rodeaban al Señor para que callara, cuando le dicen que Cristo le llama, se confía del todo a esta llamada.

Podía ser muy bien una tomadura de pelo, un momento de insana diversión por parte de la gente, como probablemente había vivido ya Bartimeo. Pero esta alusión al salto que dio hacia Jesús indica un clima festivo. Es una muestra de la certeza interior del ciego de que aquel que está pasando ¡unto a él es el Mesías, el rey de la justicia, que puede tomarle consigo en su camino hacia Jerusalén. Y la pregunta que le hace Jesús es desconcertante: «¿Qué quieres que haga por ti?». Existe una auténtica angustia en el hombre cuando piensa que, si conoce a Dios, deberá servirle, dejará de ser libre. Pero cuando el ciego -expresión de toda la pobreza del hombre- está frente a Cristo, reconocido como hijo de David, es él, el Mesías, el que pronuncia la frase típica de todo siervo cuando le llama su señor: «¿Qué quieres que haga por ti?». Dios desciende y sale al encuentro del hombre que grita, presentándose a este hombre como humilde siervo.

*

M. I. R,
Decir el hombre, icono del creador, revelación del amor,
PPC, Madrid 2000.

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***

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“Sentados junto al camino”. 30 Tiempo Ordinario – B (Marcos 10,46-52)

Domingo, 27 de octubre de 2024

51-30_1480683En sus comienzos, al cristianismo se le conocía como «el Camino» (Hechos de los Apóstoles 18,25-26). Más que entrar en una nueva religión, «hacerse cristiano» era encontrar el camino acertado de la vida, caminando tras las huellas de Jesús. Ser cristiano significa para ellos «seguir» a Cristo. Esto es lo fundamental, lo decisivo.

Hoy las cosas han cambiado. El cristianismo ha conocido durante estos veinte siglos un desarrollo doctrinal muy importante y ha generado una liturgia y un culto muy elaborados. Hace ya mucho tiempo que el cristianismo es considerado como una religión.

Por eso no es extraño encontrarse con personas que se sienten cristianas sencillamente porque están bautizadas y cumplen sus deberes religiosos, aunque nunca se hayan planteado la vida como un seguimiento de Jesucristo. Este hecho, hoy bastante generalizado, hubiera sido inimaginable en los primeros tiempos del cristianismo.

Hemos olvidado que ser cristianos es «seguir» a Jesucristo: movernos, dar pasos, caminar, construir nuestra vida siguiendo sus huellas. Nuestro cristianismo se queda a veces en una fe teórica e inoperante o en una práctica religiosa rutinaria. No transforma nuestra vida en seguimiento a Jesús.

Después de veinte siglos, la mayor contradicción de los cristianos es pretender serlo sin seguir a Jesús. Se acepta la religión cristiana (como se podría aceptar otra), pues da seguridad y tranquilidad ante «lo desconocido», pero no se entra en la dinámica del seguimiento fiel a Cristo.

Estamos ciegos y no vemos dónde está lo esencial de la fe cristiana. El episodio de la curación del ciego de Jericó es una invitación a salir de nuestra ceguera. Al comienzo del relato, Bartimeo «está sentado al borde del camino». Es un hombre ciego y desorientado, fuera del camino, sin capacidad de seguir a Jesús. Curado de su ceguera por Jesús, el ciego no solo recobra la luz, sino que se convierte en un verdadero «seguidor» de su Maestro, pues, desde aquel día, «le seguía por el camino». Es la curación que necesitamos.

José Antonio Pagola

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“Maestro, haz que pueda ver” . Domingo 27 de octubre de 2024. Domingo 30º ordinario.

Domingo, 27 de octubre de 2024

57-ordinarioB30 cerezoLeído en Koinonia:

Jeremías 31, 7-9: Guiaré entre consuelos a los ciegos y cojos.
Salmo responsorial: 125El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Hebreos 5, 1-6: Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Marcos 10, 46-52: Maestro, haz que pueda ver.

El libro de Jeremías nos muestra un aspecto de la manifestación de Dios al que no estamos acostumbrados: la ternura. Dios nos ama sin importar si vamos por la vida como ciegos o cojos, es decir, si a duras penas podemos caminar o si apenas vemos o presentimos por dónde vamos. Dios nos ama, así estemos en un estado de vulnerabilidad o debilidad absoluta, como lo puede estar una mujer encinta o una madre que recién ha alumbrado a su hija. Dios nos ama incluso si hemos huido de él y nos hemos refugiado en el último confín de la tierra. Y la razón de ese amor no es otra que la de sentirnos hijos suyos, la de habernos engendrado por su amor, la de hacernos partícipes de su reino. Una de las insistencias de Jesús era la de vivir la experiencia amorosa de Dios como la esencia sobre la que se funda y funde nuestra vida; y no porque ello estuviera a tono con la sensibilidad religiosa de su tiempo.

El salmo empalma bien con la primera lectura y nos muestra cómo la magnificencia de Dios consiste en el rescate y redención de su pueblo. La experiencia del exilio ya no es la de vivir en un país extranjero, sino la de sentir que ningún lugar del mundo es extraño al proyecto transformador de Dios.

La segunda lectura, de la carta a los Hebreos, afianza y confirma esa dimensión del poder de Dios manifestado como compasión y misericordia. Jesús consagra nuestra vida a Dios por medio de su vida y su Palabra. Él redime nuestras faltas y nos encamina por una experiencia en la que convertimos en fortalezas nuestras infaltables debilidades humanas. Él nos ofrece un camino de redención que supera el puro precepto religioso, la simple justificación sentimental o un vacío racionalismo abstracto. Dios es el que llama, y nosotros somos quienes podemos responderle. Ya no queremos un gurú o un experto en religión, sino un hermano o una hermana que camine con nosotros y nos ayude a realizar esa vocación por la cual nos hemos hecho cristianos.

El evangelio de Marcos narra la curación del ciego Bartimeo, el último “milagro” de Jesús narrado por Marcos. Tradicionalmente este pasaje se ha incluido en el género “milagro”, pero si se lo examina bien, carece de algunos elementos típicos de este género, como por ejemplo el gesto de curación o la palabra sanadora. Estamos, más bien, ante un relato, basado tal vez en un hecho histórico, que sobre todo quiere acentuar la importancia de la fe como fundamento del discipulado.

El relato, dentro de su sobriedad, está «cargado de detalles», que, sin duda, han sido puestos en el relato con segunda intención, para facilitar una interpretación y aplicación concreta. Marcos nos indica el lugar donde sucede este episodio: a la salida de Jericó, la ciudad de las palmeras en medio del desierto de Judá, la puerta de entrada en la tierra prometida (cf Dt 32,49; 34,1), paso obligado para los peregrinos que venían de Galilea, por el camino del Jordán, a Jerusalén, ciudad de la que dista algo más de 30 kilómetros. La Jericó del tiempo de Jesús estaba situada al suroeste de la mencionada en el AT. Había surgido en torno a la lujosa residencia invernal construida por Herodes.

