Comentarios desactivados en Jean Wyllys, diputado y referente LGTBI en Brasil dimite por amenazas
Electo por tercera vez consecutiva como diputado federal por el PSOL en Río de Janeiro, Willys decidió no comenzar su nuevo mandato: “Tengo que cuidar de mi vida, por eso me voy del país”. “No tengo ninguna expectativa positiva sobre este gobierno. El nivel de violencia contra las minorías ha aumentado dramáticamente desde que fue elegido“.
Jean Wyllys se hizo tremendamente popular en Brasil tras ganar la edición de 2005 de Gran Hermano, y es miembro del parlamento del país desde 2011. Desde su escaño Wyllys ha cargado duramente contra Jair Bolsonaro, al que llegó a escupir en el Parlamento en abril de 2016, durante los debates sobre la destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, después de que éste elogiara a un notorio torturador de la época de la dictadura militar (1964-1985). El Consejo de Ética de la Cámara lo sancionó con una “censura por escrito”, rechazando una moción para suspenderlo de su mandato por un mes.
En una entrevista con el diario Folha, el parlamentario, electo con 24.295 votos y que actualmente se encuentra de vacaciones, reveló que no pretende volver a Brasil y que se va a dedicar a su carrera académica. Según la agencia informativa de la Cámara, Wyllys, de 44 años, aún no ha oficializado su decisión. Pero su asesoría confirmó que el legislador había resuelto desistir de su tercer mandato y que se había marchado de Brasil con la intención de permanecer “fuera del país” por un tiempo, sin precisar el lugar del exilio.
Pero sí ha dicho que estudiará para su doctorado. “He visto mi reputación destrozada por las mentiras y no tenía ningún poder, no podía hacer nada. La gente no tiene ni idea de lo que implica ser un objetivo. No puedo seguir en mi país sin que me insulte gente que piensa que soy un pedófilo, que quiero homosexualizar a los niños.”
Desde el asesinato de su corregionaria Marielle Franco, en marzo del año pasado, Wyllys vive con escolta policial. Con la intensificación de las amenazas de muerte, muy comunes antes del asesinato de la legisladora carioca, el diputado tomó la decisión de abandonar la vida pública.
El ex presidente de Uruguay Pepe Mujica, cuando supo que estaba amenazado de muerte, me dijo: “Cuídese. Los mártires no son héroes. Y es eso, no me quiero sacrificar”, afirma. Como explica el congresista: “Es justo eso. No quiero sacrificarme a mí mismo. Por el futuro de esta lucha, necesito estar vivo. No quiero ser un mártir. Quiero vivir.“
De acuerdo con Wylls, en su decisión también pensó la última información de que familiares de un ex Policía Militar sospechado de estar involucrado en la muerte de Marielle trabajaba para el senador electo e hijo del presidente, Flavio Bolsonaro, durante su mandato como diputado estadual en Río de Janeiro.
Jean Wyllys en una fotografía junto a Marielle Franco
“Me aterra saber que el hijo del presidente contrató en su gabinete a la esposa y madre de ese sicario”, afirma Wyllys. “Ese presidente que siempre me difamó, que siempre me insultó de manera abierta, que siempre utilizó la homofobia contra mi. Este ambiente no es seguro para mí”, señala.
Wyllys explicó que “no fue la elección de Bolsonaro en sí misma” que lo llevó a renunciar a su tercer mandato consecutivo, que debía asumir el 1 de febrero, sino “el nivel de violencia que aumentó después de la elección” del exmilitar, que tuvo un fuerte apoyo de grupos ultraconservadores pentecostales. Dio como ejemplo la multiplicación de agresiones y muertes de miembros de la comunidad LGBT.
El pasado mes de noviembre, después de las elecciones que llevaron a Bolsonaro al poder, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió al Estado brasileño que adopte “las medidas necesarias para proteger los derechos a la vida y la integridad personal” de Wyllys y su familia.
Wyllys es el primer parlamentario asumido abiertamente gay para acompañar la agenda LGBTI en el Congreso Nacional. Se convirtió en una de las principales blancos para los grupos conservadores, principalmente en las redes sociales. En esta línea, dice que está “quebrado por dentro” en función de las fake news en su contra y los cinco procesos de injuria, calumnia y difamación que protagonizó.
Wyllys se resiste, sobre todo, a la falta de libertad en Brasil: “Cómo voy a querer vivir 4 años más de mi vida en un auto blindado y con escoltas? Cuatro años de mi vida no pudiendo frecuentar los lugares que frecuento?”, pregunta.
Tambien avisó que se desconectará de las redes sociales temporalmente y que no pretende acompañar la repercusión de su dimisión.
“Esta no es una decisión fácil y me implica mucho dolor, porque también me estoy alejando de mi familia, amigos, de mi círculo cercano”, explica.
Sobre el futuro, él aún no tiene planos definidos: “Creo puedo llegar hasta decir que me voy a Cuba”, ironiza. “Soy profesor y creo que aprovecharé para volver a las aulas y realizar un doctorado”
Por su parte, Wyllys dejó un mensaje a sus miles de seguidores en sus redes sociales que encontraban en él una voz de igualdad: “Preservar una vida amenazada también es una estrategia de lucha para días mejores. Hicimos mucho por el bien común. Y haremos mucho más cuando llegue un nuevo tiempo, no importa si lo hacemos por otros medios! Gracias a todas y todos, de todo corazón. Axé!
Preservar a vida ameaçada é também uma estratégia da luta por dias melhores. Fizemos muito pelo bem comum. E faremos muito mais quando chegar o novo tempo, não importa que façamos por outros meios! Obrigado a todas e todos vocês, de todo coração. Axé! ✊ https://t.co/Xy6SyDNXDypic.twitter.com/Tf6SGmZFHq
El presidente nacional del PSOL, Juliano Medeiros, confirmó que la vacante de Wyllys debe ser ocupada por el suplente David Miranda (PSOL-RJ), que actualmente es concejal en Río de Janeiro.
Después de la divulgación de que Wyllys decidió renunciar a su mandato, el concejal Carlos Bolsonaro (PSC-RJ), hijo de Jair Bolsonaro, escribió en Twitter: “¡Vaya con Dios y sea feliz!”. El presidente, después de regresar de Davos, en Suiza, a Brasil, puso en red social el mensaje “¡Gran día!”.
Muchos internautas interpretaron el mensaje como referencia a Wyllys, pero el presidente negó más tarde, escribiendo que se refería a la misión concluida en Davos, en torno a Brasil ya la confianza en el país indicado por el resultado de la Bolsa. El suplente David Miranda llegó a escribir: “Respete a Jean, Jair, y mantenga su entusiasmo, sale un LGBT pero entra otro, y que viene de Jacarezinho, otro que en 2 años aprobó más proyectos que usted en 28. Nos vemos en Brasilia”.
Comentarios desactivados en El gobernador brasileño Eduardo Leite, aspirante a la presidencia de Brasil, declaró que es homosexual
El gobernador del estado de Río Grande do Sul (Brasil), Eduardo Leite, declaró públicamente que es gay, luego de sufrir una ola de críticas por parte de la ultraderecha en relación a que se volvió un crítico del presidente Jair Bolsonaro, su ex aliado.
Con 36 años y precandidato presidencial del Partido de la Social Democracia Brasileña, Leite hizo el anuncio en un programa de la TV Globo: “Yo soy gay, soy gay y soy un Gobernador gay. No soy un gay Gobernador así como Barack Obama no fue un negro Presidente y sí un Presidente negro. Tengo orgullo de esto. Nunca negué quién soy ni creé un personaje”.
Eduardo Leite, gobernador del sureño estado de Rio Grande do Sul, hizo el anuncio en una entrevista con la principal emisora del país, TV Globo, la noche del jueves (1 de julio).
“En este Brasil de poca integridad, en este momento, tenemos que debatir quiénes somos, para que todo quede claro y no haya nada que esconder”, dijo el de 36 años. “Soy gay, y soy un gobernador que es gay en lugar de un gobernador gay”, declaró, según The Guardian, y agregó: “Y estoy orgulloso de ello”.
Leite agregó: “Entiendo que la gente se frustra con los políticos porque muchas veces dicen una cosa y hacen otra y muchos de ellos tienen algo a esconder. Mi orientación sexual no es algo equivocado, no es algo que será escondido”.
Leite eligió la Semana del Orgullo en Brasil para salir, abordando los chismes que han estado girando a su alrededor desde que se convirtió en un potencial candidato presidencial por el Partido Socialdemócrata Brasileño de centro derecha (PSDB).
Habló de cómo esto ha afectado su relación con su novio de nueve meses, un médico por el que tiene “una enorme admiración y amor. Ahora, con mi participación en la política nacional, en este debate nacional, ha habido ataques cada vez mayores por parte de mis rivales”, dijo. “Salgo a cenar con mi novio, no me escondo de nadie. Pero siempre ha habido algún alboroto, alguna alusión, una broma del presidente, ataques de otros políticos. Esto no es correcto, no es correcto, no es tolerable ”, dijo.
Eduardo Leite espera desafiar al presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro, en las elecciones del próximo año, un hombre que una vez dijo que prefería que su hijo muriera antes que ser gay.
La retórica homofóbica que ha cultivado Bolsonaro ha visto un aumento mortal de la retórica anti-LGBT + en Brasil, lo que ha provocado que un político trans huya del país después de ser blanco de implacables amenazas de muerte.
Leite reiteró que no tenía nada que ocultar al declararse gay, pero dijo que deseaba que la orientación sexual “no fuera un problema” en Brasil. “Nunca creé un personaje, nunca dije que no lo era, nunca traté de hacer creer a la gente que no era gay”, agregó en una entrevista con Rádio Gaúcha el viernes por la mañana.
Continuó la conversación sobre Jornal do Almoco, con sus padres José Luiz Marasco Cavalheiro Leite y Rosa Eliana de Figueiredo uniéndose para compartir el orgullo que sienten por su hijo. “Brasil necesita esto: que la gente se exponga y diga lo que siente”, dijo su padre. “Lo sabíamos desde hace mucho tiempo y estábamos esperando a que saliera. Incluso tenía miedo de lo que causaría. No tenía miedo de lo que diría. Esa era su verdad “.
La salida de Eduardo Leite provocó un gran apoyo de activistas y compañeros políticos. “Has hecho historia”, escribió en Facebook la veterana activista LGBT + Toni Reis.
Leite agradeció a la gente su apoyo, tuiteando: “Los innumerables mensajes de cariño y apoyo que estoy recibiendo me dejan absolutamente convencido: ¡el amor vencerá al odio!”
Sin embargo, algunos se mostraron más escépticos ante la noticia. Jean Wyllys, el primer miembro abiertamente gay del congreso de Brasil en luchar por los derechos LGBT +, señaló que Leite nunca se había arrepentido de sus años apoyando a Bolsonaro, a quien apoyó tan recientemente como en 2018.
“Este tipo tuvo muchas oportunidades de defender a la comunidad LGBT y no las tuvo. Al contrario … era bolsonarista hasta ayer, y probablemente todavía lo sea hoy, porque en ningún momento se ha retractado de su apoyo a Bolsonaro “, dijo Wyllys. “Después de años en el armario y con apoyo explícito a un racista homofóbico que se convirtió en genocida, después de todo el silencio frente al horror de la comunidad LGBTIQ+ que vivió Brasil, por momentos debemos recibir con conciencia crítica la salida del armario del Gobernador. Así que no celebro esto. No soy parte de este equipo de personas que están conmemorando a este tipo que salió del armario como si fuera un gran logro para la comunidad LGBT + de Brasil “.
Wyllys continuó sugiriendo que el anuncio de Leite fue un movimiento estratégico diseñado para impulsar sus esperanzas presidenciales.
Cuando se le preguntó por qué eligió este momento para hablar sobre el tema, Leite dijo: “En un viaje nacional, en un momento en el que el país tiene un ataque a estas libertades individuales, se busca culpar por los problemas del país y culpar a las minorías, a personas específicas. grupos, creo que es importante sacar a relucir este tema “.
Leite aparece con 3% en las encuestas presidenciales recientes, en las que figura como favorito el expresidente Luiz Inácio Lula da SIlva, en un escenario polarizado con Bolsonaro para las elecciones de 2022.
Comentarios desactivados en Brasil conmocionado por la bárbara violación en grupo y tortura de un joven gay de 22 años
La violencia contra las personas LGBT es alarmantemente alta en el país.
