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Archivo para Sábado, 12 de abril de 2025

“Una nueva existencia”

Sábado, 12 de abril de 2025

silencio

Por muy bajo que caigamos, nunca desesperemos. La bondad de Dios está por encima de todo mal posible. Aunque vuestros pecados fuesen como la grana, serán emblanquecidos como la nieve (Is 1:18).

No hay momento en nuestra vida en que no podamos comenzar una nueva existencia, separados como por un muro de nuestras infidelidades pasadas.

*

Carlos de Jesús,
Dios mío, ¡Qué bueno eres!
(paroleetpriere.fr)

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , ,

“La primavera fallida del papa Francisco”, por José Arregi

Sábado, 12 de abril de 2025

IMG_0034De su blog Umbrales de Luz:

Es triste ver a un papa de 86 años gravemente enfermo en un hospital, un hombre absolutamente desbordado desde el primer día de su elección, como todo papa, por un sistema inhumano –el poder absoluto del papado–; un hombre que no puede caminar y apenas puede respirar, obligado por el sistema a seguir desempeñando o fingiendo más bien el desempeño de su función de sumo pontífice, de “puente” imposible entre un “Dios” omnipotente y una institución humana histórica, cultural, espiritualmente agotada.

No es hora de panegíricos ni reprobaciones de este hombre convertido en rehén de su función insostenible, ni de prolongar el morbo de los partes médicos o de las cábalas sobre el próximo cónclave. No es hora ciertamente de fomentar piadosas oraciones a “Dios” para que el hombre Jorge o Francisco recupere sus fuerzas, retome su función y culmine su misión irrealizable. Es hora más bien de una seria y serena reflexión sobre este pontificado con sus inevitables contradicciones personales e institucionales. Es hora, sobre todo, de reimaginar una Iglesia de Jesús sin clero ni papado.

Traslado a esta página web dos colaboraciones escritas para un libro que acaba de ser publicado en francés: Réformer ou abolir la papauté. Un enjeu d’avenir pour l’Eglise catholique. Ésta de hoy propongo una evaluación del pontificado de Francisco. Dentro de unos días publicaré la segunda colaboración: “Reimaginar una Iglesia de Jesús más allá del clericalismo”.

Deseo al hermano Francisco una paz profunda dentro de sí y en todo su entorno.

El papa Francisco cumplirá pronto 12 años de pontificado. ¿Qué queda de las esperanzas despertadas por el obispo de Roma venido de la pampa argentina?

Las páginas que siguen no quieren ni acusar ni excusar, sino entender la situación y comprender a la persona en su contexto: el sistema clerical tan arraigado y en contradicción con el evangelio y la cultura. No pretendo dictar responsabilidades, sino mirar los hechos, entender su contexto, y captar en lo posible las señales del presente y la llamada del futuro.

  1. Unos gestos iniciales sugerentes y equívocos

En la tarde del 13 de marzo de 2013 supimos que había sido elegido papa Jorge Bergoglio, un obispo “venido de lejos”, el primer papa del continente americano y el primer jesuita papa.

Primer gesto: adoptó como nombre Francisco. Sugerente combinación para una reforma eclesial profunda, me dije. Francisco de Asís: humilde y libre, manso y subversivo, y siempre el menor. Ignacio de Loyola: lleno de luz en la mente y de lágrimas en los ojos, maestro y director de almas y de obras, y siempre peregrino. A tres siglos de distancia –en el umbral del Renacimiento Francisco, en el umbral de la Modernidad Ignacio–, ambos soñaron con que la Iglesia volviera a Jesús, con que aquel imponente aparato de poder y de riqueza erigido en torno a Roma se despojara, se desarmara, se humanizara, se evangelizara, y pudiera ofrecer consuelo y liberación a un mundo nuevo. Pero no sucedió. A Francisco le organizaron una gran Orden, y a Ignacio le utilizaron para la Contrarreforma, y sus sueños no se realización. Pero siguen en pie, y son más urgentes que nunca [1].

Al atardecer, en su primera intervención, improvisada, dijo: “Y ahora quisiera dar la bendición, pero antes os pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para que el Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la bendición para su obispo”. El gesto era encomiable, pero quedaba fuera de lugar la distinción, entre el obispo que da la bendición y el pueblo que se limita a rezar a Dios para que bendiga a su obispo. El pueblo puede ser bendecido, pero no bendecir. No es un detalle anodino; es el quid de la cuestión que planteo en estas páginas: el modelo clerical falsea la Iglesia en su raíz.

En esa misma intervención, el papa se presentó como “obispo de Roma”, pero todo el mundo sabe que nadie viene de Argentina (o de Polonia) al Vaticano para ser “obispo de Roma”, ni para ser solamente “el primero entre iguales” (los demás obispos), sino justamente para ser “papa”, investido de la autoridad suprema y de la última palabra sobre todas las iglesias y sus obispos. ¿Elegido e investido por quién? No por la Iglesia de Roma. Investido por Cristo y elegido por “sucesores de los apóstoles” escogidos y nombrados por “el sucesor de Pedro”, a quien Cristo habría entregó las llaves. ¿Tiene sentido todavía este lenguaje?

El nuevo papa decidió enseguida no residir en el Palacio Apostólico, sino la Residencia Santa Marta, que hospeda a obispos de paso por Roma. Parecía renunciar al protocolo y al boato. ¿Renunciaría también al poder y a las prerrogativas teológicas del papado?

Si a los gestos unimos el porte natural, la mirada directa, el rostro afable, el trato llano, el estilo personal austero, la palabra descomplicada y fresca…, es más que comprensible que en muchas católicas y católicos despertara la ilusión de una reforma profunda e irreversible, de una primavera eclesial.

A pesar de todo ello, a los 100 días del nuevo pontificado expresé mis reservas: “No basta con que el papa sea buena persona. Tampoco basta con reformar la Curia. El problema de fondo es el sistema católico: un sistema teocrático, una monarquía absoluta sustentada en ‘dios’. La gran reforma que, desde el corazón del mundo de hoy y de todas las criaturas, el Espíritu o la Ruah creadora y consoladora reclama es que el papa, con su poder todavía absoluto, declare nulo dicho poder: que anule los dos dogmas que lo sustentan, que fueron promulgados por el Concilio Vaticano I (1870) y que el Vaticano II dejó intactos por imposición de Pablo VI: la infalibilidad y el primado absoluto del papa sobre todas las iglesias. Y mientras eso no cambie, nada sustancial cambiará, por bueno que sea el papa. No basta con que el papa Francisco sea un nuevo Juan XXIII, pues después de éste vinieron Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, y 60 años después estamos donde estábamos antes; en realidad, estamos mucho más lejos del mundo, pues el mundo ha cambiado mucho desde entonces. Mientras el papa detente todo el poder, todo dependerá de cómo sea el papa siguiente (y los poderes ocultos nombrados o tolerados por él). A mi modo de ver, nada de lo que sabemos de su pasado y le hemos oído decir o visto hacer en estos 110 días permite esperar que promueva la reforma radical que urge en la Iglesia. No se lo reprocho, pues también él, con toda su bondad, es rehén del sistema” [2].

