Malasia sugiere a los homosexuales que “aprender” a ser hetero es igual que iniciarse en la equitación
Aunque las “terapias de conversión” carecen de evidencia científica y suelen acarrear consecuencias dañinas a las personas que se someten a ellas, para el Gobierno malasio son una “solución” adecuada para “curar” la homosexualidad. Así lo han reconocido representantes del ejecutivo, tras respaldar el vídeo promovido por el Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia (JAKIM). En él se equipara la supuesta transición de la homosexualidad a la heterosexualidad con el aprendizaje de montar a caballo ya que, según dicen, ambas prácticas implican “recibir una amplia formación y orientación”. Asimismo, para reprimir la atracción hacia personas del mismo sexo recomiendan ayuno, recurrir al “amor de Dios” y el matrimonio heterosexual.
El Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia o JAKIM (una institución oficial que desarrolla las políticas religiosas del país) considera que se puede modificar la orientación sexual a base de “paciencia” y aconseja que los amigos de las “personas no heterosexuales” les presten su “ayuda” para devolverles al “camino recto”. El vídeo que promueve el JAKIM, que cuenta con el respaldo del Gobierno, transmite el mensaje de que la homosexualidad se puede “curar”.
A pesar de todo, algunos activistas señalan que es inédito que las autoridades religiosas recomienden “apoyar” a la comunidad LGTB, aunque sea para intentar cambiarles, en lugar de recurrir al odio, la exclusión o la violencia. El vídeo, con una duración de 3 minutos y locutado en malayo, dice textualmente que “el hecho es que hay quienes están entre los musulmanes que tienen orientación no heterosexual pero permanecen firmes en el camino del Islam”. Para ellos, prosigue la voz en off, “esto es una prueba de Alá y deben elegir enfrentar la prueba con lo que el Islam exige”.
El activista Syed Azmi Alhabshi ha sido el responsable de compartir el vídeo a través de las redes sociales, ya que el JAKIM había evitado este tipo de distribución masiva. Sin embargo, el subdirector del Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia, Mohd Izwan Yusof, confirmaba que esta institución se encuentra detrás del referido audiovisual, que insertamos a continuación:
LGTBfobia de estado en Malasia
En Malasia la homosexualidad está perseguida y se castiga con penas de hasta 20 años de cárcel (especialmente las relaciones entre hombres gais). De hecho, allá por 2011 nos hacíamos eco de las intenciones de varios líderes musulmanes malasios de endurecer las medidas contra la homosexualidad y en 2015 el primer ministro, Najib Razak, comparaba a las personas LGTB con el Estado Islámico, alegando que carecen de derechos humanos.
Malasia es un país de variada composición étnico-religiosa, aunque de mayoría musulmana, en el que conviven leyes civiles, de obligado cumplimiento para todos, y leyes islámicas, de aplicación a los ciudadanos musulmanes.
Venimos dando cuenta de la LGTBfobia social y política imperante en este pequeño estado peninsular de Asia. Algunos ejemplos son el anuncio de censura de programas con personajes homosexuales, la cancelación de un Festival que se celebraba desde 2008 para promover el respeto a la diversidad sexual o la censura de la canción Born This Way, de Lady Gaga, por su contenido LGTB. También en 2012, un joven gay musulmán recibía amenazas de muerte por difundir un vídeo en el que animaba a otros homosexuales a salir del armario. Con anterioridad, concretamente en noviembre de 2008, informábamos sobre un edicto de las autoridades musulmanas contra las “actitudes masculinas” en las mujeres, entre las que se incluía el lesbianismo y el vestir “como hombres”.
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