“Noemí y Rut, dos mujeres que confían en la fuerza del Amor”, por Emma Martínez
De su blog Poner letra a mi canto:
Publicado en Rev CONFER, Noviembre, 1998
1. El libro de Rut: estructura, composición, claves de lectura.
2. Un itinerario de fe y confianza en la fuerza del amor. Hitos significativos:
· Salir de la tierra, si es necesario, cuando los tiempos son malos.
· Saber acoger lo que la vida ofrece.
· Ante la desolación: no perder las raíces, ni la memoria creyente, para no perder la esperanza.
· Tomar iniciativas difíciles: decidir volver; salir; decir adiós; recuperar la libertad.
· Renunciar para poder elegir.
· Hacer elecciones arriesgadas movidas sólo por el amor.
· Ponerse en camino hacia una tierra que no es la propia, pero que uno elige hacer suya.
· Aprender a vivir en tierra extraña.
· Saber “vivir-con” y al tiempo buscar y definir la propia identidad.
· Convertir la cotidianidad en lugar de salvación y revelación.
3. Noemí y Rut dos mujeres que nos muestran un camino para descubrir nuestro lugar, como mujeres y varones, en la historia de salvación.
· Optar por vivir desde el amor solidario.
· Confiar en los otros y arriesgarse.
· Contemplar a Dios en lo cotidiano.
· Saber celebrar
· Creer que la historia de salvación se construye desde abajo.
NOEMÍ Y RUT DOS MUJERES QUE CONFÍAN EN LA FUEZA DEL AMOR.
1- EL LIBRO DE RUT ESTRUCTURA Y COMPOSICIÓN.
Este libro bíblico es un drama ficticio o una novela de un gran valor artístico. Considerado una de las obras maestras de la literatura narrativa hebrea. Predomina el diálogo sobre la acción y esto permite el conocimiento directo de los personajes a través de lo que dicen y hacen.
No está clara la época de su composición final[1], la mayoría se decantan por situarlo en la época post-exilica [2] (en torno al 450?) [3]. Si así fuese, el libro, contiene una gran ironía crítica. A la vuelta del destierro en Babilonia, el pueblo está pasando por una situación crítica y los gobernantes buscan proyectos para resolver esa situación. Los libros de Esdras y Nehemías nos dan información al respecto.
Es importante para comprender la hondura y audacia del libro de Rut aproximarnos, muy someramente a los proyectos “salvadores del pueblo” en boga, en esa época.[4]
* Los proyectos de Zorobabel y Josué. (Esd.3,1-13) Éstos trataron de construir el templo de Jerusalén destruidos por Nabucodonosor (Esd.5,1-2). Estamos en torno al año 520 antes de Cristo, unos veinte años después de la vuelta del exilio. Se pensaba que el sufrimiento del pueblo era un castigo de Dios por haber abandonado el templo en ruinas (Ag.1,3-11). Zorobabel y Josué trataron de reconstruir al pueblo en torno al culto, altar, y templo.
* El proyecto de Esdras.(Esd.9,1-10; Neh.8,1-18). Esdras era un doctor de la ley, un escriba de gran prestigio, actuaba en nombre del rey de Persia (Esd.7,11-26). Visitó Jerusalén en el año 458. Esdras también creía que el sufrimiento del pueblo era un castigo de Dios. Echa la culpa de la situación difícil que atraviesa el pueblo, al pecado que han cometido casándose con mujeres extranjeras (entre ellas, las moabitas) y decreta su expulsión (Es. 9,1-2;10,2.10). También él trata de reconstruir al pueblo en torno a la observancia de la ley de Dios (Neh.8,13) y la pureza de la raza .Si, como apunta Carlos Mester, en este momento se escribe este libro, nos encontramos con una literatura crítica y alternativa. En él se presenta a Rut, mujer moabita, como modelo del amor fiel, revelación del amor de Jahveh (Hesed), que es introducida por Dios en la bendición y entroncada dentro de la descendencia davídica.
* El proyecto de Nehemías (Neh.5,1-19). Éste era gobernador de Judá, nombrado por el rey de Persia en el año 445, contemporáneo de Esdras. Era un gobernante sensible a los problemas del pueblo, se indignaba por la situación de explotación de los ricos sobre los mas pobres (Neh.5,1-5.15). Convocó al pueblo y, en nombre de Dios, les exigió que devolvieran a los pobres las tierras robadas y que les perdonasen las deudas acumuladas (Neh.5,7-13). Intentó reconstruir al pueblo en torno a la observancia de la ley del año jubilar. Cada cincuenta años, se rescindían las compras y ventas de la tierra (Lev.25,1-34; Dt.15,1-11). La reconstrucción del pueblo comenzaría por la iniciativa de los ricos, de devolver lo que les habían robado a los pobres.(Neh.5,9)
Una primera clave de lectura del libro puede ser la realidad de la que parte.
Ante la situación del pueblo que trasparenta el libro y los diversos proyectos para resolverlas, ¿por dónde apunta el proyecto salvador de esta narración?
a) Es interesante leer la historia de Rut, no solo por lo que dice, sino también por lo que no dice: nada dice del Rey, ni de los sacerdotes, ni del templo, ni del altar, ni de Jerusalén, ni de los sacrificios, ( su postura ante los proyecto de Zorobabel y Josué).
b) El centro de libro es una extranjera moabita. El libro llega a pedir a Dios en boca del pueblo que Rut sea como Raquel y Lía las dos madres que están en el origen le pueblo de Dios (Rut 4,11)
c) Quien toma la iniciativa para resolver el problema de estas dos pobres viudas, no es el pariente rico o “goel”, sino ellas. Ellas lo planean todo, toman la iniciativa y llevan a cabo todo lo planeado. Booz pertenece a la clase social de los que habían sido interpelados por el gobernador Nehemías.
