Tomad, Señor y recibid…
En la Fiesta de San Ignacio de Loyola (Azpeitia, c. 23/10/1491-Roma, 31/08/1556), la pregunta es acuciante: “¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo?”
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad,
todo mi haber
y mi poseer;
Vos me lo diste;
a Vos, Señor, lo torno;
todo es vuestro,
disponed todo a vuestra voluntad;
dadme vuestro amor y gracia,
que esto me basta.
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San Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales,
Cuarta Semana, Contemplación para alcanzar amor, Primer punto.
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En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús:
– “Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.”
Él le contestó:
– “Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?”
Y dijo a la gente:
– “Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.“
Y les propuso una parábola:
– “Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.”
Y se dijo:
– “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida.”
Pero Dios le dijo:
– “Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será? “
Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.”
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Lucas 12, 13-21
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