Hay, además, una alusión explícita –aunque suene un tanto genérica– al nombre del ciego: Bar-timeo, el «hijo de Timeo»; Mateo y Lucas no mencionarán este detalle. Junto con el de Jairo es el único nombre propio que aparece en Marcos antes de iniciar el relato de la pasión. Algunos piensan que esto es debido al hecho de que probablemente este hombre formó parte de la comunidad cristiana palestinense.

El protagonista es un hombre ciego, doblemente pobre, por tanto. Lv 19,14, Dt 27,18, Is 59,9 son textos que nos ayudan a comprender la situación de los ciegos en Israel. La liturgia ha establecido un nexo entre este evangelio y la primera lectura de Jeremías porque en ambos casos se habla de un acontecimiento gozoso para los ciegos.

El diálogo comienza con una petición de Bartimeo, de hondo trasfondo veterotestamentario (cf Os 6,6), y que la liturgia eucarística ha incorporado en el acto penitencial: “Ten compasión de mí”. La petición va precedida por el título mesiánico de hijo de David. Esta es la única vez que aparece este título en el evangelio. Posteriormente el ciego le llamará “rabbuní” (término que solemos traducir por “maestro” y que el original de Marcos no traduce).

La gente lo manda callar para que no moleste. Este mandato no tiene nada que ver con el “secreto mesiánico” tan típico de Marcos, ya que aquí quien manda callar no es Jesús sino la gente. Cuando el ciego se entera de que Jesús lo llama, “soltó el manto” y, de un salto, se acercó a Jesús. Este detalle aparece también en 2Re 7,15. Es una manera de indicar el interés que produce el acontecimiento.

El diálogo posterior se narra de una manera esquemática: pregunta (¿Qué quieres que haga por ti?), petición (“Maestro, que pueda ver”) y respuesta (“Anda, tu fe te ha curado”). Como ya se indicó antes, faltan el gesto y las palabras de la curación. El acento recae en la fuerza de la fe. Esta es la que permite pasar de la tiniebla a la luz, del borde del camino al interior del camino, de la pasividad de quien mendiga a la actividad de quien sigue a Jesús hasta el final.

Hoy se habla mucho de las terapias sanadoras a través de la medicina natural, de las técnicas psicológicas, de las tradiciones budistas, de los flujos de energía… y de los problemas sicosomáticos, que se curan de un modo también psico-somático… Los milagros se desnudan y se nos hacen mucho más explicables, mucho más del día a día. La vida está llena de «milagros» para quien sabe llevarla, por quien la lleva con coraje, con «fe». La «inteligencia emocional» (cfr. Daniel Goleman), la «inteligencia ecológica» (del mismo autor), la «inteligencia espiritual» (cfr. Danah Zohar), el holismo, la sinergia… nos trasladan a un «realismo mágico» nada inaccesible. La fe mueve montañas, ya lo dijo Jesús. Los milagros de nuestra fe no tienen por qué ser milagros-milagros, estrictamente sobrenaturales… Al menos, muchos de los de Jesús de Nazaret parece que no lo fueron, y los nuestros de hoy día es más difícil que lo sean. Tal vez necesitemos simplemente «educar los ojos» con esa inteligencia emocional, ecológica, espiritual (no en la visión lineal en la que nos educaron en el viejo paradigma)… y volver a echar mano de la fe, del «coraje de existir» (Tillich). Leer más…

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27.10.24. 30º dom.TO. Hijo de David, ten compasión de mí (Mc 10, 46-5)

Domingo, 27 de octubre de 2024

IMG_8259Del blog de Xabier Pikaza:

Con un milagro de ciego había terminado la sección anterior del mensaje en Galilea (Mc 6, 6b-8, 26): Jesús había abierto los ojos de un hombre de Betsaida (quizá símbolo de Betsaida Pedro y de todos sus discípulos) a fin de que pudieran comprender el sentido de su Reino y seguirle en el camino (8, 22-26).

Ahora, al final de esta nueva sección (8, 27-10, 52), después de exponer los rasgos de entrega que supone el evangelio, ante la dificultad reiterada de sus discípulos, Marcos vuelve a presentar a otro ciego, curado esta vez en el camino (10, 4652).

Sin duda, ambas escenas (8, 22-26 y 10, 46-52) están entrelazadas. Los que quieran entender y seguir a Jesus han de pedir que cure sus ojos, como pidee Bartimeo a las afueras de Jericó donde Jesús ha entrado, para salir luego de modo inmediato, pasando a la vera del camino donde él se encuentra está pidiendo limosna

(a. Un ciego). 46 Llegaron a Jericó. Y cuando salía de Jericó acompañado por sus discípulos y por bastante gente, el hijo de Timeo, Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. 47 Y oyendo que era Jesús el Nazareno quien pasaba, se puso a gritar: ¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí! 48 Muchos lo reprendían para que callara. Pero él gritaba todavía más fuerte: ¡Hijo de David, ten compasión de mí!

(b. Maestro, que vea)49 Jesús se detuvo y dijo: Llamadlo. Llamaron entonces al ciego, diciéndole: Animo, levántate, que te llama. 50 El, arrojando su manto, dio un salto y se acercó a Jesús. 51 Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: ¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: Maestro, que recobre la vista.

(c. Curación y seguimiento). 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y al momento recobró la vista y le siguió por el camino [1].

 Ésta escena, rica de contenido, puede dividirse en tres partes. Es posible (muy probable) que en su fondo haya un recuerdo histórico, vinculado a la ciudad de Jericó y a un ciego llamado Bartimeo, a quien ayudó Jesús. Pero Marcos lo ha convertido en un “texto bisagra”, con el que termina esta sección de los anuncios del camino (8, 28-10, 50), para comenzar las dos nuevas secciones de la acción y pasión de Jesús en Jerusalén (Mac 11-13 y 14-15).

Siendo un “paradigma” (enseñanza de tipo universal), este pasaje recoge el recuerdo de un gesto muy concreto del fin del camino de Jesús, su último milagro (la resurrección de 16, 1-8 no será ya un milagro), en el que se condensan y culminan de algún modo todos los anteriores.

Este mendicante de Jericó representa a la humanidad entera, condenada a la ceguera, al borde de un camino de peregrinación que él nunca podrá recorrer subiendo a Jerusalén, pues no ve. Es la humanidad oscurecida, que vive de limosna al borde de una ruta santa que, para él, no lleva a ninguna parte.

Es un marginado, que vive (sobrevive) de pequeñas limosnas, pero está atento y se preocupa por saber quienes pasan, y de esa forma mantiene una esperanza. Quizá pudiera decirse que se encuentra a la espera del Mesías, que debe pasar por allí, como pasó Josué en otro tiempo (cf. Jos 6), para “conquistar la tierra”. Está en el fondo, a la espera de Jesús, que le “recupera” para el Reino.

10, 46-48 ¡Hijo de David, ten compasión de mí!

46 Llegaron a Jericó. Y cuando salía de Jericó acompañado por sus discípulos y por bastante gente, el hijo de Timeo, Bartimeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. 47 Y oyendo que era Jesús el Nazareno quien pasaba, se puso a gritar: ¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí! 48 Muchos lo reprendían para que callara. Pero él gritaba todavía más fuerte: ¡Hijo de David, ten compasión de mí!

