¡Libres!
Del blog Pays de Zabulon:
He aquí que me encuentro con una persona que dice ser cristiana y que se dedica a la labor pastoral. ¡Pastoral de jóvenes! Ella me dice rotundamente que la homosexualidad está prohibida en la Biblia.
Ni siquiera sé por qué me habla de esto, porque no es el tema de nuestro encuentro y ella no sabe que he estado trabajando en este tema, por así decirlo, durante años.
Pero ella está segura de sí misma. Ella afirma. Sin demostración pero con la convicción de que…¡da miedo!
No puedo creerlo. ¿Cómo es posible que en 2023 los agentes de pastoral sigan estando tan mal (in)formados? ¿Que la Biblia prohibiría la homosexualidad? Pero ella no habla de eso, no es su tema. La moralidad sexual no es nada en todos los escritos bíblicos. Por otro lado, la justicia social, oprimir o explotar a tu hermano, juzgarlo y condenarlo en lugar de ejercer misericordia o simplemente ocuparte de tus propios asuntos, eso está prácticamente en cada página.
¡Ah, el Levítico! Argumento anticuado siempre esgrimido: el Levítico que prohibiría la homosexualidad. Ya ni siquiera quiero responder. ¿Por qué este único versículo de un libro grande que contiene muchas prohibiciones que hoy ya no consideramos tendría más peso que los demás? Básicamente, dice más sobre la persona que esgrime la prohibición que sobre el libro bíblico, pero ¿cómo puedo decírselo amablemente, sin que ella se escandalice o grite al hereje que no respeta la palabra bíblica?
No, ya ni siquiera quiero discutir.
Sé una cosa que el apóstol Pablo nos enseña en su carta a los Gálatas (5:1) y en muchos otros lugares: “Hermanos, para que seamos libres, nos ha liberado Cristo. Permaneced, pues, firmes y no os dejéis someter de nuevo al yugo de la esclavitud.”.
Gratis. Por lo tanto, está claro, ¿no? Libres para no respetar más las prohibiciones, libres para no dejarnos encerrar en juicios. Que cada uno viva lo que tiene que vivir y respete al hermano/a. Esta obsesión por querer impedir que otros acepten y vivan su orientación sexual es dolorosa. Es un verdadero contratestimonio del Evangelio que nos hace libres.
Pero de hecho me hace volver a publicar aquí. La pelea no parece haber terminado.
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Z – 11/02/2023
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