Los activistas temen que el aumento de los ataques contra la comunidad LBGT del país esté impulsado por una imparable cultura de homofobia.
Un acto de violencia “bárbara” en el que un hombre gay de 22 años fue violado en grupo y torturado ha provocado una reacción feroz en Brasil y es evidencia de una creciente ola de delitos de odio en el país, según activistas de derechos humanos.
La víctima, que no ha sido identificada, fue agredida por tres hombres armados en Florianópolis, Santa Catarina, la semana pasada. Empuñando objetos afilados, obligaron a la víctima a tallar insultos homofóbicos en sus piernas.
Los transeúntes se sorprendieron al encontrar al hombre retorciéndose de dolor en medio de la calle donde lo dejaron, dijeron activistas al periódico The Guardian.
Fue trasladado de urgencia al hospital en estado grave y ahora se está recuperando en su casa. La policía ha iniciado una investigación; no se ha realizado ningún arresto en el momento de redactar este informe.
Para los activistas en un Brasil, cada vez más acostumbrado a la violencia anti-LGBT + – su presidente profundamente homofóbico – el “crimen aterrador” no fue de ninguna manera sorprendente.
“Es muy común en Brasil y la violencia, no solo contra las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero, sino también contra las mujeres, los negros y los inmigrantes, está empeorando”, dijo Lirous Ávila, presidente de la Asociación en Defensa de los Derechos Humanos.
La asociación, que ayuda a las víctimas de la violencia en la capital, está apoyando a los seres queridos de las víctimas.
Pero el incidente, que tuvo lugar durante el Mes del Orgullo, ha provocado la ira nacional y la homofobia de los brasileños, dijeron los defensores. Ávila dijo que algunos han buscado justificar el ataque porque la víctima era gay. “Es absurdo justificar la violencia brutal y bárbara”, dijo.
Brasil es también uno de los lugares más mortíferos del mundo para las personas trans, y anualmente supera las cifras de los grupos de defensa sobre el número de delitos violentos contra las personas trans que tienen lugar. Cristian González Cabrera, investigador de Human Rights Watch, dijo que si bien la Corte Suprema prohibió la violencia y la discriminación por orientación sexual e identidad de género en 2019, “el gobierno debe tomar medidas urgentes adicionales para evitar esta epidemia de violencia contra las personas LGBT. ”.
“La violencia contra las personas LGBT en Brasil ha crecido mucho recientemente”, dijo Margareth Hernandes, abogada con sede en Florianópolis y presidenta de la comisión de derecho de género. “Brasil es el campeón mundial de asesinatos LGBT. Somos un país muy conservador donde todavía hay muchos prejuicios. El discurso de odio termina propagando la violencia ”.
En 2020, 237 personas LGBT murieron en situaciones de violencia; hubo 224 asesinatos y 13 suicidios, según el Grupo Gay da Bahia, la organización de derechos LGBT más antigua de América Latina. La Defensoría del Pueblo de la Nación informó a Human Rights Watch que, entre enero y junio de 2020, recibió 1.134 denuncias de violencia, discriminación y otros abusos contra personas LGBT. Los datos de la línea directa del gobierno para denunciar abusos revelaron que entre 2011 y 2017, hubo 12.477 denuncias de violencia contra personas LGBT en Brasil.
Solo el año pasado, 175 personas trans fueron asesinadas, según el grupo de defensa Asociación Nacional de Travestis y Transexuales de Brasil. Según sus estimaciones, una persona trans es asesinada cada dos días en una nación de 211 millones.
En el informe del grupo, una cifra sorprendente capturó la aparente impunidad que sienten los transfóbicos violentos: siete de cada 10 muertes de personas trans en Brasil ocurrieron en un espacio público.
Hernandes, junto con Ávila, atribuye este aumento de la violencia en parte a la actitud del liderazgo en Brasil. El presidente Jair Bolsonaro tiene una larga historia de comentarios LGBT-fóbicos y misóginos, incluso diciendo que es un “orgulloso homófobo”. “Tenemos un presidente que agravó esta violencia”, dijo Ávila. “Parece que la población siente que tiene derecho a cometer estos actos violentos contra la población LGBT +, influenciada por Bolsonaro”.
Ha habido otros ataques homofóbicos en el país donde se han utilizado objetos sobre la víctima. El profesor Luiz Mott, un activista por los derechos de los homosexuales y fundador del Grupo Gay da Bahia, citó el caso deWesner Oliveira,de 17 años, que murió después de que los atacantes empujaran una manguera de aire comprimido de un túnel de lavado dentro de él. Mott dijo que los atacantes a veces matan y luego mutilan a las víctimas, incluso cortándoles los genitales.
Los autores de delitos motivados por prejuicios a menudo quedan impunes, añadió Mott. “Un problema grave en relación con los delitos homofóbicos y transfóbicos es la impunidad”, dijo. “La policía, por razones de homofobia o incapacidad estructural, no investiga todos los asesinatos. Esta impunidad trae consigo nuevos delitos ”.
Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo de ese año recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Como resultado de una elección local que vio a innumerables personas LGBT + elegidas en Brasil, un concejal trans huye del país después de recibir implacables amenazas de muerte.
Benny Briolly, la primera mujer trans en formar parte del Ayuntamiento de Niteroí en el estado de Río de Janeiro, anunció en Twitter el 13 de mayo que ha sido obligada “temporalmente” al exilio.
En una extensa declaración en las redes sociales, la oficina de Briolly confirmó que desde su elección en 2020, ha recibido amenazas de muerte por correo electrónico que citaban su dirección residencial.
Y aunque los usuarios de las redes sociales deseaban que la mataran con una “ametralladora”, sus compañeros representantes de la ciudad pidieron a los votantes que la “atacaran”.
Tal odio no es sorprendente, dijo el comunicado, considerando que Briolly, un miembro trans negro del Partido Socialismo y Libertad, ha sido “deshumanizado” durante mucho tiempo por la misoginia y el racismo.
COMUNICADO URGENTE | A vereadora Benny Briolly precisou sair temporariamente do país por conta de ameaças a sua integridade física. Não é de hoje que parlamentares negras, travestis, mulheres, LGBTQIA + e defensoras dos direitos humanos sofrem com a violência política 👇🏿 pic.twitter.com/O7w0iTSgAY
Una sensación de esperanza se apoderó de Brasil, un país cada vez más acostumbrado a la violencia transfóbica, el año pasado cuando los candidatos trans e intersexuales apuntalaron enormes avances en las elecciones.
Por un breve momento, el miedo y la angustia que sentían tantas transbrasileñas fueron reemplazados por orgullo, pero la batalla solo había comenzado para muchos de los concejales trans de la ciudad.
En el país más mortífero del mundo para ser trans, los funcionarios fueron rápidamente atacados con violentas amenazas. Los asaltantes enmascarados irrumpieron en sus oficinas y algunos incluso abrieron fuego contra ellos.
“La concejal Benny Briolly tuvo que abandonar el país temporalmente debido a amenazas a su integridad física“, se lee en el comunicado en portugués.
“No es nuevo que parlamentarios negros, transgénero, mujeres, LGBT + y defensores de derechos humanos sufran violencia política dentro y fuera de los espacios legislativos y de toma de decisiones. Esta práctica es el resultado de la estructura patriarcal y racista que deshumaniza nuestros cuerpos y teme el avance de nuestro proyecto político de transformación de la sociedad”.
“Desde que fue elegida, Benny ha sufrido una serie de violencia”, continuó, describiendo cómo los “bolsonaristas”, partidarios del presidente Jair Bolsonaro, en el ayuntamiento “instaron a los votantes a atacar a Benny. Desde entonces, hay innumerables agresiones en las calles y en las redes sociales.
“Por ejemplo, un correo electrónico citando su dirección que requería que renunciara; de lo contrario, irían a tu casa y la matarían. Además, Benny recibió comentarios en sus redes sociales con la esperanza de que ‘la ametralladora de Ronnie Lessa’ la golpeara ”.
Lessa, sargento de policía retirado, fue arrestado en 2018 en relación con el asesinato de Marielle Franco, representante de la ciudad de Río de Janeiro, lesbiana negra.
El comunicado agrega que la concejalía ha señalado su salida a las autoridades estatales, “pero hasta la fecha, no se han tomado medidas efectivas para proteger su vida.”
“Es imposible no tener una respuesta del gobierno brasileño”, dijo Briolly en un video subido a su Twitter el 15 de mayo. “Esto no puede quedarse así. Los gritos, manifestaciones y revueltas populares de Brasil exigen una respuesta, exigen mi bienestar físico y exigen que yo, la mujer más votada por el ayuntamiento de Niteroí, pueda ejercer mi mandato con integridad. Todavía estamos luchando”.
As ameaças não são uma novidade, mas culminaram na medida drástica de retirar Benny do país.
Diversas instâncias do Estado brasileiro foram acionadas, mas nada foi feito para assegurar a vida e a integridade física da vereadora.
En 2018, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo de ese año recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Al menos 175 mujeres trans fueron asesinadas en 2020 en Brasil, un 29% más que en 2019. Unas cifras con las que el país sudamericano se asegura, una vez más, el primer puesto en el número de asesinatos tránsfobos en el mundo. Así lo pone de manifiesto el último informe publicado por ANTRA (Asociación Nacional de Travestis y Transexuales de Brasil) y el Instituto Brasileño Trans de Educación (IBTE).
Las cifras son escalofriantes; al menos 175 transfeminicidios documentados a lo largo del año 2020. Solo en 2017 se registró un número superior (179), pero la cifra se había reducido algo en 2018 (163) y un poco más en 2019 (124). El año de la pandemia de covid-19, sin embargo, ha visto surgir un recrudecimiento de la violencia tránsfoba. São Paulo (29 asesinatos), Ceará (22), Bahía (19), Minas Gerais (17) y Río de Janeiro (10) son los cinco estados que encabezan la trágica clasificación. En total, el informe recoge 641 asesinatos de personas trans entre 2017 e 2020.
Por lo que se refiere a las edades de las víctimas, solo en 109 casos ha sido posible documentar el dato. El 56% de ellas tenía menos de 29 años (la víctima más joven tenía solo 15 años). El 28,4% tenía entre 30 y 39 años, el 7,3% entre 40 y 49 y el 8,3% restante entre 50 y 59. Por lo que se refiere a su contexto social, en el 72% de los casos identificados las víctimas ejercían la prostitución. Por lo que se refiere a la raza, en el 78% de los casos identificados se trataba de mujeres negras o de color. Una vez más, las frías estadísticas confirman que las mujeres jóvenes, negras y que ejercen el trabajo sexual constituyen el grupo más vulnerable a la violencia tránsfoba. La mayor parte de los asesinatos (87) se produjeron en la vía pública, un dato que nos hace pensar en la sensación de impunidad que parecen sentir los agresores. Otro dato sobrecogedor, de los muchos que recoge el informe, es que en el 47% de los casos se identifica una tendencia a ejercer la violencia (sea en forma de golpes, mutilaciones o disparos) sobre partes específicas del cuerpo como la cara, los pechos o los genitales, muchas veces de forma repetida y asociada, lo que parece reflejar un empeño por humillar a las víctimas y subrayar el odio hacia su condición trans.
Cifras escalofriantes las del 2020, que no tenemos la menor duda que confirmarán una vez más a Brasil como el país con mayor número de asesinatos tránsfobos de todo el mundo. Así lo reflejan de modo sistemático las estadísticas que anualmente publica Transgender Europe, que en su último recuento, publicado el pasado noviembre con motivo del Día Internacional de la Memoria Trans, había logrado identificar 350 asesinatos de personas trans y género-diversas entre el 1 de octubre de 2019 y el 30 de septiembre de 2020 (de ellas, 152 en Brasil. En segundo lugar se encontraba México, con 57 víctimas, y en tercer lugar Estados Unidos, con 28). Una situación sobre la que no honestamente esperamos una respuesta enérgica de las autoridades brasileñas, teniendo en cuenta el contexto sociopolítico del Brasil actual, un país marcado entre otros muchos factores por la presidencia de Jair Bolsonaro, un político que precisamente destaca por su abierta hostilidad a la diversidad sexual y de género.
Puedes descargar el informe completo (140 páginas, en portugués) pinchando aquí.
Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo de ese año recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Comentarios desactivados en Brasil lidera el ranking mundial de asesinatos de personas LGBT
En 2020 fueron registradas en el país vecino 184 muertes violentas de brasileños LGBT
Un informe de la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (Antra) señaló que Brasil superó en 2020 a Estados Unidos y México en crímenes contra este colectivo. En 2020 fueron registradas en el país vecino 184 muertes violentas de brasileños LGBT.
En 2020 fueron registradas 184 muertes violentas de brasileños LGBT, nueve más que en 2019, señala el documento divulgado por la ONG Antra cuando se conmemora el Día de la Visibilidad Trans.
“Hasta el momento no hubo medidas específicas del gobierno para enfrentar este tipo de violencia (…), no es posible que haya una disminución de la violencia de forma espontánea”, declaró Bruna Benevides, secretaria de Antra.
El mapa de la violencia señala que Brasil superó en 2020 a Estados Unidos y México en crímenes contra gays, lesbianas y transexuales.
El estado más violento fue San Pablo, con 29 casos, seguido por Ceará, con 22 muertes violentas, Bahia con 19, Minas Gerais con 17 y Rio de Janeiro con 10.
Según los especialistas de Antra es posible que haya más muertes porque no es sencillo obtener este tipo de información debido al temor y la discriminación de las familias de las víctimas.
Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo de ese año recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Comentarios desactivados en Bolsonaro y la COVID: Brasil “tiene que dejar de ser un país de maricas”…
Que Bolsonaro es un personaje peligroso no sorprenderá a nadie a estas alturas. El político brasileño de extrema derecha es todo un ejemplo de lo que no hay que hacer en muchas facetas, y la gestión del COVID-19 es una de ellas. Pero también homófobo, como ya dejó ver con declaraciones como que “Hay que sacar a palos al gay que hay en tu hijo“, que en su día pronunció, así que no es de extrañar que además de abocar a la suerte a los habitantes que gobierna, suelte perlitas como esta con la que titulamos el artículo.
Todos nos vamos a morir algún día, aquí todos van a morir. No sirve de nada huir de eso, huir de la realidad. Tienen que dejar de ser un país de maricas
La homofobia en su expresión es clarísima y repugnante, propia de una persona homófoba como él, pero su plan de acción ante la pandemia no se queda atrás. Total, como nos vamos a morir todos. Brasil es un país en el que el turismo tiene un peso brutal en la economía, un sector que inevitablemente se está viendo golpeado con la COVID-19, pero Bolsonaro se niega a tomar medidas.
Recordemos que insiste en ir sin mascarilla y no respetar la distancia de seguridad y que ya en su momento cayó enfermo… aún así, no cambió de parecer.
Faltan dos años para las elecciones en el país sudamericano y Bolsonaro se encuentra en una importante encrucijada que puede pasarle factura: seguir obviando los efectos devastadores en pos de minimizar el impacto económico o seguir ignorando los efectos del COVID-19 pagando con la vida de sus compatriotas.
Ojalá se lo lleven como a Trump
Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Comentarios desactivados en Covid-19 en Brasil: activismo LGBT+ crea redes solidarias frente a la ausencia estatal
Por Sellena Ramos; Joao Hugo y Marcos Tolentino*
Desde que comenzó la pandemia de coronavirus, en América Latina y el Caribe ya hay más de 50 mil casos confirmados. Brasil es el país más afectado de la región, con más de 20 mil casos confirmado y más de mil muertes. En paralelo a las noticias sobre el avance de la pandemia, la prensa brasilera publica iniciativas y proyectos que buscan disminuir sus impactos sociales. Para muchos brasileros esta situación pone en evidencia cuestiones de supervivencia, resiliencia y solidaridad. Qué será construido después de esto y la crisis generará una revisión de la forma en que nos relacionamos con el otrx es algo que recorre los medios y las redes sociales.
El escenario de incertidumbre y ansiedad se agrava frente a la postura del presidente Jair Bolsonaro. En los últimos dos meses, Bolsonaro ha dicho que la pandemia de coronavirus es una histeria creada por la prensa y que se trata de una gripe como cualquier otra.
Si la población brasilera en general se siente desprotegida frente a un presidente que no quiere comprender ni asumir la gravedad, en el caso de las personas LGBTQIA+ es aún más grave pues nos encontramos en un periodo de retrocesos de derechos políticos y de exposición a las vulnerabilidades.
Panorama LGBTQIA+ en Brasil
En Brasil, la vida cotidiana de las personas LGBTQIA+ está marcada por estrategias de supervivencia. Desigualdades regionales, de raza, de clase, etarias y de género agravan más este cuadro. Para unxs, estas estrategias precisan ser trazadas deliberadamente. Para otrxs, no son tan perceptibles, pues tienen el privilegio de sentirse como parte de una sociedad donde la cisheteronormatividad pauta las relaciones sociales.
Cuando la orientación afectivo-sexual y la identidad de género son disidentes de los patrones hegemónicos de la cisheteronormatividad y el crimen de la LGBTfobia es estructural, muchas personas LGBTQIA+ son expulsadas de sus casas, excluídas de sus ambientes sociales e inclusive asesinadas. En la Segunda Relatoría de 2018 de crímenes contra las personas LGBTQIA+ divulgada por el Grupo Gay de Bahía (GGB), 420 personas murieron en Brasil en 2018. De acuerdo al Dossier de Asesinatos y Violencia contra personas Trans Brasileras, divulgado este año por la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA), Brasil pasó del lugar 58 al lugar 68 en el ranking de países seguros para ser LGBTQIA+.
Es importante recordar que existen subregistros y ausencias de los datos gubernamentales, principalmente debido a la inexistencia de una ley que tipifique el crimen contra la LGBTfobia. En el Legislativo Federal, los proyectos de ley direcionados para las demandas específicas de la población LGBTQIA+ quedan trancados por la presencia de la llamada bancada evangélica. En consecuencia, fue el Supremo Tribunal Federal (STF) desde donde se tomaron decisiones que garantizan, por ejemplo, el matrimonio igualitario. El 13 de junio de 2019, el STF tipificó el crimen de LGBTfobia en Brasil, y pasó a ser penalizado por la Ley de Racismo (7716/89), que hoy prevé crímenes de discriminación por el prejuicio de “raza, color, etnia, religión y procedencia nacional”. Entretanto, sabemos que la norma y la práctina hay una brecha.
Así, la pandemia del coronavirus nos encontró en un contexto de ausencia de políticas públicas nacionales para las personas LGTBQIA+. Esta situación todavía no fue modificada teniendo en cuenta nuestras demandas específicas.
Necesitamos políticas efectivas, como medidas que garanticen un subsidio y acogida para las personas LGBTQIA+ expulsadas de sus hogares, que no tienen acceso al mercado laboral y que encuentran en la prostitución la única salida financiera.
El 1 de abril fue anunciado una ayuda de emergencia por tres meses para lxs trabajadorxs informales de Brasil.
En relación al área de la salud, el 17 de marzo el Ministerio de Salud publicó un oficio orientado a los servicios especializados para que aumentaran en las farmacias la cantidad de medicamentos anti-retrovirales y la Profilaxis Pre-Exposición (PrEP). Esta medida afecta a una gran parte de nuestra población. Sin embargo, la exclusión y marginación social que enfrentamos en otros espacios se extiende a los hospitales y ambulatorios, donde no están ganrantizados el respeto a la orientación sexual y a la identidad de género.
Las campañas de ayuda del activismo
El papel del Estado es fundamental para subsidiar las necessidades de la sociedad. Cuando se trata de la población LGBTQIA+ el apoyo no llega y precisamos luchar cotidianamente para obligar al Estado a cumplir sus funciones y viabilizar recursos. Existen campañas de recaudación de recursos financieros, alimentos y materiales de higiene personal en todo el país impulsadas por activistas de la diversidad sexual. Algunos ejemplos: la campaña “Fortalezca a una personas trans”, impulsada en las redes sociales por la diputada estatal de la Bancada Activista, Erika Hilton; y las campañas de recaudación realizadas por la Red Poc, en Belo Horizonte; por el Grupo por La vida en Rio de Janeiro; por el Centro de Referencia y Defensa de la Diversidad y por la Asociación del Desfile LGBT de Sao Paulo; por el Colectivo de Transs Pra Frente y por la Asociación Bahiana de Travestis, Transexuales y Transgéneros en Acción (Atração), en Salvador. También en Bahía, el Movimiento Drag lanzó una campaña de recaudación de alimentos no perecederos e ítems de higiene para auxiliar a las artistas drags que ahora mismo no pueden trabajar durante la cuarentena.
Además de la recaudación de alimentos y artículos de higiene personal, notamos que una de las formas de movilización LGBTQIA+ brasileras ha sido la producción de información. La Asociación Nacional de Transexuales y Travestis (ANTRA), por ejemplo, produjo dos cartillas informativas. La primera de ellas fue dirigida a travestis y mujeres trans trabajadoras sexuales.
La segunda cartilla tiene información sobre como reaccionar en casos de violencia doméstica durante el aislamiento social, de manera de enfrentr un posible aumento del riesgo de las agresiones contra LGBTQIA+ en estas situaciones. Como apunta ANTRA, muchas personas LGTQIA+ se ven forzadas a convivir en ambientes tóxicos, con familiares que los agreden, y sin posibilidad de contacto con otros miembrxs de la comunidade.
En las redes sociales
El aislamiento de las personas LGBTQIA+ ha sido combatido también a través de las redes sociales. La Asociación Brasilera de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Trans e Intersex (ALGBT+), por ejemplo desarolló en Instagram una serie de “lives” llamados “Diálogos LGBTI+”, donde se conversa con especialistas de temas vinculados a las vivencias de personas LGBTQIA+ en el contexto de la pandemia.
Las redes sociales también han sido un espacio para compartir cuestiones relativas a la salud mental de las personas LGBTQIA+ que pueden agravarse con el aislamiento social. En ese sentido, el Centro de Referencia LGBT+ de Campinas (SP), el primero en dar este tipo de atención, también ha utilizado las redes. Otra inciativa en las redes es la difusión de cultura y arte queer. El 4 y 5 de abril se realizo el festival LGBT Online, “Marsha! Entra na Sala”, que contó con veinte horas de programación entre shows, DJ sets y conversaciones.
Las casas de acogida
Es este marco se insertan también los centros de acogida. Su desarrollo en los últimos años representa acciones emergentes frente a los retrocesos de políticas de asistencia para la población LGBTQIA+. En Brasil hoy existen 15 casas de acogida distribuídas en todo el território nacional, que desempeñan sus labores en paralelo al Estado. Allí, además de tener acceso a ayudas básicas – techo, alimentación e higiene persona- lxs habitantes tiene acceso a servicios de salud integral, iniciativas de reinserción cultural y social. Frente a la pandemia, algunas instituciones de acogida se unieron y desarrollaron la Red Brasilera de Casas de Acogida LGBTQIA+ (REBRACA) con el objetivo de enfrentar estrategicamente las crisis sanitarias, políticas y sociales de Brasil. El 31 de marzo, REBRACA inició la campaña de recaudación colectiva de canastas básicas y materiales de higiene.
Casa Aurora en Bahía
Además de este trabajo colectivo, cada casa adapto sus servicios para garantizar una acogida integral durante la cuarentena. Casa Aurora surgió en mayo de 2019 como una casa de acogida para personas LGBTQIA+, localizada en el centro de Salvador, estado de Bahía. La institución recibe a jóvenes de entre 28 y 29 años que están en situación de vulnerabilidade y riesgos sociales, abandonadxs o apartadxs de sus familias a causa de su orientación afectivo-sexual e identidade de género. Aquí les garantizamos las tres comidas, produtos de higiene personal y algunos servicios como: atividades socioeducativas, servicios jurídicos, y una Clínica Social con acompañamiento terapêutico y assistência social, psicológica y psiquiátrica. A lo largo de la breve trayectoria, la institución ya asistió a cerca de 400 personas LGBTQIA+ .
Casa Aurora es la única institución de acogida específica para personas LGBTQIA+ del Estado de Bahía. Coordinada por lx activistas João Hugo y Sellena Ramos, resistimos a través de donaciones filantrópicas y microdonaciones, recaudación de alimentos, materiales de higiene personal y ropa.
Debido al subregistro de casos de coronavirus, por la dificultad de acceso a los testeos en Brasil, y la ausencia de políticas públicas para las personas LGBT+, no podemos dimensionar el impacto de la pandemia en el colectivo. Por eso las casas de acogida así como todas las redes creadas durante este último mes por el activismo de la diversidad sexual resulta en un fortalecimento de nuestras estrategias y prácticas y el trabajo en red con otros colectivos e instituciones de nuestra comunidad.