Es decir, no apunta la esperanza a partir de los grandes proyectos de los poderosos, sino que una vez más vendrá de abajo. De un “pequeño resto” de Israel; de dos pobres viudas, emigrante una y extranjera otra. Ellas son semilla de esperanza de la Salvación prometida.
Una segunda clave el lectura es la estructura del libro [5].
Nos encontramos en él una dramatización en cuatro escenas:
1. La situación inicial, es de hambre (1,1-5).
2. Se emprende el camino en busca de pan. Son caminos de ida y vuelta (1,6-3,18).
Un día en los rastrojos: la esperanza inesperada.
Una noche en la era.
3. En busca de la vida: los caminos de la ley (4,1-12).
4. Situación final, vida por generaciones( 4,1-18).
Apéndice: genealogía de David (4,18-22).
Una tercera clave de lectura puede estar en el sentido escondido de los nombres.[6].
Abundan en el libro de Rut los nombres “narrativizados”, la historia queda escrita en ellos. Cada personaje tiene, contenido en su nombre, su propia historia [7].
Cada nombre revela lo que la persona es y lo que hace en la historia:
* Elimélec, nombre del esposo de Noemí, significa “mi Dios es rey”.
* Noemí, significa “la dulce” o “gracia”, pero ella se quiere cambiar el nombre por Mara, “la amarga”.
* Majlón, hijo mayor de Noemí, “dolencia”.
* Kilión, hijo menor de Noemí, “fragilidad”.
* Orfá, la primera nuera, “la que vuelve la cabeza, o la espalda”.
* Rut, “la compañera” o “la amiga”.
* Booz, “el potente” o “la fuerza”.
* Obed, el hijo que nace “siervo”.
Quiere ser un libro de esperanza, quiere hacer entender al pueblo el sentido de su historia, el cómo actúa Dios en ella, el por qué de su situación actual (acaban de volver del destierro y las cosas están mal) y por dónde apunta en la historia los signos de esperanza.
Desde la clave de lectura de los nombres, nos fijamos en los cinco primeros versículos (1,1-5) [8].
Elimelec, “mi Dios es Rey”.
Es la profesión de fe del pueblo. Cuando el pueblo pide a Jahveh un rey, el libro de Samuel pone en boca de Dios estas palabras: “No te han rechazado a ti (Samuel) sino a mí, para que no reine sobre ellos” (1Sam.8,7). Tuvieron un rey y la historia fue desastrosa, pues eso acabó con la fe en Dios, Señor y Rey del pueblo, Elimelec murió.
Noemí y Mara, ”gracia y amargura”.
La gracia nace de amor y fidelidad de Dios para con lo que había escogido. Siendo fiel, el pueblo se convierte en “esposa graciosa de Dios” (Is 62,5). La ruptura de la Alianza por parte del pueblo le ha traído la desgracia, la amargura al pueblo, Noemi se llama Mara.
Maglón y kilion, “dolencia y fragilidad”.
Israel y Judá, los dos hijos nacidos de la alianza entre Dios y su pueblo, se olvidaron de que su Dios era el Señor y fueron tras otros dioses, por eso, se habían vuelto dolientes y frágiles y mueren. De hecho, Israel y Judá se habían extinguido como Reinos.
Este modo de presentar al pueblo la historia del pasado, que es la causa de su situación (este es el esquema Deuteronomista: pecado-castigo-conversión- nueva alianza), tiene dos caras; una criticar el gobierno de los reyes, y otra, desenmascarar la idolatría del pueblo que perdió la fe en Dios y por eso, se quedó sin futuro y sin fuerza. Noemí, Mara, sin hijos, sin marido,(sin Dios) sin tierra en país extranjero… es el pueblo.
Pero hay una esperanza y el autor lo quiere apuntar desde el principio.
“En el tiempo en que gobernaban los Jueces”…No es el tiempo en que se escribe el libro ni en el que acontecen los hechos, ¿que está queriendo decir el autor con ese recurso literario?. Lo mismo que en tiempo de los jueces, Dios suscitaba a algún juez que liberaba al pueblo, también, quizá ahora, suscite un salvador. Inscribe al pueblo en la historia de una esperanza. Igual que entonces nos liberó, hoy sigue liberando.
Noemí quedó “sola” (lo dice dos veces 1,3.5) el libro de Rut está recordando las profecías según las cuales un pequeño resto (Is.4,3; 10,21; 11,16; 37,3; Esd.9,8.15) será comienzo del pueblo. Noemí imagen del pueblo que sufre, es, al mismo tiempo, semilla de esperanza de una nueva nación.
Cuando dice “todos efrateos de Belén de Judá” (1,2). El libro está recordando la profecía de Miqueas (Miq.5,1). De este modo, sugiere que la promesa del Mesías se realizará por medio de esa errante y sufrida viuda de Belén, que es Noemí. La salvación vendrá de los pobres.
En el cuadro inicial, la historia de Rut (1,1-5), retrata el pasado, el presente y el futuro de esperanza. Pecado, sufrimiento, esperanza.
