Inicio > Biblia, Espiritualidad > Como niebla que se filtra bajo la puerta cerrada.

Como niebla que se filtra bajo la puerta cerrada.

Lunes, 25 de diciembre de 2023

nacimiento-mesias_mdsvid20130328_0051_3Juan 1, 1-18

Quizá cuando lleguemos a la eucaristía el día de Navidad y escuchemos el evangelio nos quedemos un tanto sorprendidos. Casi sin pensarlo estábamos esperando la lectura de Lucas, ese texto entrañable que nos hace visualizar a María y José con el Niño, a la mula y el buey… eso que en un día como el de Navidad todos tenemos hondamente grabado.

Y sin embargo nos encontramos con un evangelio que, de entrada, puede resultarnos un tanto difícil. Conocido como prólogo del evangelio de Juan, nos presenta lo que podemos considerar un resumen de la revelación: Desde siempre y continuamente, Dios creador de todo, que es la Vida y la Luz, hace una alianza extraordinaria con el mundo, con la humanidad, entregándole a su Hijo. Pero este mundo amado por Dios puede aceptar esta alianza aceptando a Jesús o no hacerlo y de ello se siguen unas consecuencias que van a la raíz de la persona a su modo de ser y vivir en el mundo, como “hijo” o como extraño. Y nos lo dice en un lenguaje que responde al momento cultural en que fue escrito, en muchos aspectos distinto al nuestro. Por eso vamos a intentar acercarnos al texto preguntándonos, ¿qué quiere decir el autor a los primeros cristianos de la comunidad de Juan, cristianos que vivían fuera del contexto judío? ¿Qué nos quiere decir a nosotros hoy?

Os propongo que nos paremos en aquellas expresiones que nos resulten más significativas, que enganchen con nuestra vida. Pueden ser alguna de estas:

“Vino a su casa y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron les dio poder de ser hijos de Dios”

Vino a su casa es una expresión entrañable. Juan dice que el mundo, nuestro mundo, es la casa de Dios, ¿lo creemos y lo sentimos así? Nuestro mundo con todo lo que en él hay, con todas las personas y realidades. A todo ello Dios llama “su casa”.

Es más, si Dios viene a nosotros, cada uno de nosotros somos “casa” de Dios. ¿Lo experimentamos y disfrutamos así? Quizá sería bueno que pensásemos, si Dios viene a mi casa, ¿me encontrará en ella? ¿O estaré fuera corriendo enredada en mil cosas, incluso para preparar la Navidad?

¿Dónde busco a Dios? ¿Dónde espero encontrarle? Porque nos avisa “en el mundo estaba… y el mundo no le conoció” ¿Participo de ese afán que tenemos los seres humanos de clasificar, de hacer apartados y de dejar a Dios lejos, en su cielo, cuando Él, nos dice el evangelio, vino y está continuamente, desde el principio, viniendo a “su casa” que es nuestro mundo, nuestra persona…?

Y si no le reconocemos, ¿cómo vamos a recibirle? ¿No estamos muchas veces “recibiendo” a un Dios hecho a nuestra medida, según nos conviene, que poco tiene que ver con el Dios de Jesús?

La gran noticia de la Navidad no es solo que Dios nos entrega a su Hijo en ese niño, ser humano como nosotros, es también que nosotros podemos ser hijos de Dios. Pero solo si le descubrimos, si le acogemos, si le recibimos… a Él, a ese Jesús hecho niño, pobre, indefenso, vulnerable… todo eso que a nosotros no nos gusta, de lo que tantas veces huimos. Esta Navidad, ¿nos decidimos a abrir nuestro corazón y acoger a este Dios que nos sorprende y nos descoloca? Solo cuando lo hagamos podremos experimentar el inmenso amor de Dios que nos transforma en sus hijas e hijos queridos.

“Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”

La Palabra, el hijo de Dios, Jesús, que estaba junto a Dios desde el principio, viene para estar junto a nosotros. En estos días valoramos mucho el “juntarnos”, el estar cerca de las personas a las que queremos, sentirnos arropados, acompañados y protegidos. Y escuchamos que esta Palabra, este Jesús hijo de Dios, deja de estar solo junto a Dios para estar junto a nosotros.

Y el evangelio suele traducir el texto con el verbo acampar. Es importante, el que acampa se va a quedar, no viene de visita. Pero acampar es distinto de instalarse, de residir. Se queda con nosotros de una forma humilde y pobre. No viene al palacio, al templo, ni siquiera a una buena casa en una barriada segura. Las tiendas de campaña nos hablan de existencia cercana y precaria, en la que se comparte mucho con los vecinos, en la que no nos protegemos con puertas blindadas ni con alarmas, en las que nos conocemos todos y confiamos en los que nos rodean… Así ha venido Dios a vivir entre nosotros, sin deslumbrar, sin imponer…

¿Y nosotros, hemos acampado así en nuestro mundo, en nuestro entorno, o estamos parapetados tras unos gruesos muros que nos aíslan y defienden?

La Navidad, año tras año, también nos dice que esta alianza de Dios con nuestro mundo es definitiva. Que por mucho mal que veamos y experimentemos, nuestro Dios está presente en la raíz de nuestra naturaleza humana, de nuestro mundo y su historia. Que la Encarnación no es algo que sucedió, es algo que sucede continuamente. A veces es verdad, lo hace de una forma casi imperceptible, en palabras del Papa Francisco, “como la niebla que se filtra bajo la puerta cerrada” (LS 112) pero se filtra, aunque no abramos la puerta. ¡Qué gran promesa!

Nos queda a nosotros, llamados a ser hijos e hijas, descubrir esta empecinada resistencia del bien y la bondad en nuestro mundo, acogerla y multiplicarla acogiendo a este Niño que trastocará nuestra vida pero nos hará inmensamente felices para siempre. ¡Feliz Navidad!

 

Mª Guadalupe Labrador Encinas, fmmdp

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , ,

Comentarios cerrados.

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.