*Activistas LGBT+ e integrantes de la Casa de Acogida Aurora
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Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Comentarios desactivados en Prohíben en Brasil la película “La primera tentación de Cristo”
A finales del pasado año informábamos de que habían atacado con cócteles Molotov a los creadores del ‘Jesús gay’ de Netflix durante la Nochebuena. Hoy conocemos que la polémica película de Netflix sobre un Jesucristo gay, La primera tentación de Cristo, ha sido retirada en Brasil. Así lo ha ordenado un juez de Brasil a la plataforma streaming. Las presiones del gobierno de Bolsonaro han conseguido que se censure una película.
Según el juez que ha dictado la orden de censura, ha argumentado: “Me parece más adecuado y beneficioso, no solo para la comunidad cristiana, sino para la sociedad brasileña, mayoritariamente cristiana, hasta que se juzgue el mérito”. Varios grupos religiosos pidieron la retirada de esta película cuando se anunció. Ahora la justicia brasileña ha aceptado la petición del Centro Católico Don Bosco Fé y Cultura, uno de los varios grupos de ultraderecha que han presionado, por desgracia han tenido éxito.
El grupo cómico Porta dos Fundos suele realizar especiales de Navidad todos los años, precisamente en 2018 ganaron un premio Emmy por el programa en el que Jesús y los apóstoles se emborrachaban en la Ultima Cena. Pero el programa de este año, desato la ira de las ramas más ultraconservadoras del país. En diciembre la sede de los creadores fue asaltada y atacada con cocteles molotov, provocando graves daños al edificio.
Este hecho hizo que los cómicos recibieran muchas muestras de apoyo y solidaridad por parte de otros artistas y asociaciones que han pedido al gobierno que considere este ataque como terrorista. El gobierno no se ha pronunciado sobre este hecho y tampoco se espera. Solo esperamos que la cordura y la libertad vuelvan lo antes posible a Brasil.
En España, Abogados Cristianos denunció a Netflix que se ha vuelto a encontrarse con una campaña publicitaria inesperada por uno de sus productos. Esta vez, gracias a que la Asociacion Española de Abogados Cristianos ha comunicado que les ha demandado y han solicitado al Juzgado de Guardia de Colmenar Viejo medidas cautelarísimas para que Netflix España retire de la plataforma la película La primera tentación de Cristo.
La organización de juristas señala que esta película comete un presunto delito contra los sentimientos religiosos, en la modalidad de escarnio, tipificado en el artículo 525 del Código Penal. Su presidenta, Polonia Castellanos, denuncia que “esta película burla la imagen de Jesucristo, presentándole como si fuera inepto y homosexual”.
También añade que “en Brasil, donde la película ya ha sido publicada, ha socavado la dignidad de los creyentes que se han mostrado en contra de esta producción. Por ello no podemos permitir que, lo que ha ofendido en Brasil, esté siendo emitido en nuestro país”.
Aunque a nivel judicial no sabemos cómo acabará el caso, lo cierto es que el comunicado de Abogados Cristianos lo que ha hecho es generar un “efecto Streisand” que ha dado a conocer una película que en realidad estaba pasando bastante desapercibida.
Brasil, una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Comentarios desactivados en Mujer condenada a 25 años de cárcel por asesinar a su hijo por ser gay
Una madre apuñaló a su hijo adolescente hasta la muerte por el mero hecho de ser homosexual. Ahora ha sido sentenciada por un jurado en Brasil a 25 años y ocho meses de prisión.
Tatiana Ferreira Lozano Pereira nunca aceptó que su hijo de 17 años, Itaberli Lozano, fuera homosexual, y las tensiones entre los dos empeoraron durante la Navidad de 2016.
Itaberlly Lozano desapreció de su casa a fin de año, y su cuerpo apareció envuelto en un edredón y abandonado en una carretera de Sao Pablo, con marcas de violencia y totalmente quemado. El cuerpo de Itaberlly estaba tan dañado que solo pudieron reconocerlo por una pulsera.
El 11 de enero de 2017 la policía detuvo a la madre, Tatiana Lozano, de 32 años, y al padrastro del chico, Alex Pereira. Al principio la pareja alegó que lo habían asesinado en defensa propia, porque Itaberlly consumía drogas e intentó agredirlos a ellos y a su hermano de 4 años.
Pero pronto la historia se desmoronó ya que las versiones de la pareja no concordaban.
Además, el resto de la familia aclaró la situación. Sus tíos aseguraron que era un buen chico, alegre y trabajador y que no consumía drogas. Que la madre jamás aceptó su homosexualiad y le hizo la vida imposible, hasta que el adolescente no aguantó más y se fue a vivir con su abuela.
Según la revista Out, Lozano se había quedado con su abuela debido a las peleas con su madre, pero el 29 de diciembre Pereira lo atrajo a las casa con promesas de reconciliación. Parecía tan dispuesta a arreglar las cosas con su hijo que incluso envió un coche para recogerlo en casa de la abuela. Acabó el día y el chico no volvió. La abuela intentó en vano obtener una respuesta de Tatiana, que le quitó importancia y aseguró que su hijo se había ido a vivir con algún amigo.
En cambio, contrató a dos sicarios de 18 y 19 años: Víctor Roberto da Silva y Miller da Silva Barissa (en la fotografía), que esperaban en la casa para «enseñar una lección» a su hijo. Cuando Itaberlly llegó a casa de su madre, lo recibieron los chicos, que lo golpearon hasta dejarlo casi inconsciente. La madre les pidió que lo mataran. Lo golpearon pero se negaron a matarlo, por lo que Pereira tomó un cuchillo de cocina y lo apuñaló ella misma hasta matarlo. Más tarde ella y su marido quemaron el cuerpo.
Pereira y su esposo, el padrastro de Lozano, llevaron su cuerpo a un campo de caña y le prendieron fuego. Sus restos fueron encontrados una semana después, y fue necesaria una investigación forense para identificarlo.
Un día antes de desaparecer, Itaberli Lozano, de 17 años, fue golpeado y golpeado en varias partes de su cuerpo; Itaberli comentó sobre las agresiones en la red social y publicó fotos de la violencia sufrida. Las imágenes fuertes muestran al adolescente con cortes aún sangrando en su cara, espalda y brazos. A su lado, volvió a publicar una foto de la familia aparentemente feliz de celebrar la Navidad con el siguiente texto: “En este momento estoy en Francia, donde estaré, porque ella ha ordenado a todos los niños que me vean golpearme.Ten cuidado a quién llamas mamá. En la foto parece que estamos contentos, pero nadie sabe qué sucede detrás de una foto ”, dijo el joven. Un día después, borró la publicación.
Según la web de noticias brasileña Estadão, Pereira fue condenada por asesinato y ocultación de un cuerpo, y sentenciada a 25 años y ocho meses de prisión.
Los dos sicarios han sido condenados a 21 años y ocho meses de prisión, también por asesinato. El padrastro de Lozano ha sido acusado de ocultar un cuerpo, pero su juicio ha sido pospuesto y aún no se ha reprogramado.
El tío de Lozano, Darío Rosa, dijo a la policía: “Tenía un trabajo, era muy educado y [nunca] discutió con nadie. Solo tuvo problemas con su madre, quien nunca aceptó que fuera homosexual”.
Los crímenes de odio contra personas LGTBQ + han aumentado en Brasil desde la elección del presidente Jair Bolsonaro. A mediados de este año, la Corte Suprema de Brasil dictaminó que la homofobia estaría tipificada como delito.
La justicia, muro de contención de la LGTBIfobia de Bolsonaro
Los tribunales, en cualquier caso, se están revelando como un verdadero contrapoder a la extrema LGTBIfobia de la presidencia de Bolsonaro. El Supremo Tribunal Federal de Brasil ha emitido ya varios fallos que protegen a la comunidad LGTBI de los ataques del Gobierno. Hace solo unos días conocíamos la sentencia que puso fin al intento de censura de libros que abordasen la homosexualidad o la transexualidad en la Bienal del Libro de Río de Janeiro. Una resolución en línea con la también reciente decisión del mismo tribunal a favor de la protección legal de la población LGTBI frente a la violencia y la discriminación, al ordenar la equiparación de los delitos por homofobia y transfobia con los motivados por el racismo mientras persista «omisión legislativa» al respecto.
Hay que tener en cuenta, en este sentido, que muchos de los avances en esta materia que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que tiene lugar una dura batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. Sin embargo, la presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación tiene en personajes como el presidente Jair Bolsonaro grandes aliados. Estaremos atentos a como se sigue desenvolviendo esta guerra.
Una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Comentarios desactivados en La justicia brasileña tumba el veto de Bolsonaro a la financiación de películas de temática LGTBI
Nuevo golpe de la justicia brasileña a la LGTBIfobia del presidente Jair Bolsonaro. Una jueza federal ha dictaminado que el veto impuesto a la financiación de un proyecto audiovisual por incluir contenido LGTBI es contrario a los principios de libertad de expresión e igualdad de trato por los que se rige la democracia brasileña. El mandatario ultraderechista había congelado la concesión de subvenciones, por un valor total de varios millones de euros, al conocer que una pequeña parte de los proyectos versaban sobre la realidad LGTBI. La decisión provocó la dimisión del secretario de Estado de Cultura.
El plan original, presentado en marzo de este año, se basaba en la colaboración entre bancos de desarrollo de varios estados federados y la televisión pública para financiar unos ochenta proyectos audiovisuales de diferentes regiones del país y diversas temáticas, por un montante total de setenta millones de reales (más de quince millones de euros). De ellos, solo una minoría trataban sobre temas LGTBI. Se trata de la serie Afronte, el documental Transversais sobre la realidad trans, Religare Queer y Sexo Reverso.
En agosto, el Gobierno brasileño canceló la financiación del proyecto al completo. El presidente Bolsonaro había calificado las subvenciones a películas con contenido LGTBI como «dinero tirado a la basura». La decisión provocó la dimisión del secretario de Estado de Cultura, contrario al veto. «No estoy de acuerdo con poner filtros a la cultura, así que me voy», explicó Henrique Pires, que instó a los responsables políticos a ocuparse de problemas rampantes como el desempleo y a dejar de «mirar con lupa si en algún lugar un hombre desnudo está besando a otro hombre».
La justicia ha acabado dando la razón a Pires. Este lunes, la jueza federal Laura Bastos Carvalho declaraba nula la resolución del Gobierno de Bolsonaro por perjudicar injustificadamente el interés general. La magistrada reivindicó la responsabilidad del poder judicial de proteger la libertad de expresión y la igualdad de trato de los ataques del ejecutivo. El Gobierno aún puede presentar recurso contra el fallo.
La justicia, muro de contención de la LGTBIfobia de Bolsonaro
Los tribunales, en cualquier caso, se están revelando como un verdadero contrapoder a la extrema LGTBIfobia de la presidencia de Bolsonaro. El Supremo Tribunal Federal de Brasil ha emitido ya varios fallos que protegen a la comunidad LGTBI de los ataques del Gobierno. Hace solo unos días conocíamos la sentencia que puso fin al intento de censura de libros que abordasen la homosexualidad o la transexualidad en la Bienal del Libro de Río de Janeiro. Una resolución en línea con la también reciente decisión del mismo tribunal a favor de la protección legal de la población LGTBI frente a la violencia y la discriminación, al ordenar la equiparación de los delitos por homofobia y transfobia con los motivados por el racismo mientras persista «omisión legislativa» al respecto.
Hay que tener en cuenta, en este sentido, que muchos de los avances en esta materia que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que tiene lugar una dura batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. Sin embargo, la presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación tiene en personajes como el presidente Jair Bolsonaro grandes aliados. Estaremos atentos a como se sigue desenvolviendo esta guerra.
Una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Comentarios desactivados en Activista LGBT brasilero murió tras ser baleado por la Policía
El activista brasileño LGBTI, Yuri Piettro Ferreira, murió el pasado 20 de septiembre después de pasar 28 días internado en un hospital municipal en Relegango, tras recibir una bala durante operativo de la policía militar en Río de Janeiro.
Yuri, de 26 años, era profesor de baile, esteticista y uno de los organizadores del desfile Bangu LGBTI+. Fue baleado en un hecho confuso el pasado 23 de agosto cuando regresaba a su casa y en el que participaron agentes militares.
