El Papa dice que no lo llamemos matrimonio, que lo llamemos uniones civiles.
Este hombre ha perdido el Norte, el Sur y hasta la razón… Y que haya quien todavía crea que es el papa que necesitábamos… Reaparece el Bergoglio contrario al matrimonio igualitario. Bueno, la verdad es que nunca ha desaparecido. Para quienes se tomen en serio sus golpes de efecto “gayfriendly” que se lo piensen dos veces… No, este papa no apoya ni acepta a las personas LGTBI. Así de claro. ¡Ah! y no se olvida de seguir cargando contra las personas trans.
Pero nos queda, para desenmascararlo, San Ignacio de Loyola quien pone en sus Ejercicios Espirituales, que Bergoglio conoce bien, especial énfasis en las Reglas de Discernimiento de Espíritus para no caer en el error de ver bien, donde hay mal…
[332] La cuarta. Propio es del ángel malo, que se forma sub angelo lucis, entrar con la ánima devota y salir consigo, es a saber, traer pensamientos buenos y santos conforme a la tal ánima justa, y después poco a poco procura de salirse, trayendo a la ánima a sus engańos cubiertos y perversas intenciones.
Así, hartirtos estamos de sus gestos baratos de aparente acogida y misericordia cuando en realidad, su pensamiento se basa en la eterna homofobia eclesial…
Después de decir que quién es él para juzgar a los homosexuales y pasarse la vida juzgando a los homosexuales… ahora ha decidido viajar al pasado, cuando el entonces Cardenal Ratzinger, luego Benedicto XVI explicó a las diversas conferencias episcopales cómo había de ser la lucha contra toda ampliación de derechos a las personas LGTBI. En su carta, por supuesto no pública, animaba a los obispos a defender las “uniones civiles” allí donde existiera el matrimonio igualitario, y combatirla allí donde se pretendiese aprobarlas… Vamos, la actitud del perro del hortelano, que ni come (bueno, eso no lo sabemos realmente) ni deja comer…
En una entrevista con el sociólogo francés Dominique Wolton, el Papa ha dicho que el matrimonio es entre un hombre y una mujer y no podemos cambiar eso.
¿Matrimonio entre personas del mismo sexo? ‘Matrimonio’ es una palabra histórica. En la humanidad, y no sólo en la Iglesia Católica, siempre ha sido entre un hombre y una mujer… no podemos cambiar eso. Es la naturaleza de las cosas. Así es como son. Llamémoslo ‘uniones civiles’.
Para justificar esta enésima muestra de homofobia (la de “que hagan lo mismo que los heteros pero no lo llamemos igual que lo que hacen los heteros”) el Papa ha dicho, básicamente, que lo suyo es ser políticamente incorrecto y que él dice “las cosas como son“:
El matrimonio es entre un hombre y una mujer. Es el término preciso. Así que llamemos a las uniones homosexuales ‘uniones civiles’.
Pues le vamos dar un disgusto porque ya lo hemos cambiado, y que se vaya preparando porque cada vez más países lo están aprobando… La lista de países donde las parejas del mismo sexo no están discriminadas se ha incrementado hasta alcanzar los 23 integrantes. Por continentes, 14 de ellos están en Europa, 7 en América, 1 en África y 1 en Oceanía. De momento, no hay ningún país asiático en la lista. En el futuro cercano, sin embargo, se prevén varias adiciones a esa suma en casi todos los continentes. De momento, se calcula que, aproximadamente, más de 1.150.000.000 habitantes del mundo viven en países donde existe el matrimonio igualitario, lo que supone más de un 15 % de la población mundial: Holanda (2001), Bélgica (2003), España (2005), Noruega (2009), Suecia (2009), Portugal (2010), Islandia (2010), Dinamarca (2012), Francia (2013), Reino Unido (2014 en Inglaterra, Gales y Escocia, sin que exista legislación igualitaria en Irlanda del Norte), Luxemburgo (2015), Irlanda (2015), Finlandia (2017) y Alemania. Canadá (2005), México (en vigor en algunos estados, aunque desde 2010 deben ser reconocidos a nivel nacional), Argentina (2010), Brasil (2013), Uruguay (2013), Estados Unidos (2015) y Colombia (2016).
