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El 80,9% de las personas LGBTIQ+ ha sufrido discriminación a lo largo de su vida y el 57,7% en el último año

Martes, 9 de julio de 2024

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Debido a la discriminación el 38,9% se autolesionó al menos una vez en su vida, algunos dañando su cuerpo y aislándose y otros intentando suicidarse. Pese a ello, la mayoría reconoce que la discriminación ha disminuido y que Chile se encuentra mejor que otros países de la región. La Segunda Encuesta Nacional sobre Diversidades, contestada por más de 4 mil personas LGBTIQ+, aportó datos inéditos: el 9,6%  declara pertenecer a un pueblo originario y 16,1% reporta algún tipo de discapacidad o dificultad física o mental.

A 11 años del primer sondeo el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) aplicó este año la Segunda Encuesta Nacional sobre Diversidades y Discriminación, la cual al ser contestada por 4.442 personas LGBTIQ+ se convirtió en el  sondeo más masivo y representativo del sector.

La encuesta, aplicada de manera presencial y remota entre marzo y junio del 2024, arrojó datos alarmantes sobre la discriminación que afecta a las personas LGBTIQ+, sin embargo al mismo tiempo se aprecia que cada vez hay menos miedo para visibilizar la orientación sexual o la identidad de género, así como la percepción de que Chile es menos segregador que sus pares de Sudamérica.

El sondeo innovó al consultar por primera vez a nivel nacional sobre las posiciones ideológicas, políticas y religiosas que identifican a las personas LGBTIQ+, además de indagar en los alcances de la discriminación interseccional, toda vez que aportó datos inéditos sobre el porcentaje de este grupo humano que  tiene alguna discapacidad o dificultad física o mental y se identifica con algún pueblo originario. Del mismo modo, se indagó por primera vez sobre los porcentajes de personas LGBTIQ+  que han sido discriminadas por redes sociales y ejercen labor de cuidadores.

“Desde la primera encuesta nacional el país ha cambiado radicalmente, en muchos casos para mejor. A la generación de leyes y políticas públicas, se suma la expresión de la diversidad LGBTIQ+. Por ejemplo, a diferencia de hace 11 años, ahora hay personas que se identifican como no binarias, pansexuales o asexuales, conceptos que antes eran poco y nada usados o conocidos, señaló el Movillh

Sin embargo, añadió en los últimos dos años se aprecia un recrudecimiento de la discriminación que erosiona los avances y mantiene vulnerables a las personas LGBTIQ+, en especial a niños, niñas y adolescentes, pues la mayoría, un 67%, sufre los primeros abusos en razón de su orientación sexual o identidad de género antes de los 18 años. Además de quienes se autolesionaron debido a la presión social, el 78,6% lo hizo en su infancia o adolescencia, con intentos  de suicidio en el 17,7% de los casos. Sin duda usaremos los resultados del sondeo para sensibilizar a la ciudadanía y seguir incidiendo en la creación o perfeccionamiento de leyes y políticas públicas anti-discriminatorias, añadió.

Diversidad LGBTIQ+ y discriminación

El 80,9% reporta que ha vivido al menos una vez en su vida discriminación en razón de su orientación sexual o identidad de género versus el 19,1% que jamás ha experimentado ese problema.

En tanto, el 56,7% señala haber sufrido discriminación en el último año. Del total, en el último año el 32,4% vivió la discriminación solo una vez; el 16,9% “mensualmente”, el 4,6% “semanalmente” y el 2,8% “ a diario”.

El 70,2% de quienes han sido víctimas de discriminación señalan que esta se expresó como “burlas o insultos”; seguido por “obstáculos para mi libertad de expresión” (46,9%), “agresiones psicológicas” (42,9%), amenazas (18,8%),  “obstáculos para acceder a servicios o productos ofrecidos por instituciones públicas” (11%), “agresiones físicas”  (10,7%), “obstáculos para acceder a servicios o productos ofrecidos por instituciones privadas” (10,1%) y abuso sexual (10,1%).

