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Palabra clave: ‘Samuel Luiz’

La Federación Estatal LGTBI+ denuncia que negar el delito de odio en el juicio de Samuel Luiz invisibiliza la violencia contra el colectivo

Martes, 29 de octubre de 2024

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El asesinato de Samuel Luiz a grito de “maricón” no puede ni debe desvincularse del odio hacia su orientación sexual

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) expresa su profunda preocupación y rechazo ante la estrategia de la defensa de los acusados por el asesinato de Samuel Luiz, que intenta desvincular el crimen de su motivación LGTBIfóbica al negar que se trató de un delito de odio basado en su orientación sexual.

El asesinato de Samuel Luiz, quien fue brutalmente agredido mientras sus atacantes le insultaban con gritos homófobos como «maricón de mierda», no puede ser considerado un simple acto de violencia desvinculado de la discriminación que sufre el colectivo LGTBI+. En este sentido, Paula Iglesias, presidenta de la Federación Estatal LGTBI+, señala que “negar la motivación de odio que impulsó el ataque supone invisibilizar la realidad de la violencia sistemática a la que se enfrenta este colectivo”.

Además, la entidad federada Alas A Coruña, en representación del colectivo, actúa como acusación popular en el juicio, reforzando así el compromiso del movimiento LGTBI+ en la lucha por la justicia para Samuel Luiz y todas las víctimas de la violencia LGTBIfóbica.

La violencia LGTBIfóbica: una realidad silenciada

Según la encuesta Estado LGTBI+ 2023, elaborada por 40db para la Federación Estatal LGTBI+, más de 280.000 personas LGTBI+ han sufrido agresiones en los últimos cinco años. Ángeles Blanco, vocal de delitos de odio de la FELGTBI+, destaca que “estas cifras alarmantes evidencian la gravedad de la situación. Negar el odio que promueve crímenes como el de Samuel Luiz no solo minimiza el dolor de las víctimas, sino que perpetúa los discursos de odio que desprotegen a quienes viven en situación de vulnerabilidad”.

Según explica Blanco, “el Código Penal español establece que un delito se considera de odio cuando está motivado por prejuicios hacia la orientación sexual, identidad de género, etnia u otras características protegidas. En este caso, la LGTBIfobia fue, sin duda, uno de los motores de la agresión contra Samuel, y debe ser reconocida como tal”.

Un llamado a la justicia

Paula Iglesias subraya la importancia de reconocer estos crímenes por lo que realmente son: actos de odio. El intento de obviar la orientación sexual de Samuel no solo es legalmente inaceptable, sino que representa un retroceso en el reconocimiento de los derechos y la dignidad de las personas LGTBI+. La justicia debe actuar en consecuencia y no permitir que este tipo de estrategias judiciales minimicen la gravedad del delito.

Para la Federación, la lucha contra los delitos de odio debe ser una prioridad en cualquier Estado de Derecho. “No podemos permitir que estos crímenes queden impunes o que su verdadera naturaleza sea desvirtuada por maniobras judiciales que intentan desviar el foco. Exigimos que se haga justicia para Samuel Luiz y que se reconozca la motivación LGTBIfóbica de su asesinato”, concluye Iglesias.

NOTA. Juicio Samuel Luiz – octubre 2024

Fuente FELGTBI+

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Concluye la fase de instrucción del juicio por el asesinato de Samuel Luiz con solicitudes de penas de 22 a 25 años de prisión

Lunes, 19 de febrero de 2024
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IMG_2849El juzgado de instrucción nº 8 de A Coruña ha finalizado el pasado 30 de enero la instrucción del caso del asesinato de Samuel Luiz, ocurrido el 3 de julio de 2021. Comienza la fase oral del juicio, que se prevé que tenga lugar antes del verano. Las cinco personas mayores de edad participantes en los hechos son acusadas de asesinato, al apreciarse las circunstancias agravantes de alevosía y ensañamiento. La Fiscalía y las acusaciones particulares solicitan penas de prisión de 25 años para los dos acusados que iniciaron el crimen, al considerar la agravante de discriminación por orientación sexual, y de 22 años para los tres restantes. Para uno de ellos, además, se solicita una pena de 5 años por el robo con violencia del móvil de asesinado.

La Audiencia Provincial de A Coruña celebrará antes del verano el juicio oral del caso del asesinato de Samuel Luiz, tras darse por concluida la fase de instrucción. El juez instructor ha estimado que existen indicios suficientes para que la acusación de los cinco implicados sea por el delito de asesinato y no de homicidio, al apreciar las circunstancias agravantes de alevosía (imposibilidad de defensa de la víctima) y ensañamiento.

Según el relato del juez instructor, en un primer momento dos de los acusados «con el propósito de causar el fallecimiento» de la víctima, y en todo caso «siendo conscientes»de que sus actos podían causar el fatal desenlace o «admitiendo el riesgo que ello comportaba», le dieron patadas y puñetazos en la cara y en la cabeza, mientras que la mujer acusada en el procedimiento, «en unidad de actuación del ataque», trató de evitar que el posteriormente fallecido fuese auxiliado por una amiga. Según todas las acusaciones, en poco tiempo se unieron a la agresión los otros dos varones que también serán enjuiciados, además de dos menores de edad en el momento de los hechos que ya han sido condenados por un delito de asesinato.

Según sostiene el juez instructor en su auto, «en ese escenario, la víctima se encontraba rodeada y golpeada, inerme, a merced y voluntad de su grupo agresores, en clara situación de inferioridad y desvalimiento, sin posibilidad alguna de defensa». De ahí la agravante de alevosía imprescindible para la acusación por asesinato.

De esta manera, tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares han solicitado una pena de 22 años de prisión para los detenidos. A dos de ellos, los iniciadores de la agresión, se les añaden 3 años más por la agravante de discriminación por orientación sexual. Para uno de ellos, se solicitan además 5 años por el robo con violencia del teléfono móvil de Samuel.

Si bien la detención de los acusados se produjo con celeridad, el proceso de instrucción ha sido laborioso. La demora de tres años se debe, principalmente, a las comisiones rogatorias que sido necesario enviar a los Estados Unidos para acceder a las cuentas en redes sociales y aplicaciones similares de los sospechosos. Según declaraciones de los testigos, una vez que los acusados fueron conscientes de que Samuel estaba muerto, se reunieron para acordar eliminar las pruebas que pudieran existir en sus teléfonos móviles y redes.

La situación actual de los detenidos permanecerá igual, tres de ellos seguirán en prisión preventiva y dos (entre ellos la única mujer) en libertad.

En cuanto a los dos participantes menores de edad, fueron condenados por asesinato en abril de 2022 a tres años y medio de internamiento en régimen cerrado en un centro de menores, seguidos de tres años de libertad vigilada, tras llegar a un acuerdo de conformidad entre las partes personadas. Como medida preventiva, los dos permanecían en un centro de menores desde una semana después del crimen, el 11 de julio de 2021, por lo que es muy probable que cuando concluya el juicio oral ya hayan cumplido los tres años y medio de reclusión.

Inequívocamente un delito de odio

El juez instructor ha encontrado indicios suficientes de que hubo un componente de discriminación por orientación sexual en el inicio de la agresión. Por ello dos de los acusados se enfrentan a una circunstancia agravante que puede incrementar la pena de prisión en tres años.

Sin embargo, muy especialmente durante los primeros días tras su muerte, tanto fuentes policiales como medios de comunicación, opinadores, columnistas y participantes en redes sociales (algunos de ellos no precisamente anónimos…) se esforzaron por evitar calificar como homófoba la agresión sufrida por Samuel. Incluso negaban expresamente que así hubiera sido.

IMG_2848Especialmente relevante en la actualidad fue la reacción de la hoy titular del Instituto de las Mujeres, Isabel García, entonces diputada provincial de Valencia y delegada federal LGTBI del PSOE. En su cuenta de la red social Twitter, Isabel García condenaba los hechos pero afirmaba que «No parece ser un asesinato por motivos homófobos».

Los negacionistas del delito de odio se agarraban a argumentos tan endebles como el hecho de que la víctima no hubiera revelado su condición de gay a su familia, sin tener en cuenta sus condicionantes familiares (Samuel, de origen brasileño, pertenecía a una familia de fuertes convicciones evangélicas). O declaraciones de su propio padre, reticente a que el colectivo LGTBI considerase a Samuel un símbolo.

Todo ello como si el hecho de que la víctima de una agresión homófoba no haya verbalizado ante su familia su condición de gay obligase a aportar pruebas extraordinarias de «gaicidad». O como si no supiéramos que las agresiones por LGTBIfobia se dirigen contra toda aquella persona percibida como LGTBI, incluyendo a personas heterosexuales con expresión de género no normativa.

Los hechos según los testigos

Haremos un breve recordatorio de lo sucedido aquella fatídica madrugada del 3 de julio de 2021. Samuel Luiz, un joven auxiliar de enfermería, disfrutaba de la noche en compañía de unos amigos en un local de A Coruña. Cerca de la hora del cierre Samuel salió a fumar junto a una de sus amigas, de nombre Lina. En ese momento hicieron una videollamada a otra amiga, testigo a distancia del inicio de la agresión. Un grupo de jóvenes que se encontraban cerca pensaron que los estaban grabando y les gritaron. Samuel y su amiga intentaron explicarles que no era así, pero uno de ellos le espetó directamente a Samuel «O paras de grabar o te mato, maricón». «¿Maricón de qué?», se revolvió entonces Samuel, antes de recibir varios golpes.

La agresión no se detuvo ahí, pese a que el agresor se alejó de Samuel en ese primer momento. Samuel, consciente y en un estado relativamente bueno pese a las contusiones, pidió a Lina que buscara su móvil, que se le había caído (luego se supo que lo robó uno de los agresores). Instantes después, sin embargo, el agresor volvió acompañado de cerca de una docena de personas, varias de las cuales lo acorralaron y golpearon brutalmente pese a los gritos de horror de su amiga, al grito de «¡maricón de mierda!». Samuel intentó escapar y corrió durante unos 200 metros, pero los agresores lo alcanzaron, lo derribaron y continuaron pateándolo con saña, hasta que quedó inconsciente y se dejó de mover. En ese momento los agresores se dispersaron. Dos jóvenes senegaleses, Ibrahima Diack y Makate Ndiaye, intentaron defender a Samuel durante la paliza, pero no pudieron hacer nada ante la turba y de hecho Ibrahima recibió varios golpes. Aunque los profesionales sanitarios intentaron reanimarlo de forma denodada, Samuel fallecía esa misma noche debido a la gravedad de los golpes recibidos. Además del traumatismo craneoencéfalico severo, presentaba contusiones y hematomas por todo el cuerpo.

La Policía Nacional pudo identificar, durante los días siguientes, a la mayor parte del grupo agresor. Utilizaron para ello las declaraciones de varios testigos (al menos uno de ellos conocía de vista a alguno de los agresores), además de imágenes grabadas con móviles por algunos testigos e imágenes de las cámaras de vigilancia de la zona. El hecho de que en ese momento en Galicia fuese necesario dar el DNI para acceder a locales de ocio debido a la pandemia de covid-19 fue también de ayuda. Las pruebas de ADN también fueron importantes para reforzar la acusación de algunos de los detenidos.

Fuente Dosmanzanas

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Se cumple un año de la muerte de Samuel Luiz, el brutal asesinato que puso a España frente al espejo de su propia LGTBIfobia

Lunes, 4 de julio de 2022
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samuelEste 3 de julio se cumplió un año del asesinato de Samuel Luiz. Dos de sus asesinos, menores de edad, han sido ya condenados. Otros cinco acusados están a la espera de juicio. La muerte de Samuel, víctima de una terrible paliza, puso de manifiesto no solo la brutalidad que tantas veces acompaña al odio homófobo, sino la hipocresía de una sociedad que seguramente se encuentra a nivel global entre las más tolerantes del mundo en materia LGTBI, pero en la cual las fuerzas de seguridad se resistieron inicialmente a admitir la motivación homófoba y no pocos medios de comunicación, opinadores y participantes en redes sociales llegaron a negarla expresamente.

Haremos un breve recordatorio de lo sucedido aquella fatídica madrugada del 3 de julio de 2021. Samuel Luiz, un joven auxiliar de enfermería, disfrutaba de la noche en compañía de unos amigos en un local de A Coruña. Cerca de la hora del cierre Samuel salió a fumar junto a una de sus amigas, de nombre Lina. En ese momento hicieron una videollamada a otra amiga, testigo a distancia del inicio de la agresión. Un grupo de jóvenes que se encontraban cerca pensaron que los estaban grabando y les gritaron. Samuel y su amiga intentaron explicarles que no era así, pero uno de ellos le espetó directamente a Samuel «O paras de grabar o te mato, maricón». «¿Maricón de qué?», se revolvió entonces Samuel, antes de recibir varios golpes.

La agresión no se detuvo ahí, pese a que el agresor se alejó de Samuel en ese primer momento. Samuel, consciente y en un estado relativamente bueno pese a las contusiones, pidió a Lina que buscara su móvil, que se le había caído (luego se supo que lo robó uno de los agresores). Instantes después, sin embargo, el agresor volvió acompañado de cerca de una docena de personas, varias de las cuales lo acorralaron y golpearon brutalmente pese a los gritos de horror de su amiga, al grito de «¡maricón de mierda!». Samuel intentó escapar y corrió durante unos 200 metros, pero los agresores lo alcanzaron, lo derribaron y continuaron pateándolo con saña, hasta que quedó inconsciente y se dejó de mover. En ese momento los agresores se dispersaron. Dos jóvenes senegaleses, Ibrahima Diack y Makate Ndiaye, intentaron defender a Samuel durante la paliza, pero no pudieron hacer nada ante la turba y de hecho Ibrahima recibió varios golpes. Aunque los profesionales sanitarios intentaron reanimarlo de forma denodada, Samuel fallecía esa misma noche debido a la gravedad de los golpes recibidos. Además del traumatismo craneoencéfalico severo, presentaba contusiones y hematomas por todo el cuerpo.

La Policía Nacional pudo identificar, durante los días siguientes, a la mayor parte del grupo agresor. Utilizaron para ello las declaraciones de varios testigos (al menos uno de ellos conocía de vista a alguno de los agresores), además de imágenes grabadas con móviles por algunos testigos e imágenes de las cámaras de vigilancia de la zona. El hecho de que en ese momento en Galicia fuese necesario dar el DNI para acceder a locales de ocio debido a la pandemia de covid-19 fue también de ayuda. Las pruebas de ADN también fueron importantes para reforzar la acusación de algunos de los detenidos.

El siguiente vídeo, minutado por eldiario.es, pertenece a unas de las cámaras de vigilancia que grabaron lo sucedido desde la distancia:

 

La actuación posterior de los agresores

De hecho, las declaraciones de testigos e implicados permitió reconstruir el comportamiento de los agresores tras matar a Samuel. De forma resumida (este artículo de eldiario.es lo explica con detalle) hubo dos reuniones en las horas siguientes en las que hablaron del linchamiento. La primera de ellas, apenas una hora después, en un parque situado lejos del lugar de la agresión en la otra punta de la ciudad. Una testigo escuchó parte de una conversación en la que uno de los agresores que fueron luego detenidos se refirió a Samuel como «puto maricón, si era un maricón de mierda».

La siguiente reunión tuvo lugar algo más tarde, en otro parque cercano. Al parecer ya eran plenamente conscientes de que Samuel estaba muerto. En esta reunión el grupo acordó eliminar las pruebas que pudieran existir en sus teléfonos móviles y redes (los esfuerzos para conseguir recuperarlos, de hecho, son una de las causas de la demora del procedimiento).

Dos menores, ya condenados

Aunque las informaciones llegaron a hablar de la detención de 13 sospechosos, tras la investigación policial los acusados formalmente del crimen fueron finalmente siete personas: cinco mayores de edad (cuatro hombres y una mujer) y dos menores. Cabe señalar que uno de los adultos acusados no fue detenido hasta el mes de septiembre.

Los dos menores fueron condenados por asesinato el pasado mes de abril a tres años y medio de internamiento en régimen cerrado en un centro de menores, seguidos de tres años de libertad vigilada, tras llegar a un acuerdo de conformidad entre las partes personadas. En estos momentos, hay tres varones en prisión provisional y la única mujer detenida fue puesta en libertad con medidas cautelares.

