Las redadas realizadas en todo el país están proporcionando los datos necesarios para suministrarlo.
Por Greg Owen, viernes 31 de enero de 2025
El Ministerio del Interior de Rusia, tiene planes para crear una amplia base de datos electrónica de personas LGBTQ+ en el país, reveló esta semana Meduza, un medio de comunicación ruso independiente.
Citando fuentes anónimas del Ministerio del Interior, el medio informó que el plan orwelliano ha estado en discusión desde el año pasado después de que la Corte Suprema de Rusia ilegalizara el llamado “movimiento LGBT internacional” como una “organización extremista” a instancias del presidente Vladimir Putin.
Los planes fueron corroborados por Dmitry Chukreyev, un funcionario de la Cámara Cívica de Ekaterimburgo, la cuarta ciudad más grande de Rusia. Dijo que la policía ha estado manteniendo listas informales de personas LGBTQ+ desde que se anunció el fallo de la Corte Suprema.
En 2024, la policía realizó al menos 42 redadas en lugares amigables con los LGBTQ+ en toda Rusia, según una investigación del medio de comunicación independiente Current Time y la organización de derechos humanos Sphere. Las palizas, el confinamiento forzado y las humillaciones sádicas basadas en la identidad sexual y de género son características habituales de las redadas.
Los funcionarios rusos y los medios de comunicación alineados con el Estado describen regularmente a la comunidad LGBTQ+ de Rusia como una red de “grupos paramilitares” que llaman a una “guerra de género abierta”, que participan en la “deshumanización” y el “culto al diablo”, informa el medio. Los funcionarios y los medios de comunicación atribuyen a las fuerzas de seguridad el mérito de “reprimir” la actividad antiestatal.
Las redadas, además de intimidar a la comunidad queer en general y forzar el cierre de varios locales, han proporcionado a los agentes de seguridad información que permitiría crear un registro electrónico LGBTQ+.
Un empleado de un establecimiento queer de Siberia dijo a Meduza: “Las fuerzas de seguridad copiaron toda la base de datos de la computadora donde registramos las reservas”, obteniendo información sobre cientos de clientes. Durante una redada en el club Eden de Cheliábinsk se recogieron huellas dactilares y muestras bucales de los visitantes, y a los empleados y clientes del club Pose de Oremburgo se les obligó a indicar su dirección residencial registrada ante la cámara.
En una fiesta en una casa allanada por las fuerzas de seguridad en la región de Leningrado, los invitados fueron obligados a entregar sus pasaportes y desbloquear sus teléfonos; Si alguien se negaba, los demás eran sometidos a castigos colectivos y obligados a ponerse en cuclillas.
Según activistas de derechos humanos, estas redadas también tienen como objetivo exponer a funcionarios gubernamentales LGBTQ+. El organizador de un evento queer-friendly en la región de los Urales reveló que la policía que allanó el lugar esperaba “atrapar a diputados [funcionarios públicos] y otras personas importantes” en el evento.
Mientras las fuerzas de seguridad siguen recopilando datos en operaciones cada vez más sádicas, el progreso hacia un registro LGBTQ+ a gran escala se ha visto obstaculizado por la otra obsesión actual de Putin: la expansión de la Gran Rusia a través de su guerra contra Ucrania. Las fuerzas asignadas a ese conflicto están agotando las filas de la policía que de otro modo estarían persiguiendo a miembros del “movimiento LGBT internacional”.
Pero las redadas siguen produciendo resultados.
El año pasado, una redada en un restaurante y club en Gorno-Altaisk arrojó datos solo sobre 80 clientes y empleados, dijo un empleado.
“Ahora los conocemos a todos”, repitieron las fuerzas de seguridad mientras se prolongaba la redada.
Hace sólo unas semanas, conocíamos que el propietario de una agencia de viajes gay en Rusia muere por “suicidio” bajo custodia policial. En otra señal de lo peligrosa que es la vida para la comunidad LGTBQ en Rusia, un hombre arrestado en octubre por dirigir una agencia de viajes gay murió bajo custodia policial en lo que las autoridades dijeron que fue un suicidio. Andrei Kotov, propietario de la agencia Men Travel, había sido arrestado por “organizar actividades extremistas y participar en ellas“, una acusación que él negó vehementemente. Según OVD-Info, un grupo que monitorea las detenciones políticas, Kotov fue encontrado muerto en su celda de detención de madrugada.
Kotov había dicho después de su arresto que la policía lo golpeó y le administró descargas eléctricas, incluso cuando no mostró resistencia. Aunque probablemente nunca se conozcan las circunstancias exactas de su muerte, la muerte de Kotov está en línea con la muerte inexplicable de otros objetivos de Putin. El ejemplo más notable fue el del político opositor Aleksei Navalny, quien, según el gobierno, murió por causas inexplicables después de dar un paseo por la prisión del Ártico donde estaba encarcelado. Navalny había fundado un grupo anticorrupción, que fue etiquetado como extremista según la misma ley que ataca a las personas y grupos LGBTQ.
