La mediación lingüística en el proceso de asilo político a personas LGTB, un eslabón muy importante
Hoy traemos la noticia de una demandante de asilo cuya solicitud, por motivo de orientación sexual, peligró por culpa de los intérpretes presentes en su entrevista y su juicio. El Periódico ha sacado a la luz este hecho ocurrido en 2007.
D.S. (las iniciales de su nombre, que no ha rebelado) nació en Saida, provincia del norte de Argelia, en 1970. A los 17 años huyó de su familia porque no aceptaba el matrimonio que sus padres preparaban para ella y se instaló en Orán; también en Argelia, donde encontró trabajo. A pesar de todo, siguió teniendo problemas por su orientación sexual: un vecino intentó cortarle el cuello causándole un coma de 40 días y la policía, además de no protegerla, la detenía. Por todo esto, en 2007 emprendió su viaje en patera hacia España con un amigo. Tras 18 horas de viaje llegó a la costa de Almería.
Cuando se la entrevistó por primera vez se le adjudicó un intérprete marroquí. Al explicar su situación “el intérprete dijo que no podía decir eso. Que era una vergüenza. Que me limitara a firmar un papel conforme era una inmigrante ilegal”, según asegura ella. Después de esto, la enviaron al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona, donde se enteró de que podía pedir asilo político. A través de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) obtuvo otro intérprete, también de origen marroquí, el cual se negó a traducir los detalles de su historia. Al final, la única que accedió a interpretar el testimonio de la demandante de asilo fue una mujer que hablaba francés.
La historia, en este caso, ha tenido un buen final. En 2009 le concedieron el asilo y ahora vive en Barcelona donde ha encontrado trabajo. Su pareja, que también pidió asilo político en Francia, no ha tenido tanta suerte: no lo ha conseguido.
Mediación lingüística en casos de asilo
Cuando una persona llega al país de acogida, las autoridades le realizan una entrevista durante la cual pueden poner en marcha la demanda de asilo. En los casos en los que la persona no hable castellano o alguna de las demás lenguas oficiales del estado tiene derecho a tener un mediador lingüístico. Este hecho es una parte fundamental a la hora de pedir asilo, ya que el demandante debe explicar todas las razones por las que lo pide.
Negar a una persona la mediación lingüística puede tener unas consecuencias muy graves: en España se han instaurado las “devoluciones en caliente” (negar el acceso al país a las personas que entran de forma “ilegal” sin que medie la intervención de un juez), por lo que no poder expresar el deseo de demandar asilo puede tener consecuencias irremediables.
Es obvio que en este caso, además, la profesionalidad de los intérpretes deja mucho que desear. Para ser un buen intérprete se debe ser neutral, dejando de lado todo tipo de prejuicios y consideraciones propias. El problema aquí fue que los intérpretes de origen marroquí se negaron, por cuestiones culturales, a hablar de la sexualidad de esta demandante de asilo (agravado por el motivo de orientación sexual). Las autoridades deberían tener en consideración estas cuestiones para poder dar un buen servicio de interpretación y asegurar a los demandantes de asilo los derechos que legítimamente les corresponden.
Fuente Dosmanzanas
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