La paz, fruto de la justicia I
Análisis de la violencia
FernandoBermúdez, misionero,
San Marcos (GUATEMALA).
ECLESALIA, 12/04/24.- Vivimos en un mundo en donde, aún en medio de múltiples manifestaciones de fraternidad, solidaridad y generosidad, aparecen expresiones de odio y actitudes violentas, atentados terroristas, guerras y genocidios.
Hay violencia delincuencial y violencia estructural. Me voy a detener en esta última, aunque ciertamente, la violencia delincuencial emana de las estructuras injustas. La desigualdad social y la injusticia engendran violencia. Es por eso que es necesario visualizar las tres grandes modalidades de violencia existentes en la sociedad:
A. Violencia estructural o institucionalizada
Es la violencia del sistema socioeconómico y político. El capitalismo neoliberal de tendencia colonialista e imperialista es en sí mismo violento en cuanto que es un sistema que divide a los ciudadanos en dos clases sociales: por un lado los grandes adinerados, banqueros y las compañías transnacionales; y por otro lado están los trabajadores oprimidos, los pobres, excluidos y marginados. Esta violencia es ejecutada por las fuerzas de seguridad, ejército y policía, quienes utilizan la represión para mantener el “orden” que beneficia a la clase dominante. Sus políticos aprueban leyes que benefician al explotador, sus tribunales de justicia favorecen al poderoso y condenan al humilde. Utilizan la educación y los medios de comunicación para engañar a la población con un patrioterismo y nacionalismo barato. Con frecuencia utilizan la religión como un medio para adormecer la conciencia del pueblo en función de sus intereses económicos, por eso descalifican a los religiosos (laicos y laicas, obispos y sacerdotes) que, siguiendo el evangelio de Jesús, optan por la liberación de los pobres, la justicia y la fraternidad.
B. Violencia subversiva
Es provocada como respuesta a la violencia institucionalizada del sistema dominante después de que se cerraran todas las puertas por la vía política para el logro de una sociedad justa y democrática. Es conocida como violencia subversiva o revolucionaria, propia de los oprimidos. Busca realizar una transformación profunda de las estructuras socioeconómicas y políticas para combatir la desigualdad, el hambre, el analfabetismo y la marginación en que se encuentran las mayorías de la sociedad. Elabora un proyecto de estado social realizable capaz de generar una nueva sociedad que acabe con la situación de injusticia y violencia. Hay otro tipo de violencia que no es tanto subversiva sino respuesta inconsciente al sistema dominante, manifestada en actitudes de rebeldía y de agresividad.
C. Violencia represiva
Las autoridades y los privilegiados se alarman ante la presencia y acciones violentas de los subversivos, a quienes califican de “agitadores”, “comunistas”, “terroristas” y enemigos del orden. Utilizan los secuestros de líderes, torturas, asesinatos, masacres, guerra sucia… Casi toda América Latina tiene una triste experiencia de esta violencia bajo los regímenes militares apoyados por el gobierno de Estados Unidos. En Guatemala se bombardearon aldeas enteras, masacrando a sus pobladores, hombres, mujeres y niños, dejando decenas de miles de muertos. Asimismo, hicieron en El Salvador. En estos dos países los militares, al servicio del sistema, asesinaron a líderes religiosos: dos obispos, Óscar Romero y Juan Gerardi, multitud de sacerdotes, entre estos a los jesuitas de la Universidad Centroamericana, y a centenares de catequistas, porque defendían a los pobres como hizo Jesús, y exigían un cambio de estructuras sociales justas y humanas.
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