Gloria Fuertes: Poeta de Guardia
Todas conocemos a Gloria Fuertes (1917-1998). Al menos, de oídas.
Su popularidad fue tremenda en los años setenta y ochenta y se extendió hasta la última década del siglo XX. Fue el símbolo de la infancia televisiva del último cuarto de siglo. Esta señora de pelo corto y perpetua media sonrisa tiene una extensa bibliografía aunque, reconozcámoslo, ninguna de nosotras conocemos mucho más allá de El grajo vuela bajo y aquel poema de la taquillera del metro a la que se tiró.
Gloria siempre vivió como quiso, sin muchos aspavientos pero sin ocultarse.
Coincidiendo con el centenario de su nacimiento, el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa (Madrid) organiza una exposición realmente recomendable que ahonda en la vida y en la escritura de Gloria Fuertes, empezando por su dura infancia en Lavapiés, su temprano despertar sexual, su muy difícil relación con su madre, los horrores de la Guerra Civil, el hambre de la Posguerra o sus primeros tanteos como poeta.
Y siguiendo por su vida como escritora. A una edad muy temprana empezó a publicar en periódicos, a editar libros y a codearse con escritores de la época como Dámaso Alonso o José Hierro, que la consideraban una igual. Porque si una cosa era este extraño y, sin embargo, amable y voluntarioso personaje era escritora, poeta (ya no se dice más poetisa, guapi, lo sentimos) y… lesbiana. Precisamente su homosexualidad no se oculta a lo largo y ancho de esta excelente y extensísima exposición, pero tampoco se promociona ni se le da brillo.
Cuando se refiere a su vida amorosa, la muestra se centra tanto en unos dudosos primeros amores hetero que tuvo cuando era jovencita (entre ellos, un novio que murió en la Guerra Civil y al que dedicó un muy emotivo poema) como en su relación (jamás se nombra si fue amorosa, pero se intuye) con Phyllis Turnbull, “el amor de mi vida“, una profesora e hispanista estadounidense que Gloria conoció en 1953 en el Instituto Internacional de Madrid.
Fue precisamente Phyllis Turbull quien informó a Gloria de las becas Fullbright. Una de esas becas dio la oportunidad a Gloria de trabajar como profesora de español en Estados Unidos de 1961 a 1963. La relación entre Phyllis y Gloria duró quince años y terminaría en 1970. Una año después, Phyllis Turbull moriría de cáncer dejando deprimida y ahogada de dolor a Gloria.
La exposición, que como decimos es muy extensa y muy nutrida, se alimenta de muchos efectos personales de Gloria; bien colocados en unas vitrinas que, a modo de mesa de billar, se disponen en el centro de cada una de la docena de salas con la que cuenta la muestra. En los muros y paredes, dibujos, poemas, fotografías gigantes, que cuentan la historia de la poeta. Así, esta inteligente retrospectiva cuenta con, al menos, dos modos de lectura: una, la documentalista, por la cantidad de material personal, manuscritos y primeras ediciones de Gloria Fuertes, y otra, la digamos “lúdica”, pensada principalmente para las niñas y niños.
Y es precisamente para las y los más pequeños para los que se reserva una sala de juegos, con cuentacuentos, dibujos, taller de poesía y varias actividades. Además, hay otras estancias, casi al final de la muestra, donde se da buena cuenta de las apariciones en televisión de Gloria, con la visión de programas donde ella participó, como Un globo, dos globos, tres globos o La cometa blanca.
En definitiva, una excelente oportunidad (y con entrada libre) para adentrarse en esta escritora clave de la historia de la poesía española. Y además de verdad.
“Gloria Fuertes 1917-1998” estará en la sala de exposiciones del Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa de Madrid hasta el 14 de mayo. La entrada es gratuita y podéis visitarla de martes a domingo (de 10:00 a 21:00).
Fuente EstoyBailando
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