“Celebrar a Cristo Rey es vivir el reinado del servicio a los últimos”, por Consuelo Vélez
De su blog Fe y Vida:
En la fiesta de Cristo Rey Jesús contrasta el mundo del creer y del no creer, del reino y del anti reino, del discipulado o del rechazo a la llamada
El Cristo Rey es el que realiza la plenitud del servicio, de la misericordia, de la inclusión
Es tarea de nosotros, como discípulos, testimoniar el verdadero reinado con nuestras palabras y obras.
Entonces Pilato entró de nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo:
– ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Respondió Jesús:
+ ¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?
– Pilatos respondió:
– ¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí ¿Qué has hecho?
Respondió Jesús:
+ Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos. Pero mi Reino no es de aquí.
Entonces Pilato le dijo:
– ¿Luego tú eres rey?
Respondió Jesús:
+ Si, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz
(Jn 18, 33-37).
Este domingo se concluye el ciclo litúrgico con la festividad de Cristo Rey. Siguiendo el evangelio de Juan -muy distinto de los evangelios sinópticos- va a quedar en evidencia quién es Jesús, por qué se le juzga y porque será crucificado. Conocemos que Pilatos les dijo a las autoridades religiosas judías, cuando le entregaron a Jesús, que lo juzgaran según su Ley, pero ellos adujeron que no podían aplicar la pena de muerte y Jesús era un malhechor (Jn 18, 29-32). Entonces Pilatos entra nuevamente a interrogar a Jesús y el diálogo gira en torno al “reinado”, causa civil que podría juzgar Pilato. Pero es ahí donde se devela la diferencia de planos en los que se sitúan. Pilatos habla de los reyes de este mundo y Jesús deja claro que su reinado es distinto. Explícitamente dice que su reino es de paz, de lo contrario hubieran combatido para que no lo apresaran. También dice que su reino es un reino de verdad. En este punto es importante entender que en la Biblia la verdad no es una palabra que se conforma con la realidad sino con la alianza. En ese sentido, la verdad es fidelidad, lealtad, amor. Por lo tanto, lo que revela este interrogatorio es lo que ha estado presente en el evangelio de Juan desde el inicio: creer o no creer en Jesús es el verdadero juicio. Y aquí Jesús se afirma como aquel que esta testimoniando la verdad frente a la cual algunos la aceptan -escuchan su voz- y otros la rechazan.
Es importante entender que al hablar de dos reinos no se está refiriendo al mundo de lo sagrado y de lo profano, o de lo religioso y de lo secular. Jesús no habla de otro mundo distinto al único mundo en que vivimos, sino a la actitud que se toma en ese mundo: la de creer en los valores del reino, la de creer en Él o la de rechazarlo. El mundo de la luz es el reinado de Dios que se comienza a vivir en la historia concreta. El mundo de las tinieblas son los antivalores al reino que también se viven en el aquí y ahora. Jesús contrasta, entonces, el mundo del creer y del no creer, del reino y del anti reino, del discipulado o del rechazo a la llamada.
La fiesta de Cristo Rey, por lo tanto, no significa celebrar a Jesús al estilo de los reyes del mundo, con sus valores, estilos, poder y majestuosidad. El Cristo Rey es el que realiza la plenitud del servicio, de la misericordia, de la inclusión, en otras palabras, de las bienaventuranzas donde los primeros son los pobres y no está lejana la persecución por parte de tantos que no aceptan este actuar de Dios. Lamentable que las imágenes que tenemos de Cristo Rey revelan más la majestuosidad de los reyes de este mundo que el reinado que testimonio Jesús con sus palabras y obras. Es tarea de nosotros, como discípulos, testimoniar el verdadero reinado con nuestras palabras y obras.
(Foto tomada de: https://www.almudi.org/noticias-articulos-y-opinion/16685-jesucristo-se-hizo-pobre-por-nosotros-cfr-2co-8-9)
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