Domingo XIII del Tiempo Ordinario. 30 de junio de 2024
“No temas, solamente ten fe”
En el Evangelio de este domingo es necesario un punto de atención extra porque suceden muchas cosas. A Jesús y a sus discípulos les acaban de echar de un pueblo por curar a un hombre. Cruzan el lago y hay mucha gente esperándoles para encontrarse con ellos.
Si cerramos los ojos, podemos ver a Jesús a la orilla, sin mucha posibilidad de movimiento, con la gente queriéndose acercar y tocarle…, es entonces cuando se les acerca uno de los jefes de la sinagoga. Llama la atención que Marcos, décadas después de escribir el Evangelio, recordara el nombre de Jairo. Debió de ser alguien muy conocido. Este hombre importante se arrodilla a los pies de Jesús. Se trata de alguien que deja de lado su posición social y se acerca a Jesús con un corazón necesitado por su hija enferma.
Yendo de camino hacia la casa de Jairo, se nos habla de una mujer con hemorragias. Perdía su vida. Podemos imaginarnos a esta mujer, casi sin energía, haciéndose paso entre la multitud, impura según las costumbres judías por su mal, a empujones… Todo esto para poder llegar a tocar el manto de Jesús creyendo así poder curarse. El impulso que la mueve no es físico, ya no le quedan fuerzas, sino una fe muy profunda.
A veces creemos que a Jesús le seguía solo la gente humilde, pero hoy parece que no es así. Además de Jairo, se nos dice de la mujer que había tenido fortuna pero que se la había gastado en médicos deseando curarse de su enfermedad.
Tu fe te ha curado, escucha la mujer. No temas, solamente ten fe, escucha el jefe de la sinagoga cuando parece que su hija ha muerto. La fe nos cambia la vida. El miedo ahoga la fe, la oscurece, la pone en duda. Cuando nos dejamos llevar por el temor, descuidamos nuestra fe, aflojamos nuestra confianza en Dios y podemos perdernos en querer controlar y en organizarnos cada detalle de nuestra vida, sin dejarnos tocar, curar, mecer, por el amor de Dios.
Oración
Trinidad Santa, esculpe y fortalece nuestra fe. Haznos confiar a ti nuestros proyectos, nuestras dificultades, nuestra vida.
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Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa
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