Mi oración.
Del blog de la Communion Béthanie:
Mi oración, Señor,
es a menudo ambiciosa y desmesurada.
Incluso busca los escondrijos
de lo inútil y de lo superfluo.
No sabe hacer la distinción
entre mis ansias más inmediatas
y los deseos más insondables,
entre lo que exijo para mí
y lo que es necesario para los demás,
entre los placeres diarios
y el gusto de la felicidad.
Es por eso que hoy,
Señor,
no te pediré nada,
porque mejor que yo
Tú conoces los secretos de los corazones,
la belleza de las invocaciones
y la necesidad del silencio.
Señor, te ofrezco mi oración:
Para que pueda alcanzar
el misterio de tu voluntad.
***
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