  1. Una voz eco-política de tono profético

El papa Francisco será reconocido sobre todo por su Exhortación apostólica Evangelii gaudium (2013) y su Encíclica Laudato si’. El mensaje socio-ecológico, político-económico, son mucho más importantes que todos sus gestos y que su doctrina teológica. Los textos mismos dan fe de ello, pues vienen a afirmar que la sanación integral de los heridos y la liberación integral de todos los oprimidos constituyen el centro, el fondo y la esencia del Evangelio y de todas las doctrinas y leyes.

Me referiré sobre todo a la Exhortación Evangelii gaudium, un texto excepcional lleno de aliento y frescura, me atrevería a decir que el mejor documento emanado de Roma desde el inicio del papado hace 1000 años. El Evangelio es gracia y liberación. La “primacía de la gracia” (n. 112) es su única norma y norma absoluto. En agosto de 2013, seis meses después de su elección. en una entrevista con Antonio Spadaro, s.j. para L’Osservatore Romano, en agosto de 2013, había dicho: “En esta vida, Dios acompaña a las personas y es nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañarlas con misericordia”. Evangelii gaudium, publicada tres meses después, desarrolla las implicaciones políticas y eclesiales de estas palabras precursoras. Traslado aquí algunas de las afirmaciones más destacables de esta Exhortación, profética en su conjunto.

Contra una economía que mata.Hoy tenemos que decir ‘no a una economía de la exclusión y la inequidad’. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa” (n. 53). “Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera… A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales” (n. 56). “La inequidad es raíz de los males sociales” (n. 202). “Hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia” (n. 59). “La inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no resuelven ni resolverán jamás” (n. 60).

Una Iglesia con los últimos y con todos los heridos.La Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas” (n. 47). “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades” (n. 50). “La Iglesia ‘en salida’ es una Iglesia con las puertas abiertas” (n. 46). Jesús llama a la Iglesia “a la revolución de la ternura” (n. 88). “La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio (n. 114). “Estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos” (n. 216). “Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás” (n. 270). “Hay un signo que no debe faltar jamás: la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha” (n. 195). “Quiero una Iglesia pobre para los pobres” (n. 198).

Una Iglesia encarnada en diversas culturas. Una cultura inédita late y se elabora en la ciudad” (n. 73). “Es necesario llegar allí donde se gestan los nuevos relatos y paradigmas” (n. 74). “La Iglesia no evangeliza si no se deja continuamente evangelizar” (n. 174). “Se nos invita a dar razón de nuestra esperanza, pero no como enemigos que señalan y condenan” (n. 271). “Como podemos ver en la historia de la Iglesia, el cristianismo no tiene un único modo cultural” (n. 116).

Una Iglesia sin respuesta a todas las preguntas. En el diálogo con el Estado y con la sociedad, la Iglesia no tiene soluciones para todas las cuestiones particulares” (n. 241). “Tampoco creo que deba esperarse del magisterio papal una palabra definitiva o completa sobre todas las cuestiones” (n. 16).

Una Iglesia en permanente reforma.La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del ‘siempre se ha hecho así’. Invito a todos a ser audaces y creativos (…), sin prohibiciones ni miedos” (n. 33). A no “desarrollar la psicología de la tumba, que poco a poco convierte a los cristianos en momias de museo” (n. 83). “No se pueden llenar los seminarios con cualquier tipo de motivaciones, y menos si éstas se relacionan con inseguridades afectivas, búsquedas de formas de poder, glorias humanas o bienestar económico” (n. 107). “No nos quedemos anclados en la nostalgia de estructuras y costumbres que ya no son cauces de vida en el mundo actual” (n. 108). “También debo pensar en una conversión del papado” (n. 32).

¡Bravo! Pero, para ser justo, debo señalar con la misma convicción que la exhortación papal no se mueve ni un ápice del marco dogmático tradicional y del modelo canónico –clerical– de la Iglesia católica romana. El llamamiento a la conversión de la Iglesia se limita fundamentalmente al plano personal, y las referencias a la conversión institucional son muy vagas y generales. Y surge la pregunta: ¿la profunda transformación socio-política que reclama el papa no pierde fuerza y credibilidad si la propia institución eclesial sigue aferrada a sus viejos paradigmas obsoletos, a sus formulaciones dogmáticas, a su sistema autoritario y jerárquico, a su ordenamiento clerical y patriarcal?

  1. Vino nuevo en odres viejos

Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino reventará los odres, y se perderán el vino y los odres. El vino nuevo en odres nuevos (Mc 2,22; Mt 9,17; Lc 5,37-38). A mundo nuevo, teología nueva, para que el Evangelio de Jesús no pierda su fuerza inspiradora y el mundo no pierda el aliento inspirador del Evangelio. Los nuevos paradigmas culturales requieren la revisión de los viejos lenguajes dogmáticos, al igual que la teoría einsteiniana de la relatividad obliga a corregir o ampliar el modelo newtoniano del espacio y del tiempo, del universo en su conjunto. Pero pienso que el marco teológico que subyace a esta Exhortación son “odre viejo”. Baste con señalar cuatro ejemplos.

Redención. Jesús dio su sangre por nosotros… Dios, en Cristo, no redime solamente la persona individual, sino también las relaciones sociales entre los hombres” (n. 178), “haciendo la paz mediante la sangre de su cruz (Col 1,20)” (n. 229). “Jesucristo dio su preciosa sangre en la cruz por esa persona” (n. 274). Entiende la muerte de Jesús en la cruz en clave sacrificial expiatoria: “murió por nuestros pecados”, a causa de nuestros pecados, para reconciliar a la humanidad pecadora con Dios, o a Dios con la humanidad culpable. Un Dios soberano ofendido, Jesús como único Hijo de Dios encarnado para salvarnos, como víctima propiciatoria, su muerte como sacrificio, la cruz como altar, la salvación como perdón divino gracias a la muerte del Hijo de Dios… ¡Todo eso queda tan lejos del registro histórico, concreto, político-económico en el que se analiza y denuncia la inequidad del mundo!

Conversión del papado. “También debo pensar en una conversión del papado. Me corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización” (n. 32). ¿Acaso quiso Jesús dar un sentido al papado? ¿Acaso instituyó algo que tuviera algún remoto parecido con lo que se entiende por papado? Y aun en la hipótesis, enteramente infundada, de que Jesús lo hubiera instituido y organizado, ¿por qué habríamos de seguir vinculados a una institución de hace 2000 años? ¿No debemos ir mucho más allá que una reforma del papado?

Los “niños por nacer. En la sección dedicada a “Cuidar la fragilidad”, la Evangelii gaudium se refiere al tema del aborto, y lo hace sin matiz alguno, en un tono duro, en términos inflexible. “Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo. (…). Esta defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano (…). [Sin esta convicción, los derechos humanos en general y los de los “niños por nacer” en particular]siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno” (n. 213). “No debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre esta cuestión” (n. 214).

