Chechenia comienza otra purga gay aún más salvaje que la de 2017
40 detenidos (hombres y mujeres) y al menos dos muertos en un nuevo ataque salvaje de Ramzan Kadyrov contra la población LGTB+ chechena.
“Huid de la república tan pronto como podáis“. Ése fue el mensaje que un grupo de chechenos LGTB+ publicó hace una semana. Y es que el gobierno de Ramzan Kadyrov (amigo cercano de Vladimir Putin) ha vuelto a poner en marcha una purga anti-gay en Chechenia como la de principios de 2017.
Según denuncia la Russian LGBT Network, el pasado mes de diciembre el administrador de un grupo LGTB+ en una red social fue detenido y, desde entonces, la policía chechena ha utilizado su agenda de contactos para repetir la purga de 2017, deteniendo a unos 40 hombres y, esta vez, también a mujeres. Todos los detenidos (recordemos, únicamente porque el gobierno sospecha o da por hecho que son homosexuales) están retenidos en una de las prisiones que varios supervivientes señalaron como campos de concentración. Al menos dos de los detenidos habrían muerto, uno de ellos por las heridas infligidas con un cuchillo durante las torturas.
“Podemos decir que las torturas que están sufriendo los detenidos es salvaje“, explica Igor Kochetkov de la LGBT Network, “Es mucho peor que la de los detenidos en 2017. Sabemos que hay dos muertos, pero probablemente hayan matado a más“
Como ya ocurrió en 2017, ha sido el periódico Novaya Gazeta (cuyos reporteros se enfrentaron a severas represalias por parte del Kremlin y el gobierno checheno) el que alertó el pasado viernes de que el gobierno checheno había intensificado la persecución de personas sospechosas de ser LGTB+. A raíz de esa noticia, la web Meduza.io ha podido hablar con Aleksandr Mironov (nombre ficticio), un joven gay que huyó de la región de Osetia del Norte y que ha explicado que tras la purga de 2017 la persecución se mantuvo pero ésta vez “es un genocidio basado en la religión. De hecho, la religión es solo una cortina de humo. Se esconden tras el islam y la ley Sharia para provocar el caos ilegalmente.“
El pasado viernes la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa recibió un informe, firmado por el Dr. Wolfgang Benedek, que exigía al organismo europeo comenzar “una investigación sobre las acciones que el gobierno de la República de Chechenia lleva a cabo contra la población LGTBI“, recomendando también perseguir criminalmente a los torturadores de Maksim Lapunov (uno de los pocos supervivientes que narró lo ocurrido tras huir a Reino Unido). El Dr. Benedek, por cierto, vio prohibida su entrada a la Federación Rusa y destaca en su informe que, a pesar de lo dicho de cara a la galería, las autoridades rusas no han llevado a cabo ninguna investigación sobre la “persecución sistemática” al colectivo que se inició hace dos años.
En enero de 2017 fue el periódico Novaya Gazeta el que denunció que el gobierno checheno había hecho desaparecer a cientos de hombres gais. Esos hombres o bien fueron detenidos y nunca se les volvió a ver (como el cantante Zelim Bakaev) o fueron devueltos a sus familias para que éstas llevaran a cabo lo que el mismo gobierno denominó “asesinatos por honor“.
A pesar de ello, la comunidad internacional miró hacia otro lado. Un par de toques de atención de la Unión Europea a Vladimir Putin solo sirvieron para que el Kremlin anunciara una investigación que, obviamente, no confirmó ninguna de las acusaciones… Y llevó a Rusia a afirmar que en Chechenia no existen las personas LGTB+ y, por lo tanto, no se las puede perseguir ni asesinar.
Y mientras el mundo mira hacia otro lado y a las personas LGTB+ nos masacran; la Russian LGBT Network ya ha conseguido sacar del país a más de 150 personas desde 201
Fuente HazteQueer
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