Pasar por Jericó (10, 46a). El comienzo del texto resulta, por lo menos, enigmático. Jesús y sus acompañantes llegan a Jericó donde no se dice si entran, ni el tiempo que permanecen, ni lo que hacen. El texto añade inmediatamente que, cuando salía de Jericó con sus discípulos, empezó a gritarle un ciego que se supone conocido (se le llama Bartimeo, el hijo de Timeo…), con el que sigue la escena del milagro (10, 46). Lógicamente podemos y debemos preguntarnos: ¿Por qué dice Marcos que Jesús entró en la ciudad? ¿Qué hizo allí? Se han dado dos respuestas básicas.

  (a) Algunos suponen que una redacción anterior del pasaje debía recoger lo que Jesús hizo en la ciudad. En este contexto se suele aducir el Evangelio Secreto de Marcos donde se afirma que Jesús había entrado en Jericó, añadiendo: “Y estaban allí la hermana del joven a quien amaba Jesús, y la madre de éste y Salomé; pero Jesús no las recibió”.

La tradición recordaría, según eso, una escena de la entrada de Jesús en la ciudad, que ha sido ignorada por el texto actual de Marcos. Pero, como he dicho en la introducción al Comentario de Marcos introducción, ese “evangelio secreto” parece posterior, lo mismo que la referencia a un encuentro de Jesús con la familia del pretendido discípulo amigo de Jesús, sería un añadido tardío, para encuadrar las “escenas” de ese evangelio secreto (cf. comentario a 14, 51-52).

(b) Resulta más verosímil pensar que Marcos recoge simplemente la tradición según la cual Jesús y sus acompañantes pasaron en Jericó el día de sábado, como hacían muchos peregrinos galileos, que descasaban allí el día santo, para ponerse en marcha el primero de la semana (el domingo actual), muy temprano, para cubrir así los casi treinta kilómetros de fuerte subida y llegar a Jerusalén al comienzo de la tarde (¡sería en nuestro computo actual el Domingo de Ramos).

Ese descanso del sábado en Jericó era un detalle bien conocido, de manera que no era necesario destacarlo. Allí descansó, cumpliendo el precepto legal, con los demás peregrinos, pues nadie subía por el camino de Jerusalén en Sábado, pero a Marcos (preocupado de otra forma por el sábado, como hemos visto en 2, 23−3, 4) no le interesó conservar ese dato, por lo que se limita a decir que llegó a Jericó y que salió.

 Sea como fuere, el “milagro” del ciego está situado precisamente en ese momento de “salida” de Jericó, en la última etapa del ascenso a Jerusalén, cuando Jesús recibe en su cortejo de Reino precisamente a este ciego (recuérdese que los ciegos son importantes en la “historia” religiosa de Jerusalén (como saben, desde perspectivas complementarias,  2 Sam 5, 8 y Mt 21, 14). Jesús, a quien acompañan sus discípulos, viene con la gente e inicia el último tramo, el último día, de su ascenso mesiánico (cf. 10, 32). Al borde del camino (para tên hodon) se encuentra Bartimeo, mendigo ciego, que le grita; la gente se lo impide diciéndole que calle (10, 46-48), pero Jesús sabe escuchar, como pronto indicaremos.

Un ciego a la espera (10, 46b-47a). No es sin más un ciego, sino un ciego sentado a la vera del camino que sube hacia Jerusalén. Todo nos permite suponer que está a la espera de alguien (¿el mesías?) que pase y le ayude. En ese sentido es un signo de todos aquellos a quienes el mismo Jesús ha de curar, para que vean y le puedan seguir en el camino.

Quizá podamos tomarle como signo de aquellos que deben superar sus cegueras anteriores, descubriendo a Jesús tras la pascua, en Galilea (cf. 16, 6-8 allí «le veréis, según os dijo»).

En ese sentido, el “milagro” de Bartimeo anticipa la historia de la pascua, cuando se dice que  los discípulos podrán  a Jesús de nuevo en Galilea, si van allí como les dicen las  mujeres de la pascua.

Pero, al mismo tiempo, este milagro recuerda la historia del ciego de Betsaida (8, 22-26), con el que terminaba la primera parte de Marcos (1, 14−8, 26) y comenzaba la segunda (8, 28−15, 47), mostrándonos que sólo unos ojos abiertos podían descubrir el sentido y las implicaciones del camino de Jesús. Pero entonces la escena quedaba truncada. Jesús mandaba al ciego que se fuera, y el ciego se iba y Pedro no lograba mantenerse firme ante las exigencias del mesianismo de Jesús Hijo de Hombre (cf. 8, 18-.9, 1). Ahora, en cambio, este milagro adquiere un sentido muy positivo, pues el ciego bien curado sabe abrir los ojos y seguir con presteza a Jesús en el camino.

Evidentemente, este ciego no tiene por qué saber lo que Jesús ha ido diciendo en sus palabras anteriores. A la salida de Jericó, a la vera del camino pascual, está inmóvil y parece que no tiene más oficio ni esperanza que vivir como mendigo. Es enfermo, está ciego y vive a costa de aquello que le quieren ofrecer los peregrinos. La ciudad pascual se encuentra cerca, pero él no puede subir para admirar su santuario y orar con el resto de los fieles.

Su ceguera le tiene clavado al borde del camino, en la etapa final de la subida y del drama del Reino. Como he dicho, este ciego no conoce a Jesús, pero se puede suponer que está al corriente de lo que implica su camino, sea en la línea de las predicciones de la pasión (Jesús sube a Jerusalén dispuesto a morir: 8, 31; 9, 31; 10, 33), sea en la línea de una esperanza general, de tipo davídico-mesiánico. De esa forma, cuando se entera de que Jesús pasa, él confía y le grita por dos veces: ¡Hijo de David, Jesús, ten piedad de mí! (cf. 10, 47-48).

Al invocarle así, como “Hijo de David”, en su ascenso hacia Jerusalén, este ciego le está confesando de algún modo como “Mesías”, en una línea que culminará precisamente cuando Jesús llegue (¡esa tarde!) a Jerusalén y sus acompañantes le aclamen diciendo: ¡Bendito el Reino de nuestro padre David! (11, 10). estamos en la mañana del “domingo” que precede al Sábado de Pascua (¡aquel año la pascua caía en sábado), y los peregrinos que inician la marcha muy temprano podrán llegar a Jerusalén antes de la caída de la tarde. De esa manera, esta escena, con la invocación del ciego, forma el primer acto de la “entrada en Jerusalén”, que empieza precisamente aquí, en Jericó.

Esta invocación (¡Hijo de David!) tiene, un tono mesiánico y proviene, paradójicamente, de un ciego al borde del camino. Sin duda, cuando luego le pedirá “que vea”, se puede suponer que está pensando en un “hijo de David” que tiene capacidad de “curar”, como Salomón, a quien la tradición presenta como Hijo de David y sanador.

