Domingo de Ramos: humilde viene de humus: tierra, barro.
Del blog de Tomás Muro, La Verdad es libre:
La homilía del Domingo de Ramos es la lectura, la escucha de la pasión y muerte del Señor.
Solamente, pues, dos palabras.
01.- Domingo de Ramos: una extraña entrada en Jerusalén.
El domingo de Ramos comenzamos la celebración de la Semana Santa recordando la “extraña” entrada de Jesús en Jerusalén.
Aquellos días de la Pascua judía, Jerusalén acogía a millares de peregrinos. Se dice que por la Pascua podían reunirse alrededor de 150.000 personas en la ciudad. Muchos de aquellos judíos vivían una fiebre mesiánica de tipo político-nacional ya que esperaban la liberación de la opresión romana, incluso por la fuerza de las armas (zelotismo).
Los mismos que el domingo de Ramos aclaman a Jesús como el liberador, “bendito el que viene”, “este es el liberador descendiente de David”, etc., son quienes el viernes santo piden a Pilato: caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos. (Mt 27,25).
Probablemente esta entrada no fue un hecho masivo y triunfal. Los evangelistas nos presentan a Jesús entrando humildemente en la “metrópoli” en un asno.
- Esta entrada de Jesús no es un desfile militar. Lo de Jesús no tiene nada que ver con una entrada en un carro de combate. Tampoco tiene nada que ver con la entrada pontifical de un obispo en su diócesis, ni con otras entradas triunfales de tipo político o deportivo.
- Más bien es una entrada “teológica” del Mesías, es la entrada del mesianismo humilde y pacífico de Jesús en el centro religioso de Israel, en Jerusalén, en el Templo, en el centro del poder.
- El mesianismo de Jesús va, pues, por otros derroteros, el cristianismo va por otro lado: por la humildad, el servicio (siervo de los siervos), la no violencia.
- Jesús sube a Jerusalén sabiendo lo que le espera, no huye de lo que le sobreviene.
- El profeta Zacarías (siglo VI-V a.C.) anunciaba ya con gozo un Mesías humilde y sencillo, no violento: Alégrate Jerusalén porque llega tu rey victorioso y humilde sobre un asno… (Zac 9,9).
Se trata de la entrada del espíritu, del estilo mesiánico de Jesús en Jerusalén, en el Templo, en el centro del poder.
Es el mesianismo humilde de Jesús el que entra en Jerusalén.
Humilde: humus
La entrada de Jesús es humilde, que viene de humus: tierra, barro… Jesús es, como todos nosotros, barro del Génesis.
Necesitamos que entren no los poderosos, los tanques, los grandes economistas, el capital, otras entradas políticas…
Necesitamos el servicio, la entrega, la bondad, la humildad, la no violencia, la paz…
Nuestra entrada en la vida, en la familia, en la sociedad, en la iglesia ¿se parece a la de Jesús?
02.- Hacia la Pascua
Jesús sigue humildemente su camino mesiánico.
El domingo de Ramos termina en el domingo de Pascua. El camino de nuestros fracasos y desesperanzas termina en Emaús. El Éxodo termina en la libertad, la muerte en la Vida.
Celebremos con gozo los acontecimientos de esta Semana Santa, que son los de Jesús, pero son también nuestras propias vivencias y esperanzas.
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