El Sínodo necesita escuchar historias de florecimiento de la comunidad LGBTQ+, escribe un teólogo
“Incluso si otros eligen vivir con escamas sobre los ojos, los católicos LGBTQ+ pueden ver al Espíritu creando y renovando”, escribe Nick Fagnant en un ensayo para Commonweal sobre el Sínodo sobre la Sinodalidad, que concluye el mes próximo.
Fagnant, estudiante de doctorado en teología en el Boston College, se propone ver si el Sínodo sobre la Sinodalidad, cuya asamblea mundial final se celebrará en octubre, cumple las promesas del Vaticano II, que llamó a todos los fieles a participar plenamente en la renovación de la iglesia. Analiza tanto la promesa del Sínodo como las formas en que no ha logrado una inclusión significativa para las personas LGBTQ+ y sus aliados.
El autor señala que, si bien el énfasis del Papa Francisco en escuchar y consultar puede verse como una señal esperanzadora de que las voces LGBTQ+ pueden ser escuchadas y respetadas, Fagnant cree que los dos documentos más recientes del Vaticano dirigidos a las personas LGBTQ+, Fiducia Suplicans y Dignitas Infinita, “muestran poca (si es que hay alguna) evidencia de consulta a los realmente afectados por los documentos”. El magisterio aún tiene que incorporar de manera significativa el espíritu de sinodalidad en su propio desarrollo de la doctrina.
Fagnant especula que el miedo –es decir, el miedo al escándalo– impide que la iglesia institucional abrace plenamente los dones de sus miembros LGBTQ+. Escribe:
“¿Qué pasaría si la Iglesia pensara de manera diferente sobre el escándalo? Los teólogos cristianos nos recuerdan que la historia de la salvación y el Evangelio mismo son ‘escandalosos’: Dios entra en la historia humana en un tiempo y lugar particular, en, con y a través de la persona particular de Jesucristo, cuya crucifixión y resurrección también ‘dio escándalo’ y dio a luz a la Iglesia”.
En definitiva, Fagnant llama a la Iglesia a ir más allá de las cuestiones de escándalo y de la opinión pública, diciendo que “el mandato de tratar a las personas LGBTQ+ con el amor de Cristo revelado en el Evangelio no debería ser un tema de discusión, y mucho menos un debate”.
El trabajo del Sínodo se basa en la creencia de que el Espíritu Santo está vivo y activo en el mundo de hoy, a través de todos y cada uno de los miembros de los fieles. Fagnant nos recuerda que el Sínodo no es sólo un faro de esperanza –y a veces de decepción– para los católicos LGBTQ+; es una invitación a vivir una vocación sagrada. “La gracia del Bautismo y la incorporación al Cuerpo de Cristo llama a los católicos LGBTQ+ a asumir un papel profético dentro del Pueblo de Dios”, afirma.
Fagnant propone que este papel profético sea el de un testimonio valiente, compartiendo historias de nuestras vidas de fe:
“En lugar de más historias de sufrimiento, ¿qué pasaría si, antes de la próxima asamblea de octubre, los participantes del Sínodo escucharan historias proféticas del florecimiento de la comunidad LGBTQ+?”
Fagnant llama a los católicos LGBTQ+ a dar su voz de testimonio no solo de sus “dolores y angustias”, sino también de sus “alegrías y esperanzas”, y agrega:
“No podemos controlar cómo el resto de la Iglesia decide vernos, pero podemos elegir vivir con valentía, encarnando el amor profético e iluminando nuestro viaje colectivo hacia una Iglesia renovada”.
—Ariell Watson Simon (ella), New Ways Ministry, 29 de agosto de 2024
Fuente New Ways Ministry
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