Por lo que se refiere a los mayores de edad, están a la espera de un juicio se celebrará con jurado. Tres de ellos se encuentran en prisión preventiva y otros dos (entre ellos la mujer) en libertad vigilada. Tanto Fiscalía como acusaciones particulares solicitan que sean condenados por asesinato. A dos de ellos se les atribuye además un posible delito de odio. El que se quedó con el móvil de Samuel está acusado además de otro delito de robo con violencia.

Quizá el único elemento positivo que podemos encontrar en lo sucedido es que Ibrahima Diack y Makate Ndiaye, los dos senegaleses que intentaron evitar la muerte de Samuel, consiguieron regularizar su situación en España y un puesto de trabajo en la empresa Puertas Betanzos, cuyo propietario quedó impresionado tras conocer su historia.

Negación de la homofobia y rabia en el colectivo LGTBI

Pasado el tiempo pocas dudas persisten ya sobre lo sucedido y sobre el papel que la homofobia jugó en el asesinato de Samuel. Sin embargo, muy especialmente durante los primeros días tras su muerte, tanto fuentes policiales como medios de comunicación, opinadores, columnistas y participantes en redes sociales (algunos de ellos no precisamente anónimos…) se esforzaron por evitar calificar como homófoba la agresión sufrida por Samuel. Incluso negaban expresamente que así hubiera sido. Se agarraban para ello a argumentos tan endebles como el hecho de que la víctima no hubiera revelado su condición de gay a su familia, sin tener en cuenta sus condicionantes familiares (Samuel, de origen brasileño, pertenecía a una familia de fuertes convicciones evangélicas). O declaraciones de su propio padre, reticente a que el colectivo LGTBI considerase a Samuel un símbolo.

Todo ello como si el hecho de que la víctima de una agresión homófoba no haya verbalizado ante su familia su condición de gay obligase a aportar pruebas extraordinarias de «gaicidad». O como si no supiéramos que las agresiones por LGTBIfobia se dirigen contra toda aquella persona percibida como LGTBI, incluyendo a personas heterosexuales con expresión de género no normativa.

Por lo que se refiere a la acusación por delito de odio, no sabemos que sucederá una vez se celebre el juicio. En cualquier caso, lo decíamos hace un año y nos ratificamos ahora: las personas LGTBI sabemos que muchas investigaciones policiales y/o procesos judiciales se inclinan finalmente por invisibilizar el componente homófobo de muchas agresiones a no ser que la evidencia sea abrumadora. Pero en la España actual las agresiones por LGTBIfobia pocas veces son la consecuencia de una decisión planificada en frío y plasmada documentalmente. En sociedades como la nuestra las mayoría de las agresiones son el fruto explosivo del odio acumulado. Un odio alimentado por discursos de deshumanización del diferente que tras una época de relativa calma vuelven a escucharse de la boca de políticos y líderes de opinión y que son amplificados, cada vez con menos reservas, por medios y redes. En la mayor parte de las situaciones, ese odio queda contenido por la fuerza de los usos y costumbres, pero estalla cuando encuentra la oportunidad. El desencadenante puede ser cualquiera. Incluso un incidente banal que con otras personas no tendría mayores consecuencias, pero con una persona LGTBI supone un estallido de violencia que revela la LGTBIfobia que lo trasciende.

Sea como sea, lo que nadie puede ya evitar es que el asesinato de Samuel actuase como revulsivo del activismo LGTBI, que en las semanas que siguieron fue capaz de movilizar en las calles a multitudes nunca vistas en concentraciones y manifestaciones de protesta (Orgullos aparte). En el caso de Madrid, lamentablemente, desembocando en una intervención policial absolutamente desproporcionada (curiosamente, pocas semanas después, una manifestación neonazi de carácter homófobo tenía lugar en el barrio de Chueca sin que este caso nadie hiciera nada por evitarlo. Pero esa es otra historia…).

Fuente Dosmanzanas

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“Puto maricón, si era un maricón de mierda”: Así justificó el linchamiento uno de los principales agresores de Samuel Luiz

Lunes, 16 de agosto de 2021
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samuel

La investigación policial confirma que hubo una discusión previa al asesinato de Samuel e insultos homófobos

El sumario recoge que pocas horas después del crimen, uno de los agresores actualmente en prisión se reunió en un parque de A Coruña con un grupo de amigos ante los que repitió los insultos homófobos contra Samuel.

Poco a poco se van conociendo más detalles del sumario judicial del asesinato de Samuel Luizel pasado 3 de julio en A Coruña que ayudan a establecer lo que ocurrió aquella madrugada. La semana pasada ya trascendió que los tres jóvenes actualmente en prisión son acusados de un delito de asesinato. Hay una cuarta acusada, una mujer que está en libertad provisional, a la que se va acusar de encubrimiento. Este jueves, RTVE ha accedido al atestado policial y por este documento se ha conocido que Samuel Luiz y su amiga había discutido con sus agresores dos horas antes de la agresión mortal en el interior de la discoteca Andén, situada en el paseo marítimo de A Coruña.

Según esta información, Samuel y su amiga tuvieron un encontronazo con el grupo agresor en uno de los reservados de la discoteca. El portero de la discoteca tuvo que acudir para poner orden.

Hasta ahora se sabía que uno de los detenidos había lanzado un insulto homófobo a Samuel justo antes agredirlo, pero el sumario recoge también que pocas horas después del crimen, ese mismo agresor se reunió en un parque de A Coruña con un grupo de amigos ante los que repitió los insultos homófobos. “Puto maricón, si era un maricón de mierda”, dijo según una testigo que no tiene nada que ver con el grupo agresor.

El sumario también establece que Samuel recibió más de 40 golpes, entre ellos un botellazo en la cabeza. Samuel presentaba derrames en el encéfalo, en el corazón y edemas en los pulmones.

Son varios los testimonios que apuntan a la homofobia en las motivaciones del brutal crimen de Samuel Luiz, el joven de 24 años asesinado a golpes en el paseo marítimo de A Coruña la madrugada del pasado 3 de julio. En el abultado sumario judicial, al que ha tenido acceso elDiario.es, uno de los principales agresores, hoy en prisión preventiva y cuya identidad corresponde a las iniciales D. M. M., justificó en varias ocasiones su agresividad en la condición de homosexual del joven asesinado. “Puto maricón, si era un maricón de mierda. Quién le mandaba al puto maricón meterse en eso”, replicó D. M. M., de 25 años, cuando una hora tras la brutal paliza, su novia, C. S. B., de 19 años y también imputada por su participación en el crimen, le recriminó el estado en el que habían dejado a Samuel tirado en el suelo.

Es una testigo, considerada “de referencia” por la Policía, quien relató parte de la conversación que tuvo la pareja tras la brutal paliza que acabó con la vida de Samuel. Aquella noche, de regreso a su casa con dos amigos, se cruzaron con la pareja y decidieron seguirlos discretamente por temer que la fuerte discusión que mantenía podía derivar en algún incidente de violencia machista. Llegaron incluso a ofrecer ayuda a la mujer, que la declinó. La pareja, que tras la agresión a Samuel acudió al parque Europa de la ciudad para reunirse con otros amigos suyos también implicados, en menor o mayor medida, en el crimen, hablaba de una pelea que acababa de ocurrir y la chica, muy enfadada, le recriminó a su novio: “¡Cómo le dejasteis! Algún día te van a dar a ti las hostias”. Fue entonces cuando el aludido respondió refiriéndose a la víctima como “maricón de mierda”.

Una expresión que repitió varias veces, según ratificó esta testigo en sus declaraciones ante la Policía, el mismo día del crimen, y posteriormente ante el juez instructor del caso. En esa última, la mujer amplia su testimonio y cuenta que la novia de D.M.M., ante su insistencia en referirse a la víctima como “maricón“, le pregunta si tiene “algún problema con eso, ya que ella [C.S.B.] era bi“, es decir, bisexual. Entonces, según este testimonio, el acusado de asesinato pasa a referirse a Samuel como “esa persona”. Pero siempre en tono despectivo, aseguró la testigo a preguntas de la Fiscalía.

Son varios los testimonios que afirman que cuando D.M.M. se abalanzó sobre Samuel aquella madrugada le increpó a grito de “maricón“. No se conocían de nada y ambos iban acompañados de respectivas amigas cuando comenzó la agresión, a las puertas cerca de una discoteca y varios pubs del paseo marítimo de A Coruña. Samuel estaba realizando una videollamada acompañado de su amiga Lina cuando D.M.M., pensando que lo estaba grabando a él y a su novia, le increpó a gritos de “maricón, deja de grabarnos, a ver si te voy a matar maricón”. Fue entonces cuando empezó a pegarle a Samuel, y lo tiró al suelo. Otro joven, amigo de dos de los principales implicados en el crimen, también testificó voluntariamente ante la Policía que la brutal paliza se inició cuando el principal agresor se abalanzó sobre Samuel recriminándole: “me estás grabando, que me estás grabando, maricón”.

Otro de los cuatro jóvenes que hoy están en prisión preventiva acusados de asesinato y que responde a las iniciales K.A.S.C., relató en su declaración que su amigo D.M.M. le había confesado “tener problemas con los gais” en general. No obstante, en su declaración ante el juez, el principal acusado, a preguntas de su abogado, insistió en negar haberse referido a la supuesta condición sexual de Samuel Luiz, que, según afirmó, no conocía de nada. Sin embargo, son varios los testimonios recabados en el sumario que confirman que el linchamiento que acabó con la vida de Samuel sí tuvo tintes homófobos, aunque no fuera la única motivación de un crimen brutal e irracional que levantó una oleada de indignación y protestas en toda España.

Fuente Público/El Diario

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“Samuel Luiz, hermano querido “, por José I. González Faus

Miércoles, 14 de julio de 2021
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samuelDe su blog Miradas cristianas:

INCREIBLE

No qué siento más: si tristeza o rabia.

“Me gustaría saber quién os educó, a qué colegio fuísteis”

Visteis en él algo que no os gustaba y no supisteis ver que había en vosotros algo mucho más despreciable que lo que despreciabais en Samuel: vuestra animalidad, vuestra falta de calidad humana.

¿Qué sentirá aquel que se despierta una mañana, echa una ojeada a su vida y, al hacerlo, reconoce que por la cuneta del camino de su vivir no quedan más que ruinas; ruinas de hombres a los que él ha destrozado con su egoísmo? ¿Qué sentirá quien, ante tales experiencias, no empieza en seguida a segregar reflejos convulsivos para quitarles importancia?

Hermano querido: otro motivo más para llorar. No qué siento más: si tristeza o rabia; pero noto que la una me alimenta a la otra. Encima, cambiándote solo una letra, te llamabas igual que aquel Samuel Ruiz, el obispo de Chiapas tan querido para mí.

La tristeza no la siento ya por ti a quien creo renacido a una Vida verdadera. La siento por tus padres que te han perdido. Y la rabia, empañada también de tristeza, la siento por esos bravos “machotes” que se han permitido machacarte hasta acabar contigo.

Se discute aún si tu asesinato fue un crimen homófobo, aunque parece lo más probable. Pido pues disculpas a los miembros del LGTBI por la forma como voy a hablar ahora: fijaos que no hablo de manera afirmativa sino concesiva: no digo que sea así, sino “aunque fuese así”.

Pues bien, asesinos de Samuel: si creíais que vuestra víctima tenía “desviado” el encaje corporal del amor, vosotros, con vuestro desprecio y vuestra violencia habéis mostrado tener destrozada toda vuestra humanidad y no solo un aspecto de ella. Lo cual es muchísimo más grave y más despreciable de lo que le pasara a Samuel. No sé si conocéis (aunque supongo que no) aquella frase evangélica: “ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio”. Esa frase os retrata: visteis en él algo que no os gustaba y no supisteis ver que había en vosotros algo mucho más despreciable que lo que despreciabais en Samuel: vuestra animalidad, vuestra falta de calidad humana.

Sois jóvenes: si no os degradáis todavía más y un día se abren vuestros ojos, os acompañará siempre como una pesadilla la imagen de aquel pobre chaval, víctima ni siquiera de su supuesta inferioridad (según vosotros) sino de vuestra cobarde superioridad numérica. Es probable que no quisierais matarle sino solo “darle un buen repaso”; pero olvidasteis eso que ni siquiera la pandemia nos ha logrado enseñar: que la ley de la vida está en que no somos individuos únicos y que, si todos hacen lo mismo que yo, pueden ocurrir cosas mucho más terribles que si lo hago yo solo.

Quizá pensasteis que esa sensación como de debilidad que dan algunos homosexuales (y que es el reverso de una mayor sensibilidad), o el hecho de que era un muchacho que “iba a la iglesia”, lo convertían en una piltrafa humana. ¿Quién os enseñó esto? ¡Qué equivocados estabais! Habéis encarnado (y confirmado) algo de lo que escribí otra vez sobre el “anticristo” de Nietzsche; pero, desde luego, sin la inteligencia y la categoría humana del alemán.

Seguramente, como tantas veces sucede, vuestra culpa no será solo vuestra. Me gustaría saber quién os educó en esta España que toma la educación no como un derecho de todo ciudadano, sino como un arma de cada gobierno; me gustaría saber a qué colegio fuisteis y si alguna vez ha pasado por vuestras cabezas algo parecido a lo que dice un gran escritor alemán que voy a citaros:

“¿Qué sentirá aquel que se despierta una mañana, echa una ojeada a su vida y, al hacerlo, reconoce que por la cuneta del camino de su vivir no quedan más que ruinas; ruinas de hombres a los que él ha destrozado con su egoísmo? ¿Qué sentirá quien, ante tales experiencias, no empieza en seguida a segregar reflejos convulsivos para quitarles importancia? ¿No irá a dar a un abismo que tiene toda la profundidad de su desesperación o de su necesidad de perdón? ¿A quién dirigirá sus quejas cuando estas lleguen a ser algo más que un vago lamento impreciso?… ¿No  es demasiado evidente que tales quejas no podemos traspasarlas a un tercero?” [1].

Si algo de eso os pasara algún día será muy duro de soportar. Lo sé. Pero, por favor, no tratéis entonces de rehuirlo porque solo tragándoos hasta el fondo esa experiencia podréis rehaceros y recuperar vuestra calidad humana perdida. Y si algún día algo de eso para por vosotros y tenéis la suerte de leer un precioso libro (titulado: El regreso del hijo pródigo), sabed entonces una cosa: el autor de ese libro, que tanto podría ayudaros, era un homosexual…

Quizás (y paradójicamente) os ayudarán a ese retorno los padres de Samuel que, en estos momentos, ya sin lágrimas en los ojos, seguirán probablemente repitiendo aquel verso de A. Machado: “Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería”. Pero que, precisamente por cariño a Samuel, estarán dispuestos a acogeros y daros una mano si os pasa lo que describía el citado autor alemán.

Yo no sé decir más.

[1] J. B. Metz en Stimmen der Zeit, 1997, p. 126.

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Samuel, mañana.

Sábado, 24 de julio de 2021
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samuelLa ensayista catalana Brigitte Vasallo escribe sobre el crimen de Samuel Luiz Muñiz, el joven asesinado a palos en La Coruña al grito de “maricón” que sacudió a España y al mundo.

Hoy no es como el día antes de que lo mataran. Hoy somos otra cosa. Y antes de seguir con nuestras agendas aprovechando el impulso de la visibilidad, habría tal vez que pensar si es el momento de nuestra agenda o es el momento de la agenda de Samuel.

La Coruña, después del asesinato de Samuel no es la misma ciudad. No puede ser la misma ciudad.

Estas palabras las pronunció Claudia Delso hace unos días en el pleno del Ayuntamiento de esa ciudad, justo antes de que la alcaldesa la mandara callar. Este no es un lugar donde venir a expresar emociones, le dijo.

En un tono bastante jodido, añado yo.

Pero antes de ser callada, Claudia Delso tuvo tiempo de decir cosas importantes. Una de ellas: que lo que se dice, y lo que no se dice desde las instituciones y demás altavoces, importa. Otra: que hoy, A Coruña, después del asesinato de Samuel no es la misma ciudad. No puede ser la misma ciudad.

La vida y la muerte no son la misma cosa aunque formen parte de lo mismo. Hace una semana en esa ciudad, en el paseo marítimo, delante de mucha gente, asesinaron a palos a Samuel Luiz Muñiz gritándole maricón. Samuel fue asesinado.