La situación legal del colectivo LGTBI en Rusia
Con el inestimable apoyo de la Iglesia ortodoxa, el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó por primera vez una ley que prohíbe la llamada “propaganda gay” en Rusia en junio de 2013: la llamada ley contra la «propaganda homosexual ante menores». La ley buscaba aparentemente “proteger a los niños” de cualquier “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”, como se establece en el texto de la ley. La nueva ley extiende las restricciones no solo a los niños sino también a los rusos de todas las edades. Desde entonces, la legislación rusa ha seguido empeorando respecto a la situación de las personas LGTBI. La ley se ha utilizado principalmente para silenciar a organizaciones activistas, eventos, sitios web y medios de comunicaciónLGBTQ+, así como para separar familias y acosar a maestros. También ha sido rotundamente condenado por el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, los grupos de derechos humanos Amnistía Internacional y Human Rights Watch, así como activistas de derechos civiles en todo el mundo.
El objetivo siempre ha sido invisibilizar la lucha por los derechos LGTBI y la mera existencia del colectivo. Cualquier información positiva sobre las orientaciones sexuales “no tradicionales” o de las distintas identidades de género quedaron marcadas como ilegales, se reprimieron y se castigaron con fuertes multas económicas. La marcha del Orgullo quedó prohibida, las banderas arcoíris o trans fueron vedadas en público y sus portadores fueron detenidos, sancionados e incluso temporalmente encarcelados.
Los observadores de derechos humanos dicen que la ley, que también prohíbe que las personas compartan “ideas distorsionadas sobre el valor social igual de las relaciones sexuales tradicionales y no tradicionales”, se ha utilizado para reprimir la libertad de expresión de las personas LGBT +, y alimentó un aumento en retórica homofóbica en el país.
En 2017, Putin afirmó que es su “deber” evitar que las personas homosexuales se casen para que las personas normales tengan más bebés. En ese mismo 2017, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinó que la ley es discriminatoria. Los jueces escribieron: “Al adoptar tales leyes, las autoridades reforzaron el estigma y los prejuicios y alentaron la homofobia, que era incompatible con los valores de una sociedad democrática”.
El mismo tribunal también determinó que Rusia estaba violando los derechos humanos de las personas LGBT + por la prohibición de los eventos de Orgullo en 2018 y por las acciones para bloquear el registro de grupos LGBT + en 2019.
En 2018, un informe de la Human Rights Watch confirmaba que la ley contra la “propaganda gay” de Rusia es un peligro.
Pero todo empeoró en diciembre de 2022, cuando Putin firmó una ley que amplía la prohibición del país de la “propaganda” LGBTQ+. La ley recién firmada prohíbe efectivamente cualquier expresión pública de la vida LGBTQ+ en Rusia al prohibir “cualquier acción o difusión de cualquier información que se considere un intento de promover la homosexualidad en público, en línea o en películas, libros o publicidad”, informó Reuters.
La ley fue aprobada por unanimidad en las dos cámaras del Parlamento ruso. Se eliminaba el requisito de que la “propaganda” fuera realizada ante menores y, de ese modo, se prohibió cualquier manifestación, información o creación que mostrase “relaciones no tradicionales” de manera no derogatoria, así como la información sobre las identidades de género a menores. Cualquier libro, película, espectáculo, canción, obra de arte, muestra de afecto, afirmación de la propia orientación sexual ante testigos, información positiva de la homosexualidad, bisexualidad o condición trans fueron castigados con fuertes sanciones. De hecho, la reforma de la ley supuso la total invisibilización y el enmudecimiento social de las personas LGTBI, a quienes desde medios o instituciones gubernamentales se consideraron “agentes extranjeros” o traidores a la patria, en una situación de guerra tras la brutal invasión de Ucrania.
El siguiente ataque a los derechos LGTBI fue dirigido específicamente y con absoluta crueldad contra el colectivo más vulnerable: las personas trans. El 31 de mayo de 2023, fue presentado un proyecto de ley en la Duma (la cámara baja del Parlamento ruso) en el que se establecía la prohibición de cualquier tratamiento médico, tanto farmacológico como quirúrgico, para la reasignación de género. El proyecto de ley fue aprobado en la cámara el 19 de julio, tras las tres lecturas pertinentes, por unanimidad de los representantes, dejando patente una vez más que el supuesto pluripartidismo del régimen autocrático ruso es una mera pantomima. Ese mismo día, se sometió a votación en el Consejo de la Federación (la cámara alta del Parlamento). Se habían introducido varias enmiendas al texto inicial, que incluían la anulación de los matrimonios en los que uno de los cónyuges hubiera cambiado su sexo registral, así como la prohibición de que estas personas pudieran adoptar o acoger a niños. Tan solo unos días después, el 24 de julio, la ley era promulgada por el presidente Vladimir Putin. Desde esa fecha, las personas trans rusas dejaban de existir legalmente.