Efectivamente, “la postura de la Iglesia” –la del Vaticano más bien– no ha cambiado al respecto. Bien es verdad que no lo ha sacado a relucir con la frecuencia con la que lo hicieron sus predecesores Benedicto XVI y Juan Pablo II, al igual que no ha condenado el mundo actual como “increyente, relativista y hedonista”, como hicieron sin tregua los mencionados predecesores. Tampoco se ha referido al aborto con la frecuencia con la que hicieron aquellos. Pero su doctrina no ha cambiado lo más mínimo.

El último ejemplo es muy reciente y revelador.  En septiembre de este mismo 2024, a bordo del avión de vuelta de su viaje a Luxemburgo y Bélgica, el papa Francisco afirmó que el aborto es un “homicidio” en todos los casos y a los profesionales médicos que lo realizan los llamó “sicarios”. ¿Es la manera de que la Iglesia alivie la angustia de muchas madres o padres, la manera de que se convierta en “puesto de socorro” o más bien “aduana”? Mucha gente, en Bélgica y en el mundo, se indignó ante estas palabras, injustamente ofensivas. Una condena general como ésta se halla fuera de lugar. La institución católica debiera considerar atentamente la opinión de tantos hombres y mujeres de hoy –entre las que se cuentan no pocos teólogos y teólogas– de profunda sensibilidad humana y probada honestidad intelectual. Y tomar en cuenta seriamente los datos científicos, unos datos que no constituyen la última palabra, pero que nunca deben ser ignorados. Hay razones científicas y antropológica de peso que nos disuaden de identificar al cigoto de un día con el feto de cuatro meses, o a éste con un “niño por nacer”. Pueden presentarse conflictos de valores extremadamente complejos, en los que se impone un discernimiento, principio al que Francisco ha apelado tantas veces.

La mujer excluida del ministerio “ordenado. Apenas 8 meses después de su elección, en la Evangelii gaudium el papa Francisco establece ya claramente el marco teológico y canónico del que no se moverá hasta el día de hoy en lo que respecta al lugar de la mujer en la Iglesia. Es el viejo marco clerical y patriarcal que nada tiene que ver con Jesús y su evangelio, ni con los primeros siglos de la Iglesia, y sobre todo con lo que el Espíritu de la vida nos inspira.

Dice: “… El sacerdocio reservado a los varones, como signo de Cristo Esposo que se entrega en la Eucaristía, es una cuestión que no se pone en discusión, pero puede volverse particularmente conflictiva si se identifica demasiado la potestad sacramental con el poder. No hay que olvidar que cuando hablamos de la potestad sacerdotal ‘nos encontramos en el ámbito de la función, no de la dignidad ni de la santidad’ [Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Christifideles laici 51, 1988]. El sacerdocio ministerial es uno de los medios que Jesús utiliza al servicio de su pueblo, pero la gran dignidad viene del Bautismo, que es accesible a todos. La configuración del sacerdote con Cristo Cabeza —es decir, como fuente capital de la gracia— no implica una exaltación que lo coloque por encima del resto. En la Iglesia las funciones ‘no dan lugar a la superioridad de los unos sobre los otros’ [Juan Pablo II, ib., nota 190]. De hecho, una mujer, María, es más importante que los obispos. Aun cuando la función del sacerdocio ministerial se considere ‘jerárquica’, hay que tener bien presente que ‘está ordenada totalmente a la santidad de los miembros del Cuerpo místico de Cristo’ [Juan Pablo II, Carta ap. Mulieris dignitatem 27, 1988]. Su clave y su eje no son el poder entendido como dominio, sino la potestad de administrar el sacramento de la Eucaristía; de aquí deriva su autoridad, que es siempre un servicio al pueblo. Aquí hay un gran desafío para los pastores y para los teólogos, que podrían ayudar a reconocer mejor lo que esto implica con respecto al posible lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia” (n. 104).

Puro odre viejo, como diré en los párrafos que siguen.

  1. La mujer ensalzada y subordinada

Este n. 104 de la Evangelii gaudium es una clara muestra del laberinto teológico-institucional en que sigue enredada Iglesia católica romana en relación con el lugar de la mujer en la Iglesia, más concretamente con el veto vigente contra su acceso a los “ministerios ordenados” o “consagrados” (diaconado, sacerdocio, episcopado).

El argumento fundamental –de hecho el único– al que recurre para sostener que tales ministerios deben ser reservados a los varones, y ello “sin discusión”, es que solo los varones pueden representar al Cristo varón, “a Cristo el Esposo” (tesis desarrollada en especial por Hans Urs von Balthasar, muy utilizada por Juan Pablo II y ahora por el papa Francisco). Nadie duda de que Jesús fuera varón, pero ¿tiene sentido afirmar que el Cristo o el Misterio crístico, divino, que en él reconocieron los cristianos es masculino? Me parece una idea delirante, tan delirante como afirmar que solo el varón representa a Dios o Aliento o Realidad fontal, o como pensar que un niño o una niña, un hombre o una mujer que participan en la Eucaristía debieran mirar al sacerdote que la preside como a su “Esposo divino”.

El papa hace malabares lingüísticos para refrendar no el argumento, sino la conclusión (previa al argumento) de la exclusión de la mujer del sacerdocio ordenado: distingue la “potestad” o “autoridad” o “función” sacerdotal por un lado, y la santidad o dignidad derivada del bautismo por otro; y señala que la potestad no se ha de identificar “demasiado” con el “poder”, menos aun con el “dominio”. Y, para ilustrarlo, afirma que “María es más importante que el obispo”… Papa Francisco, hermano: no se trata de que la autoridad o la potestad o la función sacerdotal se identifique o no con la santidad y la dignidad, sino solo de cuestionar que la potestad, autoridad o función sacerdotal sea reconocida exclusivamente a un varón, y de preguntarnos quién lo decide y en nombre de quién.

El papa se muestra abierto a reconocer un “posible lugar de la mujer allí donde se toman las decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia”. Pero la pregunta decisiva es: ¿piensa el pontífice que podría depender del voto de una mujer la decisión de la que aquí se trata, a saber, si la mujer puede o no desempeñar la “potestad” o “autoridad” o “función” de “representar a Cristo el Esposo”, de presidir la Eucaristía o de otorgar “la absolución de los pecados”, de ser en definitiva diácono, sacerdote u obispo? De hecho, esta decisión queda reservada al varón, y en último término al papa, tal como ha quedado claro durante todo el desarrollo del Sínodo sobre la sinodalidad y en su documento final refrendado por el papa. ¿Pero en qué razón se funda tal decisión “indiscutida”? Es lo que no se explica con un mínimo rigor teológico. Decir que Cristo lo decidió así no pasa de ser una petición de principio y una mera opinión, claramente desmentida por una gran parte de exégetas, historiadores y teólogos, y por muchas iglesias cristianas no ligadas a Roma.

Una vez más, queda al descubierto el fondo del discurso misógino típico de la teología clerical tradicional, aún vigente: el modelo de mujer es María, madre virgen inmaculada. Lógicamente, ninguna mujer de carne y hueso puede imitar a María, y acaba mirándose y siendo mirada como encarnación de Eva la pecadora y la tentadora, lo que, consciente o inconscientemente, justifica de hecho que se la mantenga apartada de lo sagrado, del altar o del sacerdocio, y que deba mantenerse subordinada al varón. Se la ensalza al máximo en la figura de María inmaculada, para mejor rebajarla y subordinarla en la institución.