A su vez, el 39% reporta que ha sido discriminado a través de internet o redes sociales: el 30,3% con “burlas o insultos”; el 8,1% con “burlas, insultos y amenazas” y el 0,6%  solo con “amenazas”.

El 56,6% identifica como responsables de la discriminación a desconocidos, seguidos por  familiares (43,4%), compañeros/as de estudios (35,7%), compañeros/as de trabajo (19%), “vecinos o personas cercanas a mi barrio” (16,8%), docentes o directivos de establecimientos educacionales (15,8%),  jefes o superiores del trabajo (10,9%), personal de salud (8,6%), carabineros (8,4%), trabajadores de instituciones privadas (7.9%), funcionarios de instituciones públicas (6,4%), PDI (2,4%), defensores públicos (1,1%) y  fiscales (0,8%).

Diversidad LGBTIQ+ y grados de libertad

El 37,3% comentó por primera vez a terceros sobre su orientación sexual o identidad de género entre los 18 y 29 años; el 28,2%  entre los 15 y 17 años; el 25,4% entre los 11 y 14 años; el 4,2% entre los 6 y 10 años; el 3,5% entre los 30 y 39 años; el 0,4% antes de los 5 años;  el 0,3% entre los 40 y 49 años y el 0,1% entre los 50 y 59 años. El 0,6% nunca lo ha contado.

En relación con lo anterior, solo el 2,8% declara que vive su orientación sexual o identidad de género sin ninguna libertad; el 60,4% “con alguna libertad, pero no total” y el 36,8% “de manera totalmente libre”.

Como consecuencia, el 38,6% dice que no se abstiene de expresar en público su orientación sexual o identidad de género (el 11,8% nunca lo ha evitado y el 26,8% antes lo evitaba, pero ya no), mientras el 48% “a veces” evita expresarse y el 13,4% “siempre” lo hace por temor a agresiones, acosos o amenazas. Muy vinculado a ello, el 49,1 % no se abstiene de visitar lugares por temor  a agresiones (el 28,9% nunca se abstuvo y el 20,2% antes lo hacía, pero ya no), mientras el 41,2% solo “a veces” lo hace y el 9,7% “siempre”.

Entre quienes han evitado expresar su orientación sexual o identidad de género, el 36,4% lo ha hecho en “calles, plazas o parques”, el 33,7% en “reuniones familiares”, el 30,9% en el transporte público,  el 21,5% en su lugar de trabajo,  el 19,4% en bares o discotecas, el 16% en instituciones públicas, el 15,4% en instituciones privadas, el 12,4% en una cafetería o restaurante, el 9,8% en marchas o eventos masivos, el 9,5% en reuniones con amigos o vecinos y el 9,6% en su lugar de estudios

 Experiencia personal de la discriminación y denuncias

El 28,2% de quienes han sufrido discriminación vivieron su primer episodio de exclusión entre los 11 y 14 años, seguido por quienes tienen entre 18 y 29 años (25%), entre 15 y 17 años (23%),  entre 6 y 10 años (14%), entre 30 y 39 años (4,1%), antes de los 5 años (1,8%), entre los 40 y 59 años (0,4%) y entre los 50 y 59 años (0,2%). El 3,3% no recuerda a qué edad vivió su primer episodio de discriminación.                                    

Debido a la discriminación y presión social en razón de su orientación sexual o identidad género, un 38,9% reporta que se autolesionó. De quienes se infligieron daño, el 32,2% lo hizo aislándose del resto de las personas, el 25,7% lesionando zonas de su cuerpo, el 18,1% dejando de comer, el 17,7% intentó suicidarse, el 8,1% consumió abusivamente de drogas y el 4,9% se propinó “otras” agresiones.

