Rangos y distinciones
Pero la decepción mayor se refiere al Sínodo de la Sinodalidad que está teniendo lugar. Ese proceso sinodal fue concebido y convocado precisamente para afrontar la escandalosa realidad de una estructura clasista de la Iglesia Católica. Un tipo de organización eclesial basado en rangos y distinciones que contradicen radicalmente el espíritu del Evangelio» […]
«El Sínodo de la decepción» por Comunidad de Cristianos de Base de Gijón en su boletín 66 del 14 de octubre de 2024
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Nuestro grupo de Cristianos de Base, en su reunión de octubre, se propuso profundizar en la enseñanza del texto evangélico de Marcos 9, 33-40. A modo de presentación del tema se había presentado un texto, que se incluye en este boletín, en el que se resalta la importancia del clericalismo como factor responsable de la tradicional marginación del Evangelio por parte de la(s) iglesia(s) organizada(s). Cuanto más se fue empoderando el estamento clerical tanto más se fue acentuando el secuestro del mensaje de Jesús.
El caso es que Jesús mismo nos había advertido contra esa deformación de la asamblea de susseguidores. El mencionado texto de Marcos 9, 33-40nos pone en guardia contra esa mala gestión eclesial. Decidimos, pues, que ése sería el tema de nuestro debate, y además, la celebración eucarística que tuvimos al final de la reunión versó sobre ese texto de Marcos , y todas las lecturas, plegarias, etc. de la celebración, estaban orientadas a ilustrar y extraer enseñanza de ese pasaje evangélico. Se puede ver el guión de la celebración eucarística en la dirección:
http://188.171.161.205/~faustino/bibio/eucaristias/eucaristia%20octubre%202024
Entre otras cosas, algunas de las intervenciones en nuestro debate insistieron en que la enseñanza que muchos párrocos imparten en sus homilías de las misas son decepcionantes y no se atienen al mensaje de Jesús que deben predicar y divulgar. Se limitan a transmitir las tonterías que les enseñaron en el seminario hace cuarenta o cincuenta años, y el mensaje del Evangelio queda marginado, ignorado…
Pero la decepción mayor se refiere al Sínodo de la sinodalidad que está teniendo lugar. Ese proceso sinodal fue concebido y convocado precisamente para afrontar la escandalosa realidad de una estructura clasista de la Iglesia Católica. Un tipo de organización eclesial basado en rangos y distinciones que contradicen radicalmente el espíritu del Evangelio.
Es decir, en teoría el Sínodo debería poner fin al abusivo poder episcopal. Pero por su propia constitución, los sínodos son asambleas episcopales, no eclesiales en general. Son los obispos quienes tienen voz y voto en los sínodos. En el actual de la sinodalidad, como un favor que se nos concede graciosamente a los laicos y al bajo clero, se nos permitió opinar y hacer propuestas en las primeras fases del proceso sinodal. Pero desde el principio se vio que la jerarquía eclesial no estimuló la participación de la base eclesial en el proceso. Aunque no abiertamente, se procuró la indiferencia e incluso el desconocimiento del laicado sobre el Sínodo y su finalidad.
Como toda clase social privilegiada, el alto clero defiende sus prerrogativas y procura por todos los medios que no se toque la estructura eclesial que es la base y marco de su poder. Quizá la conclusión del Sínodo sea algún cambio en el tema de la situación de la mujer en la Iglesia y la supresión del celibato de los religiosos, y eso nos lo intentarán vender como un gran avance. Pero el Evangelio seguirá marginado, Jesús y su mensaje seguirán secuestrados por el “Magisterio” eclesial. Éste seguirá ocultándonos al Jesús que destestaba a los mercaderes, el Magisterio eclesial es un puntal ideológico del sistema de dominación imperante, el capitalismo que se basa en el mercado.
Boletín núm. 66
– 14 de octubre de 2024
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