Este tipo de discurso, tan frecuente en tantas páginas bíblicas del Antiguo y del Nuevo Testamente y de los Santos Padres, está muy presente en los textos de Juan Pablo II. Y también del papa Francisco, como acabamos de ver. Pero permítaseme ilustrarlo con un ejemplo muy reciente.

En una entrevista de mayo de 2024, Norah O’Donnell, periodista de CBS, preguntó al papa si una niña crecida hoy como católica tendrá “la oportunidad de ser diácono y de  participar como miembro del clero en la iglesia”. Francisco respondió rápidamente: “No”. Y, presionado, se explicó: “Si se trata de diácono con el orden sagrado, no. Pero las mujeres siempre han tenido, diría yo, la función de diaconisas sin ser diáconos, ¿no? Las mujeres son de gran servicio [diakonein en griego, como ministrare en latín, significa “servir”] como mujeres, no como ministras, como ministras en este sentido, dentro de las Sagradas Órdenes”. Y se extendió en el elogio de las mujeres: “Son las que impulsan los cambios, todo tipo de cambios (…). Son más valientes que los hombres (…). Saben cuál es la mejor manera de proteger la vida. Las mujeres son magistrales guardianas de la vida. Las mujeres son geniales. Son muy geniales. Y hacer espacio en la Iglesia a las mujeres no significa darles un ministerio, no. La Iglesia es madre, y las mujeres en la Iglesia son quienes ayudan a fomentar esa maternidad. No olvides que quienes nunca abandonaron a Jesús fueron las mujeres. Todos los hombres huyeron”.

Y todavía más recientemente (28 de septiembre de 2024), durante su visita a Bélgica –la misma en la que tildó de “asesina” la ley del aborto ante la tumba del rey Balduino, alabando la figura de éste por haber abdicado para no tener que firmar dicha ley–, en su discurso de la Universidad Católica de Lovaina dijo el papa:  “Es feo cuando la mujer quiere hacer de hombre, la mujer es mujer (…). La mujer es acogida fecunda, cuidado y entrega vital”.

  1. Una imagen fija de la orientación sexual y del género

No habrá primavera eclesial mientras no cambien la teología y el derecho canónico. Y el papa Francisco no ha cambiado ninguna doctrina ni canon de relevancia, cosa que deja patente en cuanto ha dicho y escrito sobre la orientación sexual y el género. Ha apelado una y otra vez a una actitud de acogida de las personas homosexuales o trans, pero se ha cerrado a cualquier cambio doctrinal, canónico, institucional.

Son conocidas las palabras del papa en el avión de regreso de su viaje a Brasil en julio de 2013, cuatro meses después de su elección, al ser preguntado sobre la posición de la Iglesia sobre las personas homosexuales: “Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”. Muchas personas, gais y lesbianas incluidas, celebraron sus palabras, pero no dejan de ser problemáticas: en su trasfondo, se adivina un juicio negativo, más o menos consciente, sobre la homosexualidad. Suenan como si dijera: … no soy quién para juzgarlo, aunque sea homosexual. No puedo imaginar que, habiéndosele preguntado sobre una persona heterosexual, hubiera respondido: “… si busca a Dios y tiene voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”. En la misma línea se sitúan las respuestas dadas en 2022 a una carta donde el conocido jesuita y escritor estadounidense James Martin le exponía las preguntas más frecuentas que le formulan las católicas/os LGTBIQ+ sobre Dios y la Iglesia:  “Dios es padre y no reniega de ninguno de sus hijos” (“tampoco de los homosexuales”, se entiende, aunque no lo dice…). Y también: “Una Iglesia selectiva, una Iglesia de pura sangre, no es la Santa Madre Iglesia, sino una secta” (y aunque no lo dice, en el fondo se entiende: “también a los homosexuales los acoge la Iglesia, aunque sean impuros”).

Es verdad que ha reclamado que los estados aprueben “una ley de unión civil”, de modo que “estén cubiertos legalmente” (documental “Francesco”, 2020). Se da la circunstancia de que casi todos los países de Europa y otros muchos ya cuentan con una ley civil de matrimonio homosexual, aprobada, eso sí, con la frontal oposición de sus respectivos episcopados católicos. Está muy bien que el papa reclame dicha ley estatal, pero tendría más efectivo que empezara por predicar con el ejemplo, reconociendo las “uniones homosexuales” como verdadero matrimonio y bendiciéndolas como tales, cosas ambas a las que se ha negado expresamente hasta hoy. La posición del papa sobre el tema queda claramente expresada cuando, en la Exhortación postsinodal Amoris laetitia sobre la familia de 2016, escribe: “No existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia” (n. 251). Ni siquiera remotas.

Lo mismo sucede en el tema, tan real y complejo, del género. El papa Francisco lo resuelve de manera muy simplista. La teoría del género, afirma, está “orientada a cancelar la diferencia sexual (catequesis, en 2015), es “una ideologización colonizadora” (a los obispos de Polonia en 2016), “presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia” (Amoris Laetitia 56, 2016), “va contra las cosas naturales” y “es diabólica” (diálogo con jesuitas de Eslovaquia, en 2021). ¿Dónde queda aquí el principio del “todos, todos, todos” tan recurrente en sus intervenciones?

  1. Cuatro sínodos y el clericalismo intacto

El clericalismo es la raíz de los peores males institucionales de la Iglesia católica romana. Pero después de 12 años de pontificado del papa Francisco, el clericalismo sigue intacto. La historia de los cuatro sínodos pone de manifiesto que todas las expectativas iniciales se han visto contrariadas por el desenlace final. Así, El sínodo de la Amazonía había aludido tímidamente a la posibilidad de ordenar varones casados “en regiones alejadas de la Amazonía” y a la posibilidad de una ordenación –“no sacramental”–  de mujeres como diaconisas; en la Exhortación apostólica postsinodal del papa Francisco desaparece incluso esa tímida alusión.

Nada ilustra mejor esta tendencia hacia la reafirmación del clericalismo célibe y patriarcal que el desarrollo y el final del reciente Sínodo sobre la sinodalidad [3]. En la síntesis de la primera sesión de la Asamblea Sinodal General en octubre de 2023, desaparecieron algunos de los temas más recurrentes y espinosos propuestos por algunas de las Conferencias Episcopales de los cinco continentes: ordenación sacerdotal de la mujer, bendición de los matrimonios homosexuales, reconocimiento de las personas LGTBIQ+. El documento-síntesis de dicha primera sesión menciona la ordenación diaconal de mujeres y la dispensa del celibato para sacerdotes en circunstancias particulares, aunque solo para pedir que se sigan estudiando esos temas. En cuanto al Instrumentum laboris para la segunda sesión (octubre de 2024), ni siquiera  mencionan el “diaconado consagrado” de mujeres, la dispensa del celibato de sacerdotes, las personas LGTBIQ+ (y no se diga la ordenación sacerdotal de la mujer). De todo ello no se debía ni hablar. Denuncia el clericalismo, sí, pero no cuestiona el poder clerical, sino la manera de ejercerlo. Y afirma sin ambages: “La sinodalidad no supone en modo alguno la devaluación de la autoridad particular y de la tarea específica que Cristo mismo confía a los pastores: los obispos con los presbíteros, sus colaboradores, y el Romano Pontífice como ‘principio y fundamento perpetuo y visible de unidad así de los Obispos como de la multitud de los fieles’ (LG 23)” (n. 8); y también: “en una Iglesia sinodal, la competencia decisoria del obispo, del Colegio Episcopal y del Romano Pontífice es inalienable, ya que está arraigada en la estructura jerárquica de la Iglesia establecida por Cristo” (n. 70). Con ese principio y fundamento tan claro y contundente, sobraban este sínodo y todos los demás. Ahí seguimos.

