DOMUND: Dios no dice cosas doctrinales, se dice a sí mismo: bondad
Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:
01.- Domund: Día de las misiones.
En nuestro sentido cristiano misión es anunciar el evangelio de JesuCristo.
El mismo Jesús iba predicando la buena noticia por los pueblos y aldeas a todas las gentes. Jesús envió a los suyos a anunciar el Evangelio: Id por todo el mundo y predicad el evangelio.
El libro de los Hechos de los Apóstoles es como una historia breve historia de los primeros pasos de las comunidades cristianas y nos ofrece un reflejo de la misión de la iglesia por todos los pueblos del mar Mediterráneo.
S Pablo en tres grandes viajes misionales abrió el cristianismo de origen judío a los gentiles de cultura pagana (greco-romana) del Imperio romano.
Más adelante, en la Edad Media (siglos VI-VIII), el Evangelio fue impregnando el norte de Europa.
A partir de 1.500 el Evangelio se expande hacia la recién “descubierta” América Latina, hacia Oriente (India, China…) (Recordemos a nuestro San Francisco Javier. Jesuitas, Franciscanos, etc.). Más adelante en los siglos XVIII y XIX el Evangelio se va introduciendo en África, (Padres Blancos, Combonianos, Consolata). Las misiones diocesanas nacen a mediados del siglo XX, etc.)
02.- La iglesia no es una ONG.
El día de las misiones, domund, y otras jornadas misionales: misiones diocesanas, infancia misionera, clero nativo, etc. casi han quedado reducidas a la colecta que se hace para enviar un dinero, unos bienes a determinados lugares. Eso ya lo hacen -y bien- las diversas ong que existen hoy en día. Pero la Iglesia no es una ong. La Iglesia, el creyente misiona, evangeliza.
Una jornada misional en una comunidad cristiana es celebrar, disfrutar con gozo el evangelio que hemos recibido y transmitirlo en el modo y manera que nos sea posible.
El punto de partida de un día misional es la buena noticia de Jesucristo: el evangelio de salvación.
Siempre, pero más en una jornada misional es bueno, nos hace bien percibir el evangelio como la experiencia de sentirse amado por Dios. El evangelio del Señor es una alegría (salvación). Y porque es salvífica transmitimos la buena noticia.
Al mismo tiempo, una jornada misionera, es sentirnos en comunión de fe con los hermanos cristianos “dispersos” por toda la tierra. Es hermoso saber que personas de todo el mundo, de toda raza y cultura vivimos en la misma longitud de onda cristiana.
- Somos hermanos de sencillas pero muy vivas comunidades africanas atendidas muchas de ellas por un catequista nativo africano. Muchas de estas comunidades no tienen sacerdotes, pero tienen evangelio y fe.
- Comunidades en Latinoamérica alentadas por el espíritu eclesial vivido desde los pobres, (Teología de la Liberación) con el testimonio de tantos mártires.
- Comunidades del lejano mundo oriental en cuyas tradiciones y religiones hay semillas de la Palabra también creen en el Señor.
- Podemos sentirnos cercanos a los cristianos hermanos perseguidos en Nicaragua, China, en algunos países islámicos: son hermanos nuestros en la fe y en la esperanza.
- Quizás conocemos alguna iglesia, alguna misión, tal vez conocemos a algunos misioneros familiares, compañeros, amigos…
En este día misional seamos solidarios en la fe. Nos une la misma fe. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, una misma esperanza…
03.- Procuremos misionar – Evangelizar
Una jornada misional nos recuerda a nosotros mismos la tarea de comunicar, de transmitir esa buena nueva.
El Evangelio es bueno y merece la pena comunicarlo.Pero, ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído?
Quizás nosotros mismos hoy en día hemos de ser evangelizados y lo hemos olvidado.
Allá por 1943 se publicó con gran escándalo un libro en Francia: Francia país de misión. Nos podemos aplicar la versión ¿Dónde queda la España católica? y el “euskaldun fededun”?
Hoy la misión, las misiones las tenemos en casa.
La misma vida pastoral de nuestra diócesis no es evangelizadora, misionera, sino ritualista, sacramentalista. En este sentido las sencillas iglesias y comunidades africanas son y viven más ágilmente que nosotros. No tienen clero (la iglesia nació sin curas) pero sus sencillos catequistas nativos convocan y mantienen como pueden pero con gran fe la comunidad cristiana.
¿No nos hace falta también a nosotros anunciar el evangelio de JesuCristo a nuestros niños, a los jóvenes, como consuelo a nuestros mayores y enfermos?
03.- La misión es una hermosa tarea eclesial.
Misionar es anunciar la bondad y la misericordia del Señor. El papa Francisco habla con alguna frecuencia de curar heridas y siempre habla de misericordia.
El Evangelio hace bien, en el evangelio se está bien. Pero no confundamos la buena noticia con los sistemas religiosos.
Demos gracias a Dios por el evangelio que hemos recibido y que guía nuestra vida.
Dejemos de lado lo que no sea evangelio, lo que no sea expresión de la misericordia de Dios.
Dice el profeta Isaías: ¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el bien!
Id por todo el mundo y predicad la bondad de Dios
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