Inicio > Espiritualidad > Consuelo Vélez: Distanciamiento social y amor cristiano.

Consuelo Vélez: Distanciamiento social y amor cristiano.

Miércoles, 24 de junio de 2020

Distanciamiento-social-amor-cristiano_2239286131_14683645_660x371De su blog Fe y Vida:

“El amor que se hace obra ha de pensar en otra economía posible”

¿Qué hacer para combinar esa necesidad indiscutible del distanciamiento social con esa necesidad -también indiscutible- de afecto real, palpable, sentido, experimentado? ¿Puede la fe darnos algún horizonte que ayude a esta situación actual?

“Ese tocar de Jesús suponía cambiar la situación de enfermedad, discriminación y exclusión que sufrían los destinatarios de sus milagros”

Poco a poco las ciudades se van abriendo a la vida productiva y vamos retornando a una “relativa” normalidad. Pero una de las consignas para este nuevo momento es el distanciamiento social. Este es uno de los remedios efectivos” para evitar el contagio. Justamente, parece lo contrario de lo que la vida cristiana proclama en tantos pasajes bíblicos como, por ejemplo, el del Buen Samaritano: “Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él y al verle tuvo compasión y acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él” (Lc 10, 33-34). También muchos de los milagros conllevan ese contacto físico entre Jesús y el enfermo. Al ciego de nacimiento Jesús lo cura untándole barro en los ojos (Jn 9, 6), a un leproso lo cura extendiendo su mano, tocándolo y diciéndole “queda limpio” (Mc 1, 41); a la suegra de Pedro la toma de la mano y ella se levanta (Mc 1, 31) y así podríamos recordar algunos otros milagros e, incluso, lo contrario, como es el caso de la mujer hemorroísa que toca el manto de Jesús porque creía que con solo tocar su vestido quedaría curada. Jesús siente que alguien ha tocado su vestido y pregunta quién lo ha hecho. La mujer le contó la verdad y Él alaba su fe y la cura de su enfermedad (Mc 5, 25-34).

También la psicología afirma que un abrazo cura mucho más que una medicina (sin quitarle valor a los medicamentos sino por el significado afectivo que esto implica) y, bien sabemos, que algo que ha costado mucho en la cuarentena, ha sido la soledad, la falta de relación con los demás, esa imposibilidad de sentir, tocar, palpar, mirar a los ojos, pronunciar palabras de manera cercana y directa. Los medios de comunicación han ayudado a mantener las relaciones, pero no suplen la distancia física, ni logran transmitir todo el afecto y cariño que se consigue en el contacto directo.

 Y, entonces ¿qué hacer para combinar esa necesidad indiscutible del distanciamiento social con esa necesidad -también indiscutible- de afecto real, palpable, sentido, experimentado? ¿Puede la fe darnos algún horizonte que ayude a esta situación actual?

Sin duda, el amor cristiano se expresa en ese tocar y acercarnos a los demás -como los textos que recordamos antes- pero no podemos olvidar que ese tocar de Jesús suponía cambiar la situación de enfermedad, discriminación y exclusión que sufrían los destinatarios de sus milagros. San Pablo en el himno a la caridad de la primera carta a los Corintios no ofrece esos ejemplos gráficos del tocar pero va a lo profundo del amor que se hace efectivo en las relaciones con los otros: “el amor es paciente, es servicial, no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe, es decoroso, no busca su interés, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra de la injusticia, se alegra con la verdad, todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no termina nunca” (13, 4-8).

Mucho me temo que volveremos a la normalidad y habrá de nuevo abrazos y encuentros, pero la injusticia de nuestro mundo que, ha quedado tan evidente, no se habrá modificado. Es decir, nuestro amor se habrá quedado más en gestos que en obras. Porque el amor que se hace obra ha de pensar en otra economía posible que distribuya en verdad las riquezas, comenzando por los más necesitados; el amor que se hace obra ha de pensar en una organización social que privilegie los sistemas de salud y que garantice los servicios públicos para todos; el amor que se hace obra ha de promover un mundo sin racismo -ni la pandemia impidió que se levantará de nuevo el grito de los negros por tantos siglos de discriminación-; un mundo sin violencia contra las mujeres y sin exclusión de lugares de decisión; un mundo donde los indígenas sean reconocidos con sus culturas y sabidurías ancestrales; un mundo donde la orientación sexual no sea motivo de rechazo e incomprensión. En otras palabras, el amor que se hace obra no enfrenta la economía con la vida, sino que pone la economía al servicio de la vida, así ahora, los economistas y políticos nos convenzan de que la pobreza actual se dio por parar la economía y no digan nada de las consecuencias del sistema neoliberal y competitivo imperante, que en estos momentos difíciles ha sacado a la luz la injusticia y pobreza de las mayorías, fruto de este modelo económico.

Deseamos que se acabe el distanciamiento social, pero ojalá sea para un acercamiento a los demás desde el amor que no se queda en una afectividad sensorial, sino que se compromete con la construcción del bien común y se dispone al servicio incondicional para hacerlo posible.

(Foto tomada de: http://www.unmsm.edu.pe/noticias/ver/Lavado-de-manos-y-distanciamiento-social-las-mejores-maneras-de-prevenir-el-coronavirus)

 

Espiritualidad , ,

Comentarios cerrados.

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.