Balance a dos años de la primera boda gay en Uruguay
La Ley de Matrimonio Igualitario en Uruguay “ha generado una legitimación de esta agenda (de derechos sexuales); es imposible no reconocerlo en la medida en que hay acuerdos jurídicos que se establecieron en forma democrática, que garantizan que la existencia de estas poblaciones es real y además están en condiciones de igualdad jurídica”, señaló este miércoles a Sputnik Nóvosti el activista por la diversidad sexual Diego Sempol.
La entrada en vigencia de la ley permitió “transformaciones interesantes” incluso en pequeñas localidades del interior del país históricamente conservadoras, donde “nunca, ni remotamente (el tema) se había instalado como una cuestión social”, dijo Sempol, integrante del colectivo Ovejas Negras, que agrupa a activistas por los derechos de lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersexuales (LGTBI).
“Que parejas del mismo género contraigan matrimonio en pequeñas localidades genera una revolución cultural en ese ámbito, porque relegitima a esas personas, al ser reconocidas por el Estado ante el resto de la sociedad”, indicó.
La Ley de Matrimonio Igualitario fue aprobada por el Parlamento uruguayo en abril de 2013 con los votos de todos los partidos políticos.
La norma habilita el casamiento de las personas sin importar su identidad de género u orientación sexual. Cuatro meses después se celebró la primera boda de dos personas del mismo sexo.
La norma reconoce como “progenitores jurídicos” a los dos integrantes del matrimonio, aun cuando uno de ellos no sea el progenitor biológico, y habilita a los hijos a conocer, si así lo desean, la identidad de sus padres biológicos.
La ley también permite decidir a las parejas el orden de los apellidos de los padres que recibirá el hijo, sea biológico o adoptado.
Pese a los logros, Sempol llamó la atención sobre “todo lo que falta por hacer” en materia de políticas públicas, por ejemplo, en educación.
Para el activista, el sistema educativo uruguayo mantiene “patrones que siguen invisibilizando la existencia de estos acuerdos jurídicos ya plasmados”.
“Hay que repensar todo el sistema educativo para que sea efectivamente integrador de la diversidad sexual”, afirmó Sempol.
Salud humanizada
En materia de salud, Sempol dijo que se está avanzando “despacio, pero de manera importante” en la atención de la población trans por parte de los servicios de salud pública.
La Administración de los Servicios de Salud del Estado estableció en mayo un protocolo de atención humanizada para las personas trans, que en los próximos meses incorporará la aplicación gratuita de terapias hormonales.
“Es un paso importantísimo para que la población trans pueda tener transformaciones corporales desde una perspectiva segura”, que además “le permita generar ese tránsito identitario a nivel corporal” en condiciones “reconocedoras” de sus derechos, expresó Sempol.
Finalmente, el integrante de Ovejas Negras remarcó la necesidad de generar “mecanismos” que garanticen la efectividad de las denuncias por discriminación, que hoy tienen “muy bajas potestades” para “lidiar efectivamente” con los problemas de violencia y segregación por razones de identidad de género u orientación sexual.
Uruguay, Argentina, Brasil y Puerto Rico son los únicos países de América Latina cuya legislación habilita el matrimonio entre personas del mismo sexo.
También lo autorizan algunos estados de México, así como la Guayana Francesa y la isla de Martinica, departamentos franceses de ultramar, sujetos a la legislación de Francia.
Fuente: Sputnik Nóvosti, vía SentidoG
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