Y así llegamos al Documento final del Sínodo de la Sinodalidad, publicado el pasado 26 de octubre de 2024. Una vez más denuncia el clericalismo, pero incluyendo esta vez en la denuncia ¡también a los laicos!, colmo clerical: “El clericalismo, fomentado tanto por los mismos sacerdotes como por los laicos, genera un cisma en el cuerpo eclesial que fomenta y ayuda a perpetuar muchos de los males que hoy denunciamos” (n. 74). ¿Algún camino concreto para superar el sistema clerical del poder sagrado, excluyente, masculino y célibe? Ninguno. Vuelve a ensalzar a la mujer, pero para mejor subordinarla: “No hay nada en las mujeres que les impida desempeñar funciones de liderazgo en las Iglesias: lo que viene del Espíritu Santo no debe detenerse”. Pero prosigue: “Sigue abierta la cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal. Es necesario un mayor discernimiento a este respecto” (n. 60).

En conclusión: Después de 12 años de papado, de cuatro sínodos, de múltiples Instrumenta laboris, síntesis sinodales, Exhortaciones apostólicas postsinodales, después de muchas esperanzas o sueños primaverales, de tanto documento, texto y voto, de tanta palabra, palabra y palabra, cuando el otoño llegaba a su cénit, la cosecha es nula. Los padres sinodales (las madres del último sínodo tenían la voz y el voto impedidos) no se atrevieron a liberarse de ideas, normas y privilegios del pasado. No se dejaron inspirar e impulsar por el Espíritu de la transformación permanente de todas las cosas, el Espíritu de la fraternidad-sororidad universal, el Espíritu de la “buena novedad” (Evangelio) que anunció Jesús. No meditaron suficientemente aquellas palabras que pronunciaron sus labios proféticos, su lengua libre y arriesgada: El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no es apto para el reino de Dios o el Aliento vital (Lc 9,62). El arado tropieza, la tierra no respira y se malogra la primavera, el nuevo pan de la Pascua universal.

Pero no, el sol amanece cada día, la luna brilla cada noche, el otoño camina al descanso, en el silencio del invierno germinará la espiga, celebraremos la Pascua. Queremos vivir y seguiremos caminando, seguiremos compartiendo el camino hecho de muchos y diversos caminos. Y, cada vez que el Espíritu sinodal así nos inspire, deberemos hacer caso omiso del Derecho Canónico, inmóvil e inamovible, para que la vida siga y crezca.

José Arregi, Aizarna, 26 de diciembre de 2024

(Publicado en Robert Ageneau, José Arregi, Gilles Castelnau, Paul Fleuret y Jacques Musset, Réformer ou abolir la papauté. Un enjeu d’avenir pour l’Église catholique, Ed. Karthala, París 2025, pp. 91-107).

[1] Cf. https://josearregi.com/es/al-papa-francisco/

[2] https://josearregi.com/es/100-dias-de-papado/

[3] Cf. https://josearregi.com/es/?s=cuatro+s%C3%ADnodos+y+el+clericalismo+intacto

Espiritualidad, General, Iglesia Católica , , ,

Los derechos LGBTQ+ en la era Trump, tema de un simposio en la Facultad de Derecho Católica.

Sábado, 12 de abril de 2025

IMG_0691Un panel en el simposio de OUTLaws.

Los derechos LGBTQ+ en vista de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 fueron el tema central de un simposio reciente en la Facultad de Derecho de Fordham, una facultad de derecho católica con sede en la ciudad de Nueva York. El evento fue patrocinado por Fordham OUTLaws, el grupo estudiantil LGBTQ+ de la facultad, según informó el Fordham Observer.

Estudiantes, profesionales del derecho y activistas asistieron al simposio, un evento clave de la Semana de la Abolición 2025 de Fordham, un evento dedicado a promover la justicia y la defensa en el ámbito legal.

Si por un momento piensan que no están haciendo lo suficiente o que no están haciendo lo correcto, quiero que lo reconsideren. Lo están haciendo todo bien al prepararse para una carrera en la que abogan, aconsejan, alzan la voz y luchan”, dijo el decano Joseph Landau de Fordham Law a los asistentes durante la inauguración del evento.

A lo largo del simposio, los panelistas debatieron sobre la importancia de la organización comunitaria, el compromiso cívico y la participación electoral. Dominic Cigna, copresidente del evento, presentó el primer panel, que examinó el futuro de los derechos LGBTQ+ bajo una Corte Suprema influenciada por los jueces designados por Trump. Cigna enfatizó la necesidad de acción política para salvaguardar los derechos de la juventud trans, incluso en ciudades progresistas como Nueva York.

Hemos visto pruebas de que la existencia pasiva no es suficiente”, dijo Cigna. “Debemos participar activamente en las elecciones a todos los niveles para protegernos a todos”.

Alexia Korberg, directora ejecutiva de Her Justice, una organización que ofrece asistencia legal a mujeres en situación de pobreza en la ciudad de Nueva York, y una de las panelistas, afirmó que la Corte Suprema actual ya no era útil para promover la justicia social y los derechos LGBTQ+.

Creo que es una farsa que estemos aplicando el estado de derecho en cuestiones constitucionales”, declaró Korberg.

Lauren Zimmerman, socia de Selendy Gay PLLC, quien ha litigado prohibiciones de libros en escuelas públicas y bibliotecas, compartió las preocupaciones de Korberg sobre las sentencias judiciales relativas a los derechos LGBTQ+ y la libertad de expresión. “Creo que se ha abierto el debate sobre el motivo por el que se pueden retirar libros”, dijo Zimmerman.

La panelista Gabriella Laros, abogada de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, habló sobre las recientes batallas legales contra los esfuerzos del condado de Nassau por prohibir a los atletas trans participar en deportes.

A pesar de las sólidas leyes de Nueva York que protegen a las personas LGBTQ+, las panelistas coincidieron en que la participación cívica es la acción más esencial en este momento. La ciudad de Nueva York ocupa el penúltimo lugar entre las principales ciudades de Estados Unidos en cuanto a participación electoral, una estadística que subraya la necesidad de movilización política. Filament Kind, pasante en la oficina de la asambleísta Jessica González-Rojas, argumentó que votar es solo el comienzo de la defensa de los derechos. “Hay mucho más que podemos hacer”, dijo Kind. “Participar en la comunidad y apoyarla también es increíblemente valioso”.