Pero en este contexto, al final del camino de ascenso a Jerusalén, este título (Hijo de David) tiene un sentido claramente mesiánico, lo mismo que el de Roca, cuando dijo que Jesús era “el Cristo” (8, 29). Pero hay una diferencia esencial: PEDRO  llamaba a Jesús “Cristo”, pero en el fondo quería aprovecharse de él e impedirle cumplir su camino, dando la vida por los otros; Bartimeo, en cambio, llama a Jesús “Hijo de David” para ver y seguirle en el camino. Marcos acepta aquí ese matiz del título “Hijo de David”, aplicándolo a Jesús; pero, después, en la gran controversia de 12, 25-37, lo rechaza, porque rechaza el mesianismo de poder, como veremos comentando con detalle ese pasaje [2].

Sea como fuere, Bartimeo, ciego de camino, no busca el reino de Jesús en sentido político/militar; tampoco quiere el poder, como lo acaban de buscar los zebedeos; ni está empeñado en defender su dinero, como el rico (cf. 10, 17-45), sino que reconoce su carencia propia (es un ciego), y sólo quiere ver, y para eso pide la ayuda de Jesús, en medio del gentío que llena el camino y que pasa, subiendo hacia Jerusalén. Si Jesús es de verdad “Hijo de David” tiene que abrirle los ojos, como se los abre, no para seguirle en un camino de toma militar de la ciudad (como el David antiguo: 2 Sam 5, 8-9), , sino de entrega de la vida, precisamente en Jerusalén.

Este ciego pide ayuda, pero la gente que acompaña a Jesús quiere que calle, que no estorbe. Piensan que Jesús ha de ocuparse de otros temas y problemas más urgentes, como se suponía en el caso de los niños (10, 13); piensan que en esta última etapa de subida a Jerusalén nada ni nadie puede estorbar a Jesús. Por eso los acompañantes piden al ciego que calle: ¡no estorbes! [3]

 10, 49-52a. Tu fe te ha salvado

49 Jesús se detuvo y dijo: Llamadlo. Llamaron entonces al ciego, diciéndole: Animo, levántate, que te llama. 50 El, arrojando su manto, dio un salto y se acercó a Jesús. 51 Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: ¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: Maestro, que recobre la vista. 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado.

Otros le piden o, mejor dicho, le exigen (emetimôn) que calle. ¿Por qué? Quizá porque les estorba y no quieren escuchar sus gritos.Pero es mucho más probable que le impidan gritar precisamente porque llama a Jesús abiertamente ¡Hijo de David!, en el sentido de pretendiente mesiánico. Jesús había mandado callar a Roca y a sus discípulos, cuando le dijeron que era el Cristo (8, 30). Es evidente que ahora esos discípulos tengan que impedir que este ciego grite de esa forma ante el paso de Jesús el Nazareno (ho Nadsarênos), nombre que puede tener connotaciones mesiánicas (como he puesto de relieve al estudiar Mc 6, 1-2 en mi comentario de Marcos).

Podemos suponer que le mandan callar precisamente porque invoca a Jesús como Hijo de David (nazareno), apelando de esa forma su “dignidad mesiánica”, en un momento de gran tensión (la última subida hacia Jerusalén). Pero es más probable que le manden callar porque piensan que su forma de invocar a Jesús no es la apropiada: ¡Jesús no debe ocuparse de un ciego, mendigo, impedido, en el camino! ¡Tiene otras cosas que hacer, otros problemas que resolver en esta última subida!

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El mendigo que no quería dinero. Domingo 30 ciclo B

Domingo, 27 de octubre de 2024

jesus-y-el-ciegoDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

El evangelio de este domingo cuenta el ultimo milagro realizado por Jesús durante su vida pública. Pero no es uno más; el relato depara interesantes sorpresas.

El protagonismo de Bartimeo

            En contra de lo que cabría esperar, el principal protagonista no es Jesús. Este se limita a ir por el camino y, cuando oye a uno que le grita repetidamente pidiéndole que se compadezca de él, ni siquiera se acerca para saber qué quiere. Lo manda llamar. Y cuando tiene lugar el milagro, no se lo atribuye; todo es mérito del ciego.

            En cambio, a Bartimeo le concede el evangelista una atención especial. Aparte de indicarnos el nombre de su padre (detalle que no se da en otros casos) se describe con detalle todo lo que hace. Ha elegido un buen sitio para pedir limosna: el camino de Jericó a Jerusalén, uno de los más transitados. Y cuando se entera de que quien pasa es “Jesús el nazareno” comienza a gritar pidiéndole que se compadezca de él. En nuestras calles y en las entradas de las iglesias nunca faltan mendigos. En general se comportan de forma educada, a veces ni hablan, les basta un gesto. ¿Qué sentiríamos si uno de ellos se pusiera a gritar repitiendo: «Ten compasión de mí»? Reaccionaríamos igual que los que acompañan a Jesús: diciéndole que se calle. Pero Bartimeo insiste, grita cada vez más. Y cuando consigue que Jesús lo llame parece que ha dejado de ser ciego. De un salto, sin miedo a tropezar, deja tirado su manto y marcha hacia él. Entonces ocurre lo más sorprendente.

Tres finales posibles

Imaginemos lo que podría haber ocurrido para comprender mejor lo que ocurrió.

Primer final: Cuando Jesús le pregunta qué quiere de él, Bartimeo no lo duda: una buena limosna. Jesús encarga a Judas que se la dé, este lo hace a regañadientes, y Bartimeo duda si seguir pidiendo o marcharse a su casa a descansar.

Segundo final: Cuando Jesús le pregunta qué quiere de él, no lo duda: «Volver a ver». Jesús, apartándolo de los presentes (como hizo en otro caso parecido) le toca los ojos y le concede lo que pide. Bartimeo recoge su manto y vuelve a su casa. Cuando su mujer y sus amigos se recuperan de la sorpresa, le dicen: «Ya no tienes excusa para no trabajar». Bartimeo se arrepiente de haber pedido el milagro.

Tercer final: Cuando Jesús le pregunta qué quiere de él, no lo duda: «Volver a ver». Jesús no hace nada, pero Bartimeo recupera de inmediato la vista. Olvidando su manto, su familia, sus amigos, sigue a Jesús camino de Jerusalén. Esto último es lo que ocurrió.

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:

-“Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.”

Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más:

-“Hijo de David, ten compasión de mí.”

Jesús se detuvo y dijo:

-“Llamadlo.”

Llamaron al ciego, diciéndole:

-“Ánimo, levántate, que te llama.”

Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo:

-“¿Qué quieres que haga por ti?”

El ciego le contestó:

-“Maestro, que pueda ver.”

Jesús le dijo:

-“Anda, tu fe te ha curado.”

Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Bartimeo, los discípulos y nosotros

           Cuando leemos este relato en el conjunto del evangelio de Marcos nos damos cuenta de que tiene una importancia enorme.

            Este episodio cierra una larga sección del evangelio en la que Jesús ha ido formando a sus discípulos sobre los temas más diversos: los peligros que corren (ambición, escándalo, despreocupación por los pequeños), las obligaciones que tienen (corrección fraterna, perdón) y el desconcierto que experimentan ante las ideas de Jesús a propósito del matrimonio, los niños y la riqueza. Después de todas esas enseñanzas, el discípulo, y cualquiera de nosotros, puede sentirse como ciego, incapaz de ver y pensar como Jesús.

