El Parlamento de Polonia no logra levantar el veto presidencial a la ley de identidad de género
Finalmente el veto presidencial a la ley de identidad de género no ha podido ser levantado por el Parlamento de Polonia. La cuestión ni siquiera ha sido resuelta en votación, pues cuestiones formales impidieron que se presentara para su consideración por los parlamentarios en el último día de sesiones plenarias antes de las elecciones generales del próximo 25 de octubre. La comunidad transexual polaca deberá esperar a un nuevo período legislativo lleno de incertidumbres, mientras sus miembros siguen sufriendo un largo y penoso proceso judicial para ver reconocidos sus derechos.
El veto del presidente polaco, Andrzej Duda, a la Ley de Identidad de Género aprobada por el Parlamento polaco el pasado verano debería haber sido debatido en el Sejm (cámara baja del Parlamento) el pasado día 9 de octubre. Para poder levantarlo, se necesitaba un quórum de al menos el cincuenta por ciento de los miembros de la cámara, y el voto favorable de tres quintas partes de los presentes. Sin embargo, la comisión parlamentaria correspondiente no presentó el preceptivo informe para que la cuestión fuera planteada en el orden del día, y la votación no pudo producirse.
La cuestión se agrava dado que se trataba de la última sesión plenaria antes de las elecciones generales del próximo 25 de octubre, por lo que el proyecto de ley quedará en el limbo parlamentario hasta que las nuevas cámaras que se constituyan decidan retomar su proceso. Su futuro es, por tanto, incierto, pues no se sabe qué nuevas mayorías de formarán, y es dudoso que para ninguno de los diferentes grupos esta sea una cuestión prioritaria. Mientras tanto, las personas transexuales polacas deberán someterse a lo que ILGA Europa describe como un “penoso y estresante proceso judicial”, y soportar largas esperas para obtener una decisión favorable a sus derechos.
Evelyne Paradis, directora ejecutiva de ILGA Europa, opina que “esta Ley no trataba únicamente de la codificación de un procedimiento no escrito. Era una oportunidad para que los parlamentarios de Polonia reafirmaran su compromiso con la igualdad. La ley había sido apoyada por ambas cámaras del Parlamento hace solo unas semanas. Pero ahora, esos mismos representantes electos han dado marcha atrás en la oportunidad de dar a las personas trans de Polonia una mayor dignidad. Que sus esperanzas se hayan estrellado con este último obstáculo legislativo es increíblemente frustrante. Las voces de las personas trans y todos aquellos que apoyaron la ley han sido descaradamente ignoradas por los políticos polacos. Los derechos humanos no son una moneda de cambio. Estamos muy preocupados por que las personas trans de Polonia hayan sido utilizadas como un peón en un deprimente juego preelectoral”.
Una ley largamente esperada y ahora frustrada
Debido a la precariedad legal en que se encontraban las personas transexuales polacas, Anna Grodzka, la primera diputada transgénero del país, presentaba ante el Parlamento el proyecto de Ley de Identidad de Género, que suponía un primer intento de regular legalmente todo el proceso de modificación de los documentos oficiales. Y lo hacía además sin la necesidad de que las personas transgénero hubieran de someterse a ninguna cirugía o tratamiento hormonal para que esas modificaciones tuvieran lugar. Lo que sí se requería era la soltería y la necesidad de presentar ante el juez dos informes médicos o psicológicos independientes que confirmaran que la persona “es de una identidad de género diferente al género legalmente asignado”.
Con esa redacción, la Ley de Identidad de Género consiguió la aprobación del Sejm (la cámara baja) este 23 de julio, por una mayoría de votos 252 a favor frente a 158 en contra, lo cual fue saludado por los defensores de los derechos LGTB como “una victoria enorme para las personas trans en Polonia”. También consiguió la mayoría en el Senado (o cámara alta), aunque allí sufrió la introducción de un enmienda que exigía a las personas transgénero con hijos menores la aquiescencia de un psicólogo infantil, requisito que hizo temer a los activistas que fuera un subterfugio para limitar los derechos basándose en una supuesta protección de los menores.
A pesar de ello, todos coincidían en que se trataba de un primer paso gigantesco en el reconocimiento de los derechos de las personas transgénero polacas. Esa satisfacción, sin embargo, se vio lamentablemente truncada por la decisión del presidente polaco, Andrej Duda, que el pasado viernes 2 de octubre decidió vetar la Ley de Identidad de Género, a pesar de que haber obtenido un apoyo parlamentario de semejante envergadura. Que el veto no haya podido ser levantado por el Parlamento supone una insoportable dilación en el reconocimiento de los derechos de las personas transexuales polacas.
Fuente Dosmanzanas
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