Una cuarta clave de lectura es el sentido teológico-espiritual del libro.
Es la clave que en este momento vamos a intentar esbozar.
2. EL LIBRO DE RUT UN “ITINERARIO DE FE”Y CONFIANZA EN LA FUERZA DEL AMOR. HITOS SIGNIFICATIVOS EN EL CAMINO.
Este libro ha sido llamado “el evangelio de la mujer”. Hay tres personajes principales: Noemí, Rut y Booz, con preponderancia clara de los personajes femeninos, sobre todo de Noemí, que es la que lleva el hilo conductor de la trama y “al final, es ella quien recibe, como verdadera matriarca, a los nietos por los que suspiraba desde el comienzo de la obra”[9].
Descubrimos en este libro, un itinerario de fe válido para todos los tiempos.
· Salir de la tierra, si es necesario, cuando los tiempos son malos.
El libro de Rut nos muestra una situación muy cercana a los tiempos que vivimos, el hambre provoca emigraciones masivas de los pobres hacia tierras más ricas. Una familia, como millones en nuestro mundo, pone a la venta sus tierras y, empujada por el hambre, emigra a un país extraño; “hubo hambre en el país y un hombre emigró, con su mujer y dos hijos, desde Belén de Judá a la campiña de Moab” (Rut,1,1).
A pesar de que hay leyes que intentan proteger a los más pobres, concediéndoles el derecho sobre lo que queda de las cosechas de los campos, que ya no pertenece a los dueños, sino que les pertenece a ellos, (Lev.19,9-10), la realidad es que el pobre sólo puede ir a espigar los rastrojos, si al dueño de la tierra le parece bien (Rut.2,2). Un derecho de los pobres, lo han convertido en una limosna de los ricos.
· Saber acoger lo que la vida ofrece.
Durante diez años permanecieron allí, en Moab, acogiendo las a alegrías y penas que el vivir cotidiano les ofrecía. Encuentran trabajo y los hijos se casan con dos moabitas.
Pero de nuevo la vida parece volverles las espaldas y se mueren primero, Abimelec, el marido de Noemí y después, sus dos hijos.
Se quedan solas tres mujeres, pobres, viudas y sin hijos. Así se quedan gran número de mujeres en mundo. No hay salida para ellas. Las mujeres sin sus varones, no son nada, no valen nada, esta era la convicción general. Solo les queda abandonarse a su mala suerte, acoger, sin mas, lo que la vida les ha ofrecido.
Pero Noemí no es una mujer que se deja amedrentar, su experiencia la ha curtido y decide, no solo acoger lo que le ha venido dado, sino coger la vida en sus manos y tomar la iniciativa. ¿Qué hacer? ¿Qué referencias tiene para tomar una decisión acertada?.
· Ante la desolación: no perder las raíces, ni la memoria creyente para no perder la esperanza.
Es tiempo de desolación. No sólo no hay suelo sobre el que sustentarse, sino que no parece tampoco que haya techo bajo el que cobijarse. Ni siquiera la fe sirve de consuelo. La soledad se experimenta con fuerza.
El momento es trágicamente duro: tres mujeres pobres, que se quedan sin nada. Y eso significaba no ser nada, no tener pertenencia, no tener futuro. (1,12-13). Además, una de ellas, Noemí, la más anciana es extranjera emigrante de Belén.
La consciencia de la situación es clara. “Llamadme Mara, porque el Todopoderoso me ha llenado de amargura. Llena me marché y el Señor me trae vacía. No me llaméis Noemí, que el Señor me afligió, el Todopoderoso me maltrató” (1,20). Salió de Belén pobre, con hambre pero “llena”, tenía marido e hijos. Vuelve “vacía”, no solo con pobreza, sino sin marido ni hijos, sin nada. ¿Es eso verdad? Ella así se siente. Aún no reconoce su propia valía, ni la de su nuera, puede mas el prejuicio reinante de que unas mujeres solas no valen nada.
Pero ante esa experiencia, Noemí no se echa a morir tiene algo fundante: no ha perdido sus raíces ni la memoria creyente, eso le posibilita la esperanza. “Al enterarse de que el Señor había atendido a su pueblo, dándole pan” (1,6).
· Tomar iniciativas difíciles: decidir volver, salir, decir adiós, recuperar la libertad.
a) Noemí es consciente de que le toca a ella tomar la iniciativa, ésta podría sintetizarse en el término “volver”, que aparece repetida 12 veces (1,6-22). Volver significa regresar al lugar de donde se ha partido. Pero el contenido de este verbo no es el mismo para cada una de las tres mujeres. Para Orfá y Rut, es volver a la casa paterna y permanecer en Moab; para Noemí, salir de Moab y volver a Belén a sus raíces, a su tierra y a su Dios, es decir convertirse.
b) “Salir” es el primer paso para comenzar algo nuevo. No quedarse ancladas, sin moverse en la desolación. “En compañía de sus dos nueras salió del lugar donde residía y emprendió el regreso al país de Judá” (1,7).
