“¿Puede adoptar un matrimonio homófobo?”, por Carlos Osma
De su blog Homoprotestantes:
Los servicios sociales de Alberta (Canadá) han denegado la solicitud de adopción a una pareja evangélica aduciendo que no podrían ayudar a un niño que tuviera problemas de identidad sexual. Este suceso, del que al otro lado del charco no tenemos mucha más información, ha servido para que algunos medios fundamentalistas sigan esgrimiendo que existe una persecución de los cristianos por sus creencias religiosas. De hecho, esta ha sido también la razón que la familia ha esgrimido para demandar ante la justicia canadiense a los servicios sociales: ver violado su derecho a la libertad religiosa.
Al leer los diferentes medios que han dado la noticia no queda muy claro que llevó, a quienes hacían el estudio de idoneidad, a pedir al matrimonio evangélico aclaraciones sobre su visión de la sexualidad. Mi marido y yo pasamos un proceso semejante en Cataluña y nunca nos pidieron que aclaráramos algo semejante, ni siquiera nos preguntaron si querríamos igual a un niño o niña heterosexual, supongo que al ser gays dieron por hecho que seríamos personas tolerantes. Podría ser que en el caso de este matrimonio, al ser cristianos, se tuviese el prejuicio de identificarlos con personas homófobas. Una asociación que tristemente para el testimonio evangélico, suele ser cierta en demasiadas ocasiones. Sin embargo, yo me decanto más por creer la versión de los medios que dicen que la trabajadora de los servicios sociales cristianos que redactó un primer informe positivo, aconsejó en dicho informe, que debido a las creencias religiosas de la pareja, se evitase asignarles un niño homosexual. Y lo creo, porque las razones esgrimidas para denegarles finalmente su petición no parecen dictadas por personas con una gran sensibilidad hacia la diversidad. De hecho, para los servicios sociales de Alberta, los niños y niñas lgtbi son niñas y niños con “problemas de identidad sexual”. Y como esta pareja no puede dar respuesta a estos “problemas”, pues es mejor denegarles la idoneidad.
Hay varias preguntas que se me ocurren al leer esta noticia, pero la que me tiene más intrigado es: ¿Cómo puede una asistenta social recomendar que no se asigne un niño homosexual a una familia? ¿Cómo detectan la orientación sexual de un niño? A mi se me ocurre que esta asistente social cristiana tiene un montón de prejuicios, y quizás por eso la pareja evangélica le pareció de lo más idónea para adoptar. ¿Tienen los niños gays o las niñas lesbianas alguna característica que permita que el resto del mundo los identifique? Y si es así, ¿Es una característica de las nuevas generaciones lgtbi? Porque a la mayoría de personas lgtbi de nuestra generación, cuando éramos niños nadie nos identificó como algo distinto a un heterosexual en potencia. Si es así, y ya se ha creado una máquina o simplemente un test que pueda determinar si una niña de 3 años, o un niño de 5, es bisexual o lesbiana, o gay; pues podrían empezar a quitar la custodia a todo padre o madre, por muy biológica que sea, con actitudes homófobas. No lo digo en broma, los servicios sociales de Alberta tienen razón cuando determinan que las familias homófobas no son lugares seguros para niños y niñas lgtbi. Aunque añado más, tampoco lo son para niños y niñas heterosexuales.
Otra de las preguntas que se me pasan por la cabeza es por qué una familia homófoba fundamentalista se siente discriminada por sus creencias cuando se le deniega una adopción, y es capaz de poner una denuncia; y una islamista que taparía a su hija adoptada de arriba abajo con un burka, no. O por qué los medios de comunicación fundamentalistas hablan de discriminación religiosa en este caso, y no lo hacen cuando a una familia se le prohíbe realizar la ablación. Más preguntas: ¿Qué tienen en la cabeza para pensar que pueden amar a su hijo aunque no acepten sus “prácticas sexuales”? ¿Dónde perdieron el norte y el contacto con la realidad para darse cuenta que la homofobia haría daño a ese menor y también a ellos? ¿Puede fundamentarse biblicamente una ideología que destruye la vida de tanta gente? Y si es así, ¿quien cree que una administración que tiene la tutela de un menor no debe protegerlo de dicha ideología? ¿Qué derecho prevalece? ¿El de una familia homófoba a adoptar o el de un menor a ser adoptado por una familia que respete quién es y cómo es?
Es tan patético escuchar a personas y leer en algunos medios la mentira de que hay una persecución sobre cristianos y cristianas por su fe. La homofobia no es fe, es miedo e ignorancia, pero no es fe, y mucho menos evangélica. Por eso el testimonio evangélico fundamentalista, más que un testimonio de fe en Jesús Salvador, es una muestra de intolerancia y una amenaza para la convivencia. Las familias homófobas no deberían poder adoptar, no son un lugar seguro para niños y niñas. Sin embargo hay tanta tolerancia hacía la homofobia en las instituciones que pocas veces ocurre un caso como éste. Y quizás por eso ha dado la vuelta al mundo, porque es atípico, y las instituciones que deberían velar por el bien de los menores, no lo suelen hacer de la misma forma cuando son lgtbi. Aunque me reitero, todos los niños y niñas independientemente de como se identifiquen y de la orientación sexual que desarrollen, deberían tener un entorno donde no haya homofobia. Y si no siempre se puede evitar, al menos instituciones como los servicios sociales o los centros educativos, deberían darles protección y velar por su bien.
Algo que también me ha hecho pensar es porqué esta pareja evangélica supuestamente homófoba está dispuesta a demandar a los servicios sociales para lograr tener un hijo o hija por muy lgtbi que sea. En realidad llama la atención, porque muchas de estas parejas que han tenido uno, han verbalizado que les producen vergüenza, sufrimiento, e insatisfacción; o más aún, algunas los han echado de casa, les han dicho que preferirían no haberlos tenido o que hubiesen muerto. Podría ser que se hubieran dado cuenta de lo cruel y poco evangélica que es la homofobia, aunque me decanto por pensar que creen que eso a ellos nunca les pasará. Eso les ocurre a otras familias, porque la homosexualidad, la bisexualidad o la transexualidad tiene que ver con la educación, y ellos lo educarán para que sea heterosexual. Ya sé que sólo son especulaciones lo que estoy diciendo, pero hay tanta gente que podría dar fe de lo que estoy diciendo, que a uno le produce una tremenda tristeza saber que a día de hoy hay muchos niños y niñas atrapados en esos hogares que tanto dolor y sufrimiento van a generarles. Al menos los servicios sociales de Alberta han impedido que alguno pase por esta situación.
Carlos Osma
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