La vida y la muerte no son la misma cosa. Hay ahí una línea abismal, hay ahí la distancia insondable entre el ser y el no ser de Fanon. Por esa distancia insondable entre lo uno y lo otro, entre la posibilidad de existencia y la posibilidad de inexistencia, el asesinato de Samuel no se enmarca en un cúmulo de violencias, no es una violencia más, sino que es otro tipo de violencia, es la violencia paradigmática, el abismo, la irreparabilidad absoluta. El asesinato de Samuel es otra cosa. Y me preocupa que lo narremos como una violencia más, porque igual que engloba, igual que contextualiza, también minimiza, también ningunea. Su asesinato forma parte de una violencia que no es aislada, pero hoy A Coruña no es la misma ciudad y hoy, nosotras no deberíamos ser las mismas.

La homofobia no es el móvil de un asesinato. Si buscamos eso, pocas veces lo encontraremos. La homofobia es el marco que permite que cualquier cosa sirva de excusa para acabar con una vida marica. Como lesbiana visible mucho antes incluso de ser lesbiana, como marimacho, conozco perfectamente el mecanismo. ¿Por qué te ha gritado el guardia de seguridad? ¿Por qué se ha puesto agresivo contigo este tío si tú ibas por la calle sin hacer nada? ¿Por qué te han pegado un puñetazo a la salida del metro? ¿Pero lo conocías de algo? Llevo toda la vida contestando a estas preguntas, realizadas de buena fe pero sin entender nada. Buscando tal vez en mí el detonante, en algo que yo haya hecho más allá del mero hecho de existir. Pero no hay otro por qué. Mi existencia es lo que hace que alguien se permita descargar su ira conmigo y es lo que hace que me escoja a mí para descargarla, y no a cualquier otra persona.

Es tu energía, Brigitte, concluyen a menudo… obviando que “mi energía” se llama pluma.

Tal vez los y las asesinas de Samuel no lo conocían con anterioridad, pero fue la homofobia lo que les permitió tratar su cuerpo como un objeto inmerecedor de vida, como si al estar vivo desafiase las categorías, ofendiese las categorías. La homofobia es el factor deshumanizador que hace posible todo lo demás. Que hace que fuese Samuel la víctima elegida y no cualquier otra de toda la gente que pasaba por allí.

Y sí, los asesinos pueden tener amigos maricas. También los feminicidas dicen amar a sus compañeras.

Este no es un lugar donde venir a expresar emociones, le dice la alcaldesa de A Coruña a Claudia Delso, en un tono bastante jodido, paradójicamente bastante emocional, de una emocionalidad violenta, de una emocionalidad siniestra. La muerte no es cualquier cosa. El asesinato no es cualquier cosa. Cualquier muerto ilustre tiene su momento de panegírico en cualquier ayuntamiento que quiera apropiarse de su nombre. ¿Por qué a la alcaldesa de A Coruña le parece que hablar de Samuel, incluso 30 segundos más allá del tiempo reglamentario, es algo inaceptable? ¿Por qué hace callar justamente al cuerpo lesbiano de la Delso? Ando leyendo a Sara Ahmed estos días, y solo puedo pensar en la felicidad y el voluntarismo. La aguafiestas que viene a romper la promesa de felicidad, que viene a señalar que la ciudad no puede seguir siendo la misma, porque ya no lo es, porque ya es otra cosa, y que esa cosa hay que atenderla, hay que parar máquinas, hay que escuchar cómo se siente la ciudad después del asesinato de Samuel. Y la Delso es la bollera voluntariosa que no se rinde. Se calla, sí, pero no se rinde: esa imagen suya dejando el micro con todo el dolor y toda la rabia es una imagen que ya es nuestra. Una imagen que va a seguir hablando.

Si Samuel Luiz Muñiz hubiese sido asesinado por ser blanco o por ser payo, ¿hubiese habido espacio para hablar de él, incluso saltándose unos segundos el turno de palabra? ¿Si hubiese sido asesinado por español? ¿Y por gallego? ¿Si hubiese sido asesinado por ser hombre, o por ser personal sanitario? ¿Y si lo hubiese matado ETA? ¿Y Al-Qaeda? Todas estos supuestos habrían merecido un tiempo extra y la fotogénica emocionalidad de la alcaldesa. Samuel habría sido de ella, como ella. Pero no es el caso. Lo que viene después del asesinato sigue siendo parte del todo. Homofobia también es eso.

La ciudad ya no es la misma. ¿Y nuestras ciudades, están siendo las mismas? Sé que estos días estamos diciendo que todas somos Samuel, y entiendo la frase. Y aún así, me preocupa que de ser tanto todas Samuel nadie acabe siendo, ni siquiera él. Nos están matando a todas, sí. Pero nos están matando cada vez que lo matan a él, que es el que ha sido asesinado. Hay infinidad de grupos, también políticos, pero no solo, “aprovechando” el momento para sacar a la luz temas importantes de su agenda previa. Los temas son importantes, pero el momento es un asesinato y “aprovechar” hace que la frase sea jodida. Hoy no es como el día antes de que lo mataran. Hoy somos otra cosa. Y antes de seguir con nuestras agendas aprovechando el impulso de la visibilidad, habría tal vez que pensar si es el momento de nuestra agenda o es el momento de la agenda de Samuel. No sé si estamos preguntado suficiente a su entorno qué necesita. Qué necesitan en A Coruña, qué necesitan sus compañeres, que necesitan les compañeres allá, que necesitan en el contexto, y cuál es su agenda. La agenda de Samuel. El timing de los debates es importante también. Y que lo que se dice, y lo que no se dice desde las instituciones y demás altavoces, importa. Y mucho.

Publicado originalmente en Revista Pikara

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“Carta abierta a Maxsoud Luiz”, por Carlos Osma

Viernes, 23 de julio de 2021
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samuelDel Blog de Carlos Osma:

No comenzaré diciendo que como padre entiendo lo que estás pasando, sería un hipócrita, un mentiroso. No puedo, no me atrevo a imaginar cómo me sentiría si una de mis hijas fuese asesinada. Mis experiencias y reacciones ante la muerte de personas queridas no son ejemplares, y no creo que pueda decirte nada que te sirva de ayuda. De hecho, después de escuchar tu intervención en un programa de televisión, me ha impactado tu entereza y tu capacidad para ponerte en el lugar de los otros, también en el lugar de los padres y madres de quienes asesinaron a tu hijo Samuel. Nos une la misma fe, y el mismo Dios Padre/Madre, aquel que también padeció la muerte violenta de su hijo Jesús, por eso deseo que ese Padre/Madre te consuele y acompañe a ti y a tu familia en estos momentos, y el resto de vuestra vida.

Muchas entidades LGTBIQ han organizado o participado estos días en concentraciones y manifestaciones para mostrar el rechazo por el asesinato de tu hijo Samuel y pedir justicia. Y aunque has pedido expresamente que no haya banderas ni se politicen las concentraciones, las banderas LGTBIQ han estado presentes, y me gustaría explicarte el porqué. No sé si la agresión que sufrió tu hijo tuvo una motivación homofóbica, parece que varios testigos apuntan en esta dirección. Pero aunque no fuera así, lo ocurrido a Samuel ha conectado con las experiencias de muchas personas LGTBIQ, personas que observamos cómo en los últimos años los discursos de odio promocionados por la ultraderecha y los fundamentalismos religiosos se traducen en violencia física y psicológica hacia nosotras. Tu hijo Samuel, lamentablemente, ha puesto rostro a lo que muchas personas padecemos cada día, y por eso sentimos que lo que a él le ha ocurrido, nos puede pasar también a nosotras. Sabemos lo que significa que te llamen bollera o maricón, que te miren mal por cómo te expresas, que te hagan bullying en el colegio o instituto, que tengas que ocultar quién eres y quién te gusta, que te digan que te irás al infierno o que eres un enfermo, que te ridiculicen, que te den una paliza, que te maten. Las banderas no pretenden aprovecharse de lo ocurrido, siento si vuestra familia lo ha entendido así, quieren mostrar empatía con vosotros y exigir justicia.

Has descrito a tu hijo como amigo de sus amigos, como amigo de sus padres, cariñoso, amoroso, como una buena persona, un hijo maravilloso que ayudaba a la gente, y que así os gustaría a la familia que se le recordase. Y siempre debería ser así, que nuestros hijos e hijas fueran valorados por sus cualidades humanas, por ser reflejo del amor con el que Dios nos bendice a todas y todos. Pero la realidad, lamentablemente es otra, y para muchas personas que Samuel fuese gay borraba todo lo anterior. O al menos, para poder valorar todas sus cualidades, había que borrar que era gay. Sé que no os sentís cómodos con la politización del asesinato de vuestro hijo, pero el auge de los ataques LGTBIQfóbicos en los últimos años está directamente relacionado con los discursos de odio de la ultraderecha que tantos intentan blanquear. Entiendo que el tema político en este momento, a tu familia y a ti es lo último que os importa, y tenéis derecho a vivir este momento tan duro de manera privada, sin embargo también espero que la sociedad se percate de cuáles son las consecuencias de estos discursos de odio hacia la diversidad, y que comprendáis que es necesario visibilizarlos.

Me ha dado un vuelco el corazón cuando has pedido a los padres y madres de los asesinos que, si no pueden acompañar a sus hijos para entregarse a la policía y asumir su responsabilidad, que oren por vuestra familia. Y lo ha hecho porque en estos mismos valores he sido yo educado, creo que eso mismo hubiera dicho mi madre. Es con actitudes como la tuya con la que yo aprendí que significaba ser evangélico, seguidor de Jesús. He leído que Samuel también participaba activamente en la música de la iglesia. No sé si a cambio de mantener en silencio su orientación sexual, deseo que no, aunque imagino que sí porque es algo por lo que muchas y muchos hemos tenido que pasar. Es tan triste e injusto la forma con la que la mayoría de iglesias evangélicas tratan a las personas LGTBIQ, es tan incomprensible que identifiquen evangelio con discursos de odio. Es tan poco evangélica su homofobia, es un pecado tan grande que estén en el bando de quienes nos discriminan. Y lo digo con dolor, no con resentimiento, y también con esperanza, por eso te pido que reivindiques a tu hijo, sin negar nada de él, dentro de la comunidad. Que no tenga que silenciarse su homosexualidad para poder decir que era una gran persona, un gran hijo, un buen cristiano. Si se silencia, se está negando una parte de quien era. También que mires a los niños y niñas de tu comunidad como si fueran Samuel, para poder crear una comunidad cristiana acogedora y respetuosa para ellos, como ha sido siempre tu familia para tu hijo Samuel.

Espero no haberte ofendido con alguna de las cosas que he escrito en esta carta, solo pretendía que entendieras por qué el asesinato de Samuel nos moviliza a tantas personas LGTBIQ, también a las que compartimos con él la misma fe. Vuelvo a decir que no tengo, no sé palabras que puedan ni siquiera aligerar un poco vuestro dolor. Pero quiero acabar esta carta con algo que parece poco apropiado en este momento, se trata del comienzo de una canción que compuso hace muchos años una prima mía, y que me he descubierto tarareando en los momentos más complicados de mi vida, imagino que la conoces, espero que os dé fuerzas para apoyaros en el Dios Padre/Madre que sufrió por la muerte violenta de Jesús, su hijo: «Cuan profundo es tu amor, no lo puedo comprender, alto es para mí, cuan inmenso es. Cuan profundo es tu amor, Dios de los cielos, más profundo que el mar, es tu grande amor. Alto es, inmenso es, profundo es tu gran amor».

Carlos Osma

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Espiritualidad, Homofobia/ Transfobia., Iglesias Evangélicas , , , ,

Querido Samuel

Martes, 20 de julio de 2021
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samuelDel blog de Miguel Ángel Mesa, Otro mundo es posible:

“Es indignante el aumento de la violencia por razones de identidad sexual”

El pasado 3 de julio saltó a los medios una terrible, espantosa noticia: habían matado de forma cruel, a golpes, a patadas y al grito de «maricón de mierda», en A Coruña, a Samuel Luiz, un chico homosexual, que trabajaba como auxiliar de enfermería en una residencia de mayores, era voluntario de la Cruz Roja y pertenecía a una Iglesia Pentecostal

Siguen aumentando cada día los constantes insultos, amenazas y ataques físicos a las personas de la comunidad LGTBIQ+, en un espiral alentada por las declaraciones de los miembros de las formaciones políticas de extrema derecha

Hace unos días, en concreto el 28 de junio, asistíamos Marisa y yo a la Manifestación del Orgullo Crítico, para manifestar públicamente nuestra solidaridad con las demandas del colectivo LGTBIQ+. Cada vez que asistimos a estas manifestaciones, muchachos gays, chicas lesbianas y personas trans, entre otras, se acercan a nosotros para saludarnos, abrazarnos y agradecernos nuestra presencia. Y la verdad es que es un placer asistir a una convocatoria de lo más festiva y reivindicativa, de la que sales lleno de alegría y esperanza.

Pero todo cambió el día 3 de julio, cuando saltó a los medios una noticia terrible, espantosa: habían matado de forma cruel, a golpes, a patadas y al grito de «maricón de mierda», en A Coruña, a Samuel Luiz, un chico homosexual, que trabajaba como auxiliar de enfermería en una residencia de mayores, era voluntario de la Cruz Roja y pertenecía a una Iglesia Pentecostal.

Siguen aumentando cada día los constantes insultos, amenazas y ataques físicos a las personas de la comunidad LGTBIQ+, en un espiral alentada por las declaraciones de los miembros de las formaciones políticas de extrema derecha, con sus exabruptos y un discurso que lava la cara a la violencia machista e intenta derogar leyes y revertir los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBIQ+, alentando así la violencia de los sectores más extremistas, que se sienten amparados por estos discursos.

Es indignante que, hoy en día, se produzca en nuestras calles un incremento de la violencia contra las personas que tienen una identidad sexual o de género distinta a la heteronormativa, y que se enfrentan y luchan, desde su propia forma de ser y de expresarse, contra una sociedad patriarcal y machista, para dar a luz a una nueva sociedad donde se acepten y se respeten estos derechos y se legisle para garantizarlos por ley.

De todas formas, no son las leyes las que garantizarán la tolerancia y el respeto hacia la comunidad LGTBIQ+ o de cualquier otro colectivo oprimido, sino la educación y el cambio de actitudes, favorecido desde los colegios, las familias y los distintos estamentos políticos y sociales. Y en esa lucha algunos estamos y seguiremos, a pesar de todos los pesares.

No son las leyes las que garantizarán la tolerancia y el respeto hacia la comunidad LGTBIQ+ y otros colectivos oprimido, sino la educación y el cambio de actitudes, favorecido desde los colegios, las familias y los estamentos políticos y sociales

Al día siguiente del asesinato de Samuel, distintos colectivos y asociaciones de todo el país convocaron concentraciones para mostrar la condena y repulsa por el crimen. En Madrid, el Movimiento Marika de Madrid la convocó en la Puerta del Sol, que se llenó a rebosar. Había tanta gente que me recordó a la ocupación de esta plaza los días del 15M hace ya diez años. Pero en esta ocasión lo que se oían eran las palmas, las manos alzadas no violentas, las lágrimas de tantas chicas y chicos, sobre todo jóvenes, que no entendían esta barbarie y que mostraban su rabia y su rechazo con esta muestra de fuerza no violenta, que proviene únicamente de su deseo de vivir en paz y de que se respete la diversidad, que siempre nos enriquece.

Fueron dos chicos senegaleses sin papeles las únicas personas que se enfrentaron a los violentos y protegieron el cuerpo de Samuel con el suyo propio, aunque ya fue tarde. Deberían aprender del ejemplo de estos chicos los que se visten de patriotismo, cuando la única patria debe ser la dignidad y el derecho a la vida de cualquier ser humano. Por este hecho se está pidiendo que les concedan los papeles legales, para poder vivir y trabajar sin ser perseguidos. Y con toda la razón. Pero es algo que se debería conceder a todas las personas, sea cual sea su nacionalidad o procedencia, porque ningún ser humano debería ser ilegal en ningún país del mundo.

Hace algunas semanas escribía en este mismo blog que no me gustan las banderas pero, en todo caso, la única bajo la que querría cobijarme sería la bandera arcoíris, la de la multiculturalidad, la diversidad, la igualdad, el respeto, la dignidad y la justicia. Termino uniéndome al dolor de la familia de Samuel, al dolor de toda la gente que lucha por los derechos del colectivo LGTBIQ+, por la paz y la justicia, proclamando: «Yo también soy un maricón de mierda, como tú, querido Samuel».