Salir para entrar, recuerda el Exodo. ¿Qué la moviliza?, la noticia de la visita de Dios: Dios ha visitado a su pueblo y les ha dado pan (1,6). La confianza en Dios y la necesidad de pan las pone. Tienen entre si los lazos de la amistad y el parentesco. Son mujeres solas, pero protagonistas de sus vidas, como después se verá, pueden elegir, amar y sentirse amadas.
c) “Decir adiós” es requisito imprescindible para abrirse a lo nuevo. Soltar, abandonar el pasado, no aferrarse a lo que la vida ya no te ofrece. Abrir tus manos y decir adiós, soltando lo que la vida quizá te arrebató contra tu voluntad y tu no lo has elegido, pero te queda la posibilidad de aceptarlo libre aunque dolorosamente. Y eso tendrán que hacer estas tres mujeres. Tienen que decir adiós a lo que hasta ahora las identificaba: ser esposas de, la casa en que habitaban, la tierra en la que vivían, las relaciones que las vinculaban,…¿A todo ello tienen que renunciar?.
d) Antes de comenzar la travesía hay que recuperar la libertad (1,8-15).
Noemí invita a sus nueras a recuperar la libertad que les corresponde y volverse cada una a su casa, rehacer sus vidas de nuevo, es decir, tener otro marido y otra casa (esa era la posibilidad que la sociedad les ofrecía para tener su identidad). Les desea la bendición de Dios.
Pero recuperar la libertad pasa por el dolor del adiós. Este es tan intenso que, abrazadas, rompen a llorar por el profundo amor que se tienen (1,10).
La decisión no será fácil, pero cada una tiene que tomar la vida en sus manos y elegir. En un primer momento, la decisión de ambas la inclina la fuerza de su vinculación afectiva. “¡De ningún modo! Volveremos contigo a tu pueblo” (1,10b). Noemí no quiere manipular a sus nueras desde el afecto, no quiere darles falsas expectativas. Porque las quiere, prefiere elegir su desnuda soledad y pobreza que embarcarlas en una aventura que ella prevé sin futuro. Por eso, les pone delante las dificultades y penurias de su decisión: no tiene nada que ofrecerles y elegirla a ella es renunciar a su futuro, no podrá ofrecerles otro marido, ni hijos y además, Dios la ha abandonado (1,11-13.).
Pero ellas, a pesar de todo, son capaces de sentirse libres y eligen.
· Renunciar para poder elegir.
Y porque eran mujeres libres, eligieron no sin antes tener que renunciar. Esto es siempre lo duro de la elección, no se puede elegir todo.
Orfá renuncia a lo que, en esos momentos, es el centro de su vida afectiva: su suegra y su con-cuñada, a su familia actual, a sus vinculaciones y decide volver a casa de sus padres, para emprender un futuro nuevo por su cuenta.
Rut se reafirma en su decisión de continuar con su suegra. Resolución que expresa como inconmovible. “No insistas en que te deje y me vuelva” (116). Esa determinación le supone renunciar a sus padres, a su tierra, a su patria, a su religión, a tener una casa y un marido (1,9.13;2,11). Pero Rut tiene clara su decisión, ¿cuál es su secreto?
· Hacer elecciones arriesgadas movidas sólo por el amor.
Y la elección la decide el amor sin más (1,15-17).
Rut puede elegir. Por ser mujer “tenía” que casarse y tener hijos. Sólo así seria plenamente aceptada en su sociedad y probablemente también en su religión. Ahora, después de la muerte de su marido, vuelve a tener la vida en sus manos y elige. Es el vinculo afectivo, que le une a Noemí, el que decide la balanza. Es este uno de esos escasísimos textos bíblicos en que las mujeres aparecen vinculadas y solidarizadas entre sí y en los que se expresan vínculos afectivos tan intensos. El texto es espléndido en su fuerza amorosa (1,16-18).
“No insistas en que te deje y me vuelva. A donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios; donde tu mueras allí moriré yo y allí me enterrarán. Solo la muerte podrá separarnos..”
Rut marcha con ella y se juega su futuro en esa elección. No tiene otros intereses, no espera sacar ningún partido de la situación y es mucho a lo que renuncia por poder amar a su suegra y serle fiel, ahora precisamente, que es cuando más la necesita.
Drewerman tiene unas paginas bellísimas sobre el amor de esta moabita como lugar de revelación de Dios.
”La confesión de Rut equivale únicamente al amor, por ella hay que medir hasta que punto es humano un Dios. Aquí triunfa la humanidad sencilla sobre las complicaciones de una religiosidad autoritaria; aquí la vinculación de una lealtad humana sobre el miedo ante las vallas de seguridad de las confesiones; aquí, por primera vez, hay que preguntarse al leer la Biblia de qué sirve la arrogancia de la peculiar elección de un pueblo especialmente santificado, cuando la más importante y lo más sencillo en la vida humana se puede aprender y se debe aprender de boca de una mujer de las estepas paganas de Moab: únicamente el amor enseña quién es Dios; y aunque ese Dios lleve tantos nombres como lenguas y pueblos hay en la tierra…” [10].
· Ponerse en camino hacia una tierra que no es la propia pero que uno elige hacer suya.
Rut en su elección renuncia a su identidad moabita, a la pertenencia a su pueblo, cultura, religión y familia, para ponerse en camino hacia un pueblo, una cultura, una religión y una familia que no es la suya, sino de la mujer que ama; queriendo hacer de esos espacios sus espacios, de esas creencias sus creencias, de esa familia su familia. Ese es el milagro del amor. Salir de tu pequeño “yo”, con sus referencias y caminos conocidos, para ampliarlo con las referencias y caminos del otro (persona o pueblo). Dejar morir tus pertenencias para vivir desde otras referencias, que no anulan tu identidad, sino que la enriquecen. El compromiso de Rut con Noemí es también un compromiso con un pueblo: “tu pueblo será mi pueblo” y con una fe “Tu Dios será mi Dios”.
