Australia contempla cargos criminales para confesores que se enteren de abusos a menores y no denuncien
La Iglesia teme que implique “hacer pinchazos” en el confesionario
La Real Comisión argumenta que prima la protección de menores sobre el secreto confesional
(Cameron Doody).- Cargos criminales para sacerdotes que escuchen en el confesionario detalles de abusos sexuales de niños y no los denuncien. Esto es lo que busca implementar la Real Comisión australiana que investiga las agresiones sexuales cometidas contra menores en las instituciones del país durante los últimos sesenta años, organismo que asimismo ha llamado a una profunda “reforma” de los procesos judiciales que se ocupan de este tipo de delitos.
Según informa la agencia local de noticias AAP, la Real Comisión australiana anti-pederastia quiere que haya un nuevo delito de omisión de denunciar agresiones sexuales a niños en instituciones, sin excepción para los curas que sepan de ellas durante la confesión.
Esto significaría que los presbíteros tendrían que romper el secreto de confesión en casos de abusos sexuales infantiles en instituciones, algo que el arzobispo católico de Sídney, Anthony Fisher, ha equiparado a “hacer pinchazos y escuchas” de las conversaciones que tienen lugar en los confesionarios.
La Comisión admite que entiende la inviolabilidad del secreto de confesión, particularmente en lo referente a la Iglesia católica, pero la importancia de proteger a los niños del abuso implica que el clero no debe rehuir de informar sobre tales abusos por el hecho de que la información haya sido recogida durante la confesión.
La investigación en todo el terreno australiano que lleva la Comisión ha escuchado declaraciones sobre perpetradores que hicieron una confesión religiosa de haber abusado sexualmente de niños pero que luego llegaron a reincidir y a buscar de nuevo la absolución, notó dicha Comisión en un amplio informe, titulado “Justicia Criminal”, que llama a la reforma del sistema judicial criminal australiana.
“Queda demostrado que la confesión es un foro en el que niños católicos han revelado los abusos sufridos y en el que sacerdotes han revelado su comportamiento abusivo con el fin de abordar su propia culpabilidad”, afirmó la Comisión.
La Comisión notó asimismo que el comité para la doctrina de la Iglesia anglicana ha recomendado que la práctica de la confidencialidad absoluta sea reconsiderada para confesiones de crímenes serios tales como los delitos de abusos a menores.
El nuevo delito de omisión de denunciar abusos en instituciones se aplicaría a personas en instituciones que supieran, sospecharan o debieran sospechado que un niño está siendo o ha sido abusado sexualmente por un adulto asociado a dicha institución.
La Real Comisión australiana sobre las Respuestas Institucionales al Abuso Sexual Infantil reveló en febrero de este año que entre 1980 y 2015 casi 4.500 personas denunciaron abusos sexuales a manos de 1.880 miembros de la Iglesia católica, o lo que es lo mismo, a manos del 7% del clero de entonces. Cifra esta última que, en algunas diócesis, alcanzó la suma escalofriante del 15% de todos los obispos, sacerdotes, diáconos y hermanos religiosos en activo.
Fuente Religión Digital
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