Según testigos que hablaron con el periódico O Globo, la Policía llegó al barrio alertados por una supuesta “acción irregular”, en donde fueron atacados por narcotraficantes y Yuri quedó en medio del enfrentamiento.
La ciudad de Río de Jainero se ha convertido en uno de los lugares más inseguros para las poblaciones LGBTI y afrodescendientes debido a sonados asesinatos y amenazas de muerte de parte de grupos extremistas y la misma fuerza policial.
En marzo de 2018, la concejala lesbiana y activista por los derechos humanos de Río de Janeiro, Marielle Franco, fue asesinada por la policía brasileña, sin que los responsables hayan sido sentenciados todavía.
Marielle fue fusilada cuando circulaba en su auto por una calle de Rio de Janeiro. Tenía 38 años y era una referente en la lucha contra la violencia institucional en las favelas cariocas. Los asesinos dispararon 13 veces al automotor provocando también la muerte de su chofer.
De acuerdo al Instituto Sou da Paz, en los primeros ocho meses del gobernador de Río de Janeiro Wilson Witzel, la policía militar asesinó a unas mil doscientas personas, un aumento del 16 por ciento en comparación al mismo periodo de 2018. Cinco eran niños.
Uno de los últimos casos fue el asesinato de Ágatha Félix, de ocho años de edad, quien recibió un disparo en la espalda durante un operativo militar en una favela de Río de Janeiro. El instituto estima que es la mayor cantidad de muertes provocadas por la policía desde 1998.
Discurso de odio desde el gobierno
El discurso de odio promovido por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha provocado un clima de intolerancia hacia las poblaciones diversas, según denuncias de activistas de derechos humanos.
En enero pasado, el diputado federal por Rio de Janeiro Jean Wyllys anunció que no asumirá su tercer mandato porque recibió amenazas y teme por su vida. El legislador era el único homosexual visible en el parlamento brasileño.
Bolsonaro, un militar retirado de 65 años, ha sido cuestionado por sus discursos misóginos, racistas y homofóbicos, y ha provocado que el gigante sudamericano retroceda en los derechos humanos fundamentales, según activistas.
Su discurso ha polarizado al país y causado graves señalamientos internacionales por su retorica militar y extremista.
Una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Comentarios desactivados en El Supremo brasileño equipara la homofobia y la transfobia al racismo, una decisión que Bolsonaro califica como «completamente equivocada»
Tal y como adelantamos en mayo, el Supremo Tribunal Federal de Brasil, la máxima instancia judicial del país, ha fallado a favor de la protección legal de la población LGTB frente a la violencia y la discriminación. El recuento final arroja ocho votos a favor y tres en contra de un texto que decreta la equiparación de los delitos por homofobia y transfobia con los motivados por el racismo mientras persista la «omisión legislativa» al respecto.
Fue el pasado mes de febrero cuando comenzó el proceso sobre la persecución legal de la LGTBfobia, en respuesta a dos recursos presentados por la Asociación Brasileña de Gais, Lesbianas y Transgénero (ABGLT) en 2012 y el Partido Popular Socialista en 2013. Ambos persiguen «la criminalización específica de todas las formas de homofobia y transfobia, especialmente (pero no exclusivamente) de las ofensas (individuales y colectivas), de los homicidios, de las agresiones y discriminaciones motivadas por la orientación sexual y/o identidad de género, real o supuesta, de la víctima».
Cuatro de los once jueces del Supremo ya se pronunciaron en febrero a favor de las tesis de los demandantes. Con la inclusión en mayo de otros dos votos favorables se alcanzaba ya la mayoría del alto tribunal, compuesto por once magistrados. Ahora lo han hecho los cinco restantes, de los cuales dos se han posicionado a favor y tres en contra. Finalmente, 8 votos contra 5.
La tesis fijada por el Supremo brasileño hace extensiva la legislación contra el racismo a los delitos por homofobia y transfobia y será de aplicación mientras se mantenga la ausencia de legislación al respecto, un vacío legal que coloca al colectivo LGTB en situación de indefensión. «El concepto de racismo sobrepasa los aspectos estrictamente biológivos o fenotípicos e incluye la negación de la dignidad y de la humanidad de grupos vulnerables», asegura el Supremo en la nota de prensa que daba a conocer el resultado de la votación. Puedes descargar aquí la tesis completa, que también impone límites al discurso de odio por parte de los líderes religiosos al considerar que este no queda cubierto por el derecho a la libertad religiosa.
Críticas de Jair Bolsonaro
La decisión, como era de esperar, no ha sido recibida con agrado por el presidente de Brasil, el abiertamente homófobo Jair Bolsonaro, que la ha calificado como «completamente equivocada» y ha asegurado que perjudica a los propios homosexuales, que según él tendrán más dificultades para encontrar trabajo ya que los empresarios se lo pensarán «dos veces» antes de contratarlos por miedo a ser acusados de descriminación. Bolsonaro ha añadido que esta decisión del Supremo brasileño es un argumento más a la hora de renovar el alto tribunal incorporando magistrados evangélicos.
Habrá que ver, por otra parte, si el legislativo brasileño avanza en la misma dirección que el Supremo. En este sentido, solo un día antes de que en mayo se adelantase la decisión mayoritaria del Supremo, el Senado brasileño aprobaba en comisión un proyecto de ley para prohibir la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género. El texto equipara las penas para los delitos motivados por la raza, color, etnia, religión o procedencia nacional con los cometidos contra las personas LGTB. También castiga la denegación del acceso a establecimientos abiertos al público, así como los intentos de impedir o restringir las «manifestaciones razonables de afecto de cualquier persona», salvo en lugares de culto. A la propuesta, no obstante, le queda por delante una trabajosa tramitación.
Una situación muy complicada para el colectivo LGTB
En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).
La llegada de Bolsonaro a la presidencia
La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.
Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».
Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.
En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.
En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.
Comentarios desactivados en Bolsonaro: “Brasil no debe convertirse en un país para el turismo gay”
El presidente de extrema derecha de Brasil, el homónimo homófobo Jair Bolsonaro, ha sido acusado de incitar al odio hacia las personas LGBT después de declarar que el país sudamericano no debe convertirse en un “paraíso para el turismo gay”.
“Si quieres venir aquí y tener sexo con una mujer, ve por tu vida”, según los informes, Bolsonaro le dijo a los periodistas en la capital, Brasilia. “Pero no podemos dejar que este lugar sea conocido como un paraíso para el turismo gay. Brasil no puede ser un país del mundo gay, del turismo gay. Tenemos familias”, agregó Bolsonaro, según la revista brasileña Exame.
Los comentarios, realizados durante una reunión de desayuno con periodistas brasileños, provocaron una reacción inmediata de los activistas LGBT.
“Este no es un jefe de estado, es una desgracia nacional”, dijo David Miranda, congresista de izquierda y activista LGBT. Miranda dijo que las declaraciones del presidente pusieron en peligro simultáneamente a los miembros de la comunidad LGBT de Brasil al “poner un objetivo a sus espaldas” y promover la explotación sexual de las mujeres brasileñas. “Está manchando la imagen de nuestro país de todas las formas imaginables”, dijo Miranda.
Renan Quinalha, un abogado y activista LGBT de São Paulo, dijo: “Es una declaración desastrosa, tanto desde el punto de vista de los derechos humanos como con respecto a la imagen internacional de Brasil”.
Añadió que los comentarios “dan luz verde a niveles ya alarmantes de violencia contra la comunidad LGBT”al sugerir que solo las familias heterosexuales eran familias genuinas. “Todo esto demuestra que es algo que ha dejado en claro durante casi 30 años de vida pública: que es un homófobo”, dijo Quinalha.
En un video publicado en Twitter, Jean Wyllys, otro destacado activista LGBT, dijo que los comentarios incitaban al odio contra las minorías. “Con esta declaración infeliz y este gesto infeliz contra la comunidad LGBT, Bolsonaro simplemente está siendo Bolsonaro”, agregó Wyllys, quien huyó al exilio en enero después de recibir amenazas de muerte.
La elección de Bolsonaro en octubre pasado sorprendió a los miembros de la comunidad LGBT de Brasil, quienes temen que su elección haya legitimado una nueva ola de homofobia y violencia homofóbica.
Bolsonaro, un ex capitán del ejército, ha sido notorio durante mucho tiempo por sus comentarios homofóbicos, una vez que declaró: “Sí, soy homofóbico, y estoy muy orgulloso de ello”.
Durante una entrevista de 2013 con el actor británico abiertamente gay Stephen Fry, Bolsonaro afirmó que los “fundamentalistas homosexuales” estaban lavando el cerebro a los niños heterosexuales para que “se convirtieran en gays y lesbianas para satisfacerlos sexualmente en el futuro”. Le dijo a Fry que “a la sociedad brasileña no le gustan los homosexuales”. El actor describió el encuentro como “una de las confrontaciones más escalofriantes que he tenido con un ser humano”.
Los comentarios de Bolsonaro son el último golpe a los antiguos intentos brasileños de construir una reputación internacional como una sociedad tolerante e inclusiva, así como a los esfuerzos para promover a Brasil como un destino acogedor para los turistas homosexuales.
El ostracismo internacional de Bolsonaro se destacó a principios de este mes cuando una campaña de alto perfil de los ecologistas forzó la cancelación de una gala que lo honra en el museo de historia natural de Nueva York.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, respaldó la campaña y calificó a Bolsonaro como “un ser humano muy peligroso”.
Los activistas LGBT brasileños dijeron que compartían esa evaluación, pero no se sentirían intimidados por el último ataque de Bolsonaro.
“Creemos que el amor siempre ganará contra el odio y no hay nada que pueda hacer para superar eso”, dijo Julio Moreira, activista del grupo defensor Arco-Íris, con sede en Río. “Nunca volveremos al armario”. Miranda dijo: “Me siento obligado a luchar contra este tipo de discurso para demostrar que las personas LGBT existen en este país y que lucharán contra este presidente LGBTfóbico. Puedes estar seguro de que resistiremos en las calles ”.
Comentarios desactivados en Sientan a Jair Bolsonaro y Tim Cook juntos en Davos
Felix Salomon, asistente al World Economic Forum de Davos en Suiza, ha compartido una curiosa fotografía de la comida en la que puede apreciarse que Tim Cook, CEO de Apple y abiertamente gay, está sentado junto al autropoclamado homófobo presidente de Brasil Jair Bolsonaro. Una imagen ciertamente chocante.
Desconozco si se trata un tema de protocolo, que alguien quería incomodar a Bolsonaro, una encerrona de algú -en la misma mesa también vemos a Satya Nadella, CEO de Google y de origen Indio- o pura casualidad. Pero estaremos de acuerdo que a todos nos hubiera gustado escuchar la conversación.
Bolsonaro, presidente de extrema derecha, ha copado titulares después después de lanzar ordenes presidenciales en su primer día como presidente que cercenan los derechos de los indigenas brasileños, los descendientes de esclavos y las personas LGBT. Atacando así a las minorías más desprotegidas del país.
Tim Cook and Satya Nadella having dinner in Davos with Jair Bolsonaro, the far-right president of Brazil pic.twitter.com/wQgn9b7SuO
Las cosas están tan complicadas, que Jean Wyllys, el único congresista gay de Brasil ha tenido que abandonar el país a raíz de las serias amenazas de muerte que está recibiendo, tanto él como sus familiares más cercanos.
Comentarios desactivados en El brutal asesinato de Dandara dos Santos descubre al mundo y a su propio país la violencia contra las mujeres trans en Brasil
Aunque ya contamos la noticia hace unos días, recogemos este análisis de dosmanzanas debido a su importancia, eso sí, seguiremos sin publicar el duro vídeo que quien lo desee puede hacerlo en este enlace. Un video brutal, como brutal es la transfobia que determinados secores religiosos transmiten a diario…
El brutal asesinato de Dandara dos Santos, cuyos instantes previos fueron grabados en un vídeo que ha dado la vuelta al mundo, ha puesto en el primer plano de la actualidad la espantosa realidad de que viven las personas LGTB, y muy singularmente, las mujeres transexuales, en Brasil.