            En este contexto, la actitud de Bartimeo, gritando insistentemente a Jesús que se compadezca de él, es un símbolo de la actitud que debemos tener cuando no acabamos de entender, o no somos capaces de practicar lo que Jesús enseña. Pedirle que seamos capaces de ver y de seguirle incluso en los momentos más difíciles.

 Otros detalles interesantes del relato

  1. Bartimeo llama a Jesús “hijo de David”. Es la única persona que le da este título en el evangelio de Mc. Puede tener dos sentidos: a) Jesús, como “hijo de David”, es el Mesías esperado, el rey de Israel; aunque inmediatamente antes haya hablado de su muerte, de que ha venido a servir, no a ser servido, el ciego confiesa su fe en la dignidad de Jesús y en su poder de curarlo. b) Jesús, como “hijo de David”, es igual que Salomón, al que las leyendas posteriores terminaron atribuyendo poder de curaciones. En este sentido se usa con más frecuencia en el evangelio de Mateo.
  2. Es curioso que se cuente que “soltó el manto” antes de acercarse a Jesús. Parece un detalle innecesario. Sin embargo, recuerda lo que se ha dicho al comienzo del evangelio a propósito de los primeros discípulos, que “dejando las redes, lo siguieron” (Mc 1,18).
  3. Aunque Bartimeo piensa que Jesús puede curarlo, Jesús le dice “tu fe te ha curado”, poniendo de relieve la importancia de la fe.
  4. Este es el único caso en todo el evangelio en el que una persona, después de ser curada, sigue a Jesús por el camino. Aunque el texto no lo dice, lo sigue hacia Jerusalén, hacia la muerte y la resurrección. Una vez más, Bartimeo se convierte en modelo para nosotros.

1ª lectura: Jeremías 31, 7 – 9

            El texto de Jeremías pretende consolar al pueblo de Israel, desterrado primero por los asirios y luego por los babilonios, prometiéndole que volverá del norte y de los confines de la tierra. Incluso las personas menos capacitadas para moverse (ciegos, cojos, preñadas, recién paridas), volverán a la patria. Las antiguas penas se transformarán en grandes consuelos.

          La relación de la primera lectura con el evangelio es muy escasa. Este texto de Jeremías quizá se ha elegido porque habla de ciegos que vuelven a Jerusalén, igual que Bartimeo sigue a Jesús hacia Jerusalén.

Así dice el Señor:

“Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos: proclamad, alabad y decid: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel. Mirad que yo os traeré del país del norte, os congregaré de los confines de la tierra. Entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas: una gran multitud retorna. Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos: los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán. Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito.”

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“Ceguera”. Domingo XXX del Tiempo Ordinario. 27 de octubre de 2024

Domingo, 27 de octubre de 2024

 

“Jesús le dijo: – ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó: – Maestro, que pueda ver.”

(Mc 10, 46-52)

El domingo pasado Jesús les hacía esta misma pregunta a dos de sus discípulos: Santiago y Juan.

Jesús se muestra disponible: “¿Qué quieres que haga por ti?” Nos invita a expresarle nuestras necesidades, porque al expresarlas pueden empezar a sanar.

Bartimeo era ciego y era evidente. Pero también Santiago y Juan estaban ciegos. Incluso los otros diez andaban mal de la vista. Sin embargo solamente Bartimeo era consciente de su ceguera y por eso le pide a Jesús: “-Maestro, que pueda ver.”

Estamos acostumbradas a leer la Biblia a trocitos y está muy bien para unas cosas. Nos ayuda a meditar sobre un aspecto concreto, pero si nos conformamos con esa lectura perdemos la visión de conjunto.

Los evangelios que venimos leyendo los últimos domingos forman una unidad que está pensada para hacernos caer en la cuenta de nuestra propia ceguera.

Desde finales del capítulo 8, Marcos nos está mostrando el camino que tiene que recorrer el Mesías. Y es un camino que atraviesa el sufrimiento.

Jesús anuncia por tres veces su pasión mientras intenta hacerles comprender a sus discípulos lo que significa el seguimiento.

Al final de toda esta enseñanza y después de tres anuncios de la pasión queda clara una cosa: los discípulos no han entendido NADA. Dos de ellos le piden puestos de honor y los demás se enfadan.

Jesús se acerca a su pasión y sus discípulos están cada vez más lejos. Aquí aparece Bartimeo. Es un Icono de Esperanza. Un resquicio de Luz.

Alguien está empezando a comprender… Bartimeo se da cuenta de su ceguera. Oye hablar de Jesús pero todavía no puede ver al Mesías.

Bartimeo es el modelo de discípulo porque quiere ver y cuando recobra la vista sigue a Jesús por el camino.

Y nosotras, ¿somos conscientes de nuestra ceguera? ¿Dónde tenemos puesta nuestra mirada? ¿En nuestro propio ombligo como Santiago y Juan? ¿En lo que hacen los demás como los otros diez? ¿O queremos ponerla en Jesús como Bartimeo?

Oremos

Maestro, que recobre la vista.

El evangelio de hoy quiere ayudarnos a descubrir nuestra ceguera, ¿le dejamos?


*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa 

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Tú puedes ver, lo único que tienes que hacer es abrir los ojos.

Domingo, 27 de octubre de 2024

ciego

DOMINGO 30º (B)

Mc 10,46-52

Sale Jesús de Jericó, camino de Jerusalén. Hoy no hay enseñanza añadida, el mismo relato entraña la lección. Lo encontramos en los tres sinópticos. Lucas sitúa el relato antes de entrar en Jericó. Mateo habla de dos ciegos, pero el relato es el mismo. Estamos en la última escena, antes de entrar en Jerusalén. Después de este relato el evangelio da un quiebro. Lo acontecido en Jerusalén está más cerca del relato de la pasión que de lo narrado hasta aquí. No es una crónica de algo que pasó. Es teología narrativa. Todo son símbolos mesiánicos.

Este relato tiene poco que ver con los anteriores que propone Marcos. Le llama; le pregunta qué es lo que quiere; no rechaza el título de Hijo de David; no lo aparta de la gente; la curación no va acompañada de ningún gesto; no le manda guardar silencio. Una vez que Marcos ha dejado claro que el camino hacia el Reino es la entrega hasta la muerte, ya no hay lugar para los malentendidos. No tiene sentido mandar callar ni rechazar el título de Mesías. Como suele pasar en los evangelios todo son símbolos, incluida la ciudad de Jericó.

Al borde del camino. Bartimeo es el símbolo de la marginación, está fuera del camino, tirado en la cuneta, sin poder moverse, viendo cómo los demás pasan y dependiendo de ellos. La sociedad había asignado al ciego su papel, pero no se resigna. Sigue intentando superar su situación a pesar de la oposición de la gente. “Hijo de David” era un título equivocado; suponía un Mesías que se impondría por la fuerza, pero a Jesús ya no le importa, no le manda callar, sino que se implica vitalmente para sacarle de la situación.

