Jaume Patuel: Escribir y leer.
Hoy existe un pequeño aparato, el Ipad, que muchísimas personas usan: No lo tiene todo, ni todo lo que tiene es verdad. Y esto nos conduce a dos consideraciones.
La primera, y de suma importancia, es ejercer la capacidad crítica que nos debe llevar a buscar fuentes, causas etc. para no tragárnoslo todo, porque hoy en día algo normal y tan viejo como la humanidad es mentir, difamar, engañar, manipular, pervertir, tergiversar las informaciones en beneficio de algunos, sin hacer mención de la verdad o el bien del otro. Dicho de otra forma: Dejar de tener presente la dignidad del otro, que es un derecho. Amar es respetar esta dignidad. El cuodlibeto: ¿Quién no quiere ser respetado? Y entonces hay la gran ley de oro: No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti. Muy fácil de decir, pero no tan fácil de llevar a cabo. Y enigmáticamente, ¿Por qué es tan difícil empezar por uno mismo?
La segunda, hay que leer. La cuestión es si se sabrá hacer un uso de los aparatos técnicos para aprender a leer. Una lectura comprensiva, no sólo técnica o de normas u ordenanzas o un algoritmo. No una lectura material o fundamentalista. Éste, en mi opinión, es el gran reto que nos interpelan las nuevas tecnologías. ¿Libres para aprender o esclavos para someternos?
Y por suerte no es responsabilidad sólo de la escuela sino de la sociedad. El núcleo de la sociedad continuará siendo el entorno donde nace todo ser humano. ¿Cómo es este entorno? Sin perder una visión global y en esta pluralidad, el fundamento debe ser la confianza básica, generada por el entorno y para el entorno El primario, la familia, ha de inocular, inyectar: paz y serenidad. Y por eso, una vez más, hay que recordar la escala de valores, la pirámide de Abraham Maslow. El primer peldaño para vivir, no únicamente sobrevivir, es la estabilidad económica que implica: hábitat, comida y trabajo. Esto que es tan fácil de escribir o decir, no está al alcance de todos. Y el saber leer nos permite emplearlo como arma para avanzar en nuestra “humanización” y no únicamente en la “hominización”.
Las llamadas “vacaciones” es un momento de poder leer y escribir con placer. Comunicarnos para hacer florecer el gusano de la inquietud por leer. Me decía una persona: Un día me di cuenta, cuando tenía 19 años, que si no leía, me moriría. El leer, y si va acompañado de escribir tanto mejor, es vida. Así tenemos nuestros grandes escritores que es una larga lista. Hay que entrar en una librería y la ansiedad emerge ante la cantidad de publicaciones de todo tipo y “no andarse por las ramas”. Hay que saber escoger. ¿Qué función tan magnífica la de padres, maestros y libreros en introducir a la lectura a través de estos aparatos que no tenemos aún la pedagogía: ¿cómo enseñar y aprender?
La paremiología es el estudio de las paremias, es decir, proverbios, dichos y refranes. La intención es transmitir algún conocimiento tradicional basado en la experiencia. ¿Qué es lo esencial?: “No irse por los cerros de Úbeda”. O como se expresa en latín: Non multa, sed multum, es decir, no muchas cosas sino poco y selecto. Y este dicho se puede aplicar razonablemente a muchos ámbitos de nuestra vida.
La escritura, tiene lugar hace unos 5.300 años, fue el inicio de una gran revolución para pocas personas y mantenida en el mundo occidental por el gran papel de los monjes con los manuscritos en los monasterios. En 1440 hay otra gran revolución: la imprenta. La cultura al alcance de todos, lo que aún continúa. Y ahora se añade la revolución digital en un mundo global. Disfrutar sí, pero que lo inmediato o lo urgente no nos haga perder lo que es importante. ¿Qué criterio? Un sentido común o cordura personal, familiar, escolar y social, pero siempre abierta a la pluralidad. La lucha permanente contra el pensamiento único que nos quieren imponer tanto la plutocracia como la oligocracia o el poder de turno. Se impulsa un solo lenguaje técnico, una inteligencia artificial, un convertir al ser humano en un algoritmo. Existe la intención de controlarlo todo. Esto es un hecho, no una fantasía. Y de todos los autores y autoras que he leído cuando nos presentan un panorama real pero muy oscuro, todos terminan diciendo que hay que combatirlo con la capacidad de crítica, hablar y dialogar. Construir un nuevo discurso.
Y no hay que olvidar que el método de lectura es como conducir un coche: Según por dónde vamos tenemos que usar el cambio de marchas. Por el contenido del texto iremos más deprisa o valoraremos que hay que ir poco a poco para comprender… Y eso hoy, con la inmediatez, no es tan fácil. Comprender todo a la primera es pedir un imposible cognitivo, un peligro. Y peligro que puede ser aprovechado para manipular, imponer el pensamiento único y creer que pensar es fácil. No. El verdadero pensar, no el técnico-matemático, implica dolores de cabeza, ansiedades, momentos de crisis, de esfuerzo como depresivos; pero no pensar es muchísimo peor. Es la cultura de la ignorancia. Toca elegir: ¡Pensar o morir!
Jaume Patuel Puig (1935), Pedapsicogogo
Fuente Fe Adulta
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