Finalmente, el 30 de noviembre de 2023, en una sesión a puerta cerrada, el Tribunal Supremo ruso falló a favor de la demanda del Ministerio de Justicia que acusaba al “movimiento LGTBI” de incitar a la discordia social y religiosa. La sentencia del alto tribunal calificaba al “movimiento LGTBI internacional” como “organización extremista”, poniendo en peligro cualquier forma de activismo o visibilidad de las personas LGTBI rusas. La legislación penal rusa castiga con hasta 12 años de cárcel el hecho de participar en una organización declarada como extremista, así como su financiación. Cualquier persona que exhiba símbolos de tales grupos se enfrenta a hasta 15 días de detención en la primera ocasión y hasta cuatro años de prisión si es reincidente. Existe una «lista de extremistas» en la que las autoridades incluyen a las personas sospechosas de estar implicadas en ese tipo de organización. Sus cuentas bancarias pueden ser congeladas y se les prohíbe presentarse a cargos públicos.
Como el supuesto “movimiento LGTBI internacional” no existe en realidad como organización, las corruptas autoridades judiciales podrán procesar arbitrariamente a cualquier persona por cualquier actividad relacionada con los derechos LGTBI. Si la ley contra la “propaganda homosexual” establecía fuertes sanciones administrativas a la visibilidad LGTBI, la sentencia del Tribunal Supremo la convirtió en un delito grave penado con dureza.
En esta coyuntura, no podemos olvidar el papel fundamental que está ejerciendo la Iglesia Ortodoxa Rusa. Y ponemos dos ejemplos:
Recientemente, el patriarca Kirill llamaba a Rusia a luchar contra Occidente, al que calificaba como el “Anticristo”: la ideología de género, la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo y la “propaganda a favor del cambio de sexo”,
El patriarca Moscú, Kirill I, ha llamado a Rusia a luchar contra el “mal” de Occidente. “Es muy importante que nuestro país sea capaz de liderar la resistencia contra -diré ahora una palabra increíble- el Anticristo“, afirmó el líder de la Iglesia ortodoxa rusa en la cámara alta del Parlamento, el Consejo de la Federación. Hay que defenderse de la llegada del “mal”, aseveró quien se ha convertido en uno de los principales aliados del presidente Vladimir Putin.
Según Kirill, las élites de los países occidentales se basan en valores anticristianos y están embarcados en lo que considera un proceso para disolver la herencia cristiana. “Hoy en día, las élites occidentales están librando una guerra contra la institución de la familia tradicional, por supuesto con el pretexto del respeto a los derechos humanos y la libre elección”, afirmó el jerarca, criticando, como ya ha hecho en otras ocasiones, la ideología de género, la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo y la “propaganda a favor del cambio de sexo”, según informa Katholisch.
“La casa europea, para decirlo con palabras del Evangelio, se parece cada vez más a un ataúd pintado, que se ve hermoso por fuera, pero por dentro está lleno de huesos de un hombre muerto y todo tipo de suciedad“, abundó en su descripción del declive de Occidente, en su opinión. El edificio impresiona por su lujo, “pero los cimientos son irremediablemente débiles y los muros de carga están al borde del colapso”.
En febrero de 2023 la Iglesia Ortodoxa Rusa rompía con las «iglesias» que aceptan el matrimonio o la bendición de parejas homosexuales. La Iglesia Ortodoxa Rusa ha cortado los lazos con las iglesias occidentales que han aprobado el matrimonio o la bendición de parejas homosexuales. Entre ellas figura la Iglesia de Inglaterra, de donde nació la comunión anglicana. comunidades de las iglesias luteranas de Suecia, Noruega y la Iglesia Episcopal de EE.UU., de base anglicana.
Obispos católicos de Rusia
Tampoco la Iglesia Católica se queda atrás en s7 homofobia… como respuesta a la declaración vaticana Fiducia Supplicans, los obispos católicos de Rusia respondieron considerando inaceptable la bendición de cualquier pareja en situación “irregular”… Los obispos católicos de Rusia manifestaron su rechazo absoluto a cualquier bendición de una pareja que viva en una situación “irregular”. En un comunicado publicado tras la reunión plenaria de su Conferencia Episcopal (CCER) del pasado marzo, los prelados salían al paso de los supuestos malentendidos provocados por la declaraciónFiducia Supplicans, del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Los obispos católicos de Rusia no difieren respecto a los ortodoxos sobre la bendición de parejas que, según ellos, vivan en pecado y rechazan el contenido de Fiducia Supplicans.
Dios los cría…
Fuente LGBTIQNation/Cristianos Gays
Fuente LGBTQNation
General, Homofobia/ Transfobia.
Dmitry Chukreyev, Fundación Sphere, Homofobia/Transfobia, Ministerio del Interior, Personas LGTBIQ, Redadas, Registro electrónico, Rusia
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