La boxeadora lesbiana Cindy Ngamba hace historia al conseguir la primera medalla del equipo olímpico de refugiados
“Soy humana, como cualquier otro refugiado y atleta de todo el mundo”
La refugiada camerunesa Cindy Ngamba ha emitido un conmovedor mensaje tras hacer historia como la primera integrante del Equipo Olímpico de Refugiados que consigue una medalla.
Ngamba, afincada en el Reino Unido, venció el domingo 4 de agosto a la francesa Davina Michel y alcanzó las semifinales de los 75 kg, lo que le garantiza al menos la medalla de bronce.
“Significa mucho para mí ser la primera refugiada de la historia que gana una medalla”, declaró. “Soy humana, como cualquier otro refugiado y atleta de todo el mundo”.
El Equipo Olímpico de Refugiados del COI, que empezó a competir por primera vez en los Juegos de Río en 2016, se creó para atletas que han sido desplazados por la fuerza y no pueden competir por su país de origen como consecuencia de ello.
Ngamba, que fue la abanderada del equipo durante la ceremonia de apertura en París, se trasladó al Reino Unido desde Camerún a los 10 años, pero no puede competir con el equipo británico porque no tiene pasaporte británico. No puede regresar a Camerún debido a su sexualidad: la homosexualidad está penada con hasta cinco años de cárcel en el país centroafricano.
La boxeadora quiere que su éxito sea un faro de esperanza para el equipo, formado por sólo 37 atletas, que representan a más de 120 millones de personas en todo el mundo.
“A todos los refugiados del mundo, seguid creyendo”, dijo, “podéis conseguir lo que os propongáis. Mucha gente no creerá en vosotros, mucha gente no creyó en mí. Pero, al final del día, solo estoy yo en el ring. Sólo yo puedo controlar el resultado”.
¿Quién es Cindy Ngamba?
Nacida el 7 de noviembre de 1998, Ngamba creció con su madre en Camerún pero finalmente se mudó al Reino Unido para vivir con su padre. A pesar de vivir allí durante más de 15 años y de haber ganado títulos nacionales, todavía está luchando por obtener la ciudadanía británica, habiendo solicitado varias veces, con el apoyo de GB Boxing.
Estudió criminología en la universidad, pero hace cinco años, ella y su hermano fueron detenidos en una oficina de inmigración por problemas con el papeleo y enviados a un centro de detención de Londres, donde la amenazaron con la deportación. La pareja fue liberada al día siguiente.
“La mentalidad es muy diferente“, dijo. “Durante mis casos, traté de usar mi boxeo, fui a la escuela o a la universidad pero el Ministerio del Interior no quería escuchar nada de eso. Te podrían meter en prisión o matarte y, como yo soy gay, no me podrían enviar de regreso”.
Comenzó a boxear en Bolton cuando tenía 15 años y finalmente entrenó con el equipo GB Boxing. A lo largo de su carrera, ganó 26 de sus 30 peleas amateur. El director de actuación Rob McCracken la describió como parte de la familia, según The Guardian.
Se enfrentará a la panameña Atheyna Bylon en las semifinales, lo que, dijo, demostrará “a todos lo que puedo hacer”.
(Captura de pantalla. Puedes ampliar la imagen pinchando sobre ella)
Las últimas noticias de Camerún nos hablaban de la salida del armario como lesbiana de Brenda Biya, hija del presidente de Camerún Paul Biya, que vive en el extranjero y que ha provocado duras críticas de los sectores religiosos y político sociales más lGTBIfobos y de lo que hablaremos en próximos posts…
Sin embargo, los activistas han elogiado a Biya por –en palabras de la activista trans residente en Bélgica Shakiro– “posicionarse como una voz a favor del cambio social en un país donde los tabúes están profundamente arraigados”.
La exhibición sin complejos de la sexualidad de Biya podría ser un “punto de inflexión para la comunidad LGBTQ+ en Camerún”, añadió Shakiro.