Zimmerman coincidió y declaró: “Los animo a que animen a sus amigos a prestar atención a la política local, las elecciones de la junta, a comprender qué jurisdicción y distritos cercanos están haciendo qué, y a centrarse en candidatos que nos ayuden con los temas que queremos, porque creo que ahora mismo es muy fácil ignorar la realidad”.

—Elsie Carson-Holt, Ministerio New Ways, 8 de abril de 2025

Fuente New Ways Ministry

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Las cartas de amor lésbico de Gabriela son parte del legado mistraliano

Sábado, 12 de abril de 2025

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La siguiente es una declaración pública del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh):

«Recientemente, la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana, anunció que en el marco de la conmemoración de los 80 años del Premio Nobel de Literatura otorgado a Gabriela Mistral, se haría referencia a la orientación sexual lésbica de la poetisa. Un acto de justicia, igualdad y respeto a la dignidad humana.

De inmediato, la lesbofobia afloró de manera disfrazada, hipócrita y mezquina, impulsada en buena parte por intereses partidarios y electorales.

Diputados de RN, como Miguel Mellado y Carla Morales, y de la UDI, como Gustavo Benavente y Sergio Bobadilla, salieron a desinformar. Acusaron a Orellana y al Gobierno de «centrar» la conmemoración en el lesbianismo de Mistral, calificando esto de imprudente porque el aporte de la maestra no guarda relación con su orientación sexual y, además, su vínculo con otra mujer pertenecía a su vida privada.

Sin embargo, nadie ha afirmado que Mistral sea un referente literario por ser lesbiana, ni que su reconocimiento provenga de su orientación sexual. Las personas no trascienden por ello, sino por su obra y contribuciones a la sociedad. Tampoco nadie del Gobierno ha dicho que la conmemoración del Premio Nobel pondrá el énfasis en la orientación sexual, sino solo que se mencionara tal aspecto, sin censurarlo.

Cuando se recuerda a figuras célebres, es habitual que se amplíe el conocimiento biográfico. Nadie cuestiona cuando se menciona que un escritor se casó con determinada persona o tuvo hijos. Si existen cartas de amor, estas suelen ser analizadas y publicadas como parte de su legado.

La diferencia es que Gabriela no era heterosexual, sino lesbiana. Esto parece ser suficiente para abrir el debate sobre si corresponde o no mencionarlo.

Quienes intentan ocultar la orientación sexual de Mistral ignoran la brutal discriminación que ella debió sufrir en una época en que el Estado tipificaba la homosexualidad como delito, las iglesias la consideraban inmoral y perversa, y la ciencia la clasificaba como enfermedad mental. «Tal vez fue locura muy grande entrar en esta pasión», escribió Gabriela Mistral a Doris Dana.

Mistral vivió entre 1889 y 1957, en un contexto donde  mantener en la vida privada la orientación sexual no era una opción, sino una imposición para sobrevivir.

A pesar de la discriminación, la pobreza, el clasismo y la centralización del desarrollo, Mistral superó todos esos obstáculos, lo que hace su figura aún más admirable. Fue resiliente y alcanzó lo más alto, enfrentando adversidades por desigualdades en razón de la orientación sexual, el lugar de residencia, el sexo y la posición socioeconómica.

Mientras muchas personas lesbianas de su generación sublimaron su orientación sexual, Mistral la vivió con pasión junto a su gran amor, Doris Dana. De esta relación también surgió parte de su legado literario: las cartas de amor que escribió a Doris.

No hay razón alguna, salvo la hipocresía, la lesbofobia o los intereses político-electorales, para no reconocer este aspecto de la vida de Mistral en la conmemoración del Premio Nobel. Es parte de su biografía y de su legado literario.

Felicitamos a la ministra Orellana por esta gestión que hace justicia frente a la discriminación sufrida por Mistral. Asimismo, instamos a la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo Marzán, a dejar de esquivar el debate y a reconocer que el legado mistraliano también incluye sus cartas de amor lésbico y que esto debe ser parte de las conmemoraciones»

***

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Lanzan campaña para levantar un monumento en honor a Gabriela Mistral en Plaza Italia

Firma aquí

En el marco del 136 natalicio de Gabriela Mistral y del inicio de las conmemoraciones por los 80 años desde que recibió el Premio Nobel de Literatura, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) inició hoy una campaña de recolección de firmas para que instale en Plaza Italia un monumento a la maestra.

En la petición, que puede firmarse aquí, se señala que Mistral “no solo representa un ícono de nuestra cultura, sino también un símbolo de resiliencia y esfuerzo, valores fundamentales que inspiran a nuestra sociedad”

“Maestra, poetisa y defensora incansable de los derechos de niños, niñas y adolescentes, Mistral encarna el espíritu de una nación que valora la educación, la justicia social y el reconocimiento a sus mujeres. Su historia, marcada por orígenes rurales y modestos, es un reflejo de la capacidad de superación que caracteriza al pueblo chileno”, añade la petición.

Al mismo tiempo, el Movilh recuerda que “pese a su legado y al de muchas otras mujeres destacadas, la representación femenina en los monumentos públicos sigue siendo notoriamente baja

En efecto, un estudio elaborado por el Consejo de Monumentos Nacionales en 2021 reveló que, de los 621 monumentos públicos ubicados en las capitales regionales, solo 29 están dedicados a mujeres, lo que representa apenas un 4,7%. En la Región Metropolitana, la situación no es diferente: de los 126 monumentos, solo 6 honran a mujeres, lo que equivale al 4,8%. Además, mientras en todas las capitales regionales existen monumentos a hombres, solo en 12 de ellas hay alguno dedicado a mujeres.

“La instalación de un monumento a Gabriela Mistral en un lugar tan emblemático como Plaza Italia no solo sería un justo y merecido homenaje a su figura, sino también un acto simbólico de reparación histórica para todas las mujeres de nuestro país, cuyo aporte ha sido injustamente invisibilizado o relegado a un segundo plano”, finaliza la petición.

Firma aquí:

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Fuente MOVILH (1, 2)

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Cardenal indonesio apoya a activista trans encarcelada por “discurso de odio”

Sábado, 12 de abril de 2025

IMG_0659 IMG_0661Ratu Thalisa y Cardenal Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo

Tras ser condenada a casi tres años de prisión por publicar lo que se presumía que era “discurso de odio” contra el cristianismo, Ratu Thalisa encontró un defensor inesperado: el cardenal Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, de la Arquidiócesis de Yakarta.

Dos días después de que Thalisa hiciera comentarios jocosos sobre el cabello de Jesús en TikTok el 2 de octubre de 2024, cinco grupos cristianos protestantes presentaron una denuncia ante la policía acusándola de blasfemia, un delito en Indonesia.

Tras su condena a mediados de marzo, Suharyo Hardjoatmodjo exigió su liberación, afirmando que “para vivir nuestra religión, debemos tener sentido del humor“. El cardenal sugirió que incluso “Jesús se reiría” de la broma de Thalisa.

En una entrevista con Crux, continuó explicando su comentario:

En mi opinión, como seguidor de Jesucristo, la Iglesia Católica no se ve manchada en absoluto ni se siente insultada por las acciones y palabras de Ratu Thalisa a través de su TikTok, donde le pide a Jesús que le corte el pelo. La Iglesia Católica defiende el principio de libertad y, por lo tanto, abre espacio para todas las formas de expresión, incluyendo la libertad de Ratu Thalisa para expresar sus opiniones.

