Comentarios desactivados en Relato del beso al leproso
Reflexionando acerca de Marcos 1, 40-45:
Tardecita de la Umbría
en un mes de primavera
huele el viento a menta fresca,
a viñedos, a hojas nuevas,
a granados florecidos
y a rocío entre la hierba.
Por un camino musgoso
que hacia Asís derecho lleva,
va Francisco Bernardone
de regreso de una fiesta,
silencioso y pensativo,
con su alazán de la rienda.
Gusta de andar, paso a paso,
en la penumbra creciente,
y una emoción nueva y pura,
entre su pecho se enciende,
como una rosa purpúrea,
que lo perfuma y lo hiere.
Tristeza que no se explica,
dulzura desconocida,
desgano de lo que era
hasta ese instante su vida,
entretejida de fiestas
y de mundana alegría.
Mozo gallardo es Francisco,
rico, elegante, lujoso,
galanteador de doncellas,
culto y fino como pocos.
¿Por qué ese hastío que llega
a morderle como un lobo?
¿Por qué tan joven ya siente
que sus caminos son otros?
Hace mucho que unas voces
entre sus sueños le hablan
con acentos misteriosos
que no precisan palabras,
y anda intranquilo Francisco
sin comprender qué le pasa.
Y esa tarde, tan inquieto,
que dejó temprano el baile,
va por la senda ya en sombras
pensando en cosas distantes.
Paso a paso va Francisco,
paso a paso su caballo,
y una dulzura sin nombre
desciende desde lo alto.
Paso a paso anda Francisco,
triste, intranquilo, callado.
De pronto, desde el ribazo
se alza una voz plañidera:
-¡Dadme, por Cristo, una ayuda
antes que de hambre me muera!
Sorprendido paró el mozo,
miró hacia abajo asombrado,
y vio una cara de monstruo
surgiendo junto al vallado.
Y una mano tumefacta,
terrible mano leprosa,
le interceptaba el camino
tendida hacia la limosna.
Hurgó bolsillos y cinto,
abrió la bolsa vacía,
en tanto la boca horrible
desesperada gemía:
-¡Ved, señor, cuanta miseria!
¡Qué interminable agonía!
¡Dios prueba a sus criaturas
en esta tierra de Umbría!
Ni una moneda quedaba
en la escarcela de seda.
Francisco cerró los ojos
pensando en otras monedas
de mayor valor que aquellas
con que pagaba sus fiestas.
Y de súbito inclinóse,
tomó entre sus manos finas
la enorme cara monstruosa
toda de llagas roída,
y un beso, signo celeste,
puso en su horrenda mejilla.
Dio el mendigo un alarido,
mezcla de sollozo y risa
de asombro y deslumbramiento
de gratitud y de dicha,
y palpándose extasiado
la mejilla carcomida,
gritó: -¡Señor, este beso,
Dios en su reino os lo pague!
sólo un divino elegido
limosna tal pudo darme.
Y del rostro de Francisco,
en la noche ya caída
una luz como de aurora
resplandeciente fluía,
en tanto un olor a nardos
por los aires se esparcía,
y un ángel, sin que él le viera,
en la sombra le seguía.
Continuó andando Francisco
sin saber lo que pasaba.
Era feliz como nunca
pensó que a serlo llegara.
¡Y sintió que en ese instante
toda su vida cambiaba!
San Francisco, San Francisco,
que diste un beso al leproso,
¡Cuán grande eres por ello!
¡Cómo eres bello y heroico!
¡Oh San Francisco de Asís,
dulce misericordioso!
Las lecturas litúrgicas de hoy para el VI Domingo del Tiempo Ordinario se pueden encontrar aquí.
En la primera lectura de Levítico de hoy, los israelitas continúan su viaje de 40 años por el desierto. Algunos de ellos desarrollaron lepra, por lo que, para mitigar una mayor propagación, cualquier persona sospechosa de tener esta enfermedad era considerada impura y era obligada a vivir fuera del campamento.
Hasta la década de 1960, quienes padecían la enfermedad de Hansen (lepra) se veían obligados a vivir en colonias, fuera de la sociedad, rechazados por miedo y por creer que era el mejor curso de acción para que la mayoría no se infectara. Las personas con lepra se mantendrían al margen y, en muchos sentidos, invisibles.
Al comienzo del evangelio de Marcos, un leproso se acerca a Jesús y le ruega ser curado. Al hacerlo, la persona enferma viola todas las normas sociales al entrar en contacto directo con alguien que no estaba enfermo. Jesús toca a esta persona “inmunda” y limpia al leproso. Jesús pide el anonimato mientras le dice a la persona que siga la ley judía: “No se lo digas a nadie, sino ve al sacerdote”. El sacerdote era la única persona que podía volver a declarar limpio al leproso.
Más importante aún, Jesús sabía que, al tocar a una persona impura, inmediatamente quedaría impuro, ya no podría entrar en ninguna ciudad y se vería obligado a permanecer fuera de la sociedad, en los márgenes. Marcos insiste en enfatizar que, a partir de ese momento, Jesús vivió en lugares desiertos, fuera de la sociedad y, sin embargo, gente de todas partes buscaba a Jesús.
Este es el mismo lugar donde a menudo encuentro a Jesús: conmigo, en los márgenes, con tantos otros que buscan sanación y plenitud. Es aquí donde soy plenamente abrazado por el Dios de los pobres, un Dios que me acoge a mí y a todos los que conocen el sentimiento de anhelo de conexión.
Como persona del espectro LGBTQ+ que vive en los márgenes, descubrí que esta es una posición privilegiada. Puedo vivir “en la sociedad en general” pero, en verdad, hacerlo me sentiría mal. He tenido la experiencia de no ser aceptada simplemente porque fui creada lesbiana. No quiero ser parte de una sociedad que siente que tiene derecho a imponer condiciones a la creación de Dios.
Si bien soy obviamente parte de la sociedad en general y elijo ser parte de la Iglesia católica que realmente amo, no estoy controlado por su búsqueda malsana de poder. Al vivir fuera de su alcance, en los márgenes, puedo apreciar la vida que me rodea mientras camino y disfruto de mis compañeros, quienes también han sido juzgados como una amenaza a un retorcido sentido de seguridad o al percibido “bien común”.