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Las condenas por odio contra el colectivo LGTBI crecen un 25% en el último año

Miércoles, 4 de octubre de 2023
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stop-lgbtfobia-en-la-iglesiaLa orientación sexual y la identidad de género son el principal motivo de las sentencias por delitos de odio, según la Memoria Anual de la Fiscalía
Pau Alemany
Madrid

“Puto transexual de mierda”, “tú qué coño eres”, “maricón”… Con estos insultos vejatorios repetidos constantemente fue recibido Hugo Soleto (Cáceres, 28 años) en un salón de juego de la ciudad extremeña. Los agresores eran dos hombres de 19 y 23 años a quienes trató de ignorar, pero el tema no quedó ahí. “Cuando salieron a fumar, me chocaron con el hombro y los insultos subieron de nivel. Uno de ellos se dirigió a mí dándose golpes en el pecho como un gorila, me pegó un cabezazo y, cuando me giré para marcharme, vino por detrás y me dio un puñetazo en la cara”, recuerda con rabia Soleto. El motivo: ser un hombre trans. La nariz ensangrentada y un ojo morado fueron las consecuencias físicas de aquella agresión por motivos de LGTBIfobia que ocurrió en marzo de 2023. Una tipología de delitos de odio, contra la orientación sexual y la identidad de género, cuyas condenas han aumentado en 2022 un 25% respecto al año anterior, según la Memoria Anual de la Fiscalía presentada la semana pasada.

Las sentencias han pasado de 30 en 2021 a 37 en 2022, último año con datos recogidos en la memoria. El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, quiso remarcar su preocupación por este crecimiento en la presentación del año judicial que tuvo lugar el pasado jueves. “La memoria de la Fiscalía alerta del auge de los delitos motivados por la LGTBIfobia, que ocupan el primer lugar en las condenas por delitos de odio y discriminación, seguidos por el racismo y la xenofobia”, mencionó García Ortiz.

La tendencia al alza en este tipo de delitos se disparó en 2021. Así, de los 169 hechos conocidos en 2015, bien por medio de denuncia o de actuación policial, se pasó a 466 hace dos años, lo que supone un aumento del 175%, según los datos que maneja el Ministerio del Interior. En 2022 hubo una ligera bajada y se registraron 459. Estas cifras permiten una doble lectura, según comenta el fiscal de Sala contra los Delitos de Odio y Discriminación, Miguel Ángel Aguilar, ya que puede deberse o bien a que hay un mayor número de denuncias, o bien a que los delitos de este tipo han aumentado. “Las campañas de sensibilización facilitan que las víctimas vayan denunciando, pero puede ser también que realmente haya un incremento de hechos en la calle. No descarto que sea una suma de ambas circunstancias”, expone el fiscal.

 Delitos de odio por motivos de orientación sexual e identidad de género
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Los colectivos en defensa de las personas LGTBI coinciden en que el motivo principal de este aumento es la proliferación de los discursos de odio. “La extrema derecha nos pone al nivel de los enfermos, de pederastas y nos acusa de influir en la orientación sexual de las criaturas, y esto provoca que otras personas con menos filtros acaben actuando, como en el caso de Samuel”, argumenta Fran Fernández, coordinador general del colectivo Lambda, en alusión al asesinato de Samuel Luiz. En julio de 2021, el joven de 24 años fue brutalmente agredido por un grupo de jóvenes a la salida de un bar de A Coruña al grito de “maricón” y se convirtió en un símbolo de la lucha contra la LGTBIfobia que desencadenó manifestaciones en toda España. También se pronuncia en la misma línea la vocal de delitos de odio de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+), Laura González: “Parecían discursos que ya habíamos superado, pero se están volviendo a normalizar y esto envalentona a la gente para insultar o para agredir al colectivo”.

La ansiedad y la angustia se apoderaron de Hugo Soleto durante las semanas posteriores a la agresión. “Me venía alguien a hablarme por detrás y me asustaba enseguida”, recuerda. Recibe atención psicológica desde que ocurrieron los hechos y trataba de buscar una explicación a lo ocurrido: “No dejaba de preguntarme por qué, por qué yo, por qué a mí”. El miedo a no poder defenderse y a sufrir alguna agresión más grave t

Soleto decidió denunciar ante la insistencia de los policías que lo atendieron y también quiso seguir con el proceso judicial, a pesar de la incertidumbre por posibles represalias. “Yo tenía mucho miedo por si le pasaba algo a mi familia o a mí mismo”, recuerda. El caso de Soleto, sin embargo, no es habitual, ya que solamente se denuncian un 20% de los delitos de odio contra el colectivo, según el informe Estado LGTBI+ 2023, publicado en mayo por la FELGTBI+. “Quiero que sirva para que se haga más visible y para empujar a más víctimas a denunciar”, arguye Soleto.

Los colectivos también coinciden en los tres factores que mantienen el porcentaje de denuncias en el 20%: las circunstancias de la víctima, que si denuncia se ve obligada a salir del armario en todos los ámbitos de su vida; la falta de confianza en la policía, y las dudas sobre la resolución de su caso a nivel judicial. El coordinador general de Lambda explica que están trabajando con “los distintos cuerpos para que haya una mayor concienciación”.

La Fiscalía advierte en su Memoria Anual de “las dificultades para tener un control efectivo y poder realizar la contabilización y seguimiento de las denuncias por delitos de odio”, ya que los datos no siempre llegan homogeneizados de las comunidades. Por ello, el fiscal Aguilar se compromete a impulsar un recuento unificado en los próximos meses o en el próximo año, tal y como se exige en la Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación, publicada en el Boletín Oficial del Estado en julio de 2022. “Es necesario poner cifras al sufrimiento”, comenta Aguilar.

Soleto inició el proceso de transición hace un año y calcula que todavía le quedan, como mínimo, seis meses más. A pesar de saber que sus agresores no eran de Cáceres, decidió dejar el trabajo porque sentía “mucha ansiedad”. Ahora está esperando a que se celebre el juicio, previsiblemente este octubre, para tratar de empezar de nuevo: “Solo quiero que sea el juicio y que esas personas aprendan”.

El 028 atiende a las víctimas de delitos de odio y discriminación por LGTBIfobia las 24 horas y en seis idiomas, al igual que el correo 028-online@igualdad.gob.es y el chat www.igualdad.gob.es/Paginas/chat028.html

Fuente El País

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“A picar piedra, maricones“, por Andrea Momoitio

Martes, 29 de agosto de 2023
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IMG_0298Un artículo indispensable:

Una escena de ‘Las noches de Tefía’.

Las noches de Tefía no acaba bien, pero esto no es un spoiler. Lo sabe bien Samuel Luiz; las víctimas del incendio del Búnker, un espacio de cruising de Sevilla; las dos mujeres brutalmente agredidas al grito de “¡bolleras de mierda!”en el Parque Warner; las tres personas activistas golpeadas al salir de una fiesta LGTBQIA+ en Gerona; lo saben las víctimas de la la escalada del odio que estamos viviendo en el Estado español. Las noches de Tefía no acaba bien porque, para nosotras, así acaban muchas noches y, sobre todo, porque no nos han pedido perdón todavía.

La serie, dirigida por Miguel del Arco, puede verse sin respirar. Entre sollozos y risas. Puede verse con la alegría de quien se sabe a salvo de la crueldad más extrema y con el temor de quien sabe que las consecuencias de toda esa violencia siguen intactas en nosotras. Porque no nos han pedido perdón todavía. La ficción, de seis capítulos, es un juego de capas. De historias entrelazadas, superpuestas, que reconstruyen un  escenario tenebroso de la historia reciente de España: la Colonia Agrícola de Tefía.

En 1953, el periódico Falange: diario de la tarde informaba de la creación del Juzgado Especial de Vagos y Maleantes del Archipiélago Canario. Tendría su sede en Las Palmas de Gran Canaria. Ignacio Sáenz de Tejada y Gil era entonces presidente de la Audiencia Territorial de Las Palmas y declaraba que la “colonia agrícola o campo de concentración de Tefía” serviría de “saludable y enérgica sanción social” a  “los vagos habituales; rufianes y proxenetas; mendigos profesionales que exploten a enfermos, menores, lisiados; ebrios y toxicómanos habituales”. Todo, por supuesto, con arreglo a la de Vagos y Maleantes, una norma que estuvo en vigor entre 1933 y 1970. A partir de entonces entró en vigor la ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, algo más ‘sofisticada’.

En el momento de las declaraciones de Sáenz de Tejada y Gil, la ley todavía no recogía la homosexualidad como una de las conductas constitutivas de algún tipo de condena. Esta figura se incluyó en una modificación de 1954. Por tanto, puede afirmarse que la Colonia Agrícola de Tefía no tuvo como único fin la reclusión de personas homosexuales. Víctor M. Ramírez, uno de los principales expertos en la represión franquista a la diversidad sexual y de género en Canarias, ha estudiado un gran número de expedientes con los que ha podido demostrar que en Tefía fueron encerrados presos sociales y presos políticos, siguiendo con la categorización habitual de la época.

A pesar de que las investigaciones de Ramírez apuntan a que fueron pocos los presos condenados en Tefía por ser homosexuales,  la Colonia Agrícola de Tefía no deja de ser “un lugar infame, de triste recuerdo para quienes lo padecieron y, para la comunidad LGBTI, un símbolo de la represión sufrida en la dictadura”: “De mis investigaciones deduzco que durante los años de funcionamiento pasaron por Tefía entre 300 y 350 presos”. “He encontrado que veinte de esos presos fueron expresamente considerados peligrosos sociales por su homosexualidad y condenados a Tefía, el resto, hasta llegar a 68 entre los años 1954 y 1970, cumplieron su reclusión en prisiones de Gran Canaria, Tenerife y La Palma”, asegura en una entrevista para canarias7.es.

Puede que Las noches de Tefía, la serie de Atresplayer que narra las condiciones de vida de algunos de los presos que pasaron por la colonia, no sea extremadamente rigurosa con la complejidad de la represión. Es ficción. Una ficción preciosa. Un relato a tres bandas en el que es fácil intuir hasta qué punto el régimen apostó por el trabajo como redención, hasta qué punto explotaron y humillaron a quienes, de una manera u otra, perdieron la guerra. Deja entrever también cómo la imaginación, la música y el baile han sido históricamente herramientas de resistencia; habla de la solidaridad, de celos, de homofobia interiorizada, de violencia, de brutalidad.

En Las noches de Tefía, sin embargo, no acaba de señalarse con nitidez la responsabilidad de quienes permitieron que se perpetraron tantos crímenes durante la dictadura. En algún momento, incluso, podría parecer que la responsabilidad recae sobre las espaldas de los pocos funcionarios que trabajaban en Tefía y el régimen franquista, a través de sus diferentes aparatos de represión, articularon una gran maquinaria de dolor y venganza. Eso sí, que la responsabilidad total no reste ni un ápice de culpabilidad a todos los médicos, funcionarios, empresarios, órdenes religiosas y ciudadanos de bien que se beneficiaron de alguna manera de que ‘las parias’ picaran piedra para ellas.

No acaba bien, no. Porque no acaba bien ninguna historia a la que no se le de un digno cierre y, a nosotras, no nos han pedido perdón todavía. Es cierto que, concretamente en Tefía y gracias al empuje del movimiento  LGTBQIA+, se han llevado a cabo homenajes y medidas de reparación. Quedan otros muchos rincones de la España más oscura sin ser iluminados todavía. Por eso, propuestas audiovisuales como Las noches de Tefía tienen tanta relevancia.

Bienvenidas y bienvenidas al Tindaya, el cabaret en el que las personas malas no están invitadas al baile. No os perdáis la serie, de verdad.

Fuente Público

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El colectivo LGTBIQ+ y su lucha interminable contra un armario llamado dictadura

Jueves, 13 de julio de 2023
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IMG_9880IMG_9878Primera edición (izda) y la segunda (dcha)

El escritor Fernando Olmeda reedita ‘El látigo y la pluma. Homosexuales en la España de Franco’, un ensayo sobre cómo se vivió la homosexualidad en la España franquista.

El colectivo LGTBIQ+ era con quien la Policía gozaba de hacer uso de su poder

“La igualdad legal ya la hemos conseguido, pero no la igualdad social”

María Mora

11/06/2023 06:45

Juan Soto era conocido como el “delincuente por necesidad”. No sufrió desengaños amorosos. Lo suyo era practicar sexo como método para robar a la gente. Lorena Capelli, nacida como Humberto Lacerda, falleció sometiéndose a una vaginoplastia y es una huella más en la larga lista de guerreras y guerreros que el franquismo no logró doblegar.

Alberto Alonso Blanco, también conocido como Rambal, fue asesinado en 1976 en Gijón por ser un homosexual libre. Anastasia Rampova fue una artista transgénero e icónica en València por ser un símbolo de la cultura underground y LGTBIQ+.

Estas son solo algunas de las múltiples historias que recoge la segunda edición de El látigo y la pluma. Homosexuales en la España de Franco, del periodista y escritor Fernando Olmeda, que fue publicado recientemente por la editorial Dos Bigotes.

La primera edición vio la luz en 2004 con la editorial Oberon y ahora vuelve a las librerías con el mismo objetivo: dar a conocer cómo se vivió la homosexualidad durante la dictadura de Francisco Franco, las interminables persecuciones sufridas y cómo el colectivo LGTBIQ+ consiguió no dejarse dominar.

Estas personas son conocidas por haber vivido un estrepitoso calvario durante el régimen. Época donde la homosexualidad no tenía nombre en la sociedad española.

“La igualdad legal ya la hemos conseguido, pero no la igualdad social. Efectivamente, se siguen produciendo muchísimos episodios de discriminación, homofobia, transfobia“, señala Fernando Olmeda a Público.

“No solamente son los discursos de odio los que han calado en buena parte de la sociedad, sino que llegan al extremo del asesinato, como el de Samuel Luiz en A Coruña o la paliza de hace unos días a dos mujeres lesbianas en el Parque Warner. Y así todos los días, en determinados discursos de determinados medios o partidos se está intentando que cale el mensaje discriminatorio que al final nos retrotrae a aquella España en blanco y negro”, agrega.

Juan Soto es el ejemplo de sobrevivir y cuidar de uno mismo, cueste lo que cueste. Se le conocía no solo por ser homosexual, sino también por ser un “delincuente por necesidad”, según describe Olmeda en el libro. Desde bien joven aprendió a delinquir para sobrevivir y en muchas ocasiones a utilizar el sexo como herramienta de trueque.

Pasó gran parte de su vida robando, manteniendo relaciones sexuales a cambio de favores, arrastrando detenciones por todos los antecedentes que reúne, fugas de cárceles y clínicas -una de ellas eludida gracias a una estratagema en la que simuló tener un problema mental-, una paliza que casi le cuesta la vida, etc.

Entre una de sus más recordadas andadas, Soto solía practicar ciertas técnicas fuera y dentro de las cárceles, como ‘el plante‘ o ‘timo de la pasma ful’. Esta última, por ejemplo, consistía en “enseñar el pene como cebo para atraer a la víctima”, según explica Olmeda, en el parque de la Ciudadela o en los urinarios de las plazas de la Universidad de Catalunya.

En sus últimas hazañas, en la Central de Observación de Carabanchel, le preguntaron por un tatuaje característico que decía ‘Katyman‘, a lo que Soto respondió que significaba los dos géneros, masculino y femenino.

La reeducación

La Policía armada en aquella época estaba acostumbrada a difundir el terror y el miedo entre quienes eran detenidos para sacarles información, especialmente a los homosexuales.

El colectivo LGTBIQ+ era con quien la Policía gozaba de hacer uso de su poder para realizar todo tipo de torturas y humillaciones con el objetivo de obtener información o simplemente para castigarles por su orientación sexual.

En El látigo y la pluma se nombra un término interesante: la reeducación. Según el autor, “en la reforma de la Ley de Vagos y Maleantes del año 1954, la ejecución de actos de ayuntamiento carnal queda amparado en el delito de escándalo público, por lo que los homosexuales merecían la reinserción”.

Por ello, algunas normas estaban relacionadas con medidas de internamiento en un centro específico y el destierro, es decir, una vez que cumplías el periodo de encierro no podías volver al lugar de residencia, trabajo, etc.

