Detienen a 7 personas en Egipto por ondear la bandera LGBT en un concierto de Mashrou’ Leila
Durante un concierto del grupo Mashrou’ Leila (cuyo cantante es abiertamente gay) el pasado sábado en El Cairo varias personas ondearon banderas LGTB.
La policía ha detenido a siete personas que se enfrentan a dos años de cárcel por “promover la inmoralidad”
Las autoridades egipcias vuelven a hacer uso de la LGTBfobia de Estado. Este lunes, la policía detuvo a siete personas por mostrar banderas arcoíris durante un concierto de la banda libanesa Mashrou’ Leila que tuvo lugar el viernes pasado en El Cairo. Las imágenes de los hechos salieron a la luz por las redes sociales y provocaron una oleada de rechazo, azuzado por las declaraciones de políticos en los medios de comunicación. Los arrestados se enfrentan a posibles cargos por “indecencia” o “promoción de desviaciones sexuales”, a pesar de que la legislación no castiga específicamente las relaciones homosexuales.
Detienen a 7 personas que acusan de «promover el libertinaje y la homosexualidad» en un concierto de la banda libanesa Mashrou’ Leila, a la que han responsabilizado de estos delitos puesto que uno de sus miembros es abiertamente homosexual. El pasado sábado la banda libanesa de rock alternativo Mashrou’ Leila (cuyo cantante, Hamed Sinno, es abiertamente gay y activista por los derechos LGTB) ofrecía un concierto en El Cairo, Egipto. Durante el mismo, entre la multitud, varios fans elevaron al cielo al menos cinco banderas del arcoiris LGTB.
Si Egipto es uno de esos países que tiene tolerancia cero contra la homosexualidad, que se castiga con cárcel, tampoco se permite la exhibición de cualquier símbolo del colectivo LGBT. Se trata de un país en el que la policía utiliza aplicaciones de citas para arrestar a gays y lesbianas, en el que una periodista es condenada y luego absuelta por difundir imágenes de una redada a una sauna gay o los extranjeros homosexuales pueden llegar a ser deportados, y en el que este lunes, 25 de septiembre, siete personas eran detenidas en El Cairo por el grave delito de ondear una bandera arco iris en el concierto de la banda libanesa Mashrou’ Leila, de la que uno de sus miembros es abiertamente homosexual.
«Si hubiéramos sabido la homosexualidad de este miembro, habríamos prohibido el concierto antes de su celebración», declara Ahmad Ramadan, secretario general del Colegio de Músicos egipcios, que ya ha enviado la solicitud la prohibición de los conciertos de Mashrou’ Leila en Egipto al consejo directivo del órgano. Según Ramadan no sólo se trata de una banda que está «en contra de las tradiciones y costumbres del pueblo egipcio», sino que les acusa de propagar «las ideas homosexuales» en un país árabe, musulmán y tan conservador como Egipto, responsabilizando al miembro de la banda que ha hablado públicamente de su homosexualidad de la presencia de otras personas con la misma orientación sexual en un concierto que no es el primero que ofrecen en la capital egipcia.
Al percatarse de la aparición de las banderas, un equipo de investigadores de la policía analiza las cámaras de seguridad del concierto para identificar a los portadores de los símbolos LGBT que rara vez se ven en Egipto. Los siete detenidos están acusados de «promover el libertinaje y la homosexualidad», y han pasado a manos de la Fiscalía General para que puedan ser interrogados.
Lo curioso del caso es que no es la primera vez, a pesar de lo que creen los activistas egipcios, que una bandera LGTB aparece entre el público en un concierto de los Mashrou’ Leila en El Cairo. En marzo de 2016 el cantante del grupo vio un arcoriris ondeando en el público y declaró lo siguiente: “Había una bandera arcoiris esta noche entre el público. En El Cairo. Una bandera arcoiris, en público, en El Cairo. Decid lo que queráis sobre el homonacionalismo, la globalización y las identidades hegemónicas y post-coloniales; estoy jodidamente orgulloso. Fueras quien fueras, tu valor es la hostia de inspirador.”
Egipto: un país inseguro para oriundos y extranjeros
El propio Ministerio de Asuntos Exteriores de España, en su ficha de Egipto, “desaconseja que las mujeres viajen solas, sin agencia de viajes y/o fuera de los circuitos turísticos” y explica a continuación que “aunque la homosexualidad no está formalmente tipificada como delito, los actos homosexuales en público son ilegales y hay precedentes de homosexuales condenados a prisión por contravenir leyes de ‘decencia pública’”.
Efectivamente, aunque las relaciones homosexuales no son ilegales, sí están perseguidas socialmente y se castigan a través de otras figuras legales como la “indecencia o libertinaje”, la “conducta inmoral” o la “ofensa a los sentimientos religiosos”. Además, en abril de 2015 nos hacíamos eco de la nueva potestad que se arroga el Estado para deportar a extranjeros LGTB. Esta medida era ratificada por un tribunal que falló en favor de la decisión tomada por el Ministerio del Interior egipcio de extraditar y prohibirle la entrada al país a un ciudadano libio, por ser gay.
Como señalábamos anteriormente, en abril de este 2016 fueron condenados once hombres egipcios a penas que oscilaban entre los 3 y los 12 años de cárcel, acusados del delito de “libertinaje e incitación al libertinaje”, que es el cargo que se utiliza habitualmente en Egipto para detener y condenar a homosexuales. Las detenciones se llevaron a cabo en septiembre de 2015, fruto de unas redadas que formaban parte de una “campaña de moralidad” con motivo de la festividad que marca el fin del Ramadán.
En junio de 2015, dábamos cuenta de la utilización que la “Policía de la Moralidad” hacía de appsde contacto para gais y redes sociales para engañar y detener a hombres homosexuales inocentes. La última víctima: un refugiado sirio que llegó a Egipto huyendo de las miserias y de la violencia de su país, para empezar una nueva vida, y que fue humillado, detenido y condenado a un año de prisión tras caer en una trampa policial.
Incluso algunos medios de comunicación se dedican a realizar “cacerías” contra homosexuales. Al Kahera Wal Nas emitía en diciembre de 2014 un reportaje de la denostada presentadora amarillista Mona Iraqi, que servía como excusa para detener a decenas de personas, vanagloriándose de la redada a una sauna gay de El Cairo (capital de Egipto). Un tribunal los absolvería a todos posteriormente. No obstante, siguió pesando sobre ellos otra condena que no se revoca: la estigmatización social. Un problema que a menudo deriva en violencia por parte de terceros o en intentos de suicidio. Uno de los detenidos en la sauna gay de El Cairo, por ejemplo,trató de quemarse vivo, tras difundirse las imágenes en televisión en las que se le reconocía.
En noviembre de 2014 nos hacíamos eco de la condena de un tribunal de Egipto a tres años de prisión para ocho hombres por aparecer en un vídeo en el que presuntamente se representaba la celebración de “la primera boda gay” de este país. Sin embargo, los ocho acusados habían negado los cargos que se les atribuían, así como que la controvertida boda fuese una ceremonia real, ya que el matrimonio entre personas del mismo sexo no es posible en Egipto.
Ese mismo año, también informábamos de la sentencia de un tribunal egipcio que condenaba a cuatro hombres a varios años de prisión, por crear una supuesta red de prostitución homosexual, después de que la policía encontrase ropa de mujer y maquillaje en la casa de uno de ellos.
Fuente | Gay Star News , vía Universogay/Cristianos Gays
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