La fuerza del “tu”/ del nosotros libera del propio ego y despliega toda la fuerza de la propia verdad, de la capacidad de amar con un amor que sólo la muerte podrá doblegar, “donde tu vayas…donde tu vivas…tu pueblo…tu Dios…Sólo la muerte podrá separarnos”.
· Aprender a vivir en tierra extraña.
“Yo soy una forastera…no soy ni una criada tuya.” (2,10.13), dice Noemí como dato de identidad a Booz.
Quien haya tenido la experiencia de vivir un largo tiempo en tierra extranjera, sabe bien lo que eso supone. Se trata de un nuevo despojo, no solo dejar materialmente la propia tierra, sino dejarla por dentro, dejar tus marcos referenciales, tus modelos culturales, tus criterios, para mirar, escuchar, acoger otros marcos de referencia. Renunciar a tus ritmos para adaptarte a otros. Renunciar a tu protagonismo para acoger el protagonismo del otro.
Pero no es solo renunciar, sino descubrir que es justamente ahí donde te enriqueces, donde aprendes otra sabiduria desconocida para ti, la que te aporta otra cultura distinta, donde descubres el valor de vivir con otros personas, con otros ritmos y de situarte en otros lugares. Es un aprendizaje costoso, sin duda, pero que el tiempo te revela como crisol de una nueva identidad mucho mas rica y valiosa.
· Saber vivir-con y al tiempo buscar y definir la propia identidad.
No es fácil saber decir “tu” con verdad sin dejar de decir “yo”. Mejor aún, en lenguaje de Martín Buber, saber decir “yo-tu” es un largo camino de la sabiduria del amor. Que el tú amado no te sustituya, ni te absorba, ni te absolutice, ni te anule, es difícil. Que el “yo” no se encierre, no se parapete, no se curve sobre sí mismo, no se haga el centro de las relaciones, requiere consciencia lúcida de los propios dinamismos desde los que se hacen elecciones y una gran capacidad de amar y dejarse amar en libertad.
A lo largo del libro de Rut, vemos cómo va aconteciendo ese interminable proceso de decirse a si mismas quienes son y que quieren hacer en la vida.
Rut
Dolores Aleixandre, dice de ella, que es una mujer que pasa de “la maldición a la bendición”.
Maldita: condenada, denigrada, difamada, detestada.
Bendita: engrandecida, alabada, magnificada, reconciliada” [11].
El porqué de su maldición es variado. Es moabita y por ello condenada a la maldición. Los moabitas tenían mala fama en Israel desde los tiempos de la conquista de la tierra,
“Israel se estableció en Sittin y el pueblo se puso a fornicar con las hijas de Moab. Estas invitaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses y el pueblo comió y se postró ante sus dioses” (Núm.25,1-2).
Además es una mujer viuda y sin hijos. Estéril.
Es una mujer que pasará a la bendición, es decir, a recibir el favor, la gracia, la misericordia de Dios y la fecundidad salvadora. Es introducida y entroncada con el Salvador a través de la ascendencia de David. Aparecerá, mas tarde, como una de las cuatro mujeres de la genealogía de Jesús (Mt.1,5).
El camino para recibir esa bendición fue su amor fiel. Es decir, su “hesed”, término que se atribuye a Dios en el ámbito de la alianza.
La identidad de Rut.
Mercedes Navarro la identifica así: “Rut, según algunos autores, significa compañera. Desde el comienzo aparece identificada por su condición de extranjera, moabita. El amor de Rut a su suegra caracteriza su identidad, el texto lo expresa con el verbo dbq, que se utiliza a menudo para hablar del amor fuerte y vinculante en la pareja y para hablar de afectos muy intensos “[12].
Pero su identidad se va revelando, poco a poco a través del texto, por la forma que ella se va nombrando y por cómo la nombran los demás. Primero es ante sí y los otros una extranjera (2,10), después ella se atreve a llamarse sierva o servidora (2,13) y ella misma se define con otra palabra, amah (3,9), que se acerca mas al status de concubina Los demás también la van definiendo y calificando. Primero es la moabita, la nuera de Noemí (2,6), Noemí la llamará hija (2,2). Para Booz es una joven que debe ser esclava de alguien o debe pertenecer a alguien: ¿de quien es?, pregunta (2,6), es la que ha hecho mucho por su suegra.(2,11), es “una mujer de cualidades o una mujer recta” (3,11), al final es la mujer que entra en tu casa, comparada con Raquel y Lía (4,11), es causa de bendición para Noemí pues le ha dado a luz un niño, “tu nuera la que tanto te quiere que vale mas que siete hijos” (5,15).
Ella termina siendo la esperanza de Noemí y de Booz, a través de determinadas transgresiones, audacia y valentía, como se nos narra en la escena de la noche en la era. Es la mujer vinculada a Jahveh y después, a la casa de David a través de su amor a Noemí. Dios se pone de su parte y, junto a otras tres mujeres no menos transgresoras, construirá la Casa de Israel apareciendo en la genealogía de Jesús (Mt 1,1-5).