No obstante, en lo que respecta a reeducación de la homosexualidad, Olmeda explica a este periódico que cuando una persona homosexual entraba en un centro penitenciario “había un grupo de psicólogos forenses, donde la legislación obliga a educarles de nuevo”.

“Sin embargo, no había reeducación posible porque, en primer lugar, no había personal especializado, psicólogos, psiquiatras forenses especializados; pero en el caso de las cárceles específicas”, -una en Huelva y la otra en Badajoz, ambas específicamente para homosexuales-, “obligaban a los presos a coser y fabricar balones, cajas de pescado, sogas, etc.”.

Memoria de Lorena Capelli

Además de la homosexualidad, las personas transexuales también fueron perseguidas bajo las órdenes de Franco. La medicina tuvo un amplio papel durante esta época donde los sanitarios se aprovecharon “de la ansiedad, y del bolsillo, de los angustiados pacientes que aspiraban a una reasignación de sexo”, señala el autor en el texto.

La sociedad actual no es consciente realmente de la vida que tuvieron todas aquellas personas del colectivo LGTBI+ durante el régimen

A lo que se sumaron también, por otro lado, los farmacéuticos para lucrarse del sufrimiento de estas personas. Incluso hubo momentos en los que el uso de hormonas provocó desequilibrios emocionales en los pacientes hasta producirles pensamientos suicidas.

En 1945 nació Humberto Lacerda en una familia que esperaba la llegada de una niña y no la de un niño, y cuyo padre le sometía a múltiples humillaciones, burlas y palizas porque notaba algo ‘raro‘ en su comportamiento.

Lacerda recordaba su pubertad como uno de los peores momentos de su vida, despreciaba la homosexualidad ligada al comercio del sexo, pero lo que más anhelaba era convertirse en mujer. Él se sentía mujer, era su deseo más fuerte, por lo que comenzó a hormonarse justo después de fugarse de casa, cansado por las inaguantables palizas que le daba su padre.

En 1971 cumplió su sueño de convertirse en mujer y pasó a llamarse Lorena Capelli. No obstante, la intervención no salió como debería y tuvo que volver a operarse porque la vagina era excesivamente estrecha y le producía fuertes dolores. Sin embargo, pierde la vida en esta segunda intervención debido a un shock posoperatorio, tratando su cuerpo, además, como un objeto más al enviarlo a Río de Janeiro.

Olmeda revela entre las páginas del libro que a Capelli “no le gustaba la sociedad en la que vivía, que juzgaba y condenaba a quien se atrevía a ser diferente, apartándole como si se tratara de un enfermo contagioso”. Lorena Capelli es recordada por quien fue y por lo que vivió.

La periodista Valeria Vegas, quien estuvo presente en la presentación de El látigo y la pluma, señala que la sociedad actual no es consciente realmente de la vida que tuvieron todas aquellas personas del colectivo LGTBI+ durante el régimen: “Si la gente hubiera nacido en 1930, su vida habría sido muy distinta”.

Como estas historias hay muchísimas más, como la de Alberto Alonso Blanco, más comúnmente conocido como Rambal, y quien fue asesinado en Gijón en 1976 por vivir su homosexualidad con libertad. La artista de cabaret Anastasia Rampova, un símbolo transgénero y considerada un personaje mítico en València, falleció en 2021 y su historia perdurará mientras estén los que la quieren recordar.

Por otro lado, Jordi Petit, escritor y activista del movimiento LGTBIQ+, estuvo presente como representante de los homosexuales damnificados en el homenaje de octubre de 2022 que celebró el Estado para reconocer a todas las víctimas del franquismo.

Fuente Público

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Asesinatos, virus y palizas: Así difunden los medios terror en las personas LGTBI+

Sábado, 6 de agosto de 2022
Comentarios desactivados en Asesinatos, virus y palizas: Así difunden los medios terror en las personas LGTBI+

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Bajo una aparente función informativa, los medios lanzan en las coberturas que buscan disciplinar y adoctrinar las vidas LGTBIQ+.

Por Rubén Serrano

Ilustración: Sra. Milton

El asesino de Grindr, la viruela del mono, la muerte de Samuel y palizas a personas trans han llenado titulares en los últimos meses. Bajo una aparente función informativa, los medios lanzan en las coberturas de esta violencia mensajes que buscan disciplinar y adoctrinar las vidas LGTBIQ+. Desde el “tú te lo has buscado” hasta el “si no llamas la atención, nadie te pegará en la calle”, se justifica al agresor mientras que la culpa siempre recae en las víctimas.

El asesino de Grindr, la viruela del mono, agresiones a personas trans, la paliza grupal que mató a Samuel, tiroteos en bares gais y ataques nazis a espacios LGTBIQ+. Durante los últimos meses estas noticias han ocupado titulares, telediarios y tertulias. Si bien todas esas piezas exponen los hechos que están sucediendo, también nos dejan claro que, si no nos portamos bien y cruzamos ciertas líneas rojas, el castigo que recibiremos es la más cruda violencia, desde insultos hasta una agresión física, un virus o la muerte. A simple vista, estos relatos están informando sobre la violencia contra gais, lesbianas, bisexuales, trans, no binarias, intersex, queer; pero, sin embargo, estas narraciones tienen otra función: meter miedo a las personas LGTBIQ+ para disciplinarlas y aleccionarlas.

El relato del terror LGTBIQ+ circula libre y descaradamente por los medios de comunicación y en unas semanas nos han recordado cuáles son esos límites que es mejor no traspasar: follar con desconocidos, follar con quién y con cuántos/cuántas/cuántes queramos, quedar con gente por apps, acudir a ciertos espacios, okupar la calle pero sin expresarnos o mostrarnos demasiado en ella, que nuestra pluma o falta de cispassing sea evidente, nuestra ropa, hacer algo de “ruido”; en definitiva, que se note que existimos. El “no molestes o esto es lo que te pasará” persigue el claro objetivo de controlar las vidas disidentes de la norma para tenerlas vigiladas y volver a meterlas en el armario. Es decir, quitarnos las libertades que hemos ido consiguiendo en las últimas décadas.

¿Quién ejecuta el relato del terror LGTBIQ+? Principalmente radios, televisiones y prensa digital y en papel. Sin olvidar otros tres factores importantes: las redes sociales, por las que se propaga mezclado con discurso de odio (tan solo hay que darse un paseo por Twitch, YouTube y Twitter); las diferentes formas de violencia ya señaladas; y los políticos y políticas que con sus declaraciones y sus discursos niegan o ponen en cuestión los derechos de las personas disidentes de la norma afectiva, sexual, de género y de expresión.

Esta narrativa del terror siempre ha estado latente, pero ahora adquiere una mayor relevancia. Durante las últimas décadas se han alcanzado avances muy importantes y en estos momentos seguimos luchando por adquirir otros, como la ansiada ley estatal trans y LGTBI+. Ante este progreso, los movimientos reaccionarios están cuestionando consensos sociales con el fin de eliminar todos estos logros, como ya ha sucedido con la derogación del derecho al aborto en Estados Unidos (las periodistas Noelia Ramírez y Begoña Gómez Urzaiz explican cómo funciona lo que han llamado “la gran reacción en el podcast Tardeo). De este terror mediático, la ola reaccionaria es una gran beneficiaria.

Nerea Barjola, investigadora y doctora en Feminismos y Género, expuso en su libro Microfísica sexista del poder como el caso Alcàsser (el asesinato con violencia sexual de Antonia Gómez, Desireé Hernández y Míriam García en 1992) sirvió a los medios de comunicación para construir un relato de terror sexual con el que disciplinar y corregir la conducta de las mujeres a partir de entonces. Barjola sentó un precedente importante de investigación y análisis que sirve para articular el horror LGTBIQ+.

En los últimos dos meses se han producido dos casos centrados en la comunidad gay que muestran a la perfección cómo funciona esta narración del miedo: el asesino de Grindr y la viruela del mono. Para hacer el análisis y sacar las conclusiones he tenido en cuentas las noticias publicadas en diarios escritos y digitales (El Mundo, La Vanguardia, El Correo, eldiario.es, El País, La Voz de Galicia, 20 Minutos, Diario de Sevilla, ABC, RTVE.es, El Periódico, Onda Cero, Antena 3, El Salto, La Razón, Cadena Ser, CNN, El Español, Telecinco, Clarín y OK Diario), los reportajes audiovisuales en informativos (Telemadrid, 24H de RTVE y Telecinco) y las tertulias televisivas (Cuatro al Día, En Jake de la ETB, Espejo Público, La Hora de La 1, La Sexta Clave, Imagen Televisión y La Sexta Noche) tanto del día en que se dieron a conocer como de los posteriores.

El asesino de Grindr: vuestras muertes no son tan importantes

A principios de mayo los medios se llenaron de titulares que, bajo la inofensiva apariencia informativa, estaban apuntando a un grupo de población y creando en él una alarma: “El matagays de Bilbao”, “el asesino de gays”, “el perfil del presunto asesino en serie de homosexuales de Bilbao”. Primer mensaje: “Solo os matan a vosotros, los gais”. El autor de las muertes, en prisión preventiva y al que se le atribuyen cuatro crímenes y dos intentos de homicidio, quedaba con sus víctimas por una aplicación de encuentros. Las televisiones y los digitales no tardaron en mostrar y nombrar la app en cuestión, Grindr, y también otras como Wapo, dejando de ser así espacios de hombres gais y bisexuales a ser espacios públicos de todo el mundo. Segundo mensaje: “Ni en vuestros propios espacios estáis seguros”. Tercer mensaje: “Esto os pasa por follar con desconocidos a través de apps”, culpando consecuentemente a las víctimas y a los hombres gais del horror que les pueda llegar a ocurrir. El “tú te lo has buscado” de toda la vida.

https://twitter.com/jucilnacional/status/1522297029938102272?s=21&t=T6SI3aeskGiJRMIhVGkDfQ

Los medios presentaron al criminal bajo un halo de monstruosidad: era un “asesino en serie”, “sádico”, “cruel” y con una “conducta propia de animales”. Esta deshumanización transmite la idea de que este horror es algo anómalo y excepcional y que no responde a la realidad diaria que vemos en nuestra sociedad. Además, la gran mayoría de televisiones, diarios y radios remarcaron su nacionalidad de origen para dejar claro que esta violencia no forma parte de “nosotros, los españoles”. Se valieron de la xenofobia para puntualizar que este tipo de agresión viene de fuera.

El perfil que se crea del agresor es crucial para entender la importancia del cuarto mensaje que se lanza a la comunidad gay: “Los asesinatos no son homofobia”. Resulta relevante la hipocresía de los medios de comunicación a la hora de narrar esta noticia. Por un lado, enmarcan en titulares las palabras “el matagais” para conseguir la atención de la sociedad, pero, por otro lado, en sus textos y en sus tertulias hacen un enrevesado ejercicio para subrayar que detrás de estos crímenes no hay homofobia alguna. Gritan que hay un asesino de homosexuales y, a la vez, radio, teles, prensa y webs nos hacen luz de gas al intentar hacernos creer que el hecho de que todos los muertos sean hombres gais es algo secundario, menor, casual, irrelevante. Se activa por tanto el quinto mensaje: “Van a por ti, homosexual, pero tú muerte no es importante”. Es por ello que los diarios repitieron que “aún está por determinar si existe un móvil de odio hacia las personas homosexuales” e incluso los informativos llegaron a utilizar voces de autoridad como un criminólogo para anular la homofobia de los asesinatos: “Es un ladrón que quería robar dinero y que para hacerlo administraba drogas”.

La construcción de los asesinatos como algo inusual e insistir en que no son fruto de la homofobia responde a un objetivo claro: desresponsabilizar al sistema heteropatriarcal de la violencia que ejerce contra las personas LGTBIQ+. Para lavarse las manos y que nadie se percate de su responsabilidad en estos crímenes y agresiones, los medios basan su relato en el morbo, al igual que hicieron con Alcàsser. Por ello, tenemos incontables reportajes y piezas de vídeo exponiendo con todo lujo de detalles el modus operandi del asesino, e incluso entrevistando a sus amistades y familiares, pero no hay ni un artículo y ni una mención en ningún informativo sobre por qué sucede la violencia homófoba.

Viruela del mono: esto os pasa por follar

La estigmatización de la comunidad gay que hicieron los medios de comunicación con la viruela del mono fue tan descarnada y despiadada que hasta la propia ONU tuvo que intervenir para pararles los pies y recordar que la orientación sexual no es un factor que influya en la transmisión del virus. Leímos y vimos cómo se vinculaba la homosexualidad con esta infección, y, para cuando llegaron las rectificaciones, el primer mensaje ya estaba dado: “Este virus os afecta por maricones”. Hicieron lo mismo que hicieron con el VIH en los 80. Es más, La Razón se atrevió a publicar un artículo tituladoEl peligroso paralelismo entre la viruela del mono y el sida’ sin ningún tipo de ética y responsabilidad periodística.

Se señaló a los hombres homosexuales como los que causaron la transmisión del virus y, de nuevo, voces de autoridad, en este caso políticos, perpetuaron esta idea. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, el popular Enrique Ruiz, una vez ya había sido señalada una sauna gay como un foco de infección, sentenció que “el perfil de los contagiados son todos hombres y sería preocupante que apareciese una mujer” y que en distintos países el patrón “es el mismo”. Mientras tanto, desde Vox relacionaron la viruela con homosexuales “drogados. ¿Hubiese sido el tratamiento diferente si el primer brote se hubiese dado entre personas heterosexuales?

https://twitter.com/dsegoviaatienza/status/1528994430862123010?s=21&t=4SOmGZN1QvTLUJuu7YMMBQ

Para informar sobre la viruela del mono, los medios hicieron un retrato de la cara del vicio: de forma simultánea presentaban los últimos datos mientras por la pantalla mostraban imágenes de la sauna gay clausurada, de hombres musculados bailando en bañador y de fiestas con banderas arcoíris. Se atacaron los espacios gais para lanzar un segundo mensaje subliminal, “estáis sucios”, a la vez que se fiscalizó nuestro deseo sexual para pregonar el aviso final: “La culpa es vuestra por follar cómo folláis, es un castigo por como vivís el sexo, sois unos promiscuos y viciosos”; el llamado “slut-shaming” que explicó la periodista Noemí López Trujillo en Newtral. La meta de esta estrategia es doble. Por un lado, infundir miedo a la hora de tener sexo, misma técnica disciplinaria que los medios utilizaron con el VIH y el sida, y, por otro, responsabilizar de nuevo a la víctima, en este caso, a los hombres homosexuales de un virus.

El terror marica se infundió también a través de fotografías que mostraban las pústulas y las heridas que la viruela provoca en la piel. Esta alarma de lo que te podía pasar fue magnificada con testimonios que relataban todos los síntomas sufridos. El morbo de nuevo hacia acto de presencia. Algunas de estas imágenes que mostraron los diarios eran de cuerpos de hombres y menores negros, implantando en el subconsciente la narrativa racista de que, aparte de homosexuales, esto era “algo de África”. El peligro, como en el asesino de Grindr, viene de fuera.

Palizas y ataques nazis: vamos a por vosotras

Aparte de estos dos casos, en mayor o en menor escala y dependiendo de cómo sea tratada, cada noticia relacionada con alguna agresión LGTBIfóbica emite sus mensajes cargados de terror. El asesinato grupal de Samuel Luiz a gritos de “maricón” en julio de 2021 lanzó a toda la comunidad LGTBIQ+ la idea de que “nos podría pasar a cualquiera de nosotros”, de ahí que uno de los lemas protesta más escuchados sea “Todos somos Samuel”. Está identificación y simbiosis con el joven de 24 años sirve de aviso directo: podemos acabar igual que él si el agresor o los agresores consideran que levantamos mucho la voz, que se nos ve demasiado o que les molesta nuestra existencia.

Parte de las agresiones físicas saltan a los medios gracias a las denuncias que hacen las víctimas en las redes sociales y eso produce un doble efecto: por una parte, tienen una gran utilidad para denunciar y mostrar ante el mundo la violencia pero, por otra parte, nos sirve de recordatorio de lo que nos podría suceder algún día. Lo mismo sucede con los titulares o las piezas televisivas que, pese a no mostrar el resultado de los golpes, anuncian una “brutal paliza” a dos chicas trans en Valencia, a un chico trans en Toledo, a una joven trans en Barcelona, a una mujer trans en Hospitalet o un ataque “con un ladrillo” a una pareja de lesbianas que se estaban besando en Ciudad de México.