Quienes viven hoy en los márgenes no son contagiosos como en los tiempos de Moisés y, sin embargo, seguimos siendo tratados como tales. Con demasiada frecuencia, se nos trata como la fuerza “invisible” que amenaza, en lugar de las bendiciones creativas y diversas que Dios ofrece a un mundo en dificultades. Prohibir libros, negar el acceso a grupos de apoyo en las escuelas y prohibir la exhibición de símbolos que afirman nuestra presencia son simplemente formas en que algunos intentan controlar la realidad de nuestra presencia. Las personas y grupos que se oponen activamente al documento aprobado por el Papa Francisco, “Fiducia supplicans”, el documento que permite bendiciones a parejas del mismo sexo y a aquellos en situaciones “irregulares”, son las personas modernas que excluirían y aislarían a quienes considerar “diferente“. Sus actitudes revelan cuán amenazados se sienten.
Al identificarme con los marginados, no necesito ni quiero defenderme. Soy mucho más libre aquí sabiendo que soy bendecido cada día al caminar con Jesús, quien eligió vivir en los márgenes.
Comentarios desactivados en ¿Es la homofobia el problema?”, por Cristóbal López Romero, SDB, obispo de Rabat.
De su blog Venga tu Reino.
Entre las múltiples reacciones que ha generado la Declaración ‘Fiducia supplicans’, me llamó la atención la de un sacerdote que se manifestó contrario a la bendición de parejas homosexuales, para, a renglón seguido, reconocer que, a pesar de sus largos años de sacerdocio, él nunca había encontrado cara a cara a una persona homosexual. Alguien le observó:“Quizás no han venido a ti porque sabían que no iban a ser acogidos…”.
Pero la reacción que no puedo olvidar fue la de otro sacerdote que, totalmente preso de la ira, descargó toda su artillería contra el papa Francisco dejándolo como palo de gallinero. En su intervención –yo escuché la grabación–, acababa con esta lindeza: “Como venga a mi parroquia uno de esos homosexuales, lo saco a patadas en el trasero”. La traducción, porque él lo dijo en francés, es mía, pero garantizo haber conservado el sentido de sus palabras con exactitud; lo que se pierde al pasar al lenguaje escrito es el énfasis y el tono de la pronunciación: la rabia.
Esta actitud contrasta frontalmente con lo que afirma un documento del magisterio tan ortodoxo y fuera de toda sospecha como el Catecismo de la Iglesia Católica: las personas con tendencia homosexual “deben ser acogidas con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”.
No quisiera pasar fácilmente de la anécdota a la categoría, pero es innegable que en la Iglesia quedan bolsones, islotes (si no continentes) de homofobia. Toda fobia es tratada en psiquiatría como una patología, no de las graves, pero patología. Y en moral, la homofobia, si es consciente, libremente aceptada y no combatida, es pecado, porque es discriminatoria y atenta contra la dignidad de personas humanas.
Aceptar la realidad
¿No será que, en la raíz de algunas o muchas de las más furibundas reacciones contra la posibilidad de bendecir a parejas del mismo sexo, hay vestigios de homofobia?
¿No nos convendrá acudir, en actitud humilde, a pedir una bendición que nos ayude a desprendernos de esta o de semejantes actitudes?
No podemos seguir viviendo ni en la homofobia ni en el negacionismo de la existencia de la homosexualidad, que existe en todos los países, por más leyes que la penalicen.
¡Qué bueno será que pidamos a Dios la gracia de poder ver a estas personas, hermanos y hermanas nuestros, con los ojos con los que Él los ve y de amarlos como Él los ama!
Comentarios desactivados en La Federación Estatal LGTBI+ dedicará su año temático a Educación: “Exigiremos que se cumplan las políticas antidiscriminación vigentes”
Así lo ha declarado el coordinador de Educación de la Federación Estatal LGTBI+, David Armenteros, también representante de la Comisión del Año temático, en una rueda de prensa en la que ha informado de que “uno de los principales objetivos del año temático será trabajar por la eliminación de cualquier restricción de la libertad de expresión y de la libertad de cátedra de los docentes asociada al veto parental”.
“Esta medida, impulsada por la ultraderecha y abrazada por el PP, es solo un intento de censurar y perseguir la diversidad sexual, de género y familiar en los centros educativos y atenta contra el derecho al conocimiento de la infancia y la juventud”, ha declarado Armenteros quién ha recordado que “la educación en diversidad está respaldada por las leyes estatales de Educación y LGTBI+”.
Así, el coordinador de Educación de la Federación ha reivindicado la creación a nivel estatal de una comisión nacional educativa en materia específica LGTBI+ “para que vele por el cumplimiento de los planes de igualdad en los centros educativos, en cooperación directa con las entidades LGTBI+”.
Año temático de la Federación Estatal LGTBI+: Educación para frenar el odio
Cada año, la Federación Estatal LGTBI+ consensua la causa a la que se van a dedicar los esfuerzos durante los siguientes 12 meses. Así lo declara anualmente tras un proceso de votación interna en el que participan las entidades que la componen. La también representante de la Comisión del Año temático, Noelia Salido, ha explicado que, durante este 2024, la Educación marcará la agenda de Federación, pero “no solo la educación formal, sino la educación en el sentido más amplio de la palabra porque hay que hacer pedagogía en todos los ámbitos de nuestra sociedad”.
Y es que, tal y como ha defendido, “solo con educación y pedagogía podremos hacer llegar nuestras realidades y nuestras dificultades a la ciudadanía y, solo así, se podrá combatir el odio y los discursos que lo alimentan y que son el origen de la discriminación y las violencias”.
Por otra parte, en relación a la diversidad familiar y LGTBI+ en los entornos de enseñanza, las portavocías de la Federación Estatal LGTBI+ han reclamado la inclusión de las familias LGTBI+ en las agendas escolares y la implementación activa y real de contenidos relacionados con la diversidad afectivo-sexual en los currículos educativos, con asignaturas optativas sobre estos contenidos de forma específica.
También han solicitado el apoyo activo de las administraciones educativas a los grupos estudiantiles LGTBI+ y la participación estudiantil en decisiones escolares que aseguren la creación de espacios de diálogo y libres de LGTBIfobia. Asimismo, han puesto de manifiesto la necesidad urgente de recopilar datos y estadísticas sobre la situación del colectivo LGTBI+ en los centros educativos para que las administraciones puedan llevar a cabo políticas eficientes.
Además, Armenteros y Salido también han requerido a las Comunidades Autónomas la creación e implementación de unidades y referentes de atención a la diversidad sexual, de género y familiar en los distintos centros educativos, incluidas las universidades, y campañas y políticas educativas anti-discriminación hacia las personas LGTBI+ en centros formativos.
