Dios es poesía
Yolanda Chávez,
Los Ángeles (USA).
ECLESALIA, 29/01/16.- La Teopoesía es un alumbramiento grandioso, genial; aflora del encuentro con Dios que libera desde la vida, introduce en el corazón y en las entrañas de los seres la delicada dimensión de la belleza con sus tintes estéticos en todas sus dimensiones para transformarse en palabras.
Produce imágenes, llena los espacios vacíos con su presencia divinizadora, perfuma los sentidos de quienes la perciben; se deja oler, se deja sentir, se deja comer por ellos y los transforma de teólogos a poetas y de poetas a teólogos, Rubem Alves lo explicaba así:
“Desde hace unos años tengo perdida mi respetabilidad académica. Nadie me la quitó, pero un buen día, por razones que no me sé explicar, algo sucedió en mí. No sé qué me pasó, más lo cierto es que de repente me descubrí incapaz, en absoluto, de pensar, hablar y escribir analíticamente. Fui poseído por la forma poética y sigo por ella poseído cuando escribo. Aunque esto me gusta, me crea también muchos problemas con auditorios científicos y académicos, porque esa gente no cree que la poesía sea algo serio; sin embargo, yo creo que es la cosa más seria: creo que Dios es poesía. Si pudiese hacer una nueva traducción del texto de Juan: “y el Verbo se hizo carne”, pondría “y un Poema se hizo carne”.
El Verbo conjugado en todos los tiempos se hace carne y se hace Poema. Se ofrece y se da transmutándose literariamente. Alves descubre la raíz replanteando estos dos conceptos:
“La literatura es un proceso de transformaciones alquímicas. O, si prefieren una palabra en desuso, utilizada por los teólogos antiguos, “transustancia” su carne y su sangre en palabras y dice a sus lectores: “¡Lean! ¡Coman! ¡Beban! ¡Ésta es mi carne, ésta es mi sangre!”.
“¿Y el lugar de la teología? Forma parte de esta sinfonía de gemidos (Ro 8.22-23): habla sobre Dios, que es la confesión de una nostalgia infinita, que brota de este cuerpo tan bueno y amigo, que puede sonreír, acariciar, plantar, tocar flauta, hacer el amor, entregarse como holocausto por aquellos a quienes ama y también hacer teología. Teología: poesía del cuerpo, sobre esperanzas y nostalgias, pronunciadas como una oración”.
La Teopoesía domina los lenguajes vibrantes contenidos en el cuerpo, se nos comunica emergiendo de las entrañas porque allí habita el misterioso deseo de crear, co-crear y re-crear.
Se nos comunica surgiendo del corazón porque allí late secretamente la nostalgia por lo trascendente, por esa realidad englobante que nos sobrepasa.
Evita el cerebro porque moriría entre sus grises pliegues intelectuales. No se racionaliza, Sopla hacia donde quiere; oyes su rumor, pero no sabes de donde viene ni a donde va (Jn 3: 8).
Después de todo, de Dios sólo se puede hablar poética, humanamente, con metáforas, porque: “La teología no es cosa de quien cree en Dios/ sino de quien tiene nostalgias de Dios”.
“Recordemos la disputa de Jesús con Satán, quien le dijo que debería ser una persona práctica, que debería volverse cocinero. Y Jesús le dijo: ‘No, yo prefiero ser poeta’” (Mt 4:1-4).
Para Rubem Alves, uno de los máximos exponentes de la Teopoética, celebrando su legado año y medio después de su partida para ya no sentir más nostalgias de Dios.
Comentarios recientes