Resulta alarmante que del total de personas que se autolesionó, el 78,6% lo hizo en su infancia o adolescencia: el 37,6% entre los 11 y 14 años; el 34,5% entre los 15 y 17 años, el 6,3% entre los 6 y 10 años  y el 0,2% antes de los 5 años.  El 19% lo hizo entre los 18 y 29 años; el 2% entre los 30 y 39 años y el 0,4% entre los 40 y 49 años.

Pese a los nocivos efectos de la discriminación, del total de personas que la han vivido solo el 9% denunció el último abuso que sufrió.

El 25,6% descartó denunciar “porque simplemente no quise”, seguido “porque no vale la pena denunciarlo” (22,8%), “porque solucioné el problema yo mismx” (14,6%), “por temor a represalias” (13,7%), “porque no sabía donde ir o como hacerlo” (13,7%), “porque no quería dar a conocer mi orientación sexual o identidad de género” (7%), y “porque no tuve tiempo” (2,6%).

Personas LGBTIQ+, nacionalidad, pueblos autóctonos y discapacidad

La encuesta aportó importantes datos para hacer frente a la discriminación interseccional, en tanto explicitó el porcentaje de personas LGBTIQ+ que además de su orientación sexual o identidad de género podrían ser segregadas por su nacionalidad, discapacidad o pertenencia a pueblos originarios

El 95,1% es de nacionalidad chilena; el 2,8%, venezolana; el 0,5%, colombiana y el 0,4%, peruana. Las nacionalidades argentina, boliviana, brasileña, ecuatoriana Y española son reportadas en cada caso por el 0,1%, mientras que el  0,7%  es de otros países.

El 9,6% declara pertenecer a un pueblo originario. Del total de personas encuestadas, el 7,5% es mapuche; el 0,9% diaguita; el 0,5%, aymara; el 0,3%, atacameño; el 0,2% quechua y el 0,2% “otros”.

El 16,1% dice tener algún tipo de discapacidad o dificultad física o mental. Del total de encuestados, el 8,4% declara “dificultad psiquiátrica”; el 3,2% “dificultad mental o intelectual”, el 2,1% “ceguera o dificultad para ver aún usando lentes”, el 1,7% “dificultad física o de movilidad”, el 0,6% “sordera o dificultad para oír aún usando audífonos”; el 0,4% “mudez o dificultad de habla” y el 3,8% “otras”

 Parejas , familias y cuidadores      

En lo referente al estado de hecho, el 44,3% dice no tener pareja; el 23,7% solo pololea; el 23,1% convive sin vínculo legal; el 5% está unido en matrimonio; el 3,8% es conviviente civil y el 0,1% viudo.                                                                                          

El 6,9% tiene hijos/as. Del total de encuestados, el 4,3% tiene un solo hijo; el 1,9%, dos y el 0,7% tres o más.                                                                                               

El 16,6% tiene bajo su cuidado personal a otras personas. Del total de encuestados/as, el 5,4% tiene bajo su cuidado a su padre o madre; el  5,3% a sus hijos/as, el 2,8% a “otros familiares”; el 2,4% a su pareja; el 1,9% a uno o más hermanos y el 0,5% a amigos o conocidos.

 Política, religión y actualidad

El 64,3% dice no tener ninguna religión o credo, el 21% se declara católico; el 3,8% evangélico o protestante; el 1,4% budista; el 0,8% mormón; el 0,2% judío y el 8,5% “otra”.

En cuanto a la tendencia política-ideológica el 48,7% no adhiere a ninguna. En tanto, 35,2% se declara de Izquierda (el 19,9% de izquierda; el 14,1% de centro-izquierda y el 1,2% de extrema izquierda), el 9,8% de Derecha (5,3% de derecha; 4,3% de centro derecha y 0,2% de extrema derecha) y el 6,3% de Centro .

En otro ángulo, el 79,2% piensa que la realidad de las personas LGBTIQ+ en Chile es mejor que hace 10 años, el 10,5% cree que es igual, el 1,8% que es peor y el 8,5% no sabe.