También, han destacado la importancia de impartir formación continua en diversidad sexual, de género y familiar para el profesorado y el resto del personal de los centros educativos y que esta formación sea obligatoria para la acreditación como docentes. Para concluir han hecho un reconocimiento público a las personas aliadas “que contribuyen activamente a la construcción de entornos educativos inclusivos”.
Comentarios desactivados en El Triángulo Norte centroamericano expulsa a la diversidad sexual
En Honduras, Guatemala y El Salvador, las disidencias sexuales, para salvar sus vidas, deciden huir. El peso que la religión tiene en Latinoamérica.
De entre los tres libros a la vista en un mueble de la sala, resalta uno que lleva por título El Exiliado. Es un libro de poemas de un autor argentino que le regalaron en un evento al que fue con uno de los tres amantes que ha conocido por Grindr, la aplicación más usada para encuentros entre hombres.
A la par de ese libro, hay otro que Arturo levanta. Lo abre y muestra la contratapa, donde aparece la foto del amante escritor que ha presumido esta tarde de primavera.
Arturo vive en un edificio con vista a la avenida Cabildo, una vía emblemática y concurrida de la Ciudad de Buenos Aires, la capital de Argentina. Llegó hace cuatro meses a la ciudad y no tiene país. A sus 43 años ha vivido entre Honduras y Costa Rica, y hoy está en Argentina.
Entre los seis y los 12 años, sus papás le pegaron porque su hermano mayor les contó que lo veía jugando y acariciándose con otros niños vecinos de su edad. Su hermano también le pegaba cuando se emborrachaba, y sus tías católicas le decían que se iría al infierno por ser un niño amanerado.
A los 17 años, Arturo escapó de su pueblo. Terminó el bachillerato y se mudó a San Pedro Sula. Esta ciudad industrial y Tegucigalpa, la capital hondureña, son las más importantes del país. También han figurado algunas veces como unas de las más peligrosas del mundo.
Una discriminación estructural
La violencia hacia las personas de la diversidad sexual comienza en la casa, continúa en las escuelas y se extiende en todos los espacios sociales. Incluidos aquellos en los que se toman decisiones políticas.
“El mayor problema de América Latina es que es una región religiosa, principalmente católica”, opina Adriana Espinosa, directora de Viajes de Emergencia y Asistencias Financieras de Rainbow Railroad, una organización canadiense, con presencia mundial. Ayuda a las personas LGBTIQ+ a salir de sus países por la violencia que atraviesan por no vivir dentro de la norma heterosexual.
La organización acompaña actualmente 400 casos de personas LGBTIQ+ que huyen porque son perseguidas por su orientación sexual, identidad y expresión de género. Entre los casos están el de un hondureño y el de dos mujeres nicaragüenses reubicadxs en Argentina.
A nivel cultural, Latinoamérica no está de acuerdo con la diversidad sexual, agrega Espinosa, y las personas son católicas de nacimiento, aunque no sean practicantes.
El Congreso de Guatemala, por ejemplo, aprobó en 2022 la conmemoración del Día por la Vida y la Familia, fijando la fecha cada 9 de marzo. El decreto aprobado por lxs diputadxs, explícitamente, obliga a los tres poderes del Estado a realizar actividades para “proteger” la concepción tradicional y heterosexual de la familia, y prohíbe hablar sobre educación sexual el país.
…
Después de informarse sobre la diversidad sexual y entender que la atracción que sentía por otros hombres también la sentían otros hombres, Arturo se convirtió en activista LGBTIQ+.
En San Pedro Sula, tuvo su primer novio, sus primeros amigos gais y fue diagnosticado con VIH. En 2007, con lo que había aprendido hasta entonces, comenzó a trabajar, dentro de una organización, en la prevención y tratamiento de las personas de la diversidad sexual viviendo con VIH.
Pero Honduras estaba por estallar. El 28 de junio de 2009, a un año de terminar su gobierno, el presidente Juan Manuel Zelaya, un militar de izquierda, fue derrocado en un golpe de Estado y luego se instaló un gobierno de facto.
El día del golpe y los que le siguieron hubo toques de queda. Los cuerpos de seguridad estatal, policías y militares, fueron denunciados a nivel internacional por organizaciones sociales debido al uso excesivo de la fuerza y los crímenes que cometieron contra civiles.
Una de las víctimas del golpe fue un amigo y compañero de trabajo de Arturo. A él, dice, lo mataron los militares cuando transitaba por la calle. Era un hombre organizado, y esto, más ser amanerado, le valió para ser asesinado.
Esta condena describe las violaciones a los derechos humanos en Honduras. En total, durante el golpe, hubo 300 asesinatos y así el país centroamericano, según la Corte IDH, pasó a ser uno de los más inseguros. Y, San Pedro Sula, una de las ciudades más peligrosas del mundo.
De todos los grupos de la población LGBTIQ+, la que ha sido mayormente vulnerada es la población trans, sobre todo las mujeres trans, por su identidad y expresión de género visibles y contrarias a la norma heterosexual. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estima que la esperanza de vida de una mujer trans en América Latina oscila entre los 30 y 35 años.
Sin una Ley de Identidad de Género que les reconozca, las personas trans siguen sin acceder a derechos humanos básicos como la salud y la educación. Y, al no insertarse en un mundo laboral formal, algunas mujeres trans no tienen otra opción para buscar ingresos distinta al trabajo sexual.
“Ser LGBTIQ+ es una sentencia de muerte en Honduras, no hay ninguna ley de protección”, apunta Osmán Lara, presidente del Comité LGBTIQ+ del Valle de Sula, que está conformado por 15 organizaciones con presencia en 16 municipios hondureños.
El estigma y la violencia que pesan contra la diversidad sexual en Honduras son tal que, cuando una persona es visiblemente LGBTIQ+ y quiere acceder a un servicio de salud, primero tiene que pasar por un testeo de VIH. A la discriminación social se suma que las pandillas obligan a algunas mujeres trans y a algunos gais a vender droga, señala Lara.
Las organizaciones hondureñas, con los pocos recursos que tienen, trabajan en el acompañamiento legal a las personas de la población LGBTIQ+ y registran las violencias que enfrentan.
En 2023, según el Comité LGBTIQ+, 48 personas de las disidencias sexuales fueron asesinadas en Honduras. Guatemala alcanzó índices de violencia similares, con 34 casos registrados. Estos homicidios se fundamentan en el odio hacia la orientación sexual, identidad y expresión de género de las personas, por ello son llamados crímenes de odio y, en la mayoría de los casos, quedan impunes.
