La ley catalana contra la homofobia sigue sin salir adelante un año y medio después de aprobarse
La ley que defiende los derechos del colectivo LGTB frente a la discriminación fue aprobada el 2 de octubre de 2014 pero sigue sin desarrollarse por falta de voluntad política del Gobierno de la Generalitat (Junts pel Sí-ERC y apoyado por la CUP), y eso que cuenta con dos consejeros visiblemente gays. ¿A qué esperan?
El Observatorio Contra la Homofobia (OCH) ha denunciado el “secuestro” por parte del anterior gobierno catalán de la ley 11/2014, pionera en Europa en pro de los derechos del colectivo LGTB. Aprobada hace ya 18 meses, esta normativa aún no se ha llevado a cabo, según denuncian, por falta de voluntad política. La ley establece un régimen de infracciones y sanciones, como método coercitivo para poner fin a la impunidad de los agresores y para complementar la simple denuncia administrativa, pero en la práctica no ha quedado desarrollado.
Desde la OCH reclaman de forma urgente un decreto para la validación de un reglamento que desarrolle este régimen de infracciones y sanciones. El 31% de los casos registrados de homofobia termina en agresión, por eso es necesario regular estas medidas coercitivas.
El director del OCH, Eugeni Rodríguez, se queja de la falta de comunicación y sobre todo financiación de la ley 11/2014. “Se debe destinar dinero, esto debe ser una prioridad. No podemos hacer esta tarea con menos de 10.000 euros”, lamenta. La OCH ofrece desde el pasado mes de octubre un servicio de atención psicológica a las víctimas de LGTBfobia, un servicio que se sostiene mediante voluntariado y con muy poca infraestructura.
Según el informe presentado este miércoles en la sede del OCH, en líneas generales se han producido menos denuncias que en años anteriores. En el año 2014 fueron cerca de 400 y este año han sido un total de 113, los casos denunciados.
“Hay un porcentaje elevado de víctimas que quieren denunciar su caso a la OCH pero no a la administración. Sigue habiendo un miedo atávico”, ha agregado Rodríguez. Este hecho hace que muchas denuncias se queden por el camino; mucha gente simplemente quiere notificar la agresión por no dejar constancia por escrito. También hay quien simplemente se cansa del procedimiento: “Se necesita una fórmula más clara”, ha matizado el director de la OCH.
Por primera vez no se ha registrado ninguna denuncia relacionada con el cruising. En cambio han crecido las quejas por homofobia, transfobia o bifobia en Internet, sobre todo en el caso de redes sociales como Twitter, donde es muy complejo intervenir.
Fuente Cáscara Amarga
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