En México, el matrimonio igualitario está actualmente en vigor en muchos de sus estados y los matrimonios celebrados en ellos deben ser reconocidos a nivel nacional. Además, existe una tesis jurisprudencial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que obliga a fallar a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo a todos los tribunales en cualquier proceso, por lo que el matrimonio igualitario es posible de facto en todo el país por vía judicial. Aunque el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, declaraba el pasado 2016 que su Gobierno legislaría la igualdad matrimonial a nivel nacional de acuerdo con ese dictamen judicial, la fuerte movilización LGTBfoba ha impedido que, de momento, pueda llevarse a cabo. Chile quizás sea el próximo país americano en sumarse a la lista de la igualdad.
Sudáfrica, en África, y Nueva Zelanda, en Oceanía. Australia pretende convocar un referéndum para aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras que la oposición exige que la medida se tome directamente desde el Parlamento. Esa división de opiniones hace que la legislación igualitaria siga bloqueada.
En Taiwán, la Corte Constitucional ha dado un plazo de dos años para que se legisle el matrimonio entre personas del mismo sexo, si bien la isla no es un país reconocido por las Naciones Unidas. Otro de los candidatos sería Vietnam, aunque la situación está en un proceso incierto y previsiblemente de larga duración.
En la misma entrevista, por cierto, ha aprovechado para volver a cargar contra las personas trans. Porque no tiene nada mejor que hacer. Él les dará muchos abrazos, pero en el fondo es tránsfobo. Y a las pruebas me remito.
Incluso en los libros, los niños están aprendiendo que pueden elegir su propio sexo. ¿Por qué es el sexo, ser un hombre o una mujer, una elección y no un hecho de la naturaleza? Eso favorece el error.
Querido Francisco, el error empieza a resultar el que sigas sentado en la cátedra de Pedro.
Francisco, un tono cada vez más apocalíptico
¿Dónde quedan ahora aquellas palabras en las que aseguraba que la Iglesia debería pedir perdón por la homofobia y la discriminación?
Poco queda ya, al menos por lo que a sus declaraciones públicas se refiere, del Francisco de la primera época, aquel del “¿quién soy yo para juzgar?” y de sus gestos mediáticos de moderada apertura a las personas LGTB.
Cuatro años después de su acceso al pontificado, nada en absoluto ha cambiado en materia doctrinal, y cada vez que debe pronunciarse de forma concreta y específica más allá de palabras vacuas, lo hace siempre en contra de los derechos LGTB. Así lo hizo cuando apoyó a los partidarios de prohibir en referéndum el matrimonio igualitario en Eslovenia pocos días antes de su celebración (contribuyendo a la victoria del bando homófobo) o cuando avaló desde la Plaza de San Pedro las movilizaciones homófobas contra el matrimonio igualitario en México. Por no hablar de sus alabanzas al papel de la Iglesia católica de Eslovaquia en el referéndum homófobo celebrado en febrero del año pasado en ese país.
Pero también en sus discursos y declaraciones Francisco adopta un tono cada vez más abiertamente hostil hacia los derechos LGTB. En su ya famosa encíclica Laudato si’, Francisco vertía el que posiblemente ha sido el más importante ataque a las personas transexuales surgido del ámbito católico en los últimos años. Es, en concreto, en su punto 155, donde el papa aprovechaba para considerar que el respeto a la ecología incluye “la aceptación del propio cuerpo como don de Dios” y su “valoración en su femineidad o masculinidad” para “reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente”. Según aseguraba el papa, “cancelar la diferencia sexual” no es una actitud sana.
No era, de todas formas, su primer aviso de Francisco. “Pensemos en las armas nucleares, en su capacidad de aniquilar en unos pocos instantes un alto número de vidas humanas. Pensemos en la manipulación genética, en la manipulación de la vida, o en la teoría de género, que no reconocen el orden de la creación. Con esta actitud, el hombre comete un nuevo pecado contra Dios el Creador”, expresaba el papa solo unos meses antes de su encíclica.
Y como remate porque esto se alarga, tenemos que referirnos, a las palabras del papa Francisco a un grupo de obispos polacos durante su estancia en Cracovia con ocasión de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Francisco, motu proprio y sin que nadie le preguntara por ello (respondía, en realidad, a una pregunta sobre la crisis de los refugiados), aseguró entonces que vivimos un momento de “aniquilación del hombre como imagen de Dios”, momento que relacionó con el hecho de que a los niños “se les enseñara en las escuelas” que cada uno puede “elegir su sexo”.