“En víctimas LGBTIQ+, Honduras tiene un triste récord”, reconoce Tony García, Vice Canciller Consular y Migratorio en el Gobierno de la presidenta Xiomara Castro, quien asumió en enero de 2022.
A pesar de reconocer la violencia hacia la diversidad sexual, García minimiza su impacto al afirmar que no es una de las principales razones de la migración en Honduras. Según él, lxs hondureñxs emigran principalmente para reunificarse con familiares en Estados Unidos, donde reside un millón y medio de hondureñxs. La segunda causa para migrar es el desempleo y, en último lugar, por la amenaza de las pandillas.
Lo mismo ocurre con el gobierno guatemalteco, el cual no reconoce en sus registros la migración como resultado de la violencia, mucho menos la violencia estructural que enfrenta la población LGBTIQ+.
Alharaca solicitó una entrevista con representantes del Instituto Guatemalteco de Migración. Alejandra Mena, de la oficina de prensa, atendió la entrevista por escrito. Allí, dice que lxs guatemaltecxs migran por «mejoras» y oportunidades laborales, reunificación social y “familiar”.
De parte de El Salvador, no hubo una respuesta de las autoridades sobre la migración forzada.
Arturo no tuvo otra opción que huir de San Pedro Sula durante el toque de queda. Junto a uno de sus colegas, pidió medidas de protección a la CIDH por la persecución estatal de la que eran víctimas lxs activistas en ese tiempo. Las medidas no les aseguraban que sus vidas estuvieran a salvo, porque quienes les cuidaban, por órdenes de la CIDH, eran policías que frente a ellos presumían la violencia que ejercían contra la población LGBTIQ+.
En el Triángulo Norte centroamericano, los Estados no han legislado a favor los derechos de las disidencias sexuales, lo que les hace más vulnerables a la violencia. Los crímenes contra estas personas quedan impunes, no hay leyes de identidad de género que reconozcan a las personas trans y el matrimonio igualitario no está permitido. En esta región, no solo hay presencia de pandillas, sino que, paralelo a estos grupos, las policías y los ejércitos han sido agresores de identidades sexuales diversas, hasta asesinarlas o expulsarlas de sus países.
“Estas violencias, la mayoría de veces, las viven en silencio y no son denunciadas, porque los represores son también policías o funcionarios públicos judiciales”, enfatiza Patricia Vargas, investigadora guatemalteca especializada en población LGBTIQ+ y violencia contra las mujeres.
Vargas lleva años documentando los procesos migratorios y la exclusión que viven las disidencias sexuales en Guatemala. Una de sus investigaciones apunta a que, en la zona 1 de Ciudad de Guatemala, la capital, de cada 100 personas en situación de calle, una es parte de la población LGBTIQ+.
Son personas que muchas veces, dice la especialista, viajan del interior del país creyendo que en la capital la situación de discriminación y racismo que viven en sus comunidades va a cambiar. Pero en la capital se enfrentan con un racismo “diluido” y también con más clasismo que en sus comunidades de origen.
Arturo, agotado por la itinerancia constante y tras enfrentar una nueva pérdida en su organización, tomó la decisión de huir a Costa Rica. La decisión surgió cuando un compañero, después de que las pandillas asesinaran a su pareja y a toda su familia (10 personas en total) en 2012, se vio obligado a huir a Estados Unidos. En Costa Rica, Arturo vivió durante una década.
En Centroamérica, Costa Rica se vuelve un posible destino para quienes huyen de la violencia, pero la migración masiva no permite que el país dé respuesta rápida a todos los procesos migratorios.
Dennis Castillo es un hombre gay refugiado en Costa Rica. Huyó en 2012 de Honduras y al año de haber llegado se agrupó con otres activistas para formar el Instituto sobre Migración y Refugio LGBTIQ para Centroamérica (IRCA-Casa Abierta), que acompaña legal y psicológicamente. Además, ayuda a la integración social a las personas de la diversidad sexual que buscan refugio. “Las personas LGBTI no migramos con familias biológicas, viajamos solos, elegimos familia”, menciona Castillo.
IRCA acompaña 902 casos de solicitudes de refugio. De ellos, la mitad espera una resolución final a su solicitud. Pero, de acuerdo con Castillo, desde 2018 —cuando estalló la crisis política en Nicaragua— a la fecha, Costa Rica tramita 250 mil solicitudes.
El refugio es una protección internacional que brindan los Estados a personas que huyen por situaciones de violencia de sus países de origen. Hay dos convenciones que regulan este tema, una de 1961 y otra de 1967. Ambas consideran que una persona puede ser refugiada al ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, por sus opiniones políticas o por pertenecer a un determinado grupo social.
Las solicitudes de refugio de las personas LGBTQI+, según normativa desarrollada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUR), el ente encargado de las personas refugiadas, son tramitadas bajo las últimas dos causas.
El mismo informe revela que, a julio de 2022, en el mundo había un millón de personas procedentes de Centroamérica y México refugiadas o solicitantes de refugio. La cifra superó por un 590 % a la cantidad de casos que había en 2015.
Alejandro Córdova presentó El show de la Taylor el 4 de noviembre en La Casa Rosada, San Salvador. Foto: Kellys Portillo.
En la Ciudad de Buenos Aires, Alejandro Córdova conoció el ballroom y, al encuentro con esta subcultura representativa de la comunidad latina y afroestadounidense de inicios del siglo XX, le agradece haber redescubierto su identidad sexual.
La Taylor, como se hace llamar en el mundo artístico, en referencia a la cantante de pop estadounidense Taylor Swift, es una persona no binaria de El Salvador que viajó en junio de 2019 a estudiar becade una maestría en dramaturgia a Argentina.
Después de la pandemia del COVID-19, optó por establecerse en Buenos Aires para avanzar en su carrera profesional. Sin embargo, durante un viaje de cinco semanas a El Salvador entre octubre y noviembre de 2023, llegó a la conclusión de regresar. Económicamente, Argentina ya no le resulta viable: en su primer día de gobierno, Milei devaluó la moneda e implementó medidas que liberalizan la economía en un contexto de inflación descontrolada. Además, su enfoque en recortar el gasto público ha llevado al presidente ultraderechista a amenazar con el cierre de espacios artísticos, incluyendo el Fondo Nacional de las Artes.
«Estoy tomando una decisión basada en oportunidades», comenta Córdova en una entrevista telefónica con Alharaca, a pocos días de regresar a El Salvador.
