Un nuevo cuestionario para la segunda parte del Sínodo de la Familia aborda tangencialmente la realidad LGTB
El Vaticano consultará a las diócesis sobre la posibilidad de tramitar gratuitamente la nulidad matrimonial y de eliminar las “discriminaciones injustas” contra los homosexuales, según el cuestionario publicado y en el que también se pregunta a las familias “cuáles son los pasos posibles” para “una pastoral sacramental” en lo referente a los divorciados vueltos a casar.
Comienzan los preparativos para la segunda parte del Sínodo extraordinario sobre la Familia convocado por el papa Francisco, cuya primera fase concluyó de forma decepcionante pese a las expectativas generadas durante su desarrollo. Para ello, se ha enviado un nuevo cuestionario a las diócesis católicas que incluye referencias tangenciales a la realidad LGTB.
El Vaticano ha publicado una nueva serie de preguntas para la segunda parte del Sínodo, que tendrá lugar los días 4 y 25 de octubre de 2015, con el título “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”. Las respuestas tendrán que ser comunicadas a la secretaría del Sínodo antes del 15 de abril. Entonces se pasará a la preparación del Instrumentum Laboris, que servirá de base para los debates en la reunión de los obispos.
Una vez más, la realidad LGTB se encuentra presente, si bien reducida a las personas homosexuales. En este sentido, el nuevo cuestionario (para leerlo en español, puedes pinchar aquí) plantea que “la atención pastoral de las personas con tendencia homosexual plantea nuevos desafíos, debidos también a la manera en que vienen propuestos socialmente sus derechos”. Ante ello, se plantea la pregunta: “¿Cómo la comunidad cristiana dirige su atención pastoral a las familias que tienen en su interior personas con tendencia homosexual? Evitando toda discriminación injusta, ¿en qué modo se ha de cuidar a estas personas en este tipo de situaciones a la luz del Evangelio? ¿Cómo proponerles las exigencias de la voluntad de Dios en su situación?”.
Hay que notar que el documento que se toma como base es el del informe final de la primera reunión del Sínodo (la Relatio Synodi). Queda a un lado el primer informe, presentado a mitad de la reunión, la Relatio post disceptationem. En la última versión se redujo notablemente el alcance de lo dicho en el primer informe. La primera Relatio llegó a hablar de los “dones y cualidades” que tenían que ofrecer los homosexuales a la comunidad cristiana. También hablaba en términos positivos de las parejas del mismo sexo, afirmando que “hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas” y que el asunto requería “una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realistas de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual”. En cambio, en el informe final se reafirmó la doctrina tradicional y se habló incluso de “presiones” para aprobar el matrimonio igualitario en diversos países. Incluso con estas modificaciones, los párrafos correspondientes a la homosexualidad no obtuvieron los dos tercios de los apoyos, pese a lo cual el papa decidió incluirlos.
El basarse en el informe final y no en la primera Relatio se hace ver en la formulación de la pregunta en este segundo cuestionario. Se habla, por ejemplo, de personas con “tendencia homosexual” y no de “personas homosexuales”. Esta última formulación fue la que se llegó a emplear en la primera Relatio y ya suscitó protestas porque, según algunos, seguía la “ideología gay” al pretender que la homosexualidad era una característica intrínseca de las personas y no una tendencia que de algún modo les afecte. Por ello, afirma esta postura, no es correcto hablar de “personas homosexuales” sino de “personas afectadas de homosexualidad” (o “atracción por el mismo sexo”, como emplean entre otros el obispo Reig Pla, paladín de la homofobia en la jerarquía española, usando además las siglas “AMS”).
Una vez más ha habido lecturas variables de este nuevo cuestionario entre los cristianos LGTB. Los más optimistas se aferran el hecho de que en la pregunta sobre la atención pastoral se evite toda referencia a una eventual “curación” y se limita a preguntar cuál habría de ser la “atención” que deban recibir las personas homosexuales. Sería irreal no reconocer, sin embargo, que buena parte de las expectativas generadas se han desinflado. Queda ver cómo evolucionarán los acontecimientos en la preparación de próximo Instrumentum Laboris y, sobre todo, en la reunión de la segunda parte del Sínodo.
Fuente Religión Digital
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