Discernir la realidad lgbtq+ en la Iglesia
Necesidad de discernimiento entre Ex 20:13 y Lev 20:13
“A vivir una vida en el armario donde ese talento, esa forma especial de amar, vivir y sentir que Dios le había dado les es arrebatado”
“Una persona lgtbq+ no puede enterrar y a la vez vivir el talento que le ha dado el Señor en su infinita sabiduría (Sab 11:24-26)”
“No se puede seguir a dos señores, a dos mandamientos tan opuestos como Ex 20:13 y Lev 20:13, por lo que es fundamental discernir correctamente que es lo que Dios espera de nosotros”
| Victoria Rodríguez*
Se habla mucho de la realidad lgtbq+ en la Iglesia últimamente, con muchos teólogos a un lado y otro de la cuestión, y sorprende mucho la diversidad de posturas en la materia, con posiciones a veces muy divergentes, y es porque el tema en cuestión nos llama a un discernimiento personal de una forma que otros temas no lo hacen. Y es que al igual que la persona lgtbq+ debe discernir cuál es su verdadera orientación, y reconocerse y aceptarse como tal, algo que a veces le lleva décadas o incluso no llega a conseguir nunca de forma plena, la persona heterosexual debe discernir si seguir el mandato de Lev 20:13 (Si alguno ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre) o el de Ex 20:13 (No mataras).
Y al igual que en teoría para una persona lgtbq+ le debería ser sencillo discernir que lo es, y muchos jóvenes de hoy día lo hacen relativamente pronto, para otras personas lgtbq+ el miedo al rechazo, a sí mismos, a la culpa, a no cumplir las expectativas puestas en ellos, a querer encajar siendo como la mayoría, etc les hace intentar rechazar y enterrar el talento lgtbq+ que Dios les ha dado (Mat 25:25). A vivir una vida en el armario donde ese talento, esa forma especial de amar, vivir y sentir que Dios le había dado les es arrebatado, ya que se niegan a usarla y solo les queda el triste crujir de dientes de quien discernió mal y confundió dones divinos con castigos (Mat 25:29-30).
De la misma manera las personas cis heterosexuales deberían encontrar sencillo discernir entre Ex 20:13 y Lev 20:13, los dos con la misma numeración para acentuar la dicotomía, la elección entre ambos, porque no se pueden cumplir a la vez ambos mandamientos, al igual que una persona lgtbq+ no puede enterrar y a la vez vivir el talento que le ha dado el Señor en su infinita sabiduría (Sab 11:24-26).
Porque Ex 20:13 (No mataras) debería tener muchos motivos para ser elegido como la respuesta correcta. Por razones puramente de primacía, por aparecer antes en la Biblia, repetirse con cierta frecuencia y tener un carácter central como parte de los diez mandamientos. O por razones de coherencia con el resto de mandamientos, que nos piden amar al prójimo como a nosotros mismos (y no matarlo) o cuando Dios nos pide misericordia y no sacrificios (Oseas 6:6-7) o simplemente tomando de referencia la vida de Jesús, que acogía a todos, que no se negaba a nadie y que tuvo varios encuentros con personas que podrían catalogarse como lgtbq+ en nuestros días, todos positivos.
Y sin embargo nos encontramos a muchos teólogos, sacerdotes y creyentes que sin embargo acaban discerniendo que Lev 20:13 es la respuesta correcta, que de alguna forma se puede intentar cumplir ambos mandamientos, olvidando que el pecado es algo que se puede cometer por pensamiento, palabra, obra y omisión y Ex 20:13 no solo condena la propia acción de matar físicamente, sino hacerlo con la palabra, negando la valía del otro, condenándolo como inferior, pecador o intrínsecamente desordenado. Matándolos con el pensamiento, de forma que esos colectivos y personas no existen cuando piensan en su prójimo y por último matándolos por omisión, negando sacramentos como la comunión o el matrimonio y un apoyo firme cuando son atacados o discriminados por la sociedad.
No se puede seguir a dos señores, a dos mandamientos tan opuestos como Ex 20:13 y Lev 20:13, por lo que es fundamental discernir correctamente que es lo que Dios espera de nosotros y no caer en las trampas que el maligno nos pone a nuestro paso, como pensar que podemos cumplirlo todo, sin excepción, sólo centrándonos en acatar las normas y olvidándonos de seguir a Jesús, de amar al prójimo, de vivir el evangelio.
Si todavía piensas que Lev 20:13 es algo que no podemos obviar, que si está en la Biblia es por algo y que la homosexualidad es una abominación a los ojos de Dios, solo me queda pedir que Dios te bendiga y te ilumine, ayudándote a discernir la respuesta correcta, igual que lo hizo conmigo. Porque tienes toda la razón en que Lev 20:13 está en la Biblia por un motivo, pero no es para que le hagamos caso, sino para que podamos discernir y elegir que quiere el Señor de nosotros, no con la obediencia ciega de un robot (Gen 22:2) sino con la libertad de un hijo que conoce a su Padre. (Ef 3:14-19)
* Victoria es una madre trans de tres niños que trabaja como profesora de matemáticas en un instituto público de la provincia de Sevilla. Como católica practicante pertenece a varios grupos católicos de fe, como Ichthys Sevilla, PADIS+G Sevilla, Cristianos trans, CVX, Cursillos de cristiandad y la GNRC. Algunos de estos grupos de fe son exclusivos de personas LGTBQ+, en otros hay diversidad y también los hay donde ella es la única persona LGTBQ+. Pero en todos ellos, ella puede ser ella misma abiertamente, compartir su fe en comunidad e intentar acercarse a Dios.
Fuente Religión Digital
Mudejarillo General, Historia LGTBI, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica Católicos LGTBIQ+, Discernimiento, Iglesia Católica, Personas LGTBIQ
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