El paso de La Taylor por Argentina estuvo marcado por los escenarios: uno de sus proyectos, Yender, una obra que habla sobre las vivencias dentro de la cultura ballroom, ganó el Fondo Nacional de las Artes; y, en Buenos Aires, inspirade en la cantante estadounidense, comenzó a presentar sus shows, en los que mezcla la poesía y la música para hablar sobre sus romances con hombres. En 2022, también se casó con una persona no binaria y pudo acceder gratuitamente a su tratamiento de antirretrovirales cuando conoció su diagnóstico positivo de VIH.
En El Salvador, Córdova no experimentó violencia familiar debido a su orientación sexual cuando aún se autopercibía como un hombre gay. Reconoce que, a nivel social, no todas las personas LGBTIQ+ tienen la misma experiencia. “El Salvador es un lugar bien hostil para crecer como disidencia sexual”, afirma.
Desde la aprobación de la Convención sobre el Estatuto de los de Refugiados de 1961 y su adhesión al mismo, Argentina ha reconocido como refugiadas a 773 personas que han huido debido a la persecución que sufrían en sus países de origen por sus opiniones políticas o por pertenecer a un grupo social determinado, como la población LGBTIQ+, de acuerdo con datos oficiales de la Comisión Nacional para los Refugiados.
En 2011, el gobierno de este país sudamericano consideró la posibilidad de otorgar visas humanitarias a personas del Triángulo Norte de Centroamérica, inspirándose en el Programa Siria, el cual entrega visas humanitarias a personas sirias que escapan de una guerra que se ha prolongado por 12 años. La discusión de las visas para centroamericanxs, según Esteban Tome Fuentes, exfuncionario a cargo del programa, no prosperó.
En Guatemala, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) accedió a testimonios de cuatro personas LGBTIQ+ que vivieron estas terapias con las que se les pretendía «corregir» su orientación sexual e identidad de género diferente a la heterosexual.
La investigación, llamada “¿Cura o tortura? ECOSIEGCS—Esfuerzos de cambio de la orientación sexual, identidad de género, expresión de género y características sexuales—. Las mal llamadas ‘terapias de conversión’ en Guatemala”, explica que en Guatemala no solo se intenta “corregir” a las personas de población LGBTIQ+ por medio de la religión, que ve como enfermedades a las orientaciones sexuales y a las identidades sexuales diversas, sino que también a través de las psicoterapias.
En las escuelas, explayan lxs investigadores de Flacso, hay represiones directas o indirectas para las personas LGBTIQ+, como la expulsión de los centros de estudio y el encubrimiento del bullying homolesboodiante por parte de la comunidad educativa. Luego, esta exclusión evoluciona a la expulsión de las personas de sus países de origen.
«La mía es una migración diferente a la migración de irse por mejorar económicamente o porque no te gusta el país. En nuestro país hay persecución para las personas LGBTI», advierte Arturo, el activista gay de Honduras.
Argentina, en cambio, tiene aprobados derechos que les falta a los países del Triángulo Norte de Centroamérica para garantizar el desarrollo y una vida digna de las personas LGBTIQ+. Pero estas garantías están amenazadas con el gobierno del ultraderechista Javier Milei, que el 10 de diciembre asumió su cargo y ya inició un recorte al gasto público, dejando más vulnerables a las disidencias sexuales y a las mujeres.
En Argentina, las personas trans tienen derecho a cambiarse de nombre, a la posibilidad de acceder a tratamientos hormonales en el sistema público, porque, además, hasta el momento, la salud es gratis para argentinxs y extranjerxs; lo mismo que el sistema de educación en todos sus niveles. Y transversalmente, las escuelas imparten la materia de Educación Sexual Integral. También, el país ha legalizado el matrimonio igualitario y las uniones civiles de personas LGBTIQ+.
“Las personas LGBTIQ+ migran porque no están en igualdad de oportunidades”, dice Karla Guevara, activista trans, directora del Colectivo Alejandría y secretaria general de la Federación Salvadoreña LGBTI+.
El colectivo que preside Guevara ha trabajado en los últimos 11 años en el acompañamiento de personas trans salvadoreñas para que puedan acceder a derechos como la salud y la información en prevención y tratamiento al VIH. Recientemente, también abrió Casa Francela, un centro comunitario creado para convertirse en un punto de encuentro de las disidencias sexuales.
Ante el escenario de violencia compartido por los tres países del Triángulo Norte de Centroamérica, la migración forzada ha sido una constante. Pero entre 2018 y 2019 se volvió más visible y masiva. Durante esos años, de Honduras, El Salvador y Guatemala partieron caravanas de migrantes hacia Estados Unidos que hicieron que la administración de Donald Trump obligara a los gobiernos a frenar la migración.
En estas caravanas, Lara, el activista hondureño, dice que las organizaciones de Honduras identificaron 62 casos de migrantes LGBTIQ+.
Por el imaginario colectivo del «sueño americano», Amaral Arévalo, un investigador salvadoreño especializado en violencia y homicidios contra personas LGBTIQ+ de El Salvador, dentro del Instituto Fernándes Figueira, en Brasil, indica que el principal país de destino que buscan lxs migrantes centroamericanos es Estados Unidos.
En Rainbow Railroad pretenden “desmantelar” la migración hacia Norteamérica y ofrecen otros países latinoamericanos de reinstalo a lxs solicitantes de refugio, cuenta Adriana Espinosa.
Este año, la organización lanzó un programa para reubicar a latinoamericanxs LGBTIQ+ en Argentina, donde el refugio es tramitado en menos de un año, pero no todxs lxs solicitantes aceptan este destino.
“Los latinoamericanos no queremos ir a Latinoamérica. Tenemos esa mala percepción de nosotros mismos y nuestros compañeres en Latinoamérica, del país o de las situaciones económicas”, menciona la especialista.
Guevara, la activista salvadoreña, opina que las personas de la diversidad sexual no eligen migrar a un país distinto a Estados Unidos, porque no cualquiera puede pagar un boleto de avión, como para viajar a Argentina. A las disidencias sexuales no les queda otra opción que arriesgar su vida, atravesando por tierra la ruta migratoria.
…
Durante la década de los 90, en Europa, detalla Arévalo, hubo hombres gais que huyeron hacia Estados Unidos porque eran perseguidos por gustar de otros hombres. Desde finales de los años 60, el país norteamericano ya abanderaba la lucha por los derechos de las personas LGBTIQ+ en el mundo.