Poco más podemos añadir a la brutalidad de las imágenes que posiblemente el lector haya visto ya. En ellas se puede ver como un grupo de jóvenes propina una brutal paliza a Dandara dos Santos, una mujer trans de 42 años, que permanece indefensa en el suelo, cubierta de polvo y ensangrentada, incapaz casi de moverse: le propinan patadas, la golpean con una tabla… Parece claro, según su estado, que el vídeo comienza a grabarse cuando buena parte de la paliza ha tenido ya lugar. Al final del vídeo sus asesinos la cargan en una carretilla, como si fuera un guiñapo, y se alejan del lugar. Según se ha sabido después, hasta un lugar cercano en el que la remataron a tiros. El asesinato ocurrió el pasado 15 de febrero en Fortaleza, en el estado brasileño de Ceará, al noreste de Brasil.
¿Qué hace distinto este asesinato al de otras tantas mujeres trans que ocurren en el país latinoamericano? El hecho de que un testigo de lo sucedido grabara las imágenes con la cámara de su teléfono móvil y las difundiera a través de YouTube, produciendo una conmoción nacional e internacional. Medios para los que el asesinato de una mujer trans en las calles de un barrio pobre de América Latina nunca hubiese sido noticia se han hecho eco de la muerte de Dandara y del enorme sufrimiento que lo precedió. Hasta The New York Times dedicaba a Dandara un artículo en el que recogía su historia personal. Y las autoridades brasileñas, que en tantas y tantas ocasiones dejan sin investigar este tipo de crímenes, se han puesto las pilas ante la reacción social y ya han procedido a detener a los autores de la agresión, perfectamente identificables en las imágenes. Por una vez parece que sí se hará justicia.
Insertamos, en este punto, el vídeo en cuestión. Advertimos que las imágenes son muy duras (y por eso no publicamos el video)…
Un caso que por desgracia no es único
Lo recogíamos en enero: según el último informe del Grupo Gay de Bahía, durante el año 2016 se cometieron en Brasil 343 asesinatos de personas LGTB, lo que supone una media de una muerte cada 25 horas. Se trata de la cifra más alta desde hace 37 años, cuando esta organización comenzó a emitir este tipo de informes. 172 eran varones homosexuales (el 50,15 %), 144 mujeres transexuales (41,98 %), 10 lesbianas (2,92 %), 4 personas bisexuales (1,17 %) y 12 heterosexuales (3,50 %). Se han incluido estos últimos porque sus asesinatos se debieron a su relación con personas LGTB, bien por ser sus familiares o parejas.
El Grupo Gay de Bahía (GGB) es una asociación de defensa de los derechos LGTB que trabaja en Brasil desde hace décadas. Anualmente, desde hace 37 años, realiza un informe en el que se detallan los asesinatos de personas LGTB cometidos en el país, según los datos que han podido recopilar a través de los medios de comunicación y denuncias en la red. Esto supone que la cifra real debe ser mayor, puesto que las autoridades policiales no emiten ninguna documentación al respecto. Sirva de ejemplo el caso de Itarbelly Lozano, brutalmente asesinado por su propia madre el pasado mes de diciembre, considerado oficialmente un conflicto familiar. También es posible que la proporción de asesinatos tránsfobos sea mayor: aunque esto está cambiando poco a poco, en Brasil y en otros países de América Latina no es infrecuente que los medios se refieran a mujeres trans como hombres homosexuales.
GGB también denunciaba la práctica impunidad de que disfrutan los asesinos en este tipo de casos. De los 343 asesinatos cometidos en 2016, solamente fueron identificados 60 homicidas, apenas el 17 %, y tan solo un 10 % de los procesos abiertos contra ellos terminaron en condenas.
Un clima político y social conservador y LGTBfobo
Al incremento en el número de episodios reportados de violencia LGTBfoba en Brasil contribuye muy posiblemente la mayor presencia de noticias en medios y redes sociales en los últimos años. Pero, aunque hablamos de un país en el que la homofobía y la transfobia social siempre han estado muy vivas, no debería pasarse por alto el momento que vive el país latinoamericano, en plena ola de de conservadurismo social y político. Una situación a la que no es ajena la pujanza del lobby evangélico, que en 2013 fue capaz, por ejemplo, de reunir a 100.000 personas en Río de Janeiro para mostrar su oposición al matrimonio igualitario, un derecho reconocido judicialmente en ese país.
La fuerza de los grupos evangélicos en Brasil, políticamente articulados por encima de los tradicionales límites partidarios, también se hizo evidente el nombramiento en 2013 del diputado homófobo Marco Feliciano como presidente de la Comisión de Derechos Humanos, posición que ocupó varios meses. Desde ese puesto, Feliciano fue uno de los promotores de una iniciativa para reintroducir las “terapias” reparadoras de la homosexualidad, prohibidas por el Consejo Federal de Psicología de Brasil, que fue retirada solo cuando quedó claro que sería objeto de una contundente derrota en la Cámara de Diputados si llegaba a votarse en el pleno bajo la presión de las movilizaciones sociales que tenían lugar en Brasil en aquel momento, y en las que participó de forma muy activa el colectivo LGTB. Movilizaciones que sin embargo no acabaron cristalizando en una evolución política y social en sentido progresista, más bien al contrario. Buen ejemplo de ello, al margen del oscuro proceso de destitución como presidenta de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer, ha sido la elección como alcalde de Río de Janeiro del obispo evangélico Marcello Crivella, que en el pasado ha descrito la homosexualidad como una “conducta maligna” y un “mal terrible”.
Jean Wyllys, el primer diputado abiertamente gay del Parlamento brasileño, denunciaba en junio del año pasado, a raíz de la masacre homófoba de Orlando, los “delirios homofóbicos” de políticos y líderes religiosos a los que calificaba de “mentirosos” por trasladar “la idea de que gais, lesbianas y transexuales deseamos imponer una ‘ideología de género’ o la ‘cristianofobia’”, advirtiendo que esos discursos “pueden conducir a la barbarie”. Wyllys, recordemos, ha llegado a estar amenazado de muerte y es objeto de frecuentes campañas de desprestigio personal.
Dandara dos Santos, un nombre que ya es historia
No queremos acabar sin rendir homenaje a Dandara dos Santos, la mujer con cuyo asesinato abríamos esta entrada. No tuvo una vida fácil. Mujer transexual, pobre, seropositiva. Sin embargo, y en ello coinciden todos los medios que han podido hablar con quienes la conocían personalmente, era una persona alegre, optimista, siempre dispuesta a ayudar a quien se lo pedía. Su sueño, abrir un salón de belleza y poder comprarse un coche.
Como Matthew Sephard en Estados Unidos, como Daniel Zamudio en Chile, el nombre de Dandara dos Santos ya es historia viva del movimiento LGTB. Su espantoso asesinato ha actuado como revulsivo social y ha dado lugar a una campaña de concienciación sobre la violencia contra las mujeres trans en Brasil (#PelaVidaDasPessoasTrans) pocas veces vista en ese país, que ojalá sirva para dar un fuerte empujón a la lucha contra la transfobia. Ese sería el mejor homenaje a su persona.
Comentarios desactivados en El obispo evangélico Marcelo Crivella, con historial homófobo, gana y asume la alcaldía de Río de Janeiro
Los alcaldes de los 5.568 municipios brasileños elegidos en octubre iniciaron el pasado domingo sus mandatos de cuatro años.
La homosexualidad es una “conducta maligna”, un “mal terrible” y una “condición lamentable”. Es lo que escribía en su libro Evangelizando a África el nuevo alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella. Obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios, Crivella simboliza la pujanza de los grupos evangélicos en Brasil, portavoces en su mayoría de la LGTBfobia más indisimulada.
El obispo evangélico, cantante de góspel y senador Marcelo Crivella asumió como alcalde de Río de Janeiro, la segunda mayor ciudad de Brasil, con un discurso en el que abundaron las citas a Dios y a los valores de la familia y en el que prometió una profunda austeridad y anunció recortes.
El candidato del conservador Partido Republicano Brasileño (PRB)una organización con once años de trayectoria política. Con el 59% de los votos, Marcello Crivella, se impuso a su rival socialista Marcelo Freixo, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), por cerca de veinte puntos porcentuales. La derecha conquista así otro importante bastión de poder tras desalojar a la presidenta Dilma Rousseff el pasado mes de agosto mediante un procedimiento de impeachment.
“La orden es la siguiente: está prohibido gastar”, afirmó en su discurso en la sede del Concejo Municipal el primer líder evangélico en asumir como alcalde de una capital regional en Brasil. “El país está en crisis. Río de Janeiro está en crisis. Es tiempo de cautela”, dijo el alcalde de la ciudad más emblemática de Brasil al referirse a la grave recesión que el país sufre hace dos años y que redujo significativamente la recaudación de todas las ciudades.
La economía de Brasil sufrió una retracción del 3,8 % en 2015, su peor resultado en 25 años, y, según las últimas proyecciones, se retrocedió otro 3,5 % en 2016, con lo que acumuló dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de 1930.
Crivella, un ingeniero de 59 años, aseguró que las cuentas de la alcaldía de Río no escaparon a esa crisis, pese a que la ciudad consiguió atenuarla como organizadora de los Juegos Olímpicos de 2016, y que tendrá que esforzarse por impedir la quiebra que amenaza a varios gobiernos regionales y municipales de Brasil.
El obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios y senador por el conservador Partido Republicano Brasileño (PRB), una formación que representa a los evangélicos, dijo que, entre los 78 decretos que publicó este domingo en el Diario Oficial del municipio, varios ya prevén recortes de gastos y medidas para ajustar las finanzas a épocas de vacas flacas.
Entre tales medidas destacó la que crea una comisión que revisará todos los incentivos fiscales concedidos por las últimas administraciones para determinar cuáles se justifican, así como la que analizará todas las prebendas recibidas por funcionarios públicos para eliminar las pagas injustificables. Otra medida redujo de 24 a 12 el número de secretarios de su Gabinete en una demostración de que en tiempos de crisis“es el Gobierno el que tiene que dar ejemplo”. Igualmente determinó que la secretaría de Hacienda presente en 60 días un plan para renegociar la deuda pública con los acreedores y la reducción a la mitad de los actuales cargos de confianza. “También le recomendé a todos los secretarios negociar cada contrato y cada gasto para que podamos garantizar la seguridad económica”, dijo.
Crivella instó a los contratistas de la alcaldía a que colaboren para superar la crisis. “Reconozco el lucro como motor de la actividad económica pero el momento recomienda reducir el margen de ganancias”, afirmó el que fuera entre 2012 y 2014 ministro de Pesca del gobierno de la destituida presidenta Dilma Rousseff.
En el discurso Crivella atribuyó su llegada a la alcaldía de Río a un designio de Dios y agradeció a las iglesias evangélicas por haberse unido para impulsar su candidatura. “Quiero agradecer a mis hermanos evangélicos. Más del 90% de los evangélicos de Río votaron por mí. Eso nunca había ocurrido. Tengo que agradecer mucho a todas las iglesias, incluso a los evangélicos que normalmente se alejan de los procesos electorales por entender la Biblia de otra manera”, dijo.
Además, señaló que su llegada a la alcaldía de Río forma parte de un proyecto político de la Iglesia Universal del Reino de Dios, fundada por su tío, el obispo Edir Macedo.
Pese al discurso conservador de su campaña y a sus polémicas manifestaciones contra los homosexuales y en favor de la sumisión de las mujeres, Crivella sorprendió al anunciar un Gabinete de figuras variadas, que incluye varias mujeres y hasta un exguerrillero.
Igualmente, pese a que en el pasado llegó a acusar a la Iglesia Católica de “prácticas demoníacas”, agradeció hoy al arzobispo de Río de Janeiro, Joao Orani Tempesta, por haberle permitido acercarse por primera vez a los católicos durante su campaña.
Un historial homófobo…
Al votar en Copacabana, el religioso prometió dedicarse “a cuidar sobre todo de la salud, educación, transporte y seguridad”. Crivella fue obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios, fundada en 1977 por su tío Edir Macedo. El pastor ha subrayado que, más allá de la vida religiosa, tuvo varios oficios antes de convertirse en senador: ingeniero civil, escritor, oficial de reserva del ejército, taxista, profesor universitario y funcionario. Crivella llegó al cargo de senador en 2002 sin haber participado nunca antes en una elección, en gran parte gracias al voto de los fieles. Desde que comenzó a disputarse la alcaldía de Río en 2004, ha prometido constantemente que la Iglesia Universal no influiría en sus decisiones políticas. Sin embargo, sus declaraciones al respecto son vistas con escepticismo tanto por otros líderes religiosos como por analistas políticos.