Alice Nkom, abogada camerunesa y defensora de los derechos LGBTQIA+, afirmó que su publicación podría conducir a la derogación de la “perversa” ley que penaliza la actividad sexual entre personas del mismo sexo. “Se necesita mucho coraje para ser hija del jefe de Estado de un país que reprime la homosexualidad y revelar la propia sexualidad de la mejor manera posible”, afirmó. “Tu coraje puede ser coronado con un cambio bienvenido incluso para aquellos que no tienen tu coraje”.
Aunque la bloguera y activista camerunesa Bandy Kiki dijo que le “encanta” esto por Biya, destacó la “dura realidad” de que las leyes anti-LGBTQIA+ en el país “se dirigen desproporcionadamente a los pobres. La riqueza y las conexiones crean un escudo para algunos, mientras que otros enfrentan graves consecuencias”.
La dura realidad de la comunidad LGTBI camerunesa
Camerún criminaliza la actividad LGBTQ+; un delito castigado con hasta cinco años de prisión y multa. Las personas LGBTQ+ en el país son frecuentemente objeto de discriminación. En 2022, un grupo de la sociedad civil siguió un aumento de la violencia y los abusos contra las personas LGBTQ+ en Camerún.
A finales de 2012, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresaba su preocupación por la complicada situación de las personas LGTB en Camerún, uno de los países con una LGTBIfobia social y de Estado más pujante. Y es que cada poco tiempo se producen noticias de detenciones y abusos policiales, algunas de las cuales hemos recogido a lo largo de los últimos años.
En noviembre de 2011 tres hombres fueron condenados a prisión acusados de mantener relaciones homosexuales en un coche (una de las “pruebas” que el juez tuvo en cuenta fue que los acusados habían estado bebiendo Baileys, una bebida poco masculina. Por fortuna este caso fue luego reconsiderado). En octubre de 2011 se condenó a tres años de cárcel a Jean-Claude Roger Mbédé por declararse a otro hombre por SMS, pena que fue confirmada en diciembre de 2012. Lamentablemente, en enero de 2014 Jean-Claude fallecía, abandonado por su familia, por las complicaciones derivadas del maltrato sufrido.
En julio de 2013 se conoció la sentencia a prisión de dos hombres detenidos dos años antes por mantener relaciones homosexuales. También en 2013, fue sentenciado a nueve años de cárcel Cornelius Fonya, acusado de mantener relaciones con un joven de 19 años, en un juicio plagado de irregularidades. Su abogado, Walter Atoh, ha debido huir del país tras ser amenazado de muerte, mientras se dilucida la apelación. Un año después, en junio de 2014, se dio a conocer la historia de una pareja homosexual que se vio obligada a huir de su localidad tras ser ataca por sus vecinos y detenida por la policía.
A finales de 2015, Joshua Mbarga, un activista LGTB, sufrió la invasión de su hogar por unos delincuentes que intentaron matarle tras robarle con total impunidad. Alertada por los vecinos, la Policía intervino hasta que los asaltantes decidieron acusar a Mbarga de pretender mantener relaciones sexuales con uno de ellos. En ese momento la víctima se convirtió en objeto de investigación.
En octubre de 2016, tuvo lugar una redada masiva en un local de ambiente LGTB de Yaundé, con un fuerte dispositivo policial que detuvo a todos los clientes y trabajadores presentes en el local. En diciembre del mismo año, fueron detenidos otros doce hombres por posesión de lubricantes y preservativos, algo considerado por las autoridades como prueba de comportamiento homosexual. A finales de 2017, tres jóvenes fueron detenidos tras caer en una trampa tendida por miembros del ejército, por lo que deberán ser juzgados por un tribunal militar. Y en enero de 2018, el asalto a un local de ambiente homosexual por un grupo de militares se saldaba con muerto y varios heridos graves.
En mayo de este año, fueron condenadas a cinco años de cárcel dos mujeres trans acusadas de «tentativa de homosexualidad».
Como explicábamos más arriba, las relaciones homosexuales están penadas con hasta cinco años de cárcel en Camerún, pero según la activista LGTB Alice Nkom solo se puede detener a una persona si se la encuentra en situación de «flagrante delito». Desgraciadamente, tal y como corrobora Human Rights Watch, son cada vez más los casos en los que la policía ignora este requerimiento.
Fuente PinkNews/Cristianos Gays
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