El Colegio de Psicólogos demandará a la “coach” homófoba Elena Lorenzo
Una periodista destapa la mala praxis de la “coach” Elena Lorenzo y el Colegio de Psicólogos prepara una denuncia por malas prácticas e intrusismo.
Elena Lorenzo fue denunciada por la asociación Arcópoli porque se dedicaba a ofrecer sus servicios para dejar de ser homosexual. Ella dice ser coach porque aunque algunos medios la tratan de psicóloga, esta embaucadora no lo es realmente. Y como no podría ser de otra forma, en España el Colegio Oficial de Psicólogos “rechaza de forma rotunda este tipo de prácticas“. Además, en caso de que cualquier colegiado diga que puede cambiar la orientación sexual de uno de sus pacientes, es muy probable que lo expulse.
Hasta hace poco era legal ofrecer este tipo de torturas psicológicas disfrazadas de terapias, más propias de la psicología de principios del siglo XX que de la del siglo XXI. Y aún hoy sigue siendo legal vender muchas cosas que directamente no tienen ninguna base científica. Pero algunas de las leyes LGTBI autonómicas que se están aprobando las prohíben, como ocurre en Madrid (y de ahí la denuncia de Arcópoli) y en Cataluña. En el caso concreto catalán, están prohibidas siempre que se practiquen en un ámbito clínico, y este es otro resquicio (igual que jugar perversamente con las palabras y decir que no te quiere cambiar, solo ayudarte a hacerlo y solo si tú quieres) por el que esta señora puede colar sus malas artes.
Y, ya os podéis imaginar lo que pasó después de la denuncia de Arcópoli y el aviso de la Comunidad de Madrid: la caverna ultraconsevadora nombró a la coach mártir oficial perseguida por el lobby gay, y se lanzó a pedir la libertad para ella y los supuestos homosexuales que querían dejar de serlo.
Y, mientras, la propia Elena tuvo ocurrencias tan graciosas como usar una app de ligues para “charlar” con homosexuales y publicar una disparatada entrevista para defenderse de los supuestos ataques que, según ella, estaba sufriendo. En su web, que estuvo cerrada una temporada, nos muestra lo muy poco homófoba que es y se defiende de los que la acusan de querer cambiar la orientación sexual de los demás (cosa que, que quede claro, es imposible) usando expresiones de marketing como “Lo sé. Puedes dejar atrás la homosexualidad” o presentándose sin pizca de pudor como especialista en trabajar la identidad (sic.) de personas con Atracción al Mismo Sexo. La AMS, por cierto, es el término pseudocientífico que usan la Diócesis de Alcalá y otros fanáticos católicos en España para hablar de la homosexualidad como si fuera una patología que se puede tratar.
A pesar del enorme banner en el que un chico de ojos tristes se pregunta “¿Se puede dejar atrás la homosexualidad?” o relatos absurdos como el de una tal “Emma” que intentan convencernos, con lenguaje de teletienda, de cómo superaron la AMS no logrará convencernos de que sea posible cambiar a nadie, por mucho que afirme que tiene clientes que son “homosexuales convencidos” y que corresponde a cada uno decidir si quiere cambiar o no…
Una periodista del diario Ara ha contactado con la coach haciéndose pasar por una chica lesbiana que quería volverse heterosexual; para tan divertida aventura se basó en los casos de éxito de la web de Lorenzo (que a Arcópoli y a cualquiera con dos dedos de frente le parecen falsos) para crear el personaje de una chica, Andrea Bosch, que estaba harta de ser lesbiana y que quería dejar de serlo para poder casarse con un hombre y tener hijos.
Tal como cuenta la periodista, a Elena Lorenzo le bastaron unos minutos para despreiar todo el consenso científico internacional: según ella nadie nace homosexual, lo más probable es que “Andrea” hubiera tenido algún conflicto con su padre o con su madre e hizo bien en acudir a ella porque no hay que hacerle caso a los psicólogos, que total, “para las cosas que dicen…“ O sea, los mismos manidos tópicos de la ranciendumbre conservadora y religiosa.
Y todo en una consulta por Skype para la que tuvo que pagar 70 euros de nada, mandar una copia del DNI y firmar un acuerdo de confidencialidad. Nada sospechoso…
Según Ricardo Delarosa, vicepresidente de la comisión de nuevos modelos de familia del Colegio de Abogados de Barcelona, lo que hace Elena Lorenzo tiene todas las características de un delito de estafa, puesto que hay un intercambio monetario entre la víctima y el estafador sin obtener un resultado, es decir, en base a un engaño. Delarosa también opina que se vulnera el código deontólogico médico, que implica el uso de prácticas médicas reconocidas y no perjudiciales (estas “terapias” no están reconocidas, y lo que es peor, pueden ser muy dañinas para el que las sufre) y que como esta señora no es médica y la profesión de coach no está reconocida, entramos también en el terreno del intrusismo profesional.
Por su parte, el Colegio de Psicólogos de Madrid, a través de su grupo de trabajo de Divesidad Sexual y de Género preparan, en efecto, una demanda por intrusismo contra Elena Lorenzo puesto que ofrece una terapia cuando ni es terapeuta ni está colegiada, a la vez que lamentan que no puedan demandarla específicamente por las prácticas que realiza, precisamente porque no está colegiada.
Para finalizar, podéis leer esta publicación del Facebook de Gabriel J. Martín, que es donde nos hemos enterado de esta historia, en la que deja muy claro algunas cosas que todos deberíamos saber. Especialmente los familiares que con supuesta buena fe mandan a sus hijos a manos de estos curanderos que pueden destrozar, literalmente, la mente de quien se ponga en sus manos.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de este año tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Fuente: ara.cat, vía EstoyBailando/Dosmanzanas/Cristianos Gays
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