De 2016 a la fecha, la Federación Argentina LGBT+ (FALGBT+) colabora asesorando a personas de diferentes países del mundo que, por ser parte de la disidencia sexual, además de sufrir conflictos internos en sus lugares de origen, se ven obligadas a migrar o refugiarse en Argentina.
A este tipo de migración se le llama sexilio, que es una palabra derivada de la combinación de sexo con exilio: personas obligadas a salir de sus países o que salen por razones propias, porque no siguen las normas sociales y heterosexuales.
Los sexilios que hoy ocurren en el Triángulo Norte centroamericano se caracterizan porque en esta región los principales represores son los Estados, que no garantizan ningún derecho para las personas LGBTIQ+, sostiene Arévalo. «Garantizan, básicamente, una muerte», recalca.
La representación de ACNUR en Argentina, consultada por Alharaca, aclaró que no podía hablar detalladamente sobre los casos de asilo en ese país, por la confidencialidad de la información, pero remitió informes que dan cuenta sobre el desplazamiento y migración forzada ocurrida en los últimos años en el Triángulo Norte de Centroamérica.
Sigfredo Funes sí planificó su huida. Lleva más de un año viviendo en Buenos Aires y no quiere volver a su país. Con la excusa de migrar, aplicó a una beca para cursar una maestría en Argentina y así salir de El Salvador.
Antes, en 2021, y en el marco de la conmemoración del Día del Orgullo LGBTIQ+, fue expulsado de casa después de que sus padres se enteraran de que es gay. Cuando logró independizarse, comenzó el régimen de excepción en El Salvador y él, que es un militante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el partido salvadoreño de izquierda, y crítico en redes sociales del gobierno del presidente Nayib Bukele, fue perseguido hasta recibir una amenaza de muerte.
Funes tomó una llamada anónima en Telegram. Era la voz de una mujer que, luego de decirle que se iba a morir, colgó de golpe el teléfono. Días más tarde, un motociclista, al que no conocía, llegó a buscarlo a la casa de sus padres.
Él asume que esto ocurrió a partir de sus críticas al gobierno. En Facebook, donde suele postear publicaciones contra Bukele, tiene más de dos mil seguidores.
Funes ya había terminado la carrera de Relaciones Internacionales. Este título le sirvió para aplicar a la maestría. En agosto de 2021, lo aceptaron en una universidad argentina para estudiar una maestría en Derechos Humanos y viajó a Buenos Aires.
En octubre de 2023, tenía que volver a El Salvador, porque ya había terminado sus estudios, pero su madre le advirtió que no regresara, porque afuera de la casa suele parquearse una camioneta con vidrios polarizados, y sospecha que lo están buscando.
Una de las condiciones del refugio es que la persona no pueda regresar a su país de origen, ya que, al hacerlo, el Estado que le ha otorgado el refugio asume que ya no existen las condiciones de peligrosidad que motivaron su huida. Funes tiene la intención de establecerse nuevamente en El Salvador, en el futuro, por lo que no solicita refugio. Planea vivir en Sudamérica, hasta que pueda retornar.
«La intersección entre el acceso a recursos, el color de la piel, desgraciadamente, y el nivel educativo de las personas que migran influye mucho en cómo es su proceso, en cómo será su proceso y en qué acceso tienen a ciertas cosas o a cierta información”, sostiene Vargas, la investigadora guatemalteca.
María Fernanda Parada, una veinteañera salvadoreña, que se autopercibe como pansexual y reconoce sus privilegios, reside en Buenos Aires desde enero. En su familia nunca ha sido discriminada por su orientación sexual. Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Liceo Francés Salvadoreño, un colegio privado, en el que frecuentemente lxs profesores, recuerda, le decían a lxs alumnxs que debían marcharse del país.
El año pasado, comenzó su carrera en una universidad de Francia, pero desistió de cursarla, porque no le gustaba el enfoque. Sin embargo, allá pudo explorar la libertad de la metrópolis, su sexualidad y salió por primera vez con mujeres. En El Salvador su grupo “queer”, dice, era reducido y todxs se conocían entre sí.
“Hay un montón de gente que estamos dejando desamparada y ellos solos no se pueden salvar así nomás”, apunta. Este año, Parada cursa el ciclo inicial para ingresar a la carrera de Antropología en la Universidad de Buenos Aires y, en los pocos meses viviendo en Argentina, ha logrado hacer amistades diversas. Al terminar la carrera, su plan es volver a El Salvador para trabajar como periodista e investigar sobre población LGBTIQ+.
…
De las 200 consultas que la FALGBT+ ha recibido en los últimos años de personas que quieren refugiarse en Argentina, la mayoría son de personas de Ucrania y Rusia, países que están en guerra desde febrero de 2022. Un caso, aclara Maribe Sgariglia, secretaria de Relaciones Internacionales de la FALGBT+, a veces se traduce en más casos, porque algunas personas huyen con parejas e hijxs.
Sgariglia explica que estxs migrantes preparan su huida con ahorros, consiguen trabajos remotos y también se asesoran anticipadamente sobre los procesos migratorios que deben realizar. Una vez en Argentina, hacen comunidad entre sus mismas nacionalidades, al punto de crear un grupo de Telegram para comunicarse.
No ocurre lo mismo con aquellxs que, además de la barrera del idioma en otro país, se encuentran solxs. Hay jamaiquinxs que no han podido acostumbrarse a Argentina y han tenido que regresar a su país, aunque saben que allá, donde está criminalizada la homosexualidad, su vida corre peligro, agrega la activista.
La mayoría de latinxs LGBTIQ+ que buscan refugio en el país Sudamericano, dice Sgariglia, han pasado por situación de calle: “Llegan acá quizá sin ningún recurso ni económico ni social, sin redes. La mayoría de esas personas vienen solas, su familia queda atrás con un vínculo súper duro”.
Como el caso de Arturo, la migración forzada de la diversidad sexual ocurre en dos pasos, enfatiza Amaral Arévalo: si las personas son del interior del país, primero se desplazan al área metropolitana y después migran. Sin embargo, estos trayectos están condicionados por las redes de apoyo con las que cuentan en su país de origen o en el país de destino.
En Costa Rica, Arturo no trabajó como activista. Fue cajero en un banco, mesero en restaurantes de comida rápida, administrador de un hotel y carnicero.
