“Andaban como ovejas sin pastor”. Domingo 21 de julio de 2024. Domingo 16º de tiempo ordinario
Leído en Koinonia:
Jeremías 23,1-6: Reuniré el resto de mis ovejas y les pondré pastores:
Salmo responsorial: 22El Señor es mi pastor, nada me falta.
Efesios 2,13-18: Él es nuestra paz, él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa.
Marcos 6,30-34: Andaban como ovejas sin pastor.
Jr 23, 1-6
En el Primer (Antiguo) Testamento los guías políticos y religiosos son presentados con frecuencia como pastores y el pueblo como el rebaño. La figura del jefe como pastor cobró vigencia a partir de David, el pastor convertido en rey. El rebaño no es propiedad de los pastores sino del Señor, ante el cual ellos son sus representantes, por eso él mismo les tomará cuentas. El oficio de los jefes se ha pervertido y esto ha permitido la dispersión y el extravío del rebaño. El rey Joaquín con su política desatinada provocó la intervención de Babilonia. La expulsión que se menciona aquí parece referirse a la primera deportación. La intervención del Señor se justifica por tratarse de su rebaño, está desarrollada en tres tiempos: repatriación de los deportados, nombramiento de pastores ejemplares y resonancia escatológica. Se pasa de los pastores al Pastor-Jefe, al rey davídico en quien los judíos ponen su confianza.
Jeremías es consciente de que el desorden, la situación de injusticia y el desplazamiento que tiene que soportar y sufrir el pueblo, se debe a los mandatarios que no han sabido gobernar en función del bien público sino en función de sus intereses personales y de clase, por eso han fracasado como gobernantes y es necesario entonces que Dios suscite nuevos pastores. Los pueblos viven añorando el cambio de la situación cada vez que se presenta la oportunidad de un nuevo gobierno. La esperanza y la ilusión de que algún día haya oportunidad para vivir en la justicia no se acaban aunque los hechos nos muestren que las situaciones siguen iguales. En este momento el problema de injusticia se ha agudizado más, porque los dirigentes de los pueblos tienen que obedecer al orden económico internacional, aunque haya esperanza no se encuentran las salidas, porque se requiere de la voluntad política de los grandes dirigentes del mundo y principalmente de quienes manejan la economía mundial. Hoy encontramos en el mundo más desorden, más injusticia, más desplazamiento. Que la palabra de Jeremías nos ayude a seguir creyendo que es posible la justicia.
Ef 2, 13-18
Este texto parece ser una inserción dentro de la carta a los Efesios, es diferente en el lenguaje, en las ideas y en la forma. Inserción en forma de himno sobre Cristo: la paz y la persona que nos trae la paz. Cristo derribó la pared divisoria, hizo de los dos ámbitos: judíos y gentiles, uno solo y destruyó por medio de su carne la enemistad.
El convertir la ley en una norma absoluta trae como consecuencias el casuismo y el legalismo; destruyendo este carácter de la ley, se elimina la enemistad. La gran acción de Cristo por la cual se demostró que es nuestra paz fue la eliminación de la ley como dogma, como norma absoluta y suprema que separaba a Dios y a los seres humanos, y a judíos y gentiles. Si los jefes dispersan, Jesús tiene la capacidad de reunir y de acabar con todo aquello que separa y divide a hombres y mujeres.
A Pablo le tocó enfrentar el problema cultural en la Iglesia primitiva entre cristianos judaizantes y gentiles, y luchó hasta conseguir que los gentiles fueran admitidos también dentro de la comunidad cristiana. En el texto de hoy nos recuerda que en Cristo Jesús desaparecen todo antagonismo y toda situación de injusticia que hacen que hombres y mujeres de la misma cultura y de culturas diferentes, no se entiendan entre sí… El evangelio es un mensaje de carácter universal, derriba los muros sociales, políticos, económicos, culturales y hermana a todos los hombres y mujeres.
Mc 6, 30-34
Dice el texto de Marcos hoy que a Jesús le dio lástima de la multitud porque andaban como ovejas sin pastor. Los discípulos han llegado de su labor apostólica a contarle a Jesús todo lo que les había pasado, Jesús entonces los invita a descansar en un lugar apartado pero cuando llegan allí fue imposible porque una gran multitud ya estaba en el lugar esperándolos. Jesús comprendió que más urgente que comer y descansar era atender a la multitud.
Si Jeremías en su tiempo se queja de los guías políticos mucha más aguda es la situación en tiempos de Jesús. En la época de Jesús los jefes políticos y religiosos dispersaban cada vez más al pueblo. El régimen político, militar y económico impuesto por Roma era una carga que pesaba sobre el pueblo y que se hacía más gravosa porque había gente que le hacía el juego a los romanos, entre ellos los saduceos, que administraban el Templo. El rey y los cobradores de impuestos eran nombrados por Roma y las fuerzas militares romanas tenían su fortaleza junto al templo de Jerusalén. Esta situación además de oprimir ofendía la dignidad del pueblo. El régimen tributario era demasiado minucioso y había que cumplir con el diezmo para el templo. La situación económica era crítica.
