El Ministerio de Educación chino, a juicio por homofobia en libros de texto
Representantes del Ministerio de Educación chino acudieron este martes ante la justicia por la demanda presentada por una universitaria contra varios libros de texto que, en su opinión, “demonizan” a gays y lesbianas. “La acusación no es el fin, el objetivo es resolver el problema, que el Ministerio de Educación haga algo para borrar los contenidos que demonizan a los homosexuales”, dijo Qiu Bai, el pseudónimo de la joven lesbiana de 21 años que interpuso la demanda.
El Ministerio de Educación chino ha sido denunciado por una estudiante universitaria lesbiana que encontró información altamente homofóbica en textos sobre Piscología y Medicina. Un caso que el activismo LGTB asiático considera ‘‘histórico” en un país en el que el colectivo sufre una velada discriminación.
Hasta inicios de este siglo, las personas homosexuales en China estaban consideradas como enfermas mentales en los textos médicos, un estigma que la población LGTB sigue sufriendo a pesar de los paulatinos -pero insuficientes- avances en favor de la diversidad que se han dado desde entonces.
La Asociación Psiquiátrica China eliminó en 2001 la homosexualidad de su lista de trastornos mentales. Sin embargo, se estima que a fecha de hoy un 40% de los libros de texto publicados en el país tras la despatologización de la homosexualidad siguen tipificándola como un trastorno psicológico.
En este contexto se entiende que la estudiante de Pekín que encontró información homofóbica en los libros de texto de Piscología y Medicina de su Universidad, enviara una carta al Ministerio de Educación señalando dichos errores y solicitando las pertinentes correcciones. Y al no tener respuesta, decidiera presentar una demanda en el mes de agosto, de la que ayer se celebró su segunda audiencia.
La estudiante, que usa por seundónimo el nombre de Qiu Bai, explicó que quería buscar información sobre lo que le estaba pasando al percatarse de que se sentía atraída por una amiga de clase. Tras leer libros de su universidad sobre psicología y medicina en los que se aseguraba que la homosexualidad es “un desorden mental”, decidió acudir al psicólogo y con el tiempo se dio cuenta de que no estaba enferma: “Me enfadé mucho”, recordó la universitaria poco antes de entrar al tribunal. Concretamente, Qiu dio a conocer el contenido de un manual titulado Psicología de la Salud, publicado en 2015 por la prestigiosa Universidad de Renmin, en el que se expone que: “Las formas más comúnmente encontradas de desviación sexual son la homosexualidad y las adicciones enfermas de travestismo, transexualidad, fetichismo, sadismo, voyeurismo y exhibicionismo”
Después de constatar con el facultativo que su condición homosexual no era ningún trastorno y que para nada estaba enferma, la joven de 21 años decidió emprender junto a grupos de activismo una campaña que consiguió que por primera vez el Ministerio de Educación ser personara ante la justicia por un caso de homofobia.
Representantes del activismo LGTB chino acudieron a las Tribunal Intermedio de Pekín donde se celebró la vista para expresar que es un caso ”histórico” dada la discriminación subrepticia que sufre el colectivo en el país asiático. En la vista, tiempo durante el que activistas se manifestaron ante la corte con pancartas que decían “Queremos un juicio justo” y “Los homosexuales debemos ganar visibilidad”, el juez pidió a ambas partes que explicaran su posición antes de continuar con el proceso. Qiu se mostró esperanzada en conseguir materiales de estudio seguros para “no dañar a más estudiantes”, aunque también expresó su decepción porque los representantes ministeriales no detallaron sobre quién “recae la responsabilidad” de los libros utilizados en el sistema educativo.
“De los 90 libros de texto disponibles en las bibliotecas de Guangzhou, el 42 por ciento define la homosexualidad como una enfermedad o una anormalidad”, dijo Peng Yanhui, director de la ONG Defensa de los Derechos LGBT.
En la vista, el juez pidió a ambas partes que explicaran su posición antes de continuar con el proceso. Y según Qiu, que se mostró esperanzada en conseguir un cambio, también expresó su decepción porque los representantes ministeriales no detallaron sobre quién ”recae la responsabilidad’‘ del contenido de los libros de texto.
En palabras de Qiu Bai a EFE:
La acusación no es el fin, el objetivo es resolver el problema, que el Ministerio de Educación haga algo para borrar los contenidos que demonizan a los homosexuales”
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