Y es que el historial de Crivella es muy desalentador para la población LGTB carioca. El alcalde electo, que tomará posesión en enero, es obispo de la evangélica Iglesia de Universal del Reino de Dios. Tras pasar diez años en África como misionero, escribió el libro Evangelizando a África, en el que califica la homosexualidad de “conducta maligna”, “mal terrible” y “condición lamentable” , y que los gays son víctimas de un “terrible mal”. Dijo, además, que la Iglesia católica “predica doctrinas demoníacas”, mientras que el hinduismo y las religiones africanas albergan “espíritus impuros”. Debido a las repercusiones negativas del texto, durante la campaña electoral tuvo que disculparse por las ofensas que publicara “hace décadas”, “cuando era joven”, después de vivir en un ambiente de guerra y superstición.
En las semanas previas a su elección, Crivella se declaró favorable a las uniones civiles pero no al matrimonio entre personas del mismo sexo, que es legal en Brasil desde 2013. Un cambio respecto a sus posiciones previas, en las que se había mostrado contrario a cualquier reconocimiento de las parejas del mismo sexo. Los antecedentes, sin embargo, no invitan al optimismo.
El pastor Ed René Kivitz, miembro de la Iglesia Bautista del Agua Blanca, dijo a BBC Brasil que la dualidad entre el Crivella religioso y el Crivella político no es más que una “estrategia de campaña”. A pesar de que Crivella intentó desligarse de su papel como miembro de la Iglesia Universal, Kivitz opina que su carrera política se decide “en el horizonte interno de su experiencia religiosa”.
Crivella fue ministro de la Pesca durante el gobierno de Dilma Rousseff y aliado del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (ambos del Partido de los Trabajadores) en varias campañas políticas. No obstante, durante el proceso de impeachment de Rousseff votó “sí” al juicio político de la presidenta.
La elección del pastor evangélico, en una ciudad conocida internacionalmente por sus exuberantes carnavales, ha sido interpretada como otro paso hacia la consolidación del conservadurismo en el país más grande de América Latina. Las preocupaciones apuntan a que su futura gestión agudizará la intolerancia religiosa y dañará la políticas a favor de la equidad de género y los derechos de la comunidad LGTB. Sin embargo, analistas consultados por BBC Brasil creen que algunas alegaciones en cuanto a Crivella son “exageradas”. “Él tuvo que dejar claro que no va a eliminar el Desfile Gay o el carnaval, ni tolerar ningún tipo de persecución hacia las religiones de origen africano”, argumenta Ricardo Ismael, doctor en Ciencias Políticas e investigador de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. “Es una exageración ese tipo de acusación. No sería estratégica para él”, opina Ismael.
La pujanza evangélica, seria amenaza para las personas LGTB
Y es que, a pesar de los avances jurídicos, Brasil sigue registrando un elevado índice de LGTBfobia social, lo que cada año causa la muerte violenta de varios cientos de personas. No es precisamente ajeno a este clima de odio la pujanza del lobby evangélico en ese país, al que en diversas ocasiones hemos hecho referencia (conviene recordar que los evangélicos agrupan ya a un quinto de la población brasileña). Aunque Brasil es el país con más personas católicas del mundo, la comunidad evangélica agrupa al 20% de los brasileños. Entre 2000 y 2010, el número de evangélicos en ese país creció un 61%. La Iglesia Universal, principal denominación Pentecostal en Brasil, es la tercera con más fieles en ese país. . Hace un par de años, por ejemplo, cerca de 100.000 personas convocadas por diversos grupos evangélicos mostraban en Río de Janeiro su oposición al matrimonio igualitario, un derecho reconocido judicialmente en ese país. La convocatoria coincidió con la “Marcha por Jesús”, un evento que anualmente congrega a decenas de miles de fieles evangélicos.
La fuerza de los grupos evangélicos en Brasil también se hizo evidente el nombramiento del diputado homófobo Marco Feliciano como presidente de la Comisión de Derechos Humanos en 2013, cargo que ocupó durante varios meses. Desde ese puesto, Feliciano fue uno de los promotores de una iniciativa para reintroducir las “terapias” reparadoras de la homosexualidad (prohibidas por el Consejo Federal de Psicología de Brasil) que fue retirada solo cuando quedó claro que sería objeto de una contundente derrota en el pleno de la Cámara de Diputados si llegaba a votarse bajo la presión de las fuertes movilizaciones sociales que tenían lugar en Brasil en aquel momento, y en las que participó de forma muy activa el colectivo LGTB.
Pero Feliciano no está solo. Jean Wyllys, el primer diputado abiertamente gay del Parlamento brasileño, denunciaba hace unos meses, a raíz de la masacre homófoba de Orlando, los “delirios homofóbicos” de políticos y líderes religiosos a los que calificaba de “mentirosos” por trasladar “la idea de que gais, lesbianas y transexuales deseamos imponer una ‘ideología de género’ o la ‘cristianofobia’”, advirtiendo que esos discursos “pueden conducir a la barbarie”. Wyllys, que ha llegado a estar amenazado de muerte por su defensa de la igualdad y por su propia orientación homosexual, acusaba directamente a Marco Feliciano, al también diputado Pastor Eurico, al pastor Silas Malafaia, a la psicológa Marisa Lobo y a la pastora y cantante Ana Paula Valadão. También mencionaba a Jair Bolsonaro, que es católico pero defiende la agenda conservadora del Frente Parlamentario Evangélico en el Congreso.
Comentarios desactivados en Marcelo Crivella, polémico obispo evangélico con historial homófobo gana la alcaldía de Río de Janeiro
En una elección turbulenta, rodeada de polémicas, Marcelo Crivella ganó la alcaldía de Río de Janeiro, Brasil.
La homosexualidad es una “conducta maligna”, un “mal terrible” y una “condición lamentable”. Es lo que escribía en su libro Evangelizando a África el alcalde electo de Río de Janeiro, Marcelo Crivella. Obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios, Crivella simboliza la pujanza de los grupos evangélicos en Brasil, portavoces en su mayoría de la LGTBfobia más indisimulada.
El pasado domingo tuvo lugar la segunda vuelta de las elecciones municipales en Río de Janeiro, la segunda mayor ciudad de Brasil. El candidato del conservador Partido Republicano Brasileño (PRB)una organización con once años de trayectoria política. Con el 59% de los votos, Marcello Crivella, se impuso a su rival socialista Marcelo Freixo, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), por cerca de veinte puntos porcentuales. La derecha conquista así otro importante bastión de poder tras desalojar a la presidenta Dilma Rousseff el pasado mes de agosto mediante un procedimiento de impeachment.
Al votar en Copacabana, el religioso prometió dedicarse “a cuidar sobre todo de la salud, educación, transporte y seguridad”. Crivella fue obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios, fundada en 1977 por su tío Edir Macedo. El pastor ha subrayado que, más allá de la vida religiosa, tuvo varios oficios antes de convertirse en senador: ingeniero civil, escritor, oficial de reserva del ejército, taxista, profesor universitario y funcionario. Crivella llegó al cargo de senador en 2002 sin haber participado nunca antes en una elección, en gran parte gracias al voto de los fieles.
Desde que comenzó a disputarse la alcaldía de Río en 2004, ha prometido constantemente que la Iglesia Universal no influiría en sus decisiones políticas. Sin embargo, sus declaraciones al respecto son vistas con escepticismo tanto por otros líderes religiosos como por analistas políticos.
Y es que el historial de Crivella es muy desalentador para la población LGTB carioca. El alcalde electo, que tomará posesión en enero, es obispo de la evangélica Iglesia de Universal del Reino de Dios. Tras pasar diez años en África como misionero, escribió el libro Evangelizando a África, en el que califica la homosexualidad de “conducta maligna”, “mal terrible” y “condición lamentable” , y que los gays son víctimas de un “terrible mal”. Dijo, además, que la Iglesia católica “predica doctrinas demoníacas”, mientras que el hinduismo y las religiones africanas albergan “espíritus impuros”. Debido a las repercusiones negativas del texto, durante la campaña electoral tuvo que disculparse por las ofensas que publicara “hace décadas”, “cuando era joven”, después de vivir en un ambiente de guerra y superstición.
En las semanas previas a su elección, Crivella se declaró favorable a las uniones civiles pero no al matrimonio entre personas del mismo sexo, que es legal en Brasil desde 2013. Un cambio respecto a sus posiciones previas, en las que se había mostrado contrario a cualquier reconocimiento de las parejas del mismo sexo. Los antecedentes, sin embargo, no invitan al optimismo.
El pastor Ed René Kivitz, miembro de la Iglesia Bautista del Agua Blanca, dijo a BBC Brasil que la dualidad entre el Crivella religioso y el Crivella político no es más que una “estrategia de campaña”. A pesar de que Crivella intentó desligarse de su papel como miembro de la Iglesia Universal, Kivitz opina que su carrera política se decide “en el horizonte interno de su experiencia religiosa”.
Crivella fue ministro de la Pesca durante el gobierno de Dilma Rousseff y aliado del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (ambos del Partido de los Trabajadores) en varias campañas políticas. No obstante, durante el proceso de impeachment de Rousseff votó “sí” al juicio político de la presidenta.
La elección del pastor evangélico, en una ciudad conocida internacionalmente por sus exuberantes carnavales, ha sido interpretada como otro paso hacia la consolidación del conservadurismo en el país más grande de América Latina. Las preocupaciones apuntan a que su futura gestión agudizará la intolerancia religiosa y dañará la políticas a favor de la equidad de género y los derechos de la comunidad LGTB. Sin embargo, analistas consultados por BBC Brasil creen que algunas alegaciones en cuanto a Crivella son “exageradas”. “Él tuvo que dejar claro que no va a eliminar el Desfile Gay o el carnaval, ni tolerar ningún tipo de persecución hacia las religiones de origen africano”, argumenta Ricardo Ismael, doctor en Ciencias Políticas e investigador de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro. “Es una exageración ese tipo de acusación. No sería estratégica para él”, opina Ismael.
La pujanza evangélica, seria amenaza para las personas LGTB
Y es que, a pesar de los avances jurídicos, Brasil sigue registrando un elevado índice de LGTBfobia social, lo que cada año causa la muerte violenta de varios cientos de personas. No es precisamente ajeno a este clima de odio la pujanza del lobby evangélico en ese país, al que en diversas ocasiones hemos hecho referencia (conviene recordar que los evangélicos agrupan ya a un quinto de la población brasileña). Aunque Brasil es el país con más personas católicas del mundo, la comunidad evangélica agrupa al 20% de los brasileños. Entre 2000 y 2010, el número de evangélicos en ese país creció un 61%. La Iglesia Universal, principal denominación Pentecostal en Brasil, es la tercera con más fieles en ese país. . Hace un par de años, por ejemplo, cerca de 100.000 personas convocadas por diversos grupos evangélicos mostraban en Río de Janeiro su oposición al matrimonio igualitario, un derecho reconocido judicialmente en ese país. La convocatoria coincidió con la “Marcha por Jesús”, un evento que anualmente congrega a decenas de miles de fieles evangélicos.
La fuerza de los grupos evangélicos en Brasil también se hizo evidente el nombramiento del diputado homófobo Marco Feliciano como presidente de la Comisión de Derechos Humanos en 2013, cargo que ocupó durante varios meses. Desde ese puesto, Feliciano fue uno de los promotores de una iniciativa para reintroducir las “terapias” reparadoras de la homosexualidad (prohibidas por el Consejo Federal de Psicología de Brasil) que fue retirada solo cuando quedó claro que sería objeto de una contundente derrota en el pleno de la Cámara de Diputados si llegaba a votarse bajo la presión de las fuertes movilizaciones sociales que tenían lugar en Brasil en aquel momento, y en las que participó de forma muy activa el colectivo LGTB.
Pero Feliciano no está solo. Jean Wyllys, el primer diputado abiertamente gay del Parlamento brasileño, denunciaba hace unos meses, a raíz de la masacre homófoba de Orlando, los “delirios homofóbicos” de políticos y líderes religiosos a los que calificaba de “mentirosos” por trasladar “la idea de que gais, lesbianas y transexuales deseamos imponer una ‘ideología de género’ o la ‘cristianofobia’”, advirtiendo que esos discursos “pueden conducir a la barbarie”. Wyllys, que ha llegado a estar amenazado de muerte por su defensa de la igualdad y por su propia orientación homosexual, acusaba directamente a Marco Feliciano, al también diputado Pastor Eurico, al pastor Silas Malafaia, a la psicológa Marisa Lobo y a la pastora y cantante Ana Paula Valadão. También mencionaba a Jair Bolsonaro, que es católico pero defiende la agenda conservadora del Frente Parlamentario Evangélico en el Congreso.
