Comunión
Cierto: en el estado definitivo no viviremos aislados, sino en festiva y gratificante comunión. Una comunión extraordinaria y singular, ante todo con el Padre, el Hijo y el Espíritu, y después con la multitud de los santos y santas, con la comunidad de los salvados, con la gratificante compañía de la humanidad de todos los tiempos.
Es fácil que el «grado de complacencia» y «gratificación» en esa gozosa comunión dependa del grado de «propensión fraterna» que hayamos cultivado y promovido aquí, en esta tierra. La comunidad escatológica, con sus promesas de felicidad, sostiene el empeño por la realización, aquí abajo, de la vida fraterna, con sus fatigas y desilusiones.
Por su parte, una fraternidad que crece en la cotidiana oscuridad se convierte en rayo de luz que preanuncia la luz solar de la fraternidad definitiva, gozosa y fuente de felicidad. Con su constancia en la fatiga de la construcción preanuncia la grandeza del premio y la fuerza de atracción de la meta. Con su característico «¡qué bello es que los hermanos vivan unidos!» preanuncia la bienaventurada y beatificante fraternidad definitiva.
Con su gozo habitual, con su «habitat» que permite a las personas florecer, crecer, expandirse y dar fruto, con su clima sereno y fraternal, está indicando la línea de llegada final, donde viviremos todo eso en plenitud y sin sombra alguna.
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P. G. Cabra,
Para una vida fraterna. Breve guía práctica,
Sal Terrae, Santander 1999, p. 158).
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https://cnnespanol.cnn.com/2018/10/04/miss-universo-es-para-mujeres-que-nacimos-mujeres-la-polemica-declaracion-de-miss-colombia-sobre-miss-espana/