Hay veces que estas agresiones no son contra nuestros cuerpos sino contra nuestros símbolos, como el reciente ataque a una exposición sobre el Orgullo en Valencia. Hay otras veces que esas agresiones tienen por resultado final acabar con nuestras vidas: como el tiroteo por parte de un hombre en un club gay de Oslo o el ataque que un grupo de 31 neonazis quería perpetuar en el Orgullo de una ciudad de Idaho. Una vez más se emite un mensaje claro: “Vamos a por vosotros”.

Limites traspasados

¿Qué es lo que persigue el relato mediático del terror LGTBI+? Aleccionarnos, dominarnos, corregirnos, disciplinarnos y controlar nuestros cuerpos. Si como resultado de todo este bombardeo comunicativo, alguien se plantea que es mejor no jugársela, no llamar la atención en la calle, esconder la pluma, no darse un beso en público, no ponerse ese top, no hablar en voz alta delante de determinadas personas, no pisar ciertos espacios, pensárselo dos veces antes de follar o de hacerse una cuenta en alguna red social entonces en ese preciso momento el relato mediático del terror queer habrá tenido el efecto esperado: reprimir nuestras vidas y las libertades conseguidas. El mensaje que queda en el poso de estas agresiones nos dice que no nos pasará nada si somos buenas, si estamos quietas en un rincón, si estamos asimiladas en la cisheteronorma, si pasamos desapercibidas. El terror LGTBIQ+ busca nuestro borrado.

Como siempre, y como viene siendo habitual en la historia de todas las disidencias, está en nuestras manos no dejarnos someter por estos mecanismos correctivos. Nosotros, nosotras, nosotres llevamos una mochila detrás y sabemos lo que es haber sido pisoteadas, calladas y torturadas. Nos ha costado llegar a este punto en el que cada vez nuestra existencia es más habitable y tenemos claro que no nos vamos a volver a armarizar ni a esconder. Tras el tiroteo en Oslo, los organizadores del Orgullo decidieron cancelar la marcha y todos los eventos relacionados con él. Sin embargo, vecinos y vecinas de todas las edades respondieron al miedo y a las amenazas saliendo a la calle. Tenemos más poder del que creemos. El terror y el reaccionarismo no nos van a quitar nuestras vidas.

Fuente Pikara Magazine

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La Ley Trans y LGTBI y el Pacto Social y de Estado contra los discursos de odio: principales reivindicaciones de la manifestación estatal del Orgullo 2022

Sábado, 9 de julio de 2022
Comentarios desactivados en La Ley Trans y LGTBI y el Pacto Social y de Estado contra los discursos de odio: principales reivindicaciones de la manifestación estatal del Orgullo 2022

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Tras dos años de pandemia, el Orgullo vuelve a salir a las calles con la gran manifestación estatal. La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) y COGAM, colectivo LGTBI+ de Madrid, anuncian que la cabecera de la manifestación del Orgullo 2022 contará íntegramente con la participación de activistas LGTBI+. Este año se reivindica la necesidad de mejorar y aprobar el actual Proyecto de Ley Trans y LGTBI y de impulsar el Pacto Social y de Estado contra los discursos de odio.

Este Orgullo, en el que se prevé la afluencia de cerca de un millón de personas, es muy importante para el colectivo, puesto que la visibilidad es fundamental en este momento de aumento de los discursos de odio. Sin ir más lejos, hace un par de semanas ocurrieron los brutales incidentes de Oslo en un bar LGTBI+ y justo se cumple un año del crimen LGTBIfóbico que acabó con la vida de Samuel Luiz. Por esto, y por muchos más motivos, el lema de la manifestación de este año es “Frente al odio: Visibilidad, Orgullo y Resiliencia”.

En la manifestación de este año participarán cerca de 100 entidades, más de 1000 personas voluntarias y 40 carrozas. El inicio de la manifestación está previsto a las 19:00 horas desde la plaza de Carlos V, (salvo la cabecera que arrancará en el Paseo del Prado a la altura de la plaza de Murillo a las 19.00 horas) y terminará en Colón, donde las personas activistas leerán el manifiesto. Como novedad, este año habrá dos pancartas de cabecera, una con el lema de la manifestación y otra con la reivindicación de un “Pacto Social y de Estado contra los discursos de odio”. Asimismo, la bandera trans que recorrió España exigiendo los derechos trans, será un elemento clave de la manifestación.

Frente al odio: Visibilidad, Orgullo y Resiliencia

La primera de las pancartas de cabecera lucirá el lema central de la manifestación “Frente al odio: Visibilidad, Orgullo y Resiliencia” y estará compuesta por activistas LGTBI+ que trabajan en diversos ámbitos, como la discapacidad, la realidad gitana, la migrante y el feminismo. Entre ellas se encuentran: Uge Sangil, Mané Fernández, Carmen García de Merlo, Violeta Assiego, Ángeles Blanco, Carmen G. Hernández, Sandra Carmona, Juan Carlos Durán, Juan Carlos Alonso, Carla Antonelli, José Luis Lafuente, Sisi Cáceres, Isidro Rodríguez, Taira Maturana, Desirée Chacón y Toni Poveda, entre otros.

Además, también formarán parte de la cabecera las personas representantes de las dos entidades que, junto a FELGTBI+, han impulsado el Proyecto de Ley Trans y LGTBI durante toda su tramitación. Sara Laguna vendrá en representación de Chrysallis, Asociación de familias de Infancia y Juventud Trans*, y José María Núñez como presidente de Fundación Triángulo. Uge Sangil ha señalado que “estos dos años de tramitación de la Ley Trans y LGTBI hemos dado una lección de orgullo y resiliencia, peleando con constancia y valentía para ampliar nuestros derechos. Es urgente que la ley, que nuestra ley trans y LGTBI, crezca en el proceso parlamentario y se apruebe ya”. Uge Sangil también ha querido señalar que “hoy salimos a la calle para proteger y avanzar los derechos de las mujeres y de todos los grupos vulnerables, derechos, como por ejemplo el aborto, que ha sido recortado hace apenas una semana en EEUU”. Carmen García de Merlo, presidenta de COGAM, ha añadido que “la visibilidad es nuestra forma de decir que estamos aquí y es necesaria para no volver al armario, porque el sol no se puede tapar con un dedo”.

Pacto Social y de Estado contra los discursos de odio .

El Orgullo es una de las principales herramientas que tiene el colectivo para conquistar sus derechos y lograr la igualdad real y efectiva en todos los ámbitos de la sociedad, pero también es una potente herramienta para combatir los discursos de odio que se vierten desde las instituciones. Desde comienzos de año, se ha impulsado a través de FELGTBI+ un Pacto Social y de Estado frente a los discursos de odio con los principales actores sociales y políticos del estado. El objetivo es acabar con los discursos de odio que estigmatizan y señalan a los grupos vulnerables y que están socavando los cimientos de la convivencia social, poniendo en peligro los avances logrados hasta la fecha y fomentando el aumento de los delitos de odio. En esta segunda pancarta participarán Unai Sordo (CCOO), Pepe Álvarez (UGT), Juan Antonio Segura (CEPAIM), María Navas (Plataforma del Voluntariado), Héctor Fernández (CESIDA), Carlos Susías (Plataforma Tercer Sector), Beth Gelb (Amnistía Internacional), José Santiago (Secretariado Gitano) y Alejandro Alder (FELGTBI+).

NdP – Pancartas manifestación Orgullo Estatal 2022

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“Alianza Evangélica Española. A vueltas con la LGTBIQfobia”, por Carlos Osma

Jueves, 3 de marzo de 2022
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israel-g125240228_1920Leído en su blog Homoprotestantes:

«Evangélicos españoles ante la restricción de libertades», así se llama el comunicado que acaban de firmar «las principales denominaciones evangélicas de España». Lo de la «restricción de libertades» lo dicen ellos, lo que no dicen es que quieren tener libertad para realizar discursos que generen odio y produzcan discriminación hacia las personas LGTBIQ (que ellos llaman «personas con atracción al mismo sexo o transexual», ese es el nivel). Y claro, no sé si a eso se le puede llamar libertad, pero si es eso a lo que se refieren cuando hablan de libertad en términos cristianos, pues les animaría a abrir sus Biblias y leer: «El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos».[1]

También es interesante la manipulación del lenguaje cuando dicen «las principales denominaciones evangélicas de España». Estas entidades se entienden a ellas mismas como principales, frente al resto que no lo serán tanto, que serán secundarias, aunque hayan padecido tanto o más que ellas las restricciones a la libertad de conciencia y de culto en el pasado. ¿Principales? ¿Qué quiere decir principales? ¿Las que piensan como yo? ¿Las que son tan fundamentalistas como yo? ¿Las que tienen más miembros? ¿Las que más discriminan a las personas LGTBIQ en sus comunidades? ¿Las que se reparten los puestos en los órganos de representación oficiales? ¿Las influencers más LGTBIQfóbicas? Por si acaso, les animo de nuevo a abrir sus Biblias y leer: «Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor; y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos».[2]

Dicen que no son tan inhumanos y que «rechazan la discriminación que el colectivo LGTBI sufrió en el pasado», aunque no aclaran a qué discriminación se refieren, ni hacen ningún comentario sobre si ellos aportaron algo a esa discriminación. Las personas LGTBIQ que provienen de las comunidades que han firmado este comunicado podrían explicar largo y tendido el daño psicológico que sufrieron dentro de ellas. Además, ¿a qué se refieren cuando utilizan la palabra «pasado»?: ¿A lo que hacían en un tiempo inmemorial? ¿A lo que ocurría antes de cualquiera de las leyes que se han aprobado para defender nuestros derechos? ¿A cuándo se amenazó con la expulsión a los pastores que casaran persona del mismo sexo? ¿A cuándo se trató de expulsar a la IEE de las principales instituciones por tomar el camino de la inclusión? ¿Al mes de julio pasado cuando Samuel Luiz fue asesinado al grito de maricón? No tienen ninguna credibilidad estas palabras, son pura manipulación, juegos de palabras que los desacreditan. Engaños de quienes estaban acostumbrados a odiar en nombre de Dios, y ahora es evidente que lo hacen únicamente en nombre propio. Me viene a la mente un Salmo, que se me hace más bien un deseo: «Enmudezcan los labios mentirosos, que hablan contra el justo cosas duras con soberbia y menosprecio».[3]

Cuando en España se reconoció que existían españoles «no católicos», hubo discursos que afirmaban que el catolicismo estaba siendo atacado por los herejes. Y aquello generó violencia en la vida de muchos y muchas herejes. Es triste que esto se olvide en este comunicado, porque cuando se dice que un grupo de personas, en este caso el colectivo LGTBIQ, está recibiendo un trato de favor, y que otro, en este caso quienes han firmado el comunicado y sus entornos de influencia, están viendo recortados sus derechos, se está generando odio. Y en esas comunidades habrá personas que acabaran por sufrir ese odio. Ya es hora de que se busque otro pegamento que no sea el odio de la LGTBIQfobia para unir al diverso movimiento Evangélico-Protestante de este país. Hay millones de iniciativas surgidas del amor, que podrían hacerlo de una forma más acorde con el evangelio de Jesús. Porque como dice la Primera Carta de Juan: «Si alguno dice: Yo amo a Dios, pero odia a su hermano, es mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?».[4]

Por último hago una propuesta, la que he venido haciendo desde hace mucho tiempo, ya que sin escuchar a quienes han sufrido la LGTBIQfobia no hay solución a todo esto. Cuanto más tiempo se tarde, más se hace de la ignorancia virtud, y más es arrastrado el testimonio evangélico por el fango del odio LGTBIQfóbico (Para muestra, este lamentable comunicado). Desde mi perspectiva la aceptación de las personas LGTBIQ es visto como un Jaque mate a la manera en la que el fundamentalismo interpreta la Biblia. Por esa razón se asume el mal menor (en su perspectiva, claro): la LGTBIQfobia. No soy fundamentalista, pero no tiro la toalla de que incluso siendo fundamentalista se puedan buscar formas alternativas de seguir interpretando la Biblia desde esta perspectiva sin hacer daño a tanta gente. Abriendo espacios de escucha, no para convencer (yo no soy fundamentalista ni lo quiero ser, y entiendo que haya gente a la que le resulte inaceptable mi manera de entender la Biblia), no para discutir, no para poner el odio al mismo nivel que la liberación, sino para escuchar a las personas que han padecido esta discriminación. Quizás los pensadores, teólogos, pastoras, padres, abuelas… fundamentalistas, teniendo en cuenta estos testimonios, sean capaces después de buscar soluciones para que lo que les suponga un verdadero jaque mate al cristianismo sea la LGTBIQfobia. Quizás, ellos sí, puedan responder sin autoengañarse la pregunta que Dios le hizo Caín: «¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra».[5]

Carlos Osma

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 Consulta dónde encontrar “Solo un Jesús marica puede salvarnos”

Notas:

[1] Lc 4,18

[2] Mc 10,43-44.

[3] Sal 31,18

[4] 1 Jn 4,20.

[5] Gn 4,10.

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FELGTBI+ impulsa la 1º Mesa del Pacto Social para un Pacto de Estado frente a los Discursos de Odio contra Grupos Vulnerables

Martes, 15 de febrero de 2022
Comentarios desactivados en FELGTBI+ impulsa la 1º Mesa del Pacto Social para un Pacto de Estado frente a los Discursos de Odio contra Grupos Vulnerables

pactosocialEste Pacto social pretende reforzar el consenso social y político en defensa de los grupos vulnerables e impulsar un Pacto de Estado contra los discursos de odio.

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) ha promovido hoy la 1º Mesa del Pacto Social y de Estado frente a los Discursos de Odio contra Grupos Vulnerables, que ha reunido a más de veinte organizaciones sociales, instituciones y partidos políticos, entre ellas, CCOO, UGT, Consejo de la Juventud de España,  FELGTBI+, Fundación Triángulo, Fundación ONCE, CERMI, Secretariado Gitano, Red Acoge, CESIDA, Hogar Sí, la Dirección General de Diversidad Sexual, la Dirección General de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial, la Oficina de Delitos de Odio del Ministerio del Interior, así como PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, Más País y Equo.

El objetivo de esta primera mesa ha sido proponer a los principales actores sociales y políticos del estado un Pacto Social frente a los discursos de odio que estigmatizan y señalan a los grupos vulnerables, dada la emergencia de discursos de odio contra estos grupos en la esfera pública, que está socavando los cimientos de la convivencia social y poniendo en peligro los avances logrados hasta la fecha. A juicio de las organizaciones, es evidente que la estigmatización y el señalamiento a los grupos vulnerables está legitimando la discriminación y la violencia en su contra, como muestra el aumento de un 10% de los delitos de odio en el primer semestre de 2021 respecto al de 2019. Además, se ha constatado un aumento de la virulencia en este tipo de delitos, sin ir más lejos, con el asesinato a Samuel Luiz en La Coruña el pasado julio y los grupos neonazis que se manifestaron en septiembre en Chueca al grito de “fuera maricas y sidosos”.

Se propone a los actores sociales, políticos y mediáticos rechazar públicamente los discursos contra grupos vulnerables y a no darles difusión.

El acto, que ha tenido lugar el 4 de febrero en la sede de Fundación ONCE, se ha inaugurado con la presentación de la iniciativa por parte de Uge Sangil, presidenta de FELGTBI+, entidad promotora. Sangil ha señalado que “es fundamental que la sociedad rechace con claridad los discursos de odio que nos estigmatizan, nos señalan y alimentan la violencia contra los grupos vulnerables.” Además, ha indicado Sangil, “aspiramos a que este Pacto Social impulse un Pacto de Estado que proteja a las personas afectadas por los discursos de odio, con medidas como la formación de los operadores jurídicos, la formación de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, o la revisión de la legislación sobre delitos de odio contra colectivos vulnerables.”

Las organizaciones impulsoras del Pacto han debatido los ejes de acción y medidas concretas para impulsar el rechazo hacia los discursos de odio y la protección para los grupos vulnerables. El Pacto se reunirá periódicamente para evaluar sus avances y el seguimiento por parte de los actores de los compromisos presentes en este pacto.

Fuente FELGTBI+

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IN MEMORIAM: 28 de Diciembre, Día de los Santos Inocentes

Martes, 28 de diciembre de 2021
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Hoy recordamos, en el día De los Santos Inocentes, los nombres de los asesinados y asesinadas o que acosados y perseguidos llegaron a suicidarse en este año 2020 por el único “delito” de ser personas LGTBI.

