La iglesia católica alemana aprueba “suavizar” en alguno casos su política de despidos de homosexuales y divorciados
La iglesia católica en Alemania podría suavizar su discriminatoria política laboral en relación a los integrantes de una unión civil o a las personas divorciadas que se vuelven a casar. La conferencia episcopal del país aprobó el pasado martes una resolución que, cuando entre en vigor, podría evitar que muchos de sus empleados que se encuentren en estas situaciones sean automáticamente despedidos como hasta ahora.
Un importante aunque insuficiente paso adelante contra la discriminación laboral (no por legal y admitida menos injusta) de los más de 700.000 empleados en las instituciones regentadas por la iglesia católica alemana. Con la entrada en vigor del documento aprobado, las circunstancias personales de estos trabajadores solo podrán constituir una causa justificada de despido cuando supongan un “conflicto considerable con los servicios comunitarios o en el ámbito laboral”. Si bien la formulación no da una lista de casos en los que se podría considerar que existe ese conflicto, sí da ejemplos como “la promoción del aborto” o de la xenofobia. También seguirá siendo motivo de destitución el abandono de la iglesia católica.
Las nuevas reglas, además, no se aplicarán de igual manera a todos los empleados de las instituciones católicas: para los sacerdotes y agentes pastorales, así como para los profesores de religión, seguirán en vigor las mismas condiciones estrictas como hasta ahora. Cada obispado podrá definir qué empleados estarán sujetos a esta “lealtad suplementaria” exigida. De hecho, la propia decisión de implantar las nuevas normas en sus diócesis estará, en última instancia, en manos de los propios prelados. Algo menos de un tercio de los obispos, con posiciones más conservadoras, se opuso a la aprobación del texto y podría ahora torpedear su aplicación.
Este sector justifica además su postura en la sentencia del Tribunal Constitucional alemán de noviembre del año pasado, que reafirmó el derecho de la iglesia católica a definir sus propios criterios de contratación y despido en las instituciones que regentan, aunque estos entren en conflicto con el principio de no discriminación por orientación sexual u otras circunstancias personales.
La discrecionalidad otorgada a la iglesia católica a la hora de despedir a sus empleados es un problema que trasciende fronteras. En Alemania el asunto está a la orden del día, y precisamente las polémicas que en algunos casos se han generado, han contribuido a la decisión que ha tomado ahora su conferencia episcopal. Tan solo hace unas semanas, por ejemplo, la directora de una guardería de Caritas era despedida por contraer una unión civil con su compañera sentimental.
En dosmanzanas hemos recogido también casos de otros países, como las amenazas de la jerarquía británica de despedir a que mantengan relaciones no autorizadas (entre ellas con personas del mismo sexo). En España, el asunto reviste aún más gravedad si cabe, si tenemos en cuenta que la iglesia católica decide sobre la continuidad o no de estos trabajadores incluso cuando estos ejercen la docencia en centros públicos, pagados por tanto por todos los ciudadanos.
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