La identidad de Rut está definida por sus relaciones. Es el rasgo que la caracteriza. El amor por Noemí y su fidelidad es la manifestación, sencilla y semiescondida, de Dios. El término Hesed, que se emplea en el texto para hablar de la actitud de Rut con Noemí y con Booz, es, como hemos dicho anteriormente, el termino que se utiliza frecuentemente para hablar de la misericordia y la fidelidad de Dios.
Noemí.
Es la verdadera protagonista del relato. Ella es la que toma la iniciativa de levantarse y salir; ella devuelve la libertad a sus nueras; les agradece lo que han hecho por ella y su familia y les desea la bendición y misericordia de Yhavéh a ellas, que pertenecen a otra raza y a otra religión, mostrando una imagen de Dios que rompe los “cánones” establecidos. Yhavéh protector de todos los pueblos y pobres más allá de las pequeñas fronteras del pueblo elegido. Acoge con comprensión, sin juicios descalificadores, las distintas reacciones de sus nueras: una se va y la otra se queda con ella y le pide que deje de insistirle, que respete su decisión, y así lo hace. Será ella, de nuevo, la que tomará la iniciativa para planificar con Rut el modo de conseguir que Booz ejerza como “goel”. Curiosamente a ella le atribuye el autor del libro la descendencia; “Noemí ha tenido un niño” (4,17) dicen a coro las vecinas, ha sido Dios quién se lo ha dado (4,14) y será ella quien toma al niño, lo pone en su regazo y se encarga de criarlo (4,16).
La identidad de Noemí.
Llega a su pueblo y la gente la reconoce, ”es Noemí”. Ella quiere poner de relieve el contraste de su nombre (el nombre expresa la identidad) y el cómo se vive ella a sí misma. No soporta ser no lo que no es, ante los demás y contesta: “No me llaméis Noemí (la dulce), llamadme Mara (la amarga)” (1,20). Esta afirmación expresa su situación: fue llevada de su país por su marido, se quedó viuda, se le mueren los dos hijos y ahora no tiene seguridad y no tiene pan sino hambre. “No me llaméis Noemí…porque el todopoderoso me ha llenado de amargura….el Señor me afligió, el Todopoderoso me maltrató” (1,21).
Esa era la lectura religiosa que ella podía hacer entonces, esa era la convicción teológica del momento. Se siente no solo vacía, sino abandonada de Dios, maltratada por él. Es la noche de la fe. Aún no se ha dado cuenta que Dios está con ella. Tiene a Rut pero aún no sabe que con ella tiene un tesoro, como le dirán después las mujeres del pueblo: “una nuera que vale más que siete hijos” (4,15) y que será a través de ella como Dios desmentirá la teología dominante y le hará sentir su cercanía, protección y bendición.
Pero ella así se vive y no quiere ocultar su identidad, no quiere ser nombrada por un nombre que ella considera inautentico, quiere mostrar su verdad desnuda.
Booz.
Booz significa “por la fuerza”. Es un hombre rico, “de buena posición” (2,1), propietario de tierras (2,3), tiene muchos jornaleros (2,9.15). Booz va a ejercer un papel importante en la historia de la salvación. Va a ser la mediación a través de la cual Dios va ejercer de “goel”. Va a convertirse en el lugar donde Dios protege el derecho de los pobres: les dará pan (2,14-17;3,15), garantizará a Noemí y su familia la posesión de la tierra (4,9-10) y hará posible la descendencia y fecundidad (4,13).
La identidad de Booz.
También se va desvelando a través de sus relaciones y de sus hechos a lo largo del libro.
A Booz le gustó Rut desde el primer momento y le insistió para que no se alejase (2,8), le ofreció un campo donde espigar, agua para su sed y todo ello, según dice él, por gratitud a lo que ella ha hecho con una parienta suya. La generosidad de Rut mueve en él una respuesta también generosa. El desprendimiento de Rut es leído por Booz como una actitud de confianza en el Dios que protege bajo sus alas y que no se dejará ganar en generosidad!. Que Dios te lo pague con creces! (2,12), parece la frase que definirá la conducta de Booz a partir de este momento.
Booz es definido por Rut como alguien amable, que consuela y sabe hablar al corazón (2,13).. Hablar al corazón” es en la Biblia un termino que habla del amor de Dios que restaura, que renueva, que consuela.(Is.40,1-2). Dios sacó al pueblo de Egipto para “hablarle al corazón” (Os.2,16), lo restauró después del destierro, liberándolo.
A partir de ese episodio, los acontecimientos cuidadosamente planificados por Noemí y Rut irán desvelando la verdadera identidad de Booz, casi sin que él se dé cuenta, sólo irá haciendo lo que ellas planifican. Así se convertirá en la figura de Dios que redime, que protege, que libera. Verdaderamente en un “Goêl l” [13].
· Hacer de la cotidianidad lugar de salvación y revelación.
El libro de Rut es una invitación a descubrir la fuerza transformadora de lo extraordinario en lo ordinario y cotidiano. La historia de Rut es una historia bastante corriente. “Pasa por lo humano: necesidad de emigración, hambre, carestía, muerte, soledad, afectos, fidelidad, trabajo, esfuerzo, búsqueda de amor y felicidad, oportunidades, relaciones hombre-mujer, seducción, peligros y riesgo, placer, sufrimiento, leyes, nacimiento, descendencia, inseguridad, necesidad de aprobación social…¿Como es posible sustraerse a estas realidades? ¿Como podemos concebir a un Dios que no entre en ellas, si dice que ama?”[14].
