Historias de Qaraqosh: “Yo era una niña cuando cargué las piedras para construir la iglesia”
Más de 4.000 familias ya están de vuelta en la ciudad iraquí, gracias a AIN
Rahel, cristiana anciana: “Nuestra historia está allí. Es nuestro hogar”
(María Zarco, Ayuda a la Iglesia Necesitada).- En Qaraqosh, se abandonaron las casas y las pertenencias, pero no los recuerdos. Muchos de los cristianos de esta ciudad iraquí han visto cómo se ensanchaban sus barrios, como aumentaba la población o cómo se construía su Iglesia.
Este es el caso de Rahel, una anciana que contiene en su memoria la historia de Qaraqosh: “Es la cuna de mi abuelo y de mi abuela. Nuestra historia está ahí. Ahí construimos 11 iglesias. Yo era una niña cuando cargué en mis hombros las piedras para construir la iglesia de Santa María. Es nuestro hogar“.
Otras persona apenas tienen un vago recuerdo de lo que fue su ciudad, debido a su corta edad. Es el ejemplo de Helda Khalid Jacob Hindi, una niña de 10 años que admite estar encantada con su nueva vida, con su futuro y sus seres queridos.
Junto con sus padres y su hermano pequeño, acaban de regresar de nuevo a Qaraqosh, después de pasar 3 años exiliados en zonas seguras del Kurdistán iraquí. A pesar de su corta edad, recuerda con nitidez la noche del 6 de agosto de 2014, cuando los habitantes de Qaraqosh tuvieron que huir en mitad de la noche solo con lo puesto ante el avance de las tropas del Daesh. A pesar de este terrible recuerdo, la esperanza está presente en su mirada. Esta familia pasa a formar parte de las más de 4.000 que ya están de vuelta, en la que es la ciudad cristiana más grande de Irak.
Mantener la fe y la cultura cristiana
La fe de los cristianos de oriente es su pilar fundamental, resistente a grandes sufrimientos. Fueron amenazados y expulsados, aunque esto no fue suficiente para el Daesh. Decidieron ensañarse con todo lo que encontraban a su paso, poniendo especial atención en todo lo cultural y religioso. Como un intento a la desesperada por borrar la historia cristiana de Irak.
“Isis intentó atacar no solo las Iglesias, sino también las familias, al cristianismo. Querían aniquilar a la población y a su propia historia”, afirma el padre Najeeb, director del Centro Digital de Textos Orientales de Erbil.
Antes de la llegada del Daesh, este sacerdote iraquí tenía en su convento en Qaraqosh miles de libros y documentación, sobre la historia cristiana de la Llanura de Nínive. Preso de un mal presentimiento, archivó todo lo que pudo y lo trasladó a Erbil, capital del Kurdistán iraquí.
“Cuando tomo uno de los manuscritos en mis manos, pienso en los cientos, tal vez miles de personas que lo han usado. Y han orado con ellos por más de mil años: cuántos ojos, cuántas bocas, cuántas manos los han tocado hasta ahora. Por eso es importante conservarlos en nuestra comunidad ancestral”.
Es primordial, sobre todo para aquellos que no conocen el pasado, tener recuerdos de lo que ha sido la historia cristiana del país: “Para nosotros es muy importante salvar nuestra herencia cultural y guardarla para las futuras generaciones. Si queremos criar a nuestros hijos para el futuro debemos cuidar las raíces. El árbol con raíces tiene futuro. Sin raíces no hay futuro”, explica el sacerdote iraquí.
Las raíces del cristianismo en Irak se mantienen, principalmente, porque quieren permanecer en sus tierras. No solo eso, sino que su fe inquebrantable se siente en sus testimonios y en sus deseos, tanto de los más jóvenes como de los más ancianos. Además, el mantenimiento de la cultura ha sido otro foco de lucha importante para preservar la historia cristiana de Irak.
Con la campaña “Ayúdales a volver” la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada acompaña a los cristianos iraquíes motivando su retorno, así como el proyecto de reconstrucción de tantos hogares demolidos por el Daesh.
Fuente Religión Digital
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