El estado australiano de Queensland prohibe la defensa del “pánico gay”
El sacerdote Paul Kelly con algunas de las firmas que recogió para acabar con la defensa del pánico gay
El Parlamento estatal aprueba que no se pueda usar como estrategia de defensa en un juicio por asesinato las proposiciones sexuales de una persona del mismo sexo
El doble crimen de Vigo, modelo en EEUU contra el “pánico gay”
El Parlamento de Queensland, en el este de Australia, acaba de eliminar de su código legal la posibilidad de usar el “pánico gay” como estrategia de defensa en las acusaciones de asesinato. Hasta ahora bastaba con declarar en un juicio que habías matado a una persona de tu mismo sexo porque se te había insinuado sexualmente para que lo consideraran un atenuante y rebajaran los cargos de asesinato a homicidio. Ahora sólo queda un estado, Australia Meridional, en el que siguen admitiendo este tipo de atenuantes y en el que de momento se empeñan en demostrar el serio retraso que tienen.
Esta reforma era una promesa electoral de la Primera Ministra Annastasia Palaszczuk y la propuso en el parlamento la Fiscal General Yvette D’Ath hace un año, que quiso dejar claro que Queensland no puede justificar la violencia contra la comunidad LGTB o contra cualquier otra comunidad y que aprobando este cambio quieren dar un mensaje de que no aceptan ningún tipo de discriminación. Todo esto debería ser lo normal, en realidad, pero hay muy pocos lugares (otro de ellos es California) que han dado un paso como el que acaba de dar Queensland.
Para llegar a esta conclusión tan evidente en el parlamento hicieron falta varios años y una petición en Change.org iniciada por un sacerdote católico.
La Fiscal General Yvette D’Ath en el medio, con el padre Paul Kelly anunciando el pasado miércoles la reforma de la ley. Fotografía: change.org
Wayne Rucks, que según su familia no sólo no era homosexual, sino que estaba en contra del matrimonio igualitario y decía que la homosexualidad era algo innatural, fue asesinado de una brutal paliza en el patio que rodea la iglesia de Maryborough, en Queensland, en 2008.
En el juicio, los que lo mataron se libraron de ser acusados de asesinato, que se castiga con cadena perpetua porque uno de ellos dijo que Wayne le había tocado los genitales y se le había insinuado, lo que no era cierto tal como se pudo demostrar con las cámaras de seguridad de la iglesia. Oficialmente, esta defensa no se tuvo en cuenta porque no se pudo probar, pero finalmente los asesinos fueron condenados a unos pocos años de cárcel acusados de homicidio y la madre de Wayne asegura que la defensa del “pánico gay” tuvo mucho que ver. Indigna ver que los asesinos de Wayne, al que todos recuerdan como una persona muy poco amiga del colectivo LGTB, se acabaran beneficiando de una norma homófoba y de los prejuicios del juez y del jurado.
El padre Paul Kelly, de la iglesia de Maryborough, afirma que se sintió asqueado durante el juicio al ver este intento de defensa y que más tarde pensó que ya estaba bien con el cuento del pánico gay cuando vio que se volvía a usar apenas unos meses después en el caso de un autoestopista asesinado. Fue él el que lanzó la petición en Change.org dirigida al gobierno de Queensland y el que empezó a presionar a los políticos para modificar la ley y después años de intensa campaña ha dicho que puede respirar tranquilo ahora que ve que se ha eliminado una norma arcaica y homófobica.
Tenemos que recordar que la defensa del terror insufrible a ser violado por un homosexual es un coladero legal que se sigue usando en muchas partes del mundo. Aquí mismo, en España, fue el argumento que se usó para absolver en un primer juicio a Jacobo Piñeiro asesino de dos chicos gays en Vigo en 2006 (a los que asestó 57 puñaladas, para luego prender fuego a su casa) fuera absuelto por un jurado popular en 2009. Por fortuna la justicia obligó a repetir el juicio con un nuevo jurado, y Piñeiro fue finalmente declarado culpable de doble asesinato y condenado a una pena de 58 años de cárcel, una sentencia que fue luego confirmada por el Tribunal Supremo. El alto tribunal estimó, tal y como ya había resuelto antes el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, el recurso de Piñeiro se hallaba “completamente huérfano de fundamentación”, tanto por las atenuantes invocadas de “miedo insuperable, trastorno mental transitorio y superación de una situación límite que le hacía temer por su vida” como porque los motivos formulados carecían “de amparo procesal”.
Fuente: SBS, vía EstoyBailando
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