Jesús es para todos.
“Un camino espiritual puede vivirse en todas partes y en todo tiempo. Supera confesiones y dogmas y no requiere una comunidad organizada, templo ni catedral”. (Willigis Jäger).
Domingo 14 de marzo DOMINGO IV DE CUARESMA
Jn 3, 14-21 “Porque así demostró Dios su amor al mundo, llegando a darle a su Hijo único”.
El evangelio es luz para nuestra existencia. Jesús, como regalo de Dios a la Humanidad, no ha sido enviado para sentenciar a los que no le sigan sino como una luz para las tinieblas, como las estrellas que iluminan la noche o los relámpagos los espacios abiertos sobre el mar.
En su conversación con el fariseo Nicodemo declara que es necesario nacer de nuevo para ver el reino de Dios, puesto que no se trata de un simple cambio o conversión, sino de hacer algo nuevo. No de manera biológica; es el Espíritu el agente de este nuevo nacimiento o génesis -que significa comienzo- como se dice en el primer capítulo y primer versículo del Génesis, mediante la fe vivificadora.
La espiritualidad es, como el amor para Carmen en su famosa habanera, “un pájaro rebelde que nadie puede enjaular”.
El espíritu divino –ave en la iconografía cristiana e igualmente libre y rebelde– no puede considerarse hacienda personal de nadie.
El Maestro de Nazaret es lugar de atracción para todos los seres humanos: judíos, cristianos, herejes o hinduistas. A saber: Pedro y Pablo como judíos; Santa Mónica y San Agustín, como cristianos; Lutero y Calvino como herejes o Mahatma e Indira Gandhi como hinduistas.
De mi libro Naturalia, este Poema
EL ÁGUILA
Tu sueño, a velas desplegadas,
que sienten la montaña, el mar, el bosque.
Que subes sus entrañas
hasta el cielo.
Enséñame a elevar mis pensamientos.
Que descansen
en tu corona real y en el regazo
del Dios que los creó.
Enséñame a ver la tierra
desde las alturas.
Si de día, mis iluminaciones;
si de noche, mis oscuridades,
que también son mías y las quiero.
Vicente Martínez
Fuente Fe Adulta
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