La sociedad se encontraba dividida y se atomizaba cada vez más tratando de buscar solución al problema del momento; unos creían en la fuerza de las armas, otros se aislaban y vivían en forma independiente. Se esperaba una irrupción de Dios que pusiera fin a esta situación y diera oportunidad al pueblo de Israel. Por otro lado después de la reconstrucción del templo al regresar del exilio, las leyes de purificación dominaron la religión judía hasta convertirla en un simple cumplimiento de normas, actitud con la cual Jesús no está de acuerdo porque se ha desligado totalmente de la vida haciendo falta la práctica de la justicia, del amor y de la misericordia. En una situación de éstas hay más desorientación y desconcierto en el pueblo, por eso Jesús es la alternativa de Dios en ese momento. Muchos se encuentran marginados del templo, han sido desplazados de allí por no cumplir con las normas rituales de purificación, cuando oyen hablar a Jesús se sienten identificados con su enseñanza y con su práctica, descubren que no están tan lejos de los caminos de Dios, encuentran en él al pastor que en vez de dispersar, congrega y reúne. Por eso, mientras los guías políticos y religiosos encuentran tiempo suficiente para descansar y comer, Jesús y los suyos tienen que inventar tiempo para satisfacer estas necesidades vitales. Marcos reconoce que Jesús, movido por la compasión de ver a la multitud que andaba como oveja sin pastor, se pone a enseñarles. Es la causa del Reino la que le consume su tiempo y su vida. Para esto ha venido, su pasión y su locura es el Reino, en otro pasaje del evangelio cuando María y los familiares de Jesús se enteran de que no les queda tiempo de comer por andar en los trabajos del Reino, vienen a buscarlo porque creen que se está enloqueciendo. Sólo quien ha andado en la vida motivado por una Causa entiende estas actitudes de Jesús, y no siente hambre ni fatiga por andar haciendo lo que le gusta y motiva.
Al evangelio de hoy se refiere el capítulo 57 de la serie «Un tal Jesús», titulado «Cinco panes y dos peces», de los hnos. López Vigil. El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://radialistas.net/article/57-cinco-panes-y-dos-peces Puede ser escuchado aquí: http://radioteca.net/media//uploads/audios/%25Y_%25m/057.mp3
Para la revisión de vida
Dios promete a su pueblo que le dará pastores que realmente lo guíen por los caminos de la paz, la justicia y la libertad. Y, aunque nosotros solemos repartir los papeles, haciendo “pastores” a unos y a otros “ovejas”, tenemos que reconocer que todos debemos ser “pastores amorosos” de todos. ¿Reconozco mi responsabilidad por la suerte de mis hermanos, me siento responsable de su vida, de su paz, de su felicidad, o dejo siempre el bien de los demás como tarea para otros?
Para la reunión de grupo
– Que Jesús diga “Vengan a un sitio tranquilo, a descansar un poco” se les antojaría a muchos como un detalle que desentona del resto del evangelio… Parecería que en el cristianismo el descanso, y mucho más el recreo o el placer… no tendrían carta de ciudadanía, serían siempre extraños y mal acogidos… El cristianismo de calidad siempre se llevaría mejor con preceptos, normas, obligaciones, oraciones, devociones, abstinencias, ayunos, heroísmos… ¿De dónde viene esta sensación? ¿Qué imagen de Dios lo fundamenta? ¿Es ésa la imagen de Dios que tiene Jesús?
– Aunque todo debemos ser en la Iglesia “pastores unos de otros”, el tema bíblico de los pastores puede ser referido legítimamente al tema capital -y de tanta actualidad- de los ministerios en la comunidad cristiana: ¿cómo sentimos ese tema? Muchos cristianos “de a pie” se desentienden del tema, como si eso fuera responsabilidad sólo de los “pastores” precisamente… Una buena reunión del grupo de reflexión puede ser estudiar el tema en cualquiera de sus aspectos. Se puede llamar a alguien que lo introduzca con una exposición. Se puede partir de un artículo. Por ejemplo, de éste: http://servicioskoinonia.org/relat/201.htm
Para la oración de los fieles
– Por los responsables de las comunidades cristianas, para que sirvan con generosidad y entrega a todos sus miembros, sin acepción de personas, y atentos a sus necesidades, siendo los primeros en afrontar los problemas de la comunidad. Oremos.
– Por los gobiernos de las naciones, para que no busquen sus propios intereses sino que sirvan al bien común. Oremos.
– Para que en este mundo en que vivimos haya cada día más posibilidades para que las personas puedan desarrollarse en toda su integridad y con toda su dignidad. Oremos.
– Por todos los que sufren las consecuencias de una sociedad clasista, racista y egoísta, para que obtengan la ayuda que necesitan. Oremos.
– Por nuestra Iglesia, para que sepa afrontar con creatividad la continua reforma y mejora de los modelos ministeriales, como forma creativa de servir al pueblo de Dios que peregrina siempre por contextos históricos diversos. Oremos.
– Por esta nuestra comunidad, para que, después de reflexionar su fe, la traduzca en generosidad, en entrega a los demás y en cuidado amoroso hacia todos. Oremos.
Oración comunitaria
– Dios, Padre nuestro, míranos con amor, pues somos hijos e hijas tuyos, y aunque no siempre nos comportemos como los hermanos y hermanas que somos, no dejes nunca de guiarnos como buen pastor, para que transformemos nuestro corazón a semejanza del tuyo y se amos buenos pastores los unos de los otros. Por Jesucristo nuestro Señor.
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