“Detrás de esto hay ideologías. En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas —lo digo claramente con «nombre y apellido»— es el gender. Hoy a los niños —a los niños— en la escuela se enseña esto: que cada uno puede elegir el sexo. ¿Por qué enseñan esto? Porque los libros son los de las personas y de las instituciones que dan el dinero. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Y esto es terrible. Hablando con Papa Benedicto, que está bien y tiene un pensamiento claro, me decía: «Santidad, esta es la época del pecado contra Dios creador». Es inteligente. Dios ha creado al hombre y a la mujer; Dios ha creado al mundo así, así, y nosotros estamos haciendo lo contrario. Dios nos dio un estado «inculto» para que nosotros lo transformáramos en cultura; y después, con esta cultura, hacemos cosas que nos devuelven al estado «inculto». Lo que ha dicho el Papa Benedicto tenemos que pensarlo: «Es la época del pecado contra Dios creador». Esto nos ayudará”, aseguró entonces Francisco.
Dos meses después, lanzó unas nuevas declaraciones apocalípticas contra el matrimonio igualitario y los derechos LGTB. En el segundo día de su visita a la República de Georgia, el argentino ha denunciado una supuesta “guerra mundial para destruir al matrimonio” de la mano de la “teoría de género”. “Hoy no se destruye con armas, se destruye con ideas. Es la colonización ideológica la que destruye”, aseguró.
Fue en un encuentro con religiosos y agentes pastorales laicos, todos ellos católicos, que tuvo lugar en la Catedral de la Asunción de la Virgen de Tiflis, sede de la administración apostólica latina del Cáucaso. Una mujer, de nombre Irina, acompañada de su marido, le comentó al papa que las familias georgianas se enfrentan a los desafíos de “la globalización, que no tiene en cuenta los valores locales, nuevas visiones de la sexualidad como la teoría de género y la marginalización de la visión cristiana de la vida”. La mujer que hizo la pregunta y su marido actúan, según recoge The Catholic Herald, como consejeros para otras familias y les enseñan “planificación familiar natural”.
El papa Francisco le dio la razón. “Ha mencionado un gran enemigo del matrimonio, la teoría de género”, le respondió. Conviene recordar, en este punto, que “teoría de género” o “ideología de género” es el término que el ámbito más conservador utiliza para denigrar a buena parte de las reivindicaciones del colectivo LGTB (muy especialmente la lucha en favor de los derechos trans) y feministas. Sin profundizar demasiado, el papa añadió que hoy “existe una guerra global para acabar con el matrimonio”. “Hoy no se destruye con armas, se destruye con ideas. Es la colonización ideológica la que destruye”.
Sobre esa colonización ideológica a la que ya hizo referencia en su viaje Filipinas, el Papa Francisco se explayó: “A veces, algunos países ricos prometen ayudas económicas y como contraprestación intentan que los países intervenidos adopten políticas sociales como el matrimonio gay” En el mismo acto, Francisco también tuvo palabras críticas contra el divorcio. “El matrimonio es la cosa más preciosa que ha creado Dios. En el matrimonio, el hombre y la mujer se convierten en una sola carne, la imagen de Dios. Cuando uno se divorcia, está mancillando la imagen de Dios”, aseguró, entre otras declaraciones muy duras hacia los matrimonios que se divorcian. El papa también defendió el acercamiento a la Iglesia ortodoxa georgiana, abrumadoramente mayoritaria en el país.
Claro que es cuando echamos la vista aún más atrás y nos remontamos a la época en que Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la iglesia católica argentina cuando el tono apocalíptico del que es ahora papa aparece en todo su esplendor: “No se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo sino de una movida del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”. Así se expresaba en el verano de 2010 Bergoglio, en plena discusión sobre el proyecto de ley de matrimonio igualitario en su país… Y este Bergoglio que llegó a calificar al matrimonio igualitario, que entonces se discutía en Argentina, como “pretensión destructiva al plan de Dios” movida por el mismo demonio, sin movérsele el solideo, aseguraba después, siendo ya papa, que ”no es necesario estar hablando sin cesar” del tema. De la misma forma, pocas semanas después de recibir en el Vaticano a un católico transexual español, se conocían los detalles de una entrevista en la que el papa comparaba la “teoría de género” con las armas nucleares.
SOMOS FAMILIA. SOMOS FAMILIA. SOMOS FAMILIA
Fuente | Gay Star News, vía EstoyBailando/Cristianos Gays,
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