“Entre amigos cercanos de diferentes religiones solíamos hacer bromas sobre nuestra propia religión y la de otras. Y este tipo de bromas nos acercan más.”

Continuó:

Parece que solo las personas que no pueden celebrar la diversidad se sienten perturbadas por esto, que no puede generalizarse como la Iglesia universal. A lo largo de la historia de la Iglesia Católica, la dinámica de la vida cristiana se ha visto afectada por espinas, diversos insultos e incluso persecución.”

Suharyo Hardjoatmodjo también hizo referencia a la lección de Jesús de amar a los enemigos y orar por quienes nos persiguen, además de denunciar la ley de blasfemia del país:

El uso de todas las formas de ley de blasfemia y sus derivados es fundamentalmente peligroso, ya que brinda al Estado la oportunidad de ejercer la comprensión teológica —hacer teología—, algo que debe evitarse, ya que no es su competencia”.

Expresó su esperanza de que Thalisa apelara e instó al “Tribunal Supremo a corregir la decisión del Tribunal de Distrito de Medan y absolver a Ratu Thalisa”. Explicó:

“Teológicamente, el principio de la fe cristiana que prioriza el perdón puede, de hecho, ser incompatible con los principios sociojurídicos del derecho civil”.

El cardenal también reflexionó sobre la historia de la Iglesia para poner este incidente en perspectiva:

Una vez más, la Iglesia Católica nunca se ha sentido menospreciada ni insultada, ni siquiera cuando tuvo que soportar el martirio. En lugar de procesar legalmente casos de blasfemia como este, el Estado y sus organismos deben ser más firmes al abordar las actitudes intolerantes que obstaculizan o impiden que las personas adoren y expresen su fe de forma correcta y correcta. Castigar a quienes se considera que han insultado al Señor Jesucristo no se ajusta a la ley del amor enseñada por el mismo Señor Jesús.”

Francis DeBernardo, Director Ejecutivo del Ministerio New Ways, comentó:

Qué reconfortante ver a un líder de la iglesia que no se ofende por comentarios que obviamente fueron hechos en broma y que no perjudicaron ni a la fe ni a la iglesia. La comunidad LGBTQ+ tiene una larga historia de usar el humor para mitigar el dolor y la opresión. La iglesia no se vio perjudicada por la broma de Thalisa. No hay razón para que los grupos religiosos tuvieran que hacer un escándalo”.

—Elsie Carson-Holt, Ministerio New Ways, 5 de abril de 2025

Fuente New Ways Ministry

Ya podrían aprender en España los fundamentalistas Abogados Cristianos, Hazte Oír, el Rosario por España y sus secuaces de extrema derecha…

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Transfemicidio de Sara Millerey: cuando la crueldad se vuelve viral

Sábado, 12 de abril de 2025

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A la colombiana Sara Millerey González Borja le quebraron los brazos y las piernas, la arrojaron al río y mientras pedía ayuda las personas se quedaron mirando y filmando. Organizaciones LGBT venían alertando del incremento de violencias y transOdio en Colombia. El rol de los medios y el mensaje en las redes sociales.

9 de abril de 2025
María Eugenia Ludueña
Edición: Ana Fornaro

El video de Sara Millerey González Borja, una mujer trans de 32 años, agonizando aferrada a una rama, con los huesos de su cuerpo partidos a golpes, pidiendo ayuda a los gritos, registró de manera brutal la crueldad que siguen sufriendo las personas travestis y trans en Colombia y en el mundo en 2025. A Sara le quebraron los brazos y las piernas, la arrojaron al río en la quebrada La Garcia, en el barrio Playa Rica en Bello (Antioquia).

Fue el viernes 4 de abril a las cuatro de la tarde, en un espacio público donde había varias personas pidiendo que no la socorrieran para dejar que se ahogara en la corriente un río crecido por las lluvias. Alguien pidió auxilio y Sara fue llevada al hospital de Medellín, donde murió el domingo. Alguien grabó la secuencia de violencias, el video se hizo viral y el nombre de Sara Millerey fue tendencia en las redes.

Había unos manes parados, también con el celular grabando lo que le sucedía, y decían que no la ayudaran. Entonces hubo temor a intervenir por miedo a que los encendieran a bala. Fue necesario que interviniera la Policía”, le dijo un familiar a El Colombiano durante el sepelio que se realizó ayer.

La misma fuente contó que Sara era una luchadora alegre y carismática, hacía dos años había terminado el bachillerato en una escuela nocturna. le gustaba lucir sus pelucas y vestidos. “Le tenían tanto cariño que muchas veces le paraban las motos y se montaba y se mostraba como una reina. Le encantaba que la vieran así, no faltaba a quienes no le gustaba su personalidad” expresó en la despedida. La familia invitó a acompañar la ceremonia de inhumación, de la que participaron tambien vecines, activistas y funcionarixs.  Vuela alto mi niña” escribió su madre en una cinta sobre el féretro blanco. “Pido que se haga justicia. No tienen perdón de Dios los que hicieron “, le dijo a los medios locales. 

El video en las redes sociales

Desde Sentiido -medio de Colombia sobre género, diversidad y cambio social- Li Cuellar, codirectore, analizó el rol de los medios y de las redes sociales en la cobertura. “La saña y la tortura, cómo sometieron a Sara a este sufrimiento terrible hasta su muerte conmueve y despierta cuestionamientos sobre la humanidad. Que exista un video como evidencia de lo que le hacen a las personas trans, de cómo las humillan y las asesinan, provoca indignación. Está muy bien que los medios estén cubriendo esto, es muy importante que lo hagan”.

Algo que llama la atención, dice Li, es que el video de su tortura se haya movido tanto en redes sociales. “Cumple una función como de escarmiento, para que la gente se dé cuenta de que ese tipo de videos se pueden reproducir sin ningún problema. Pareciera que las muertes de las personas trans valen menos que las demás”.

“Creo que hay un problema muy grande con respecto al análisis que estamos haciendo sobre el consumo de lo que se mueve en redes sociales y que no se puede quedar solamente en la indignación. Tiene que haber una reflexión más profunda sobre lo estructural de esta violencia. Hay una conversación pendiente muy importante sobre la función de los medios. Si esto le hubiera pasado a una mujer cisgénero o a una estudiante de una universidad, un colegio privado en Bogotá o en Medellín, la historia habría sido otra”, considera le codirectore de Sentiido.

Y observa que la narración que se hace sobre la vida de Sara en algunos medios busca una especie de “justificación” al estilo de vida que ella tenía. “Lo que tenemos que explicar es la violencia estructural, no la biografía de ella -si consumía sustancias psicoactivas o estaba mucho en la calle como plantean algunas narrativas- lo que explica lo que le pasó, sino la violencia que vive este país, que vive el departamento de Antioquia, que vive América Latina y que se reproduce y se acepta contra las personas trans”.