Un auténtico Holocausto del que hemos rescatado estos nombres, estas vidas truncadas, que hemos podido conocer hasta hoy, a través de los medios de comunicación. Pero sabemos que hay más, que muchos otros y otras permanecen en el anonimato.

Hoy queremos hacer memoria de todos ellos y ellas y dedicarles este hermoso poema del gran poeta vasco Gabriel Celaya recitándolo, propiciando un momento de reflexión y  pronunciando en alto sus nombres.

Se lo debemos.

Con Cristo

SIN COMENTARIOS

He pensado: Un poema no debe de ser vago.

Si quiero que funcione debe de ser exacto.

Entonces no he cantado, he contado

de uno en uno los muertos que llevamos.

Me he sentado ante mi mesa, y he apuntado

sus nombres y apellidos. Sin comentarios.

Al llegar al noveno ya estaba llorando

pero hacia dentro. Sin comentarios.

Veintidós, veintitrés y veinticuatro.

La rabia me retorcía. Las lágrimas corrían.

Pero había que tragarlas. Sin comentarios.

Treinta y tres. Treinta y cuatro.

¿Se pueden llevar más lejos el dolor y el espanto?

He tirado mi boli. He suspirado pensando:

Cumplí lo que podía. Mi poema ha terminado.

Y entonces un amigo me ha anunciado

que acaban de matar al treinta y ¿cuántos?

*

Gabriel Celaya

***

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***

28 de diciembre

1.- Verónica Dessio, lesbiana de 49 años. Fue apuñalada hasta su muerte. Argentina.

2.- Nelly García, mujer trans. Fue torturada, mutilada y recibió múltiples puñaladas por todo el cuerpo. México.

3.- Natalia Maldonado, mujer trans de 24 años. Asesinada de una ráfaga de 20 disparos. Argentina.

4.- Dayanne, mujer trans de 20 años, fue embestida por dos autos. México.

5.- Samuel Edmund Damian Valentin, un joven transgénero, fue encontrado asesinado en medio de la autopista. Tenía al menos cinco heridas de bala. EE.UU.

6.- Sammy, mujer trans asesinada. Colombia.

7.- Verónica Solano, mujer trans asesinada por arma blanca. Colombia.

8.- Boris Esteban Castillo Arriagada, gay de 23 años. Se suicidó en el Complejo Penitenciario de La Serena (Chile), tras recibir constantes abusos en razón de su orientación sexual en manos de gendarmes.

9.- Sebastián Abarca, gay de 27 años. El cuerpo sin vida del joven fue encontrado con diversas heridas cortopunzantes en el tórax. Chile.

10.-  Fabián Kreischer, gay de 45 años. Pastor de la Iglesia Evangélica Luterana Unida. Asesinado. Su cuerpo fue encontrado con múltiples cortes de arma blanca. Argentina.

11.- Stefanía Constanza, lesbiana de 19 años. Asesinada. Chile.

12.- Emilia Milén Herrera Obrecht, activista y artista trans de 25 años. Fue asesinada de un disparo en la cabeza. Chile.

13.- Byun Hee-soo, la primera soldado transgénero de Corea del Sur fue encontrada muerta en su casa.

14.- Fabiola Ramírez, una joven activista trans de 22 años. Asesinada degollada. Argentina.

15.- David P., gay de 42 años. Brutalmente golpeado hasta la muerte por tres jóvenes. Bélgica.

16.- Alberto Jesús Ochandio, gay de 68 años. La autopsia solicitada reveló la presencia de más de veinte puñaladas y la intención de quemar el cuerpo. Argentina.

17.- Vanessa Zúniga, mujer trans de 43 años. Degollada. Honduras.

18.- Aidelen Evans, una mujer trans negra de 24 años. Fue encontrada muerta en Texas. EE.UU.

19.- Micaela Catán, mujer trans de 27 años. Murió tras ocho días hospitalizada con la mitad del cuerpo quemado. Argentina.

20.- Victoria Nieva, mujer trans de 33 años. Asesinada en su casa.Argentina.

21.- Zashy Zuely del Cid Velásquez, mujer trans de 27 años. Asesinada de un disparo por la espalda. El Salvador.

22.- Normunds Kindzulis, gay de 29 años. murió de quemaduras que casi le cubrieron todo el cuerpo después de que un vecino lo roció con líquido inflamable. Letonia.

23.- Lindolfo Komaski, gay de 25 años. Asesinado de 2 tiros y después carbonizaron su cuerpo. Brasil.

24.- Alireza Fazeli Monfared, gay de 20 años. Murió asesinado y decapitado por parte de sus familiares tras conocer su orientación sexual. Irán.

25, 26, 27.- David Júnior Alves Levisio, gay de 30 años. Vinício Bozzana da Fonseca, gay de 25 años. Robson Olivino Paim, gay de 36 años. asesinados por la misma persona. Brasil.

28.- Joven gay fue torturado, quemado y asesinado al revelar que era VIH-seropositivo. México.

29.- Andrea González y Ceci Ixtapa, mujeres trans. Asesinadas. Guatemala.

30.- Wanda Soraya De La Fuente, mujer trans. Asesinada por un disparo en el pecho. Argentina.

31.- Samuel Luiz, gay de 24 años. Asesinado de una paliza en A Coruña, España.

32.- Ivonne Álvarez, mujer trans de 32 años. Fue torturada y asesinada. México.

33.- Valeria Carrasco, mujer trans de 25 años. Fue asesinada al interior de su domicilio, apareció con signos de tortura. México.

34.- Vicky Núñez, una joven trans de 27 años, de Paraná, Entre Ríos, murió el pasado miércoles en circunstancias poco claras tras una intervención policial. Argentina.

35.- Fátima Barrios, mujer trans de 29 años. Falleció tras un operativo policial. Denuncian violencia institucional. Argentina.

36.- Nurray, mujer trans de 27 años. Apuñalada y quemada viva. Azerbaiyán.

37.- Catalina Santos, mujer trans de 23 años, fue perseguida y asesinada. Devanny Cardiel, mujer trans, asesinada. Ambas mujeres eran activistas reconocidas por defender los derechos de las personas trans. México.

38.- Ranjith Kankanamalage, gay de 50 años. Asesinado por traumatismo contundente en la cabeza. Inglaterra.

39.- Gina Rodríguez, mujer trans de 28 años. Murió apuñalada. Perú.

40.- Erika Tatiana Martínez García, mujer trans de 32 años. Asesinada. Honduras.

41.- Miguel Ángel Sulvaran Xolo, gay de 25 años. El cuerpo del joven fue encontrado, en su domicilio, con una botella de plástico en la cabeza, presentando moretones a la altura de las costillas, cortes en las muñecas y 20 puñaladas. México.

42, 43, 44, 45 y 46.- Pedro Pablo Prada, gay de 68 años, histórico activista LGTBI y por los derechos de las personas con VIH en Perú. Asesinado en su domicilio junto a Raúl Huapaya, trans de 52. José Antonio Quintana Pacheco, gay de 30 años, asesinado por estrangulamiento. Luis Alberto Coronado, gay de 32 años, asesinado por estrangulamiento y cortes. Rocky Gómez Sangama, gay de 34 años, fue encontrado golpeado y maniatado el cuerpo en descomposición. 
Cinco crímenes de odio en 10 días en Perú: En todos los casos, los homicidios muestran las mismas características de ensañamiento y odio hacia las víctimas. Perú.

47.- Rikkey Outumuro, gay de 39 años, asesinado de un disparo. EE.UU.

48.- Gabriela Cabrera, mujer trans de 23 años. Asesinada. Paraguay.

49.- Brayan Alexander Aguiñada García, gay de 22 años. Asesinado con arma de fuego. El Salvador.

50.- Eli Fritchley, gay de 12 años. Se suicido presionado por acoso escolar que le repetía que iría al infierno por ser gay. EE.UU.

51, 52 y 53.Maní, una trabajadora sexual. Asesinada a puñaladas. La Divaza, una persona no binaria sin hogar, fue asesinada a puñaladas. Christina Cantillo Martínez, una activista de derechos LGBT + veterana, recibió un disparo, mientras hablaba con miembros de su familia en la terraza. Las tres fueron asesinados el mismo día en Colombia.

54.- Saray Ramos Izaguirre, mujer trans de 31 años. Asesinada. México.

55.- Tehuel De la Torre, joven trans de 22 años, desaparecido. Argentina.

56… 101: Y además, en EE.UU. Tyianna Alexandra, una mujer trans negra de 28 años, fue asesinada en Chicago, Illinois, el 6 de enero, convirtiéndose en el primer asesinato violento conocido de una persona trans en 2021. Desde entonces, la comunidad ha estado de luto durante 2021:

Samuel Edmund Damián ValentínBianca BankzDominique JacksonFifty BandzAlexus BraxtonChyna CarrilloJeffrey ‘JJ’ Bright, Jasmine Cannady, Jenna Franks, Diamond ‘Kyree’ SandersRayanna PardoDominique LuciousJaida PetersonRemy FennellTiara BanksNatalia Smüt, Iris SantosTiffany ThomasJahaira DeAlto BalenciagaKeri WashingtonSophie Vásquez, Danny HensonWhispering Bear Spirit, Serenity HollisOliver ‘Ollie’ TaylorThomas HardinPoe BlackNovaa Watson, Aidelen Evans, Taya AshtonShai VanderpumpTierramarie Lewis, Miss CoCo, Pooh Johnson, Disaya Monaee, Brianna HamiltonKiér Laprí Kartier, Mel GrovesRoyal Poetical StarzZoella Rose MartinezJo Acker, Jessi HartRikkey Outommuro, Marquiisha LawrenceJenny De Leon, Angel Naira and Danyale Johnson.

Con lo que se contabilizan, 101 personas asesinadas de las que hemos tenido conocimiento. La mayoría, personas trans. Un horror que debe de terminar ya…

 

***

velas

Oremos…

Os bendecimos, santas y santos inocentes. Proteged a los jóvenes que son expulsados de sus casas y viven en las calles por ser LGTB, proteged a las niñas y niños que sufren acoso en las escuelas, proteged a quienes son perseguidos, encarcelados, torturados y asesinados en todo el mundo por su orientación sexual o identidad de género. Cuidad de las prostitutas, alentad a los presos, animad a los deprimidos. Fortaleced a quienes viven escondidos en la prisión de los armarios. Abrid las puertas, dadnos confianza, paz a vosotras y vosotros. Amén.

***

 

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“Discursos de odio. Labios mentirosos”, por Carlos Osma

Miércoles, 20 de octubre de 2021
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Nos están matandoDe su blog:

Los ataques de odio hacia el colectivo LGTBIQ han aumentado en los últimos años, así como la intensidad de la violencia, eso es lo que dicen los distintos observatorios contra la LGTBIQfobia. Se sienten impunes, ayer mismo un grupo neonazi se manifestaba en el barrio de Chueca de Madrid al grito de «Fuera sidosos de Madrid. Fuera maricas de nuestros barrios». Evidentemente esto no ocurre por arte de magia, los discursos de la ultraderecha, o de los fundamentalismos religiosos, ofrecen un marco ideológico que los alienta. Recordemos declaraciones como: «Si realmente se quiere defender a los niños, no hay que defender a los niños homosexuales, si es que existe semejante cosa, o los niños trans» (Alicia Rubio, diputada de Vox en la Asamblea de Madrid), «Nos preocupa que el ejercicio de una opción de vida desde la orientación homosexual se confunda cada vez más con un derecho humano fundamental» (Comunicado de la Alianza Evangélica Española), «La persona homosexual que libremente quiera, siendo mayor de edad, o si es menor de edad con el permiso de sus mentores legítimos, puede buscar sanación espiritual» (Reig Plá, obispo católico de Alcalá), «La propuesta de ley trans dañaría gravemente los derechos de las mujeres en las cárceles. España bajo la dictadura LGTBI» (Con mis hijos no te metas).

En este momento las personas LGTBIQ vivimos con preocupación la pérdida de derechos en lugares donde la ultraderecha de Vox gobierna o apoya gobiernos del Partido Popular, y ya no nos sentimos seguros a la hora de manifestarnos públicamente como personas LGTBIQ. Dicha preocupación e inseguridad no está basada en percepciones subjetivas, sino en hechos tan reales como el asesinato de Samuel Luiz hace unos meses. Asesinato del que las entidades y lobbies que promueven la LGTBIQfobia trataron de borrar la motivación homofóbica: «Resaltamos y apoyamos la petición de Max Luiz al no querer que este terrible homicidio sea utilizado como bandera de nadie, porque precisamente el uso -y a veces manipulación- ante hechos terribles como este consiguen lo contrario a su teórico propósito, promoviendo más confrontación y tensiones» (Comunicado de la Alianza Evangélica Española). Que triste que se tenga que silenciar el motivo de un asesinato para no generar más confrontación y tensiones. ¿Tensiones?, ¿con quién?, evidentemente con los mentirosos que nos odian en nombre de dios. Como dice el proverbio: «El de labios mentirosos encubre el odio.» [1].

Es lamentable que muchas iglesias se identifiquen con los postulados de la ultraderecha. Los analistas políticos perciben que muchos católicos y evangélicos son votantes de Vox. Partido al que las instituciones y entidades cristianas invitan a sus foros y mesas redondas como si fuera un partido político más, blanqueando su discurso de odio, cuando jamás han invitado a representantes de los colectivos LGTBIQ que defienden los derechos y la dignidad de millones de personas. En muchos temas, es ya muy difícil diferenciar entre el discurso de Vox y el de los representantes religiosos. Puede parecer incomprensible que tantos cristianos coincidan con posiciones tan alejadas del evangelio, pero esto no ha ocurrido de la noche a la mañana, claro, las instituciones evangélicas y católicas llevan décadas identificando el cristianismo con la defensa de una moral concreta, en vez de con el seguimiento del evangelio. Es increíble que no hayan sabido entender la diversidad, que no hayan conectado con la injusticia que padecen las personas LGTBIQ. Para mí, esto es aún más incomprensible en el movimiento evangélico, una minoría atrapada en las redes del literalismo.

Hasta ahora las disidencias católicas y evangélicas que apuestan por el reconocimiento de los derechos de las personas LGTBIQ y la integración en sus comunidades, han tenido que defenderse ante los ataques de las instituciones LGTBIQfóbicas que las representan pidiendo respeto y apelando a la libertad de conciencia. Pero en este momento creo que nuestras convicciones cristianas, nuestra firme convicción por el respeto a la vida, nos exigen algo más. Es ahora urgente la denuncia de quienes utilizan el nombre de dios para promover el odio con sus discursos. Dejar de callar, y llamar diabólicos, inhumanos, indignos, origen de dolor y muerte, a todos estos discursos LGTBIQfóbicos que se realizan poniendo buena cara y haciéndolos pasar por cristianos. Exigiendo a quienes los hacen y los promueven: «Dejad de hacer lo malo, aprended a hacer el bien, buscar el derecho, socorred al agraviado, haced justicia» [2]. Si no queremos ser cómplices, tenemos que levantar la voz, llamando al arrepentimiento y exigiendo la vuelta al evangelio de Jesús, al amor y la fraternidad, abandonando todo odio. Haciendo después un análisis de por qué este odio ha impregnado de forma tan generalizada nuestras comunidades, para evitar que pueda volver a hacerlo con muchos otros.

Lo que tampoco es comprensible es que instituciones que promueven la exclusión y la discriminación de personas LGTBIQ reciban dinero de subvenciones públicas. Dinero de una sociedad que se dice a sí misma inclusiva y respetuosa con la diversidad. Tendría que haber unos mínimos éticos a los que las entidades que reciben dinero público deberían comprometerse (incluyo aquí a partidos políticos). Es evidente que esto choca con el poder que la Iglesia católica tiene en nuestro país, y que el trabajo social que realizan tanto la Iglesia católica como las evangélicas es encomiable, pero no podemos caer en el chantaje de permitir los discursos de odio a cambio de esta labor. Se debe presionar por aquí para que, al menos, las instituciones que acepten estos mínimos éticos, tengan prioridad a la hora de recibir una subvención. Y vincular la recepción de las subvenciones a la aceptación de una formación en género y diversidad, por ejemplo. Es terrible que estemos subvencionando con nuestro dinero a entidades que promueven discursos de odio que acaban por matarnos a golpes. Una sociedad avanzada no se debería subvencionar el odio con dinero público.

