Un candidato del Tea Party en Oklahoma apoya la lapidación a los homosexuales.
La homofobia y el Tea Party son como Lady Gaga y las pelucas: inseparables. El último y terrible ejemplo anti gay lo hemos encontrado en Oklahoma, de la boca del “político” Scott Esk.
El iluminado en cuestión se escuda en la Biblia: según él, un versículo del Levítico permite a la gente juzgar a los demás, y que es el rol del hombre matar a otro por llevar a cabo atrocidades como ser homosexual. Asegura que si no lo hacemos, Dios nos mandará una serie de calamidades (¿peores que él?) a los países que no colaboren. Eso encaja con las opiniones de otros enfermos mentales que culpan a la homosexualidad de todos los desastres naturales. Y lo mejor es que nadie les para los pies.
No sólo piensa que se deben exterminar a todos los homosexuales, sino que se cree con el derecho de hacerlo. Es espectacular que la libertad de expresión en USA permita que personas como esta amenacen abiertamente a un colectivo y que luego se persigan otras acciones mucho menos peligrosas.
Por suerte, gente como Scott Esk no hay mucha (aunque es muy ruidosa), y su existencia sirve para separar el mundo civilizado de los verdaderos terroristas.
Fuente Cromosomax
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