En Rut, viene a decir el texto, Dios se nos ha revelado en la cotidianidad de la vida, sin ruido. Es la suya una presencia discreta. El escenario es la era del campo, la casa de las mujeres, la plaza del pueblo, el ritmo de las estaciones. La sencilla cotidianidad del pueblo.
El acento no está puesto en las intervenciones de Jahveh, sino que éstas están sugeridas en las acciones de las mujeres y los hombres que colaboran con Él a través de sus iniciativas.
3 NOEMÍ Y RUT DOS MUJERES QUE NOS MUESTRAN UN CAMINO PARA DESCUBRIR NUESTRO LUGAR, COMO MUJERES Y VARONES EN LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN.
El itinerario recorrido es revelación de cómo y dónde acontece la salvación de Dios, de cuáles son los lugares privilegiados de su presencia, del modo mas adecuado de situarnos para poder ser espacio de salvación.
Hay camino de salvación cuando:
· Se opta por vivir desde el amor solidario.
La decisión de Rut de optar por Noemí, no fue sólo cuestión de un momento, ni fruto de una dependencia, fue una opción libre en la que empeñó la hondura de su amor. Pero lo difícil no es dar un primer paso, sino permanecer en el amor cuando las dificultades anunciadas comienzan a presentarse. Ya están en Belén pero no tienen modo de sobrevivir, ¿qué hacer? “Es la época de la siega” y la ley de Dios les da el derecho a espigar los campos recién segados (Lev.19,9-10). “Cuando hagas la recolección en tu campo, si olvidas en él una gavilla, no vuelvas a buscarla. Déjala para el emigrante, el huérfano y la viuda” (Dt.24,19). El rastrojo era de los pobres y no del dueño de la viña. Ese conocimiento lo tiene Noemí que debió compartir con su Nuera, pues quien toma la iniciativa de ir a espigar es Rut. Una tiene el conocimiento, la otra la juventud y la fuerza (2,2). Es un derecho que le corresponde por partida triple: es pobre, viuda y extranjera, pero ella aún no tiene conciencia de su derecho, sólo busca que alguien le conceda una limosna. “Déjame ir a espigar al campo de quien me lo permita” (2,2). Como hemos dicho anteriormente, en eso se había convertido en realidad un derecho, en una “caridad”.
Rut trabaja intensamente para poder recoger para ella y su suegra; acoge con gratitud y sorpresa la atención generosa del dueño de la era; comparte con Noemí su experiencia y juntas descubren que la “casualidad” de la vida las ha conducido al lugar de la esperanza. Booz es su pariente y tiene una obligación con ellas, ¿cómo hacer para que la cumpla?. No será la fuerza, ni el poder, que no tienen, sino la fuerza de los pobres: la planificación sagaz y solidaria, la audacia, la seducción, la llamada a la conciencia.
Rut ofrece lo que tiene: su persona joven, su renuncia a un hombre joven, su amor en la noche y acoge lo que Booz elige darle, su promesa de que cumplirá con su obligación, su gratitud porque siendo viejo ha sido elegido por ella, su deseo de que no vuelva “vacía” a la casa de la suegra. Clara alusión a la fecundidad que espera como fruto de la noche pasada juntos. Noemí había regresado “vacía” (sin hijos) a su tierra. Rut vuelve “llena” con el regazo lleno de gavillas. Y aprender a esperar a que la vida siga hablando por los acontecimientos. Ellas ya han hecho lo que estaba en sus manos, ahora sólo les queda confiar.
· Se Confía en los otros y se corre el riesgo del amor.
El libro de Rut es una llamada a la esperanza. Pero queda claro dónde la pone el autor, ninguno de los grandes proyectos propuestos por los gobernantes aparecen aquí como lugares de esperanza. Ésta se juega en los márgenes de la vida, en la bondad y fidelidad de las personas.
En medio de la noche más cerrada Noemí acoge una “loca” decisión de Rut, confían la una en la otra y se ponen en camino. Desde la más radical pobreza confían en que el derecho de los pobres de espigar, sea respetado y así ocurre, confían en que aún hay hombres buenos que cumplan sus obligaciones con los parientes pobres y no sólo rescatarán sus tierras sino que se preocuparán por sus personas y su esperanza no es defraudada sino recompensada con creces.
La esperanza ha ido creciendo, paso a paso, a través de pequeños gestos nacidos del esfuerzo de dos viudas, de la bondad de Dios y la rectitud de Booz.
Saben correr el riesgo del amor y descubren con asombro que de su pobreza sin futuro nacerá en Belén un niño, Obed, el siervo, que será promesa de salvación para el pueblo (4,17).
· Se contempla a Dios en la cotidianidad.
En este libro se ofrecen claves de la historia de salvación, Dios sólo se manifiesta en la historia humana, a través de mediaciones, es en ella donde le podemos entender, escuchar. Una presencia discreta que no se impone, que no estorba la libertad, una presencia en unos signos que hay que aprender a ver, buscar, descubrir.
La primero que llama la atención es que a Dios se le nombra pocas veces y El no aparece directamente como protagonista del libro.
Su rostro se va mostrando muy sutilmente:
* En medio de la noche Dios se hace presente como Buena Noticia. “Al enterarse de que Dios había atendido a su pueblo…” (1,6).
* En una mujer viuda y anciana, como un amor que se desprende de su única compañía.
* En una joven viuda, como generosidad y fidelidad inquebrantable.
