Dichosos
Dichosos los que saben reírse de ellos mismos: nunca acabarán de divertirse. Dichosos los que saben distinguir un monte del montoncillo de un topo: se ahorrarán gran cantidad de preocupaciones.
Dichosos los que son capaces de reposar y de dormir sin necesidad de buscar excusas: llegarán a sabios.
Dichosos los que saben callar y escuchar: aprenderán muchas cosas nuevas. Dichosos los que son lo suficientemente inteligentes para no tomarse en serio: serán estimados por sus amigos.
Dichosos vosotros si sois capaces de mirar en serio las cosas pequeñas y con serenidad las serias: llegaréis lejos en la vida.
Dichosos vosotros si sois capaces de apreciar una sonrisa y olvidar una burla: vuestro camino estará lleno de sol.
Dichosos vosotros si sois capaces de interpretar siempre de manera benévola las actitudes de los otros, incluso cuando las apariencias son contrarias: pasaréis por ingenuos, pero ése es el precio de la caridad.
Dichosos los que piensan antes de actuar y ríen antes de pensar: evitarán cometer gran cantidad de tonterías.
Dichosos vosotros si sois capaces de callar y sonreír cuando os interrumpen, os contradicen u os pisan los pies: el Evangelio empieza a entrar en vuestro corazón.
Dichosos sobre todo los que sois capaces de reconocer al Señor en todos aquellos a quienes os encontráis: habéis hallado la verdadera luz, habéis hallado la verdadera sabiduría.
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J.-F. Six
Las bienaventuranzas hoy,
Ediciones San Pablo, Madrid 1989
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