Sabemos que este transOdio no es aislado. Y hay puntos recurrentes: “que a la víctima la arrojen el río, la torturen y la hagan enfrentar humillaciones, vejaciones, dolor profundo, es una manera de castigar. Que una persona tenga las tripas de pararse a filmar este asesinato dice muchas cosas sobre cuánto vale la vida de una persona trans en este mundo y en América Latina”.

Violencias hacia LGBT aumentaron en Colombia

Hace varios meses se advirtió el peligro que corría Sara. Y el Estado no hizo nada. El lunes 7 de abril conocimos que a Sara la torturaron, la golpearon y la tiraron al río sólo por ser una mujer trans. Es el caso número 24 de 2025, y 14 de estas víctimas fueron personas trans”, dijo a Presentes Jesusa Ramírez, del Colectivo León Zuleta. La activista trans colombiana se refiere a que varias organizaciones de derechos humanos venían advirtiendo al Estado el aumento de las violencias.

Desde Caribe Afirmativo destacaron que la violencia contra Sara no es un hecho aislado. “Hace parte de una ola de violencia sistemática que enfrentan las personas LGBTIQ+ en el país, en especial las personas trans, quienes siguen siendo blanco de ataques que no solo buscan silenciar sus cuerpos, sino también borrar sus existencias. Prueba de ello es que “la mayoría de estos crímenes ocurren a plena luz del día, en espacios públicos, frente a testigos silenciosos y con la indiferencia o complicidad de muchas personas y autoridades. Esa misma indiferencia fue la que condenó a Sara a no recibir auxilio inmediato”.

La organización contabiliza 24 personas LGBTIQ+ asesinadas en Colombia en lo que va del año, denuncia falta de respuesta efectiva del Estado y exige acciones urgentes a la Fiscalía General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la Nación, la Gobernación de Antioquia -ya que se trata de una de las zonas con mayores índices de LGBT Odio- y la Alcaldía de Bello. “Tienen la responsabilidad de actuar. Este crimen debe investigarse de manera inmediata y no puede quedar impune, como tantos otros”.

A fines de enero lo había señalado la Defensoría del Pueblo de Colombia. En el primer mes del año, informó, se registraron al menos 13 asesinatos contra personas LGBTIQ+. Y en febrero ILGA LAC (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex para América Latina y el Caribe) publicó un pronunciamiento: “En estos últimos tiempos la población LGBTQI+ de Colombia está viviendo un recrudecimiento de la violencia sistemática”, advirtió. Y señaló que en 2024 reportes de las organizaciones registraron 338 actos de violencias por prejuicios. Entre ellos, 50 personas LGBTQI+ fueron asesinadas, y 28, es decir más de la mitad de las víctimas, fueron personas trans. “En lo que va del 2025, de acuerdo a estos reportes, 15 personas LGBTQI+ fueron asesinadas, dentro de las cuales 6 son personas trans”, expresaron desde ILGA LAC.

Jesusa, desde su organización León Zuleta (lleva el nombre de una figura emblemática para los derechos LGBT en Colombia)  forma parte de ILGA LAC y se había acercado para denunciar lo que viene pasando.  “En varios departamentos y municipios de Colombia aumentan grupos armados que hacen lo que llaman “limpiezas sociales”. Quieren acabar con las personas con experiencia de vida trans, consideran somos un peligro para los municipios”.

En Bello, un municipio muy pequeño, las organizaciones hacen trabajo de base comunitaria y Sara participaba, cuenta Jesusa. La activista trans dice que las violencias vienen siendo sistemáticas hacia las personas LGTBI y en especial hacia trans. “Van en aumento las cifras, para abril de 2025 van 14 casos de mujeres trans asesinadas, algunas ejercen el trabajo sexual. Los grupos armados se están tomando nuevamente la ley de los municipios y algunos departamentos por el fascismo que ha venido creciendo con los ultraderechistas”.

Justicia por Sara y todas las vidas trans

En Colombia existe una Mesa de Casos Urgentes LGBTI para la atención de hechos que vulneran los derechos de estos colectivos. El Ministerio del Interior informó hoy que el 7 de abril instó “a las entidades del orden nacional, departamental y municipal, para que tomen acciones frente al caso e implementen medidas de prevención ante los altos índices de violencia contra la población LGTBIQ+ en Antioquia”. Realizó una sesión extraordinaria con las entidades pertinentes y el Ministerio Público para revisar el caso de Sara y otras violencias hacia la población LGTBIQ+. Y anunció que el 23 de abril el Ministerio del Interior realizará en Bogotá la primera sesión de alto nivel de la Mesa Nacional de Casos Urgentes LGBTI y de personas con orientación sexual, identidad y expresión de género diversas (OSIEGD), para abordar la violencia sistemática de cual son víctimas y las acciones del Estado al respecto.

Jesusa dice que son pocos los casos que se investigan a fondo. “Como no hay articulaciones entre el gobierno nacional, a favor de los derechos de los sectores LGTBI, con algunos gobiernos regionales y distritales de corriente contraria, pues siempre se quieren como lavar las manos, que esas son competencias territoriales y por eso a veces no se investigan los casos. No hay resultados a las investigaciones y por eso se demora mucho más. Pero no se trata solo del caso de Sara Millerey. De esos 24 casos que registramos, ni el 10% han sido resueltos”.

El rol de los medios 

La saña es un rasgo característico de los crímenes de odio. Busca transmitir un mensaje.  Esta vez no pasó desapercibida. La familia, el activismo y el gobierno: todos repudiaron el crimen de odio de Sara. No es algo que suela ocurrir con frecuencia. Casi todos los medios se hicieron eco de la noticia.  Tampoco suele pasar: en Presentes sabemos que las noticias de transfemicidios no logran romper del todo el cerco mediático. Como dice Susy Shock “parece que las trans y travestis no estamos en la agenda emocional”.

El presidente Petro pidió a la policía nacional esclarecer el crimen.Los congresistas también sumaron su repudio. El gobierno de Antioquia y la Alcaldia de Bello ofrecen una recompensa de más de 100 millones de pesos colombianos (50 millones cada uno, equivalen a 10 mil dólares) a quien aporte información para encontrar a los victimarios.

Colectivas convocan a velatones en Bogotá y en Bello para pedir Justicia.

Muchos medios siguen difundiendo el video y revictimizando a Sara. Nombrando una identidad que ya no es la suya (la asignada al nacer), hablando de “cuerpos equivocados”. Lo mismo algunxs funcionarixs del gobierno. 

Los medios que muchas veces nos dieron la espalda y no escucharon a las organizaciones para bajar las violencias hacia las personas trans  difundieron la noticia pero no la cuidaron a Sara Millerey. Algunos pisotean su memoria”, dice Jesusa. “Algunos medios la revictimizan incluso después de su muerte, publica su nombre jurídico. Lo hacen también entidades territoriales y el Estado. Lastimosamente ha sido una noticia que podemos decir que puede ser la mártir para ver si nos escuchan y se pueda hacer justicia por los 24 casos. Nos preocupa el crecimiento del fascismo en las redes sociales, los comentarios de odio nos ponen en riesgo a las personas trans y más a las activistas. Que además somos perfiladas políticamente por la oposición en esos momentos”.

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