Comentarios desactivados en Repunte de homofobia a pocas semanas de la inauguración de los JJ.OO. de Río de Janeiro
El activismo brasileño lanza un grito contra la creciente LGTBfobia a menos de un mes del comienzo de las Olimpiadas de Río
Tres crímenes de odio al colectivo LGTB hacen sonar las alarmas de la homofobia en Brasil a pocas semanas de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
El próximo 5 de agosto tendrá lugar la apertura oficial de los Juegos de Río 2016. El estado de las infraestructuras, el descontento social, la corrupción política, el virus del Zika, la contaminación de las aguas… son solo algunos de los temas que viene recogiendo la prensa generalista a colación de las Olimpiadas durante las últimas semanas, sin olvidar las noticias puramente deportivas. Sin embargo, desde dosmanzanas queremos hacernos eco de la llamada de atención del activismo LGTB brasileño, hostigado por la intolerancia, la violencia e incluso la muerte. Prácticamente cada día en Brasil es asesinada una persona trans o un hombre homosexual. Entretanto, políticos y líderes religiosos (sobre todo evangélicos) alientan el odio y la discriminación, obviando la responsabilidad de sus mensajes y acciones…
A pocas semanas del comienzo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro además del temor al virus del Zika, la carencia de infraestructuras y el aumento de la delincuencia en Brasil, tenemos que sumar una oleada de violencia contra homosexuales y transexuales. Se ha informado de tres asesinatos recientes, cuyas víctimas eran gays o transexuales, quienes no fueron víctima de ningún robo, indicando que fueron víctimas de crímenes de odio, para los que la policía tampoco parece haberse molestado en detener a ningún sospechoso.
La realidad de la comunidad LGTB en Brasil es muy preocupante, especialmente entre las facciones más vulnerables y con menos recursos. El país carioca es un ejemplo claro de que la conquista de ciertos derechos reconocidos (como la aprobación del matrimonio igualitario en 2013) no son un sinónimo instantáneo de la igualdad real. Incluso algunos líderes políticos, que mostraron en un principio su abierto apoyo a los derechos LGTB, han ido modulando su discurso para evitar la pérdida de apoyos; recordemos el caso de la candidata socialista Marina Silva.
Lo cierto es que la nación brasileña acumula más de 1600 asesinatos a personas LGTB en los últimos cuatro años y medio. Y esta es solo la punta del iceberg, ya que muchas agresiones o no se denuncian o no se contabilizan como crímenes de odio LGTBfóbico. Varios asesinatos homófobos ocurridos durante las últimas semanas ponen de manifiesto la necesitad de políticas específicas contra el odio y la violencia, como reclaman las asociaciones igualitarias y las organizaciones de derechos humanos.
Edivaldo Silva de Oliveira y Jeovan Bandeira
La misma semana en la que se produjo la masacre homófoba de Orlando, los profesores gais Edivaldo Silva de Oliveira y Jeovan Bandeira eran brutalmente asesinados en Bahía. Los maestros, personas respetadas y queridas por su entorno, fueron encontrados en el maletero del coche de Silva en la carretera BA-120. El vehículo y los cuerpos estaban carbonizados. Gabriel Figuera Lima, de 21 años de edad, apareció en una calle de Amazonia con un cuchillo en el cuello. Unos días antes, en el estado costero de Bahía, los cuerpos de profesores, Edivaldo Silva de Oliveira y Jeovan Bandeira, fueron encontrados carbonizados en el maleteros de un coche en llamas. A finales del mes de junio, Wellington Júlio Mendonça de Castro, de 24 años de edad, era apaleado y apedreado en una carretera al noroeste de Río. El Grupo Gay de Bahía (GGB), la organización brasileña más antigua en la defensa de los derechos LGTB, denuncia que estos crímenes son sólo la punta del iceberg porque, según ellos, cerca de 1600 personas han muerto por ataques motivados por homofobia en los últimos cuatro años en Brasil.
Pero detrás de cada víctima hay una historia. Una de las más recientes que se conoce es la de “Pandora”, la mujer trans asesinada en el centro de São Sebastião el pasado fin de semana. La víctima salía de un bar cuando recibió varias puñaladas por parte de un hombre desconocido. Por cierto, no ayuda mucho el tratamiento que algunos medios de comunicación generalistas de Brasil dan a la orientación sexual y a la identidad de género. Al documentar el caso de “Pandora” encontramos que varios medios se refieren a ella desde “hombre homosexual” hasta “travesti”, aunque la Red Trans de Brasil sí la reconoce como una víctima transexual.
En Brasil las víctimas de este tipo de crímenes sufren dos tipos de discriminación, la de sus agresores y la de la policía, además de que las cifras ni siquiera son fiables porque muchos crímenes ni siquiera son reportados. A esto añadimos el aumento de la popularidad de los políticos conservadores y evangélicos, que se resisten a una legislación progresiva que fomente la tolerancia y el respeto desde la escuela.
Este repunte de homofobia no deja de ser contradictorio si tenemos en cuenta que Río de Janeiro tiene una larga tradición de ser un destino habitual para la comunidad LGTB en Sudamérica y refugio para personas transexuales que acuden a realizar sus operaciones quirúrgicas. A mediados de los años 90, Brasil fue uno de los primeros países en ofrecer medicación antirretroviral gratuita para personas infectadas con el VIH, y en 2003 se convierte en el primer país latinoamericano en reconocer el matrimonio igualitario. Pero esta ola de violencia homofóbica pone en tela de juicio esta actitud progresista, además de que el país se encuentra en plena recuperación de una recesión, enfrentándose al desempleo y un proceso de destitución contra su presidenta, Dilma Rousseff.
La «violencia homofóbica ha alcanzado niveles de crisis, y es cada vez peor», declara Jandira Queiroz, coordinador de movilización de Amnistía Internacional Brasil, donde la delincuencia callejera se ha incrementado este año hasta un 24 % y los homicidios un 15 %, dejándose sentir con mayor peso en la comunidad LGTB. Al igual que muchos atletas y personalidades se pronunciaron en contra de las políticas homofóbicas de Rusia, durante los Juegos de Invierno de Sochi, en 2014, se espera que se realcen protestas a medida que llegue la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el 5 de agosto.
Precaución a los turistas LGTB que acudan a las Olimpiadas
Ante este panorama, algunos medios LGTB internacionales recomiendan “prudencia” y “precaución” a los turistas y aficionados LGTB que viajen a Río de Janeiro para disfrutar de las Olimpiadas. Aunque se garantice la seguridad en las inmediaciones de los recintos deportivos y se incremente la presencia policial en Ipanema, Copacabana y en las zonas más turísticas, conviene evitar los barrios conflictivos y las áreas más desprotegidas, sobre todo yendo solos.
En todo caso, los Juegos de Río son una oportunidad para poner el foco en los problemas de las personas LGTB de Brasil (como se está haciendo con la violencia en general, con la utilización de los recursos públicos por parte de los gobernantes o con la crisis sanitaria y medioambiental). Al fin y al cabo, cuando pasen los Juegos Olímpicos, por desgracia, los brasileños LGTB tendrán que seguir haciendo frente al estigma, a los discursos de odio y a la violencia LGTBfóbica.
Evangélicos contra la igualdad en Brasil
Los representantes públicos evangélicos se han convertido en uno de los voceros más críticos con la igualdad de las personas LGTB en los últimos años en Brasil. Jean Wyllys, el primer diputado abiertamente gay del Parlamento brasileño, publicaba en su cuenta de Facebook (a raíz de la execrable matanza de Orlando) un post en el que denunciaba los “delirios homofóbicos” de políticos y líderes religiosos, a los que califica de “mentirosos” por trasladar “la idea de que gais, lesbianas y transexuales deseamos imponer una ‘ideología de género’ o la ‘cristianofobia’” y advertía que esos discursos “pueden conducir a la barbarie”.
Wyllys, que ha llegado a estar amenazado de muerte por su defensa de la igualdad y por su propia orientación homosexual (como publicaba dosmanzanas en 2011), acusa directamente a los diputados Marco Feliciano, Eurico Pastor, además del pastor Silas Malafaia, Marisa Lobo y a la pastora y cantante Ana Paula Valadão. También mencionaba a Jair Bolsonaro, que es católico pero defiende la agenda conservadora del Frente Parlamentario Evangélico en el Congreso. “El fundamentalismo religioso (islámico en este caso, pero también existente en otras religiones, tal como lo conocemos en Brasil) es fuente de odio contra las personas LGBT”, argumenta el diputado Wyllys.
El recalcitrante homófobo Marco Feliciano, también a través de su cuenta de Facebook, respondía a la acusación alegando que “es lamentable el grado de psicopatía de los seres humanos en este siglo. El Estado Islámico también es responsable de la muerte de más de 150 mil cristianos”. Feliciano, miembro del PSC (Partido Social Cristiano de Brasil), fue nombrado presidente de la comisión de Derechos Humanos en 2013 pese a contar entre sus antecedentes con declaraciones abiertamente racistas y homófobas.
Asimismo, Feliciano también es recordado por ser uno de los promotores de una iniciativa para reintroducir en Brasil las “terapias” reparadoras de la homosexualidad, que fue retirada cuando quedó claro que sería objeto de una contundente derrota en el pleno de la Cámara de Diputados si llegaba a votarse bajo la presión de las movilizaciones sociales que tenían lugar en ese momento, en las que participó de forma muy activa el colectivo LGTB.
Incluso otros destacados pastores evangélicos, como el profesor universitario Roberlei Panasiewic o el teólogo de la Asamblea de Dios José Gonçalves, se han distanciado de las posturas extremistas de Feliciano y lo han calificado de “fundamentalista”.
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Hidekazu Takayama, uno de los 70 diputados promotores de esta iniciativa homófoba
Con la etiqueta #NuestraFamiliaExiste, cientos de usuarios publicaron en la red fotos y mensajes de apoyo a la diversidad familiar: hijos de madres solteras, parejas homosexuales con hijos adoptivos, matrimonios sin hijos, nietos con abuelos…
Un grupo de diputados que compatibilizan su función pública con otros cargos en instituciones religiosas se anotó este mes una importante victoria: la aprobación en una comisión parlamentaria del Estatuto de la Familia que, al igual que la Constitución, define la familia como la unión estable entre un hombre y una mujer y le reserva a ese modelo la protección del Estado en salud, educación y seguridad, entre otros. La votación fue abrumadora: 17 a favor y 5 en contra.
Si el proyecto llegase a convertirse en ley, un juez podría negar esos derechos hoy vigentes para uniones estables del mismo sexo pese a que la Corte Suprema las considerara una entidad familiar, alegando que la Constitución prohíbe discriminar ciudadanos por su preferencia sexual.
“Satanás está riéndose, desordenando la estructura de la familia, con los fuertes argumentos de los derechos humanos de la mujer moderna”, había reflexionado Takayama en su cuenta de Facebook algunos días antes de la votación.
Analistas concuerdan que Brasil tiene hoy el Congreso más conservador de la historia reciente del país, que impulsa una pauta contraria a los planes del gobierno de izquierda y que también aboga por la reducción de la edad penal a 16 años, mayores castigos en los casos de aborto y la liberación del porte de armas.
Una decisión de la Corte Suprema de 2011 equiparó en la práctica los derechos de las parejas homosexuales con los de las heterosexuales, otorgándoles acceso a la adopción, herencia y pensión por muerte.
La unión entre personas del mismo sexo es rechazada por el 53% de los brasileños, que tampoco concuerda con la adopción de niños por parte de parejas homosexuales.
Tras la votación del Estatuto, el diputado de izquierda Jean Wyllys, conocido activista por los derechos de la comunidad LGBT, convocó una campaña por las redes sociales en contra de la medida. Con la etiqueta #NuestraFamiliaExiste, cientos de usuarios publicaron en la red fotos y mensajes de apoyo a la diversidad familiar: hijos de madres solteras, parejas homosexuales con hijos adoptivos, matrimonios sin hijos, nietos con abuelos…
“¿Qué país ese este? ¿Qué sociedad estamos construyendo?”, se preguntó Carlos Bacelar, uno de los diputados que se opuso al Estatuto, e ironizó: “Tal vez sería más fácil sustituir la Constitución por la Biblia“.
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