De la sinagoga a casa de Pedro, siempre con fiebre.
Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:
01.- DE LA SINAGOGA A CASA DE PEDRO.
No se trata de salir de la sinagoga e ir a casa: Jesús está en la sinagoga, sale y va a casa de Pedro… No es esa la cuestión.
Como todo en los evangelios, también la geografía, los lugares, los números, los símbolos tienen un sentido más hondo, más teológico.
Jesús sale de la sinagoga, se marcha del viejo sistema del AT, de la ley… Jesús sale de la sinagoga y “va” a casa de Pedro, a la familia de Pedro que es la “asamblea eclesial”, la iglesia naciente.
La familia de Pedro es la Iglesia. (La familia del papa Francisco es la Iglesia…).
Jesús sale, pasa del AT al NT, de la ley a la libertad, del poder al servicio.
02. PEOR EL REMEDIO QUE LA ENFERMEDAD.
La familia de Pedro es la comunidad cristiana naciente la Iglesia. Jesús se encuentra ahora en “familia”, entre los suyos, incluso con los más íntimos, dice el evangelio: Pedro, Santiago y Juan. Pero resulta que los suyos, la suegra de Pedro, tiene fiebre. (en griego: piros: fuego: (piresousa: pirotecnia, pirómano, pirolisis, pira, etc…).
El fuego, la fiebre es de poder. Parece ser que Pedro, su familia y parte del grupo de discípulos de Jesús tenían ansiedad violenta de poder para expulsar a los romanos como fuere, -zelotismo-. Algunos de aquellos discípulos pretendían ocupar las primeras carteras del futuro e inmediato Reino o gobierno que Jesús iba a instaurar. La familia de Pedro, la línea eclesial de Pedro tenía fiebre, fuego por el poder.
Y va a resultar que es peor el remedio que la enfermedad: va a ser peor la casa de Pedro con su fiebre de poder, que la sinagoga.
03. LO DE JESÚS NO ES EL PODER.
Porque lo de Jesús no es el poder, Jesús no tiene poder, sino una bondadosa autoridad.
Lo de Jesús no es instaurar un sistema religioso de “ordeno y mando, hago saber y os vais a enterar”.
Tampoco es un asunto racial, nacional. Mi Reino no va por etnias, ni fronteras, ni por economía o escaños parlamentarios, ni por poder eclesiástico.
En resumidas cuentas: “mi reino no es como los de este mundo”, (Juan 18,36), pues “ya sabéis que los príncipes de la tierra tiranizan y oprimen a los suyos y entre vosotros no puede ser así, sino que el que quiera ser el mayor que sirva a los demás”, (Mateo 20,25).
04. “EXTRAÑAMENTE” DOS MUJERES SON MODELO DE IGLESIA.
El primer signo (milagro) de Jesús en el evangelio de Marcos es la curación de la suegra de Pedro. Y este mismo evangelista termina esta primera parte de su evangelio, antes de relatarnos la pasión y muerte del Señor, con la narración de aquella pobre viuda que da en el templo como
limosna los “cincuenta céntimos” que necesitaba para comer. (Mc 12,37-.44).
Es muy significativo que Marcos comience y termine su evangelio con dos mujeres sencillas: la de suegra de Pedro y con una pobre viuda. Las dos sin valor ni relevancia en la vida pública. (La mujer ni tan siquiera valía para ser testigo).
Sin embargo, la curación de la suegra de Pedro (curación de la familia de Pedro, es decir, de la Iglesia) de la fiebre de poder y la generosidad de aquella pobre viuda constituyen el modelo de identidad y de vida eclesial. La Iglesia es servicio y generosidad.
Resulta chocante cómo la mujer ha quedado tan relegada en la Iglesia.
En realidad en el sistema eclesiástico ha quedado relegado todo aquello que no sea sacro y clero, es decir, todo el laicado.
El “poder sacro”, incluidas sus intromisiones en el sutil dominio de las conciencias, se parece más a la sinagoga, al “estado febril” de la casa de Pedro, que a la suegra ya curada de sus deseos de poder.
05. (La suegra de Pedro) SE LEVANTÓ Y SE PUSO A SERVIRLES.
Dos aspectos más que importantes:
SE LEVANTÓ
En la primera lectura hemos escuchado como Job desesperado y postrado, fuera de la convivencia por la lepra y todo “gracias” al abandono de Dios, Job se pregunta: ¿cuándo me levantaré?
La suegra de Pedro estaba también postrada por otra enfermedad peor que la lepra, por el poder.
Cuando uno se encuentra con Cristo (con Dios) recupera la dignidad, la vida personal. En otros signos de este tipo: paralíticos, ciegos, etc. se dice que: levantándose le seguían por el camino.
Levantar es una expresión que se emplea también en los evangelios para hablar de resurrección. Estamos postrados, abatidos, muertos como el hijo menor y Cristo nos devuelve a la vida.
Podemos estar, vivir desvanecidos. Cristo es capaz de levantarnos.
Y SE PUSO A SERVIRLES.
Los del Obispado piensan que con marketing pastoral, estructuras, reuniones, consejos de gobiernos, Unidades pastorales y demás, ya está constituida la Iglesia. Para ser Iglesia, comunidad cristiana, no hace falta poder, sino actitud de servicio.
La Iglesia es valiosa por lo que sirve, no por lo que organiza y manda. Jesús salió de la sinagoga… La pobre viuda, el buen samaritano, el lavatorio de los pies son los criterios eclesiales.
06. SE MARCHÓ A DESPOBLADO A ORAR.
Es una actitud constante de Jesús: vivir siempre mirando a Dios, vivir en una interioridad constante.
Necesitamos vida interior, un clima de reflexión constante, un diálogo con Dios, confrontar nuestras vidas con Dios.
Y necesitamos marchar a “despoblado”, lejos del “mundanal ruido”, lejos de la tv, de la algarabía y palabrería de los mítines, de tanto ruido social, eclesiástico y político.
Hay cosas que solamente se entienden en silencio y en la oración.
Se levantó y se puso a servirles.
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