Un nuevo estudio analiza cómo los hijos de padres LGTB experimentan estigma en la escuela
Un nuevo estudio de padres y madres LGTBQ encontró que dos tercios de los participantes, y especialmente los padres trans, dijeron que sus hijos experimentaron estigma estructural y/o interpersonal en la escuela. Los padres, sin embargo, compartieron una variedad de formas proactivas y reactivas en las que trabajaron para prevenir o compensar dicho estigma.
La investigación es parte de un estudio más amplio sobre la construcción de familias LGTBQ y la crianza de los hijos, dirigido por la profesora Abbie Goldberg de la Universidad Clark, con datos recopilados a través de una encuesta en línea en el verano de 2020. Para el artículo actual, “LGBTQ Parents’ Accounts of Their Children’s Experiences With Heterosexism in Schools”, publicado en la revista Psychology of Sexual Orientation and Gender Diversity (14 de marzo de 2024), Goldberg y la académica independiente JuliAnna Smith se centraron en las respuestas de 419 padres, 65% de mujeres cisgénero y 22% cisgénero hombres, y 13% padres transgénero o no binarios. Estudios anteriores de familias y escuelas LGTB utilizaron muestras mucho más pequeñas y se centraron únicamente en familias con padres cisgénero.
Goldberg y Smith descubrieron que los padres de niños mayores de 11 a 18 años tenían más probabilidades de reportar estigma que aquellos con niños de 6 a 10 años, quienes a su vez tenían más probabilidades de reportarlo que aquellos con niños menores de 6 años. Además, los padres trans eran más propensos a comunicarl que los padres homosexuales y las madres lesbianas y bisexuales.
Muchos de los padres describieron formas estructurales e indirectas en las que sus hijos habían sido marginados, como ser “excluidos a través de tareas, planes de estudio y un lenguaje que era fundamentalmente heteronormativo y cisnormativo”, dice el artículo. Varios padres hablaron de cómo centrarse en “familias blancas, relacionadas biogenéticamente” marginaba a sus hijos también por motivos de raza y estatus adoptivo.
Algunos padres, la mayoría de ellos con hijos de escuela primaria, dijeron que sus hijos habían encontrado malentendidos o confusión acerca de su familia sin una hostilidad abierta. Los padres sabían que esto era “apropiado para el desarrollo, pero también arraigado en una sociedad y un sistema escolar heteronormativos”, señalan los autores.
Los padres aplicaron una variedad de estrategias para abordar este estigma estructural. Muchos pidieron a los maestros cambios en el salón de clases relacionados con las tareas del Día de la Madre y del Padre, proyectos de historia familiar y el uso de los títulos parentales correctos, entre otras cosas. Recomendaron y, en ocasiones, donaron libros sobre familias LGTB, adopción y temas relacionados. Algunos se ofrecieron como voluntarios para eventos o comités escolares, con la esperanza de normalizar su familia, promover la comprensión y tener influencia en la escuela.
Otros, la mayoría, pero no todos, con niños en el instituto, informaron que sus hijos experimentaron acciones anti-LGTB más explícitas, generalmente por parte de sus compañeros: por ejemplo, cuando a los niños les dijeron que sus padres irían al infierno. Algunos padres también dijeron que sus hijos habían escuchado insultos homófobos que no estaban dirigidos a ellos. Algunos describieron burlas o intimidación dirigidas a la propia expresión de género disconforme de los niños.
Los padres a menudo hablaban con maestros y/o administradores sobre tales incidentes, y estas conversaciones “a veces, pero no siempre” condujeron a cambios positivos
Fuente Oveja Rosa
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