Le pareció que, en Costa Rica, la población LGBTIQ+ ya había ganado derechos que en Honduras no se han reconocido. Por ello, no encontró forma de trabajar en su área. Aunque pudo migrar a Estados Unidos, porque allá está una de sus hermanas y para allá migró el colega al que asesinaron la pareja, no era un país que le llamara la atención para vivir. Y en Costa Rica no quiso refugiarse, ya que lo considera un país xenófobo.
En 2021, con la idea de que, casi una década después de haber huido de Honduras su familia y el país habían cambiado, volvió. Pero la situación de violencia seguía igual.
Pensó mudarse a la casa de sus padres, dos personas mayores y solas, en Ocotepeque. Quería cuidarles, pero su mamá le condicionó en cómo debía vestir, actuar y con quién debía de relacionarse en el pueblo. Tampoco podía hablar de temas que le incomodaran a la familia, como su homosexualidad y su condición de persona viviendo con VIH.
En una discusión, su papá lo agredió por hablar de su homosexualidad. Desde entonces, Arturo decidió nunca volver a su casa de infancia. Se fue, de nuevo, para San Pedro Sula, donde no logró conseguir trabajo. Se quedó unos días en la casa de otra de sus hermanas, pero empezó a ser perseguido por un carro del que, en tres ocasiones, un grupo de desconocidos se bajó y lo apaleó. La última vez, aparte de golpearlo, le robaron el celular.
Intentó denunciar el primer ataque, pero cuando lo vieron golpeado de la cara, los policías de una delegación se burlaron de él. Arturo dijo que no valía la pena seguir viviendo en Honduras.
La tarde del jueves cae en Buenos Aires. Afuera está el ruido habitual de la ciudad porteña, dentro de este departamento, un gay hondureño busca refugio porque su país lo expulsó.
Hay días en los que Arturo no sale de casa. Se siente novato y solo en esta ciudad de cuatro millones de habitantes, que apenas está aprendiendo a recorrer por su cuenta. En una canasta al centro de la mesa del comedor hay dos guineos, una fruta abundante en el trópico centroamericano. De vez en cuando, Arturo prepara comida hondureña, sobre todo sopas de frijoles y ensaladas frescas, para sentirse en su país.
“Allá sí estaba solo, pero me iba, tal vez, adonde mis amigos. Dejé todo, pero a la vez no tengo nada”, lamenta.
Con la asunción de Milei y el ajuste económico en Argentina, Arturo se replantea la idea de seguir su proceso de asilo y pretende volver a Honduras, donde su vida no está asegurada.
Nota: Este reportaje fue realizado con el apoyo de la International Women’s Media Foundation (IWMF) como parte de su iniciativa Exprésate. El nombre del personaje principal del texto se ha omitido por razones de seguridad. Fue publicada por nuestro medio aliado Alharaca.
Comentarios desactivados en “Vas a morir”: Un hombre asesinado a tiros en un parque para perros de Tampa envió un video sobre los insultos homofóbicos y amenazas de muerte que recibió el día anterior.
John Walter Lay (Facebook)
Amigos de la víctima dicen que el asesino gritaba con frecuencia insultos contra los homosexuales
by Hilary Mitchell
A los usuarios de un parque para perros del condado de Hillsborough les preocupa que la oficina del sheriff no haya presentado cargos contra un hombre que mató a tiros a su amigo el viernes pasado. Ahora comparten videos que su amigo hizo horas antes del tiroteo y que que presenciaron antes del trágico evento del viernes pasado.
La semana pasada, un hombre gay de 52 años fue asesinado a tiros en un parque para perros en Tampa, en lo que sus amigos describen como un crimen de odio.
Cuando le dispararon, la víctima acababa de tener un encontronazo con otro hombre que supuestamente le había estado acosando en el parque durante meses, amenazándolo repetidamente y lanzando insultos homofóbicos.
Lay, de 52 años, se había estado quejando a sus amigos durante meses sobre el acoso de otro dueño de perro en West Dog Park. Esa otra persona era Gerald Declan Radford, conocido con el sobrenombre de “Dec“. “La situación ha ido aumentando y aumentando sin motivo alguno”, dijo Albert Darlington, otro visitante frecuente del parque. Oye, hubo un pequeño incidente entre Dec y yo esta mañana. Te lo contaré todo la próxima vez que te vea”, dijo Lay en un video que le envió a un amigo el 28 de enero.
“Me llamó por teléfono y luego me envió un mensaje de texto diciéndome: ‘Sue, tengo mucho miedo’. Dijo que Dec simplemente está fuera de control”, dijo Sue Jones, otra dueña de un perro que frecuenta el parque. Jones compartió el último mensaje de texto que Lay le envió el día antes de su muerte.”El esta loco. No tiene adónde ir. Los mantendré informados”, decía.
Según informa el Tampa Bay Times, el día antes de que un hombre matara a tiros a John Walter Lay, conocido como Walt, Lay grabó un video de sí mismo hablando directamente a la cámara y explicó: “Esto es parte de mi vida diaria en video que les envío porque la policía me dijo que hiciera esto. Estoy intentando no llamar a la policía”, dijo Walter Lay en un vídeo premonitorio que le envió a su amigo el día antes de su muerte.“Así que esta mañana, mientras caminaba, y somos los únicos dos aquí, (el pistolero) se me acerca y me grita: ‘vas a morir, vas a morir’, y le pedí que me dejara en paz, y hasta ahora lo ha hecho”.
Radford disparó y mató a Lay en el parque temprano a la mañana siguiente. La familia supo por su certificado de defunción que le habían disparado en el pecho y que el proyectil le perforó el corazón, la aorta y el pulmón. No está claro si había testigos en el parque en el momento del tiroteo o si la oficina del sheriff obtuvo algún video que arroje más luz sobre lo sucedido.
Amigos de Lay le dijeron a The Tampa Bay Times que a la mañana siguiente, en el mismo parque y aproximadamente a la misma hora, el hombre mató a tiros a Lay. Tenía 52 años.
“Me detuve y había 10 coches de policía aquí”, dijo Tammy Vashline. Vashline dijo que estaba sorprendida de que le hubieran disparado a su buen amigo. “Walt es una persona maravillosa, amable, cariñosa, compasiva y tranquila”. Amigos y familiares dijeron que Lay había hecho todo lo posible para evitar a Radford y creían que solo se habría metido en una pelea para defenderse: “Nunca lo imagines comenzando nada. Simplemente no a su manera”, dijo Vashline.
