“Haced esto en memoria mía”,
HACED ESTO EN MEMORIA MÍA”
Luis Sandalio
ECLESALIA, 30/03/15.-
¿No os suena a rito por los siglos de los siglos repetido?
Lo dijo Jesús aquella tarde de despedida
en la que la negrura del horizonte
y la angustia fiera todo se lo comía.
Aquella noche en que, nerviosos y confundidos,
como ladrón forzudo y a deshora sentían
que se acercaba a ellos penosamente su renacer.
¿Y si aquellos amigos más íntimos
no supieron entenderlo bien?
No nos extrañe, ¡era tan nuevo
e inesperado todo lo que salía de Él!
A veces le hacían preguntas idiotas
y Él con paciencia se lo hacía ver:
“Felipe, tanto tiempo con vosotros
y aún no podéis comprender?”
Recordad quiénes son los dichosos
¿Cuántas veces os lo repetiré?
Los pobres, los hambrientos los que lloran…
¡dadles vosotros de comer!
Este pan que nos une como un cuerpo,
este vino de alegría que nos ayuda a crecer
como humanos, como hermanos,
como hijos de Aquel que nos dio el ser.
Recordad tantas comidas que hicimos juntos
entre nosotros que no siempre nos caímos bien.
Había que limpiar la mente de prejuicios
y acoger a aquellos otros, más despreciados, también.
Sin miedo a la impureza, sin asco, sin orgullo,
haciendo para ellos un hueco, que tal vez
algunos no lo quieran y aún rechacen,
un hueco confortable e íntimo tendrá que ser.
Recordad lo que os decía: el que me quiera
seguir que se niegue a sí mismo. Bien;
pero no basta. Que deje de controlar su vida
y la ponga vacía y clara en las manos de Él.
Que luego se una a los hermanos y busquen
esa misión que parece imposible. Fiel
y poderoso es Aquel que inició su obra
en nosotros, la sostiene y la hará florecer.
Ahora en esta última cena y de despedida
quiero abriros mi corazón y poneros frente a Él:
No os confundáis por favor, ¡es muy fácil!
no multipliquéis más ritos que os armen de poder.
Todo es sencillo y claro, lo habéis vivido
conmigo y llenó de luz y gozo vuestro ser.
Ahora toca a vosotros continuarlo sin medida
Sin calendario, sin miedo, sin que me podáis tocar ni ver.
Yo estaré con el Padre velando por vosotros
repitiéndoos: dadles vosotros de comer;
Llenándoos de un gozo sin medida
para que lo podáis sentir y sembrar y ver crecer;
Haciéndoos comprender la fiesta de la Vida:
Amaos los unos a los otros como yo os amé.
Sed luz del mundo y hacedlo en memoria mía
Buscad el manantial inagotable que desborde vuestro ser.
Y si hay que pagar un precio. Sea la vida.
Ya os lo advertí: alzad la copa y brindad por Él.
*
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
:::
Comentarios recientes