Le regañaban para que se callara. Los demás no quieren saber nada de los problemas del ciego. Como si le dijeran: en la situación en que te encuentras no tienes derecho a protestar. Aguanta y calla. Era el sentir del pueblo judío. “La gente” significa, la inmensa mayoría de los cristianos que siguen hoy a Jesús, pero no descubren la necesidad de emprender un nuevo camino. Una vez más aparece la sutil ironía de Marcos: los que seguían a Jesús eran un obstáculo para que el ciego se acercara a él. Los más cercanos a Jesús siguen sin ver.

¡Llamadlo! En menos de una línea se repite tres veces el verbo llamar. La llamada antecede siempre al seguimiento. Jesús valora la situación de distinta manera. Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Al menor síntoma de acogida, el ciego da un salto. Un ciego debía andar a tientas y con cuidado. Ahora confía y da el salto, aunque no ve. El manto que había sido hasta el momento su única protección, se convierte en estorbo. Todas sus esperanzas están ahora puestas en Jesús. Este es el verdadero milagro que se realiza antes del milagro.

¿Qué quieres que haga por ti? La pregunta no tiene ningún sentido, pero pretende que el ciego tome conciencia de su situación. ¿Qué va a querer un ciego? La pregunta que le hace Jesús es la misma que el domingo pasado hacía a Santiago y Juan. La pregunta es idéntica, pero la respuesta es completamente distinta. Los dos hermanos quieren “sentarse” junto a Jesús en su gloria. El ciego quiere ver para “caminar” con él. La diferencia no puede ser más abismal. ¿De verdad quiero salir de mi ceguera? ¿O me encuentro tan a gusto con ella?

¡Que pueda ver! Jesús provoca este grito. En toda la Biblia, el “ver” tiene casi siempre connotaciones cognitivas. Ver significa la plena comprensión de aquello que es importante. Este grito es el centro del relato, siempre que no nos quedemos en lo físico. Se trata de ver el camino que conduce a Jerusalén para poder seguirlo. El camino del servicio que conduce hacia el Reino. De ahí la respuesta de Jesús: ¡Anda! El objetivo final no es la visión, sino la adhesión a Jesús y el seguimiento. Una lección para los discípulos que no terminan de ver.

Tu fe te ha curado. Una vez más, la fe-confianza es la que libera. Solo él ve a Jesús. Solo él le sigue por el camino que lleva a la entrega total en la cruz. Marcos deja bien claro que una respuesta auténtica a la llamada de Jesús será siempre cosa de minorías. La multitud que seguía a Jesús sigue ciega. Todos estos domingos venimos viendo la falta total de comprensión de los discípulos. No habían ni siquiera atisbado lo que Jesús les viene proponiendo una y otra vez. Solo después de la experiencia pascual ven a Jesús y le siguen.

Y lo seguía por el camino. El ciego, una vez que descubrió a Jesús, le sigue en el camino hacia Jerusalén. Antes estaba al borde, es decir fuera del camino. El relato de una ceguera material es el soporte de un mensaje teológico: Jesús es capaz de iluminar el corazón de los hombres que están ciegos. Los discípulos demuestran, una y otra vez, su ceguera. Un ciego tirado en el camino, ve. Antes de ver, espera el falso “Mesías davídico”. Después descubre al auténtico Jesús, que va hacia la entrega total en la cruz, y le sigue sin pensarlo dos veces.

Ya en la lectura de Jeremías encontramos el mismo mensaje: Dios salva un resto de su pueblo. No salva a los poderosos, ni a los sabios, ni a los perfectos sino a los ciegos y cojos, preñadas y paridas. Es decir, a los débiles. No es el ciego el que está hundido en la miseria. La verdadera miseria está en los que mandan callar al ciego. Lo repetimos todos los días. ¡Que se callen los miserables! ¡Que eliminen los mendigos de las calles! No nos dejan vivir en paz. Ignorar la miseria que hay a nuestro alrededor es la única manera de vivir tranquilos.

La evolución ha sido posible gracias a que la vida ha sido despiadada con el débil. El evangelio establece un cambio sustancial en esa marcha. Jesús trastoca esa escala de valores, que aún prevalece hoy. Se daba por supuesto que Dios rechazaba todo lo defectuoso.  Nietzsche no pudo soportar ese cambio, porque creía que el evangelio exaltaba la mezquindad. Nunca fue capaz de descubrir el valor de un ser humano a pesar de sus limitaciones. La esencia de lo humano no está en la perfección sino en la misma persona.

La actitud de Jesús fue un escándalo para los judíos de su tiempo y sigue siéndolo para nosotros hoy. Jesús no solo se acercó a los ciegos, cojos y tullidos; también se acercó a los pecadores públicos, a las prostitutas, a las adúlteras. Lucas, después de este relato, inserta el de Zaqueo que expresa lo mismo, pero con relación a los impuros. Nosotros seguimos creyendo que los pecadores son también rechazados por Dios, pero la cruda realidad es que nos preceden en el Reino. ¡Qué difícil es para nuestra racionalidad aceptar esta verdad!

La escala de valores que nos propone el evangelio, no sólo es distinta, sino radicalmente opuesta a la que los humanos manejamos todavía hoy. Entendemos al revés el evangelio cuando pensamos: Qué grande es Jesús, que, de una persona despreciable, ha hecho una persona respetable. El evangelio dice lo contrario, esa persona ciega, coja, manca, sorda, pobre, andrajosa, marginada, pecadora; esa que consideramos un desecho humano, es preciosa para Dios. Y por lo tanto es preciosa para Jesús. ¡Nos queda aún mucho por andar!

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

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Disfrutar al estilo de Jesús.

Domingo, 27 de octubre de 2024

ob_4ae4c9_jesus-guerit-bartimeeMc 10, 46-52

«Muchos le increpaban para que callara, pero él gritaba mucho más: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”…»

El fugaz paso de Jesús por Jericó camino de Jerusalén nos ofrece dos escenas preciosas que reflejan su estilo inconfundible y nos ayudan a conocerle mejor.

La primera se produce a su llegada. Al parecer, la fama de Jesús ha llegado hasta Judea, y muchos ciudadanos de Jericó deciden salir a la puerta del Este a recibirle. Podemos imaginar a los notables del pueblo compitiendo por el honor de hospedar en su casa al profeta de Galilea, y podemos imaginar, también, su estupor al ver que él los ignora y se invita a la casa del jefe de los publicanos, Zaqueo; el hombre más rico y más odiado de la ciudad.

No le conocen y quedan escandalizados. No saben que los más importantes para él no son los sabios, los ricos o los poderosos, sino los necesitados; necesitados de salud, de dinero o de estima. Tampoco saben que no tiene reparo alguno en que le vean en compañía de personas despreciadas por la sociedad si con ello consigue liberarles de la vergüenza, la humillación y el sentido de culpa que con tanto ahínco fomentan en ellos los tenidos por buenos. «Yo no los desprecio –parece decir a todos– porque lo importante son las personas».

La segunda escena que nos brinda el texto de hoy es su salida hacia Jerusalén. Podemos volver a imaginar a los importantes apretujándole y agobiándole a la cabeza del grupo en su afán por cruzar con él algunas palabras… pero en la puerta del Oeste se produce un suceso que da al traste con su pretensión.