Hemos avanzado mucho, y eso lo ven como una amenaza quienes estaban acostumbrados a discriminarnos, por eso se revuelven con violencia. Ahora necesitamos más que nunca determinación para no dar ni un paso atrás, para que el miedo no nos paralice. Lo que buscamos no va contra nadie, sino que va a favor de todas y de todos. Queremos justicia. Una justicia que nos proteja (a todas y todos) de los discursos, normas, violencias y leyes, que nos quieren discriminadas, silenciadas o muertas. Queremos libertad, pero no esa con la que se justifican los discursos de odio, libertad para vivir y dejar vivir en paz. Queremos la Ley Trans y de derechos LGTBI ¡ya!, que blinde nuestros derechos, y que incluya sanciones contundentes que lleguen a materializarse a quienes nos discriminan. Queremos una ley de educación que aborde la diversidad de una forma transversal desde la educación infantil, y que tanto los centros educativos públicos como los concertados y privados estén obligados a cumplir. Y todo eso no lo queremos para ir contra nadie, sino a favor de todas y todos. Para que nadie tenga que sufrir discriminación por no ser como los discursos de odio imponen, para que todas y todos puedan desarrollarse, definirse y amar, libremente.

Carlos Osma


 

Notas:

[1] Pr 10,18.

[2] Is 1,17.


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Nueva agresión homófoba a un joven en Velada (Toledo) a manos de una chica y su grupo de amigos (ACTUALIZADA: la Guardia Civil identifica a dos de los agresores)

Viernes, 10 de septiembre de 2021
Comentarios desactivados en Nueva agresión homófoba a un joven en Velada (Toledo) a manos de una chica y su grupo de amigos (ACTUALIZADA: la Guardia Civil identifica a dos de los agresores)

agresión-Velada-Talavera-300x165Enésima agresión homófoba, en esta ocasión en la provincia de Toledo. El joven Miguel Ángel Berraco fue agredido el pasado domingo, 5 de septiembre, durante las fiestas de Velada, localidad cercana a Talavera de la Reina. Sufre daños en un ojo y contusiones diversas.

Pedro Gómez, un amigo de la víctima, denunció lo sucedido en Twitter (ver hilo): «Pongo fin a uno de los días más tristes que recuerdo. Anoche, mi amigo Miguel Ángel sufrió una agresión homófoba en las fiestas de Velada (Toledo). Él, que es una persona que vive en libertad y muestra el amor a su pareja, Diego, delante de todo el mundo. Algo que siempre he admirado por ser capaz de hacerlo en un pueblo de 2.000 habitantes. Ni siquiera la aceptación que parecía tener en el pueblo le hizo salvarse de la homofobia de una chica y su grupo de amigos a los que pareció incomodar», comienza su detallada narración.

«La gente estaba aglomerada en un botellón y estábamos pidiendo el paso para salir. De repente noté que mis amigos no avanzaban. Una chica le dijo a mi amigo que ‘iba perdiendo aceite’. Ella le dijo ‘No me roces, ah no, ya sé que no te gusta hacerlo porque eres maricón’. Mientras, mi amigo intentaba retomar su camino ante la incredulidad de aquel ataque. Al segundo, vimos que estaba en el suelo. Le habían tirado de un puñetazo», continúa el relato del amigo de la víctima.

«Mi amiga que iba justo detrás defendió a Miguel Ángel: ‘No le llames maricón’. Lo que provocó aún más rabia en la chica homófoba, que se abalanzó sobre mi amiga al insulto de ‘puta’. Con la cantidad de gente que había y gracias a algunas personas que nos defendieron, mis amigos lograron escapar y evitar que la agresión fuera a más. Ante la rapidez de lo ocurrido, llamé a Miguel Ángel y cuando le vi aparecer con la cara hinchada, el ojo cerrado y sangrando… No pude evitar acordarme de Samuel. No pude evitar pensar que podía haber sido yo el primero que hubiera pasado por allí y el que se hubiera llevado los golpes. No pude evitar pensar en lo cerca que está la homofobia de todos nosotros, que nadie está a salvo mientras se siga sin educar a estos salvajes. Por supuesto, todo está ya denunciado y solo espero que el peso de la ley caiga sobre esta chica y sus amigos llenos de odio. Basta ya», termina Pedro Gómez. Un relato estremecedor que, en efecto, recuerda a lo sucedido en los primeros momentos de la agresión que desembocó en el asesinato del joven coruñés Samuel Luiz.

Según informa Periódico de Castilla-La Mancha, los hechos están efectivamente denunciados y la Guardia Civil ha abierto una investigación para identificar a los autores de la agresión, que han causado al joven Miguel Ángel daños en un ojo (con pérdida temporal de la visión) y contusiones diversas. El joven precisó, de hecho, asistencia en el Hospital Nuestra Señora del Prado, en Talavera. La agresión ha sido condenada, entre otros, por el alcalde de Velada, José Luis Cebadera, según el cual los hechos fueron cometidos por personas «de otros municipios» y por el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page. «Toda la sociedad debemos rechazar los delitos de odio de manera contundente y ninguno debería queda impune. Mi absoluta condena y todo mi apoyo a Miguel Ángel, víctima de una agresión homófoba en las fiestas de Velada», tuiteaba este martes el presidente de Castilla-La Mancha. Una de las pocas comunidades autónomas, por cierto, que todavía no han aprobado una ley de derechos LGTBI, una de las promesas del Gobierno regional para la actual legislatura, pero que todavía se encuentra en fase preliminar.

Insertamos a continuación un tuit de Informativos Telecinco que contiene unas breves declaraciones, tanto de Miguel Ángel como de su amigo Pedro:

ACTUALIZACIÓN (08/09/2021)

La Guardia Civil ha identificado ya a dos de las personas, una mujer de 21 y un hombre de 27 años, que participaron en la agresión a Miguel Ángel Berraco. Ambos han prestado ya declaración en el cuartel de Talavera de la Reina, en calidad de investigados por un presunto delito de lesiones. En la tarde de este martes, por otra parte, ha tenido lugar en Velada una concentración de repulsa por lo sucedido en la que Miguel Ángel ha recibido el apoyo de sus vecinos.

Insertamos a continuación un vídeo de Televisión Española con una entrevista a la víctima de la agresión, que cuenta de nuevo cómo sucedieron los hechos y que confirma que los agresores, aunque se encontraban en el pueblo con ocasión de las fiestas, no son naturales de Velada. También añade que estos habían estado durante toda la tarde en el bar que él mismo regenta.

Fuente Dosmanzanas

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Última hora: El joven que denunció una agresión homófoba en Madrid a manos de un grupo de encapuchados admite que inventó los hechos

Miércoles, 8 de septiembre de 2021
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5CDF3B07-DEFF-4BF0-AA95-A647436876D1El joven que denunció haber sufrido una terrible agresión homófoba el pasado ha admitido, tres días después, que se inventó los hechos. Durante este tiempo, la Policía Nacional ha investigado en profundidad lo sucedido, sin encontrar indicio alguno del grupo de asaltantes descrito por el joven. Conforme pasaban las horas, las dudas policiales sobre la veracidad de su relato iban a más. Finalmente este ha confesado que las lesiones que presentaba fueron consentidas y se produjeron en el contexto de una relación de carácter sexual que al parece quiso ocultar a su actual pareja.  

El pasado lunes, los medios de comunicación recogían la noticia de una brutal agresión cometida en la tarde del domingo 5 de septiembre en el céntrico barrio de Malasaña de Madrid. Según la denuncia de la víctima, ocho individuos, ataviados con sudaderas negras y pasamontañas, le asaltaron cuando entraba al portal de su casa, le cortaron el labio y le marcaron la palabra «maricón» en el glúteo con un cuchillo, mientras proferían insultos homófobos y referencias al «anticristo». Fuentes policiales confirmaban la existencia de la denuncia y de las lesiones.

Agentes de la Policía Nacional investigaron la agresión (esta vez sí) como un posible delito de odio, de acuerdo a una reciente instrucción del Ministerio del Interior a las fuerzas de seguridad del Estado para que así se haga siempre que durante la agresión se viertan insultos homófobos o la víctima pertenezca a una minoría discriminada. Una instrucción que fue dictada después de la polémica surgida en los primeros días tras el asesinato de Samuel Luiz, cuando desde la propia policía se insistía en que no había pruebas de su carácter homófobo pese al relato que ya desde el principio hicieron las amigas de Samuel. Una negación en la que siguieron insistiendo durante días medios de comunicación y opinadores diversos.

De hecho, ante la gravedad de lo denunciado, que el mismísimo presidente del Gobierno condenaba pocas horas después, de forma inmediata se unieron a la investigación los expertos en delitos de odio de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional. Una investigación que ha derivado en la constatación de que los hechos denunciados eran falsos, tal y como el denunciante ha admitido finalmente.

«Si se confirma lo denunciado por el joven agredido, no hablamos de una agresión surgida de forma espontánea, sino de una banda organizada que ha planificado y perpetrado un ataque homófobo aleatorio que buscaba no solo atormentar a la víctima directa de la agresión, sino producir miedo en todo el colectivo LGTB. Auténtico terrorismo», terminábamos el pasado lunes el relato de lo sucedido. Finalmente no se ha confirmado. Por un lado, no podemos dejar de sentir alivio ante el hecho de que una agresión tan terrible no tuviera lugar. Son ya demasiadas las agresiones por LGTBIfobia que por desgracia sí estamos soportando de forma real en los últimos meses. Por otro, y aunque no seremos nosotros los que nos cebemos con él, qué duda cabe de que el comportamiento del joven denunciante demuestra irresponsabilidad y daña la causa de las verdaderas víctimas. Tocan días de soportar en medios de comunicación, en las declaraciones de ciertos políticos y en las redes sociales la satisfacción y las burlas de los que nos odian como colectivo, que ven reforzado su discurso negacionista de la violencia y de la discriminación.

Recordemos, ante todo, que una denuncia falsa no invalida las demás. Toca seguir luchando. Por las víctimas pasadas, presentes y futuras, a las que aún se les hará más cuesta arriba denunciar las agresiones que sufren.

 Fuente Dosmanzanas

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Terrorismo homófobo en Madrid: una banda de ocho individuos ataviados con pasamontañas agrede a un joven y le graba con un cuchillo la palabra «maricón»

Miércoles, 8 de septiembre de 2021
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927873-No_a_la_homofobia_Version2Según adelantaba a primera hora de la tarde eldiario.es y más tarde han publicado otros medios, la Policía Nacional investiga una brutal agresión cometida a media tarde de ayer domingo en pleno centro de Madrid. Según la denuncia de la víctima, ocho individuos, ataviados con sudaderas negras y pasamontañas, le asaltaron cuando entraba al portal de su casa, le cortaron el labio y le marcaron la palabra «maricón» en el glúteo con un cuchillo.

Por el momento los hechos que se conocen son los que detalla eldiario.es, confirmados a dicho medio digital por fuentes policiales.  Los hechos sucedieron en un portal del barrio de Malasaña, en pleno centro de Madrid, en torno a las 17:00 horas de ayer domingo, 5 de septiembre. Los encapuchados accedieron al edificio al mismo tiempo que su víctima, un joven de 20 años. Allí, en el mismo portal, lo agredieron brutalmente. Primero le cortaron el labio inferior con una navaja mientras le insultaban con términos como «maricón», «asqueroso» y «comemierda». A continuación lo tumbaron en el suelo, le bajaron los pantalones y le marcaron el glúteo con la palabra «maricón». La víctima ha contado además a la Policía que durante la agresión los encapuchados hicieron una referencia al «anticristo».

Agentes de la comisaría de Policía Nacional de Distrito Centro investigan la agresión (esta vez sí) como un posible delito de odio, de acuerdo a una reciente instrucción del Ministerio del Interior a las fuerzas de seguridad del Estado para que así se haga siempre que durante la agresión se viertan insultos homófobos o la víctima pertenezca a una minoría discriminada. Una instrucción que fue dictada después de la polémica surgida en los primeros días tras el asesinato de Samuel Luiz, cuando desde la propia policía se insistía en que no había pruebas de su carácter homófobo pese al inconfundible relato que ya desde el principio hicieron las amigas de Samuel. Una negación en la que de forma vergonzante siguieron insistiendo durante días medios de comunicación y opinadores diversos.

Estaremos atentos a la investigación de lo sucedido en Malasaña. Por el momento, lo único que podemos decir, sin temor a equivocarnos, es que estamos ante un paso más en la escalada homófoba que vivimos en los últimos meses en las calles de nuestro país. Si se confirma lo denunciado por el joven agredido, no hablamos de una agresión surgida de forma espontánea, sino de una banda organizada que ha planificado y perpetrado un ataque homófobo aleatorio que buscaba no solo atormentar a la víctima directa de la agresión, sino producir miedo en todo el colectivo LGTB. Auténtico terrorismo.

COGAM y Kifkif llaman a manifestarse el próximo sábado

Bajo el lema «Nos están matando» los colectivos COGAM y KifKif han convocado una concentración de protesta el próximo sábado 11 de septiembre a las 19:00 horas en la Puerta del Sol de Madrid como primera respuesta a lo sucedido este domingo en Malasaña:

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Rubén López, coordinador del Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia de la asociación Arcópoli, aún no se lo puede creer, a pesar de que ha hablado con la Policía Nacional y Municipal y con la Delegación del Gobierno. “Estamos en estado de shock, en un primer momento no nos podíamos creer que fuera solo homofobia, pensábamos que podía ser un ajuste de cuentas, algo más, pero parece que sí lo es. De ser así, es terrible, es lo más duro que he visto en Madrid en mis seis años al frente del observatorio y en mis 17 de activismo”, confiesa López, que subraya el hecho de que las heridas se las hayan producido en puntos claves del cuerpo relacionados con la sexualidad gay, como a Federico García Lorca, que “también le dispararon en el culo”. “Este mensaje de odio es tremendo, brutal”, añade.

El observatorio lleva contabilizadas 103 agresiones homófobas en lo que va de año en Madrid. “Los casos han descendido, pero la cifra es irreal, porque las agresiones se producen normalmente de noche y de copas y ahora no salimos. De los ocho meses que llevamos del año, en cinco ha habido estado de alarma”, recuerda López, que no conoce a la víctima, ya que no ha recurrido a ellos ni a ninguna otra asociación.

Condena del presidente del Gobierno español

Por otra parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha publicado un tuit de condena de lo sucedido. «En nuestra sociedad no tiene cabida el odio. Mi rotunda condena a este ataque homófobo. No vamos a permitirlo. Seguiremos trabajando por un país abierto y diverso, donde nadie tenga miedo a ser quien es, en el que todos/as vivamos libres y seguros»,

 Que, además, ha convocado de manera urgente la comisión contra los delitos de odio. El presidente del Gobierno asistirá a la reunión que analiza el seguimiento del Plan de Acción de Lucha contra los Delitos de Odio que Interior puso en marcha en 2018 cuando el PSOE llegó al Gobierno.

Eduardo Rubiño, diputado de Más Madrid en la asamblea, ha condenado el ataque y ha llamado a una “reacción colectiva por parte de la comunidad LGTBI”: “No basta con una simple concentración de repulsa ni con esperar a que llegue el Orgullo como cada año. Va a hacer falta mucho más para plantar cara a la involución”, ha dicho en su cuenta de Twitter. “Es innegable el papel de los discursos de odio que legitiman la violencia que están vertiéndose a diario desde las propias instituciones. Los discursos de la extrema derecha se amparan en quienes pactan con ellos y les convierten en decisivos”.

Por su parte, el portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha asegurado que”Madrid debe ser una ciudad libre Almeida ha aseverado en una entrevista en la Cadena SER que considera “excesivo” sostener que los mensajes de Vox “pueden estar detrás” de agresiones al colectivo LGTBI como la ocurrida en la tarde de ayer en el centro de Madrid.

Los delitos de odio han aumentado de manera alarmante desde que VOX vomita su dircurso, PP y Cs le dan acceso a las instituciones y varios medios los blanquean banalizando el peligro y el terror que viene con ellos: agresiones, insultos, mutilaciones, miedo y muerte. Y ante esto, ni Isabel Díaz Ayuso, ni Begoña Villacís, ni, por supuesto los voxasunos, han condenado el hecho. Normal… son esto:

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Fuente Dosmanzanas/El Diario/ Cristianos Gays

General, Homofobia/ Transfobia. , , , , , , , , , , ,

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