The fatal shooting of a gay man in Hillsborough County comes a day after he recorded a video recounting the gunman using homophobic slurs and telling him, “You’re going to die, you’re going to die.”https://t.co/FlZ0C89WNR
La oficina del sheriff local ha confirmado que Gerald Declan Radford, de 65 años, fue el autor del disparo. Afirma que le disparó a Lay en defensa propia. Sin embargo, sus amigos no están de acuerdo en que ese hubiera sido el caso.
Se cree que el asesino aún no ha sido arrestado ni acusado. “Nos miramos el uno al otro y pensé: ¿este tipo acaba de matar a nuestro amigo y no está esposado?”. Se dice que dijo uno de los amigos de Lay. “Para nosotros fue increíble”.
La Oficina del Sheriff del Condado de Hillsborough ha publicado pocos detalles sobre lo sucedido y no emitió un comunicado de prensa sobre el tiroteo hasta cuatro días después de que ocurrió, y sólo después de que un reportero del Tampa Bay Times preguntó al respecto. La agencia dijo que la Oficina del Fiscal del Estado de Hillsborough decidirá si presentará cargos penales en el caso.
Darlington recibió un mensaje de texto de Radford después del tiroteo. Incluía una imagen del rostro de Radford que mostraba cortes y hematomas. El texto decía: “Walt me atacó en el parque y tuve que defenderme”. “ Lamento mucho decirte que Walt me atacó en el parque y tuve que defenderme. El sheriff me dijo que era VIH positivo así que pensé que sería mejor decírselo. Nunca pensé que él realmente iría por mí. Realmente lo siento, realmente no tuve otra opción, estaba demasiado loco.”
Texto que Radford envió a Albert Darlington después del tiroteo
Le preguntaron sobre el texto y si Lay lo atacó, pero no respondió. ABC Action News le preguntó a Radford si estaba molesto con Lay porque era gay, pero tampoco respondió. Radford dijo que no hablaría del caso. “No estoy ni cerca de superar esto. No estoy ni cerca de estar listo”, dijo.
En un mensaje de texto a un periodista del Times, Radford indicó que le disparó a Lay en defensa propia. “Me atacaron. Me defendí. Fin de la historia”, decía el texto. Envió un segundo mensaje de texto advirtiendo al Times que se comunicara con la oficina del sheriff para obtener información. Cuando se le pidió una entrevista telefónica, respondió que la oficina del sheriff tiene su teléfono y rechazó una solicitud para reunirse en persona, diciendo que “no se encontraba en buen estado“. Cuando se le preguntó si tenía abogado, respondió: “No he hecho nada malo”.
Los amigos de Lay no creen en el relato de Radford y describieron cómo le gritaba insultos anti-gay a Lay. Andy Prince dijo que tuvo un encuentro preocupante con Radford cuando lo conoció en el parque para perros. “Se aseguró de decir que portaba un arma. Se podía ver el bulto. Y también dijo que odia a los homosexuales. Sin que se lo pidieran”, dijo Prince.
Sus amigos afirman que Lay y Radford inicialmente tenían una relación amistosa. Pero después de que Radford descubrió que Lay era abiertamente gay, Radford comenzó a atacar a Lay, llamándolo insultos cuando caminaba por el parque. Se dice que la política de Radford “se inclinaba hacia la derecha”.
Sue Jones describe a Radford burlándose de Lay frente a otros visitantes del parque. “Aquí viene el [insulto homofóbico]”, dijo que diría él. “Cada vez que Walt llegaba aquí”, asegura Dec decía: ‘Aquí viene ese [improperio] [insulto homofóbico]”, dijo Darlington.
“En mi opinión, no hay manera de que esto sea realmente defensa propia”, dijo Albert Darlington, de 68 años, amigo de Lay. “Durante más de un año, Dec no ha hecho más que acosar a Walt. Él grita, grita y le insulta cada vez que llega al parque para perros. Se sienta allí y dice: ‘Me gustaría darle un puñetazo en la maldita boca’… y la cosa ha ido de mal en peor y de peor en peor”.
La Oficina del Sheriff del condado de Hillsborough envió un breve comunicado de prensa cuatro días después del tiroteo diciendo que “no hay cargos inminentes” y “no hay peligro para el público”. “De hecho, la verdad es todo lo contrario”, dijo Paul Gumpert, un visitante frecuente del parque para perros. Gumpert dijo que Lay le guardó su perro cuando estuvo fuera de la ciudad el fin de semana antes de que le dispararan. Gumpert, un ex empleado de la Fiscalía Federal, envió un correo electrónico al detective que llevaba el caso pidiéndole que abriera una investigación sobre la orden de protección de riesgos. “Quiero que le quiten las armas. Quiero que se los lleven lo antes posible”, dijo Gumpert.
Ninguno de los visitantes frecuentes del parque para perros con los que hablamos dice haber recibido llamadas de seguimiento de los detectives. “Esto simplemente no se puede esconder debajo de la alfombra y dejarlo ir. ¿Qué va a hacer a continuación?” Dijo Darlington. Según el comunicado de prensa de HCSO, la investigación se entregará a la oficina del Fiscal del Estado para su revisión final.
Los amigos de Lay dijeron a The Tampa Bay Times que trabajaba en servicio al cliente para una empresa de atención médica, repartía comida y conducía para Uber por las noches. Uno de sus amigos añadió: “Era amable con todos y trataba a todos como seres humanos”.
El The Tampa Bay Times revisó la página de Facebook de Radford y descubrió que incluía memes publicados que despreciaban a las personas LGBTQ+.
Mientras la comunidad llora la pérdida de Lay, su fiel perro Fala es un conmovedor recordatorio de su legado perdurable. El último deseo de Lay era que un amigo en Tampa cuidara a su perro si algo le sucediera, ya que quería garantizar el cuidado continuo de Fala dentro de los límites familiares de la comunidad de Tampa a la que llamaba hogar.
El amigo de Lay tiene la intención de seguir paseando a Fala por el parque para perros a pesar del ataque fatal, y explica que Fala “estaría más feliz con la manada de Tampa que ya conoce”.
Florida ha sido recientemente un foco de actividad anti-LGBTQ+, gran parte de ella instigada por el gobernador republicano Ron DeSantis. Sólo en mayo de 2023, DeSantis firmó seis nuevos proyectos de ley para atacar los derechos LGBTQ+ en el estado.
En respuesta a eso, Equality Florida y la Human Rights Campaign emitieron consejos de viaje actualizados para las personas LGBTQ+ que estaban considerando visitar o mudarse a Florida, diciéndoles a las personas queer que “reconsideraran” sus planes y que no era un lugar seguro para que los viajeros LGBTQ+ lo visitaran.
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