Y sucede que Bartimeo, mendigo ciego que estaba sentado al borde del camino, oyendo que era Jesús de Nazaret el que pasaba, comienza a gritar con todas sus fuerzas: «¡Hijo de David! ¡Jesús! ¡Ten compasión de mí!». Algunos de la comitiva le reprenden porque está atrayendo la atención de la gente y desluciendo el fasto, pero cuanto más le riñen, más grita él. Aprietan el paso para evitarle, pero Jesús le escucha, se detiene y da una orden escueta: «Llamadle». Momentos después Bartimeo recobra la vista y le sigue loco de alegría por el camino de Jerusalén.

El primer día de su paso por Jericó es un pecador público el que capta su interés por encima de todos los personajes notables, y ahora es un empecatado ciego que a nadie le importa… excepto a Jesús. Ése es su estilo; un estilo que empapa todo el evangelio. Recordamos el pasaje del leproso, cuando todos se apartan y él se le acerca, extiende la mano y le toca para sanarlo; o el de la viuda pobre que deposita su monedita en el arca del Templo y es la primera a los ojos de Jesús. O el de la mujer adúltera por quien se juega la vida por salvarla…y la pierde… Y tantos pasajes más.

Suele gustarnos hacer una lectura del evangelio muy erudita, y eso estimula la mente, pero no mueve el corazón. A veces es conveniente pararse a contemplar la escena en lugar de analizarla o interpretarla; limitarse a saborearla, a disfrutar del estilo de Jesús… pues sólo de esta forma, tal vez, su lectura afecte a nuestra vida.

 

Miguel Ángel Munárriz Casajús 

Para leer un artículo de José E. Galarreta sobre un tema similar, pinche aquí

Fuente Fe Adulta

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¿Estamos dispuestos/as a gritar, a saltar y arrojar lejos lo que nos mantiene al borde del camino y nos impide seguir a Jesús?

Domingo, 27 de octubre de 2024

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Marcos 10,46-52

“Esta historia es tu historia” es una de las frases que en relación a los textos bíblicos suele repetir Dolores Aleixandre y que estoy convencida es una clave valiosa para ponerse delante del evangelio.  Esto, que es verdad siempre, lo es quizá más o al menos más fácil con el evangelio que hoy se nos presenta.

Estamos ante un texto vivo, conciso, esquemático, claro y sumamente simbólico en el que cada palabra, cada detalle es sugerente y con el que podemos identificarnos fácilmente. Un texto cargado de detalles que requiere poca explicación. Por eso os propongo simplemente escuchar el evangelio, la historia de Bartimeo como “mi propia historia” y plantearnos, ¿Qué dice de mí y qué me dice de mi seguimiento de Jesús?

Recordamos el texto y nos fijamos en algunos detalles

– Donde sitúa Marcos los hechos: En el camino que lleva de Jericó a Jerusalén, etapa final de esta “subida de Jesús” y por lo tanto al final de su vida, el último signo antes de su muerte narrado por Marcos. Interesante encuadre en el que nos plantea las características del seguimiento de Jesús.

– Quienes, que personas intervienen: Jesús que va culminando su camino rodeado de gente y al escuchar los gritos del ciego se detiene para escucharle. El ciego que no es una persona anónima, sino identificada con su nombre y su origen, su padre. Los que siguen a Jesús nombrados de dos formas, unos son discípulos y el resto “otra gente” o la multitud. De todos se dice sin distinción que oyen los gritos del ciego y le mandan callar, son gritos molestos, rompen el buen ambiente.

– Lo que pasa, lo que le pasa a Bartimeo.

Bartimeo, la persona ciega, pobre, marginada, que está sentado al borde del camino, alejado de los demás, oye “que pasa Jesús” e intenta llamar su atención gritando: “Hijo de David, Jesús, ten compasión de mi”. Un grito claro y comprometido. Atribuye a Jesús  un título mesiánico, Hijo de David, que manifiesta su reconocimiento y su fe en Él. Y le pide que tenga compasión de él, nada concreto, algo así como “date cuenta de que estoy aquí” de que quiero encontrarme contigo.

Resiste a los que intentan hacerle callar y sigue gritando, hasta que escucha entusiasmado la gran noticia: ¡Animo, te llama! Y reacciona a lo grande: Salta, tira el manto y se acerca a Jesús.

Se encuentra cara a cara con Jesús. Bartimeo le vuelva a llamar Maestro y contesta a su pregunta de forma clara y contundente: ¡Que vea! ¡Que pueda ver!

Y al ser consciente de que se produce en él un cambio, que empieza a ver y escucha el reconocimiento de Jesús: Es tu fe la que te ha devuelto la vista… Toma una gran decisión “seguir a Jesús”, se convierte en su discípulo.

Ahora nos preguntamos, ¿quién de nosotros no es o no se parece a Bartimeo? ¿No están presentes en nuestra historia personal algunos, o muchos, de estos momentos o situaciones?

1. Estar al borde del camino. ¿Cuándo nos sentimos así? ¿De qué camino estamos al borde? ¿Por decisión propia o porque las circunstancias nos han llevado ahí? ¿No estamos a veces viendo pasar a la gente desde fuera, viendo lo que pasa, incapaces de entrar en el camino?

2. Gritar a quien intuimos o creemos que puede salvarnos, ayudarnos… ¿A quién gritamos cuando parece que no podemos más? ¿Descubrimos que Jesús pasa de muchas formas a nuestro lado? ¿Cómo aprovechamos la oportunidad de encontrarnos con Él? ¿Con la lucidez y confianza de Bartimeo que llama a Jesús, Mesías y Señor? ¿No nos hemos sentido muchas veces silenciados, por las costumbres, por la barrera de la gente, por lo que “se lleva”, se ve bien, o simplemente porque molesta lo que vivimos o decimos?

3. Saltar y tirar el manto, aquello que nos ata o esclaviza, que nos pesa y no nos deja avanzar. Saltar es más que levantarnos o dejarnos levantar, es el impulso decidido a no seguir postrados, a cambiar. ¿Cuándo ha sido la última vez que nos hemos decidido a saltar y a desprendernos de los pesos muertos? ¿Cuántas veces hemos pensado que debemos hacerlo y no nos decidimos?

4. Encontrarnos con Jesús hablar con él mirarle de cerca y dejarnos mirar, escuchar su pregunta y responderle desde lo más profundo de nuestro corazón y en verdad, qué deseamos, qué queremos ver… Y desde esta experiencia única empezar a seguirle.

¿Qué le pido yo a Jesús? ¿Estoy siguiendo a Jesús como decisión personal o soy “otra gente” que va por el camino simplemente porque lo he hecho siempre, sin mirar a los del borde, sin haberme encontrado con Él? ¿Le sigo con la decisión y alegría que despierta en mí la fe y la confianza en Él?