* En unos hechos “casuales” que desvelan el amor providente de Dios para con los más desvalidos.
* En unas leyes justas que intentan favorecer a los pobres.
* En una solidaridad entre mujeres que se hace trabajo, inteligencia, audacia, espera.
* En un hombre justo y bueno que no sólo cumple la ley sino que se convierte en el “lugar” donde Dios “habla al corazón” (2,13), acoge bajo sus alas (2,12), defiende y rescata la vida de los pobres (4,1-12) y hace posible una fecundidad impensada.
“Y todo ello sin necesidad de que medie la violencia, ni tenga lugar lo extraordinario, sino en medio de la cotidianidad en que normalmente se desenvuelven los seres humanos” [15].
· Se celebra la fiesta del amor.
El libro de Rut termina con el pueblo en fiesta. Primero los concejales celebran y bendicen a la mujer que “va a entrar en tu casa” deseándole todo tipo de bendiciones salvadoras: “¡La haga el Señor como Raquel y Lía, las dos que construyeron la casa de Israel ¡Que tengas riquezas…renombre…” y fecundidad (4,12). Después son las mujeres del pueblo las que bendicen a Dios porque a través de Booz se ha hecho protector de Noemí, no se perderá el nombre del difunto y le descubren la riqueza que, sin ella saberlo, Dios le había regalado en Rut ,el niño que será descanso para su vejez “te lo ha dado a luz tu nuera, la que tanto te quiere, que te vale más que siete hijos” (4,15).
Resuena aquí un canto que hoy nos invita a la fiesta. La fiesta de la esperanza porque ha acontecido en la historia una experiencia de amor salvadora.
Es un canto que nos invita a celebrar. ¿Celebrar qué? que la bondad de Dios -que llamamos gracia- se ha derramado sobre el mundo, se ha hecho historia, cuerpo y está entre nosotros. Celebrar, que a pesar de todo el dolor y la injusticia de las grandes mayorías de hombres, mujeres y niños, que como Noemí y Rut, emigran a causa del hambre y la pobreza, hay en el mundo personas que arriesgan caminos difíciles y duros con la confianza de que Dios, el Dios de la vida lucha con ellos, contra los poderes que producen muerte. Aunque a veces la historia pareciese afirmar que triunfa el mal sobre el bien, la muerte sobre la vida. Pero esa es la novedad de su canto. El canto que descubre en pequeños triunfos históricos de liberación, de justicia, de amor fiel, la presencia Salvadora de Dios.
· Se cree que la historia de salvación se construye desde abajo.
Una vez más, acontece la certeza de que el amor es siempre fecundo, aunque no siempre podamos saber cómo va a serlo. Esta es nuestra certeza creyente: siempre es Dios quien fecunda la vida a través del amor de los seres humanos. “Dios hizo que Rut concibiera” (4,13).
La experiencia de Noemí y Rut, como la de María e Isabel, muestran que Dios construye su historia de salvación desde el reverso, desde abajo, es ahí donde encuentra sus delicias, es ahí donde se complace en subvertir los valores de la historia, es desde ahí desde donde nos anuncia que vendrá la salvación entonces, ahora y siempre.
[1] NAVARRO, M. Guía espiritual del Antiguo Testamento .Los libros de Josué, Jueces y Rut. Herder, 1995, 32-35.Cfr. VILCHEZ J. Rut y Ester .Verbo Divino 1998,35-38 donde hace un análisis detalladísimo de las diversas teorías sobre su época de composición,
[2] VILCHEZ, J. Ibidem.37
[3] MESTER, C. Historias de Rut, Judit y Ester. San Pablo,,1996,15.
[4] Seguimos a MESTER, ibid.18-19
[5] ALEIXANDRE,D. “La Pascua de Diez Mujeres Bíblicas. A.T.” en ARANA,Mª J: Recordamos juntas el futuro. Débora.1995,18
[6] MESTER, C. Ibid,22-23
[7] NAVARRRO, M. Ibid.38
[8] Seguimos a MESTER, C, Ibid,27-29
[9] NAVARRO M. Ibid.35
[10] DREWERMANN, E. “Rut: Tu Dios es mi Dios” en El mensaje de las mujeres. La ciencia del amaor. Herder 1996, 60
[11] ALEIXANDRE, D. La Pascua de Diez mujeres Bíblicas. A.T, 17.
[12] NAVARRO, M. Guía espiritual del Antiguo Testamento. Los libros de Josué, Jueces, y Rut. Herder,1995,141.a quien seguimos en esta identificación de Rut.
[13] La ley del rescate establecía dos cosas:1º cuando alguien por su pobreza se veía obligado a vender sus tierras, su pariente más próximo estaba obligado a rescatar esa tierra, es decir, tenía que comprarla de nuevo para devolver al pariente (Lev.25,23-25) 2º Cuando por la pobreza se veía obligado a venderse a sí mismo como esclavo, entonces el pariente más próximo tenía que rescatar esa persona y pudiera rescatar su libertad (Lev.25,47-49). En ambos caso el pariente recibía el nombre de Goel “el que rescata, libera”, “el redentor”, “el vengador”…En los escritos del Deuteroisaías (is.40-46) Goêl es uno de los títulos más frecuentes aplicados a Dios. Dios es el goêl de su pueblo. Cfr. Mester,49-50
[14] NAVARRO, M. Ibid. 168.
[15] NAVARRO, M. Ibid.38
Comentarios recientes