Más aún, el 42,4% piensa que en Chile la “mayoría” de las personas respeta los derechos LGBTIQ+, el 53,4% cree que solo una minoría y el 0,5% que todas las personas. Un 1,2% considera que nadie respeta y un 2,5% dice no saberlo.

Muy vinculado con ello, el 54,8% considera que solo una minoría de personas discriminan a quienes son LGBTIQ+ v/s un 41% cree  que lo hace la mayoría. En tanto, un 2% estima que todas las personas discriminan, un 0,4% que nadie discrimina y un 1,8% no sabe.

En una escala de 1 a 7, donde 1 es nula y 7 es mucha discriminación, el 51,6% cree que en Chile la exclusión es “alta” (5, 6 y 7), el 31,6% “media” (4) y el 16,8% “baja” (1,2,3).

A su vez, el 70,2% dice que la discriminación en su entorno cercano (familia, amigos o compañeros) es baja, el 11,5% la califica de media y el 18,3% de alta.

Además, el 61,5% cree que el respeto a la diversidad sexual y de género en Chile va por “regular camino”, el 33,2% por “buen camino” y el 5,3% por “mal camino”

En comparación con los últimos 5 años, el 56,3% cree que la discriminación ha disminuido,  el 29,8% que está igual y el 13,9% que ha aumentado.

Con todo, el 57,4% reconoce que la situación de los derechos LGBTIQ+ en Chile es mejor que en otros países de Sudamérica, el 8,3% cree que es peor, el 14,5%, igual y el 19,8%  no sabe.

Lamentablemente se aprecia un alto desconocimiento sobre las leyes que protegen a la orientación sexual y la identidad de género. Frente a la consulta abierta  “¿Cuál es a tu juicio la ley más relevante para la conquista de los derechos LGBTIQ+?” el 23% no sabe o no responde y el resto de las respuestas hacen referencia solo a las normas que han sido más mediáticas.

De todas formas, se aprecia que a juicio de las personas encuestadas la norma más relevante para los derechos LGBTIQ+ es la  Ley Zamudio (35%), seguida por el matrimonio igualitario (21%), la identidad de género (11%), el Acuerdo de Unión Civil (9) y otras (1%), en específico la Ley de Salud Mental, la reforma al Código Laboral y la despenalización de la homosexualidad.

Comparaciones encuesta del 2013 y el 2024        

En la primera encuesta nacional aplicada en 2013 ninguna persona  se identificó como no binaria, solo como hombres o mujeres. En el segundo sondeo el 11,4% dice ser no binarie.

Del mismo modo, en cuanto orientaciones sexuales el 10,6% se identifica como pansexual, el 1,6% como asexual y el 3% en otra; mientras que hace 11 años esas categorías no eran usadas; y el 16,6% como trans, mientras que en 2013 solo el 0,7% reportaba esa identidad de género.

En lo referente a credos y religiones mientras en 2013 el 57,8% decía no tener ninguno, en 2024 la cifra se eleva al 64,3%, con una baja de cuatro puntos en quienes se declaran católicos; de -1,1 puntos, evangélicos y de -0,1 puntos, judíos.

Mientras en 2013 el 74,5% señalaba haber vivido al menos una vez en su vida discriminación por orientación sexual o identidad de género, al 2024 la cifra se eleva en 6,4%  puntos porcentuales más. En el aumento, podría incidir el hecho de que antes menos personas denunciaban las exclusiones o daban a conocer su orientación sexual o identidad de género, a lo que se sumaba una naturalización o poca comprensión de la discriminación

A su vez, en 2013 del total de personas discriminadas el 43,7% identificaba como responsables a desconocidos y el 16,1% a familiares, mientras en 2024 las cifras son del 56,6% y del 43,4%, con alzas de 12,9 y de 27,3 puntos porcentuales  en forma respectiva.