Este domingo el evangelio nos invita a gritar, a saltar, a arrojar lejos tantos antiguos mantos que nos aplastan. Nos invita a abrir nuestros oídos y escuchar el “murmullo” de que pasa Jesús desde el sitio en que estemos, aunque sea al borde del camino y su paso nos lleva a soñar con un nuevo sitio para nosotros siguiendo al Maestro, al Señor de nuestra vida. Y finalmente nos invita a repetir una y otra vez las mismas palabras que el ciego: Maestro, que pueda ver”. Que podamos ver la situación del mundo y esa mirada nos reavive la compasión cada día. Que podamos ver todo aquello que nos paraliza y escuchar cada mañana: levántate, te llama a  ponerte en camino. Que podamos ver nuestras pobrezas y, en lugar de hundirnos o replegarnos, percibir ese ánimo que se nos regala como don.

Mª Guadalupe Labrador Encinas, fmmdp

Fuente Fe Adulta

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Ver.

Domingo, 27 de octubre de 2024

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Domingo XXX del Tiempo Ordinario

27 octubre 2024

Mc 10, 46-52

La respuesta del ciego, en el texto evangélico, es acertada. Porque acertamos cuando el objetivo primero de nuestra existencia es querer “ver”. Todo lo demás nacerá de ahí.

Se trata de un ver que es sinónimo de comprensión profunda, de aquel conocer directo, inmediato, sentido, que aporta certeza a la vez que ilumina toda la realidad.

Hay dos modos de conocer. Uno es mental, opera a través de la razón, se mueve entre conceptos y razonamientos, utiliza el análisis y la reflexión y, como resultado, aumenta nuestra capacidad de entender todo lo que se refiere al mundo de los objetos.

Pero hay otro modo de conocer, previo a la razón. Se experimenta como un conocimiento “sentido” en toda la persona, se expresa a través de la intuición o “conocimiento interno”, con tal lucidez e intensidad, que la persona tiene la sensación de “ver”. A diferencia del anterior -que podríamos definir como conocimiento por medio del análisis y la reflexión-, este es un conocimiento por identidad: conocemos algo cuando -y porque- lo somos.

Es un modo de conocer que se nos puede regalar en el momento más inesperado, aunque dotado siempre de una sensación contundente de certeza, es decir, de “visión”. Quien lo experimenta -incluso aunque luego no pueda encontrar palabras o “mapas” para expresarlo adecuadamente- sabe que es verdad.

Pero, aun siendo regalo -no puede ser de otro modo, ya que es inalcanzable para la mente-, es posible favorecer su emergencia. Y si el conocimiento mental se estimula por medio del razonamiento, este otro modo de conocer (transmental o no-dual) requiere el silencio de la mente. En la práctica de ese silencio, al ejercitarnos en suspender el pensamiento, se están poniendo las condiciones para que la intuición pueda hablarnos. Todo lo demás nacerá de aquí. Por eso decía que el primer motor de nuestra existencia, como en el caso del ciego -una metáfora, por cierto, de nuestra condición habitual-, es querer ver.

***


Enrique Martínez Lozano

Fuente Boletín Semanal

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Los fuegos artificiales de la tecnología deslumbran pero no iluminan.. Que vea…

Domingo, 27 de octubre de 2024

IMG_8191Del blog de Tomás Muro La Verdad es Libre:

v 46. Jesús sale de Jericó y al borde del camino se hallaba Bartimeo, el hijo de Timeo, que era ciego y estaba mendigando. (En la tradición de san Juan el ciego lo era de nacimiento. (Jn 9).

        Probablemente en esta situación de ceguera y al borde del camino nos encontramos también muchos de nosotros: estamos ciegos, no vemos el camino, no vemos la salida a nuestra situación personal, a los problemas socio-políticos, ni a la misma situación eclesial.

El siglo XVIII es llamado en Europa el “siglo de las luces”: la Ilustración (luz – tinieblas), porque se pensaba -y se piensa- que la ciencia, el progreso tecnológico, la industrialización iban a sacar al ser humano de las tinieblas de la religión y de la fe.

Pero quizás hemos confundido los fuegos artificiales con la luz, “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8,12). Los fuegos artificiales deslumbran y ciegan más que iluminan.

01.- Ver en la vida

        Necesitamos ver en la vida, necesitamos situar bien los problemas, saber hacia dónde vamos, poner la esperanza en lo que vale la pena. ¿Quizás podríamos decir que ver es creer? El ciego Bartimeo cree en JesuCristo -hijo de David- antes de ver

El ser humano es quien ve, quien necesita ver para vivir. Vemos con inteligencia -somos seres racionales-, pero también, y sobre todo,  vemos con el corazón y con la fe.

02.- Ten compasión de mí.

        vv 47-48 El ciego comienza a gritar: “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí” … Muchos le reprendían para que se callara. Pero gritaba más: ten compasión de mí.

Es una expresión muy frecuente en tantos enfermos que se acercan a Jesús: Ten compasión de mí, ayúdame, que vea, si quieres puedes limpiarme, si quieres puedes curarme.

Es el reconocimiento de nuestras miserias, de nuestras cegueras y pecado, al mismo tiempo que es el reconocimiento de que la luz no está en nosotros.

Por otra parte es también la actitud de Jesús, que con frecuencia siente lástima, mira con afecto, etc.

La mayoría  de los discípulos le reprendía al ciego y no le dejaba que expresara su debilidad y ceguera.

Es una situación semejante a la actual: el nihilismo en que vivimos nos ha sumido en una ceguera y ni tan siquiera se permite que afloren las cuestiones más elementales de la existencia.

Pero las mayorías llamadas democráticas, las mayorías sociológicas impiden que gritemos: ten compasión de nosotros. Los ámbitos escolares, universitarios, los medios de comunicación, la política no ofrecen luz, más bien ofrecen la oscuridad de los hijos de las tinieblas.

03.- v 51 Señor, que vea.

Aquel hombre quería ver. La luz es el símbolo de la Verdad, del saber dónde estamos en la vida, hacia dónde vamos, qué sentido tiene todo esto.

Señor que vea, es una auténtica oración.

Hay cosas que únicamente se entienden -y resuelven- en la fe y en la oración, que no es otra cosa que ponerse en referencia a Dios.

En muchos momentos de la vida en los que uno no sabe por dónde tirar, lo único que nos cabe es poner nuestra vida confiadamente en referencia a Dios: que vea el camino. Y la salida está en la confianza en Dios.

04.- v 52 Jesús le dijo al ciego: vete, tu fe te ha salvado, e inmediatamente recobró la vista.

Lo más fundamental en la vida es la fe, es decir, la confianza. La fe es el acto más central y envolvente de la existencia humana: uno vive “de”, “por“ y “para” lo que cree. Uno vive iluminado (luz), desde la realidad en la que cree. Uno ve desde su fe. La pregunta elemental para saber cuál es mi fe es preguntarme: qué es lo que más me importa en la vida. La respuesta que nos demos es nuestro dios y nuestra fe.

San Juan comienza su evangelio con un espléndido prólogo que es un canto a la LUZ:

Palabra estaba junto a Dios,

y la Palabra era Dios.

En la Palabra había VIDA y la VIDA era la LUZ de los hombres.

La LUZ brilla en la tiniebla y las tinieblas no pudieron sofocar la LUZ.

La palabra era la LUZ verdadera, que ILUMINA a todo hombre.

Señor, que veamos.

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