¡Cristo espera y nadie se mueve! (San Cayetano)
Del blog de Alfonso J. Olaz El rincón del peregrino:
para creer en el hombre…
Y en la alargada esperanza,
Y no digamos que el Evangelio no se puede vivir,
¡Hermano mío, hermano tuyo!
Hermano
¡Pobre y desvalido!
¡Dónde te acomodaré en esta noche!
Que de un cuarto no dispongo
Y el patrón hoy no me ha pagado mi salario,
Y él me ha contestado:
Ven conmigo, amigo mío.
Tú vives en mi Reino
Acompáñame:
Y te mostraré el lugar que te tengo reservado,
Porque tú, aun no teniendo nada,
y me has mostrado tu corazón.
Y él me hizo subir a lo alto de la montaña,
Y vi y entendí el corazón del hombre. ¡Qué pobre es,
Qué pobre Dios mío!
Y en su saciedad,
¡Qué pobre es el corazón del hombre,
que pobre es Dios mío!
Y luego me hizo ver el Corazón gigante de Él,
y juntó a su mano con la mía,
Y al instante vi cómo sangraba,
Qué Grande es!
¡Hay muchos que tienen poco,
y no me reciben en su casa!
¡Hay muchos que tienen mucho,
y no me reconocen!
¡Pero hay, los que tienen corazón de carne,
esos, esos, son los imprescindibles!
Del Evangelio a la Vida
De la Vida al Evangelio
*
Alfonso J. Olaz
***
Comentarios recientes