En estos cambios también incidiría una mayor visibilidad de las personas LGBTIQ+ y la desnaturalización de la discriminación.

En 2013 el 8% denunciaba la discriminación, solo un punto menos que el 2024. Sin embargo, lo interesante es que en 2013 un 12,2% no denunciaba por temor a dar a conocer su orientación sexual o identidad de género en circunstancias que al 2024 solo el 7% no reporta los abusos por esa razón.

Si 11 años atrás el 84% pensaba que en Chile había “altos” índices de discriminación, en 2024 el 51,6% cree aquello. En 2013 para el 12,8% había índices “medios” de discriminación y para el 3,2% “bajos”, cifras que al 2024 son de 31,6% y 16,8% en forma respectiva.

Una situación similar ocurre con el entorno cercano (familia, amigos o compañeros). En 2013 el 52,8% pensaba que la discriminación en su entorno era baja, el 15,1% media y el 32,1% alta.  En 2024, el 70,2%, el 11,5% y el 18,3% piensa lo mismo, en forma respectiva.

Mientras en 2013 solo un 17,4% consideraba que el respeto a la diversidad sexual y de género iba por buen camino,  en 2024 el 33,2% piensa aquello.

Con todo, al comparar el pasado con el presente, la percepción de cambios era más positiva en 2013 que en 2024. En 2013 el 59,1% creía que la discriminación había disminuido en los últimos 5 años y en 2024 el 53,3% cree eso, es decir 5,8 puntos porcentuales menos.

Perfil de personas encuestadas en 2024

El sondeo fue aplicado de manera presencial, remota y electrónica a 4.442 personas mayores de 14 años se todas las regiones del país entre 14 de marzo y el 14 de junio del 2024.

El 49,7% tiene entre 15 y 29 años; el 34,5% entre 30 y 39 años; el 9,4% entre 40 y 49 años; el 3,2% entre 50 y 59 años, el 1,3% entre 60 y 69 años; el 1,1% 14 años y el 0,8% más de 70 años.

En cuanto a la distribución geográfica el 50,6% es de la Región Metropolitana; el 10,1% de Valparaíso; el 6,9% de Biobío; el 4,6% de Los Lagos; el 4,3% de Coquimbo; el 4% del Maule; el 3,5% de O`Higgins; el 3% de La Araucanía; el 2,8% de Antofagasta; el 2,1% de Los Ríos; el 2% de Tarapacá; el 1,7% de Atacama; el 1,5% de Ñuble; el 1,2% de Magallanes, el 0,9% de Aysén y el 0,8% de Arica.

De total, el 46,2% se declara  de género masculino; el 42,4% femenino y el 11,4% no binario.                                                                                                                       

El 37% tiene orientación sexual gay; el 24,3%, lésbica; el 21,3% bisexual; el 10,6%, pansexual; el 2,2% heterosexual; el 1,6%, asexual y el 3%, otra.                                              

En relación a la identidad de género, el 83,4% es cisgénero y el 16,6% es trans, de quienes el 8,1% se declara transmasculino, el 5,8% trans no binarie y el 2,7% transfemenina. Además el 2,2% se declara intersex, de quienes el 0,9% es de género femenino; el 0,8%, masculino y el 0,5% no binarie.

El 37,8% declara tener educación superior completa; el 23,1% superior incompleta; el 15,5% media completa; el 11,6% post grado completo;  el 6,9 medio incompleto; el 3,3% post grado incompleto; el 1,3% básica completa y el 0,5% básica incompleta.

En cuanto a su ocupación,  48,4% solo trabaja; el 21,5% solo estudia; el 16,9% trabaja y estudia; el 9,3% está cesante y no estudia y el 3,9% es cesante y estudia.

Finalmente, el 51,3% califica de “regular” su situación económica actual; el 32,9% de buena y el